Jesús de Nazaret
Una novela sobre la vida de Jesús basada en unas revelaciones asombrosas
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Acepciones
En arameo se solía designar a la sinagoga como knst o knyst (keneset),
que venía a significar “la congregación religiosa”. Aquí el significado
estaba orientado al aspecto comunitario del vocablo. No se trataba de
designar un lugar reservado para el culto, sino del acto de la reunión
en sí. Lo importante para los judíos no era el lugar de culto. El único
lugar de culto al que verdaderamente reverenciaban los judíos de tiempos
de Jesús era el Templo de Jerusalén. Las sinagogas tan sólo eran un
lugar donde reunirse para debatir los asuntos de interés comunitario,
que casi siempre eran de índole religioso. Hay que decir que en los
siglos siguientes, tras la destrucción del Templo, la actitud de los
judíos hacia la sinagoga cambió hasta convertirla en centro de sus
costumbres.
que venía a significar “la congregación religiosa”. Aquí el significado
estaba orientado al aspecto comunitario del vocablo. No se trataba de
designar un lugar reservado para el culto, sino del acto de la reunión
en sí. Lo importante para los judíos no era el lugar de culto. El único
lugar de culto al que verdaderamente reverenciaban los judíos de tiempos
de Jesús era el Templo de Jerusalén. Las sinagogas tan sólo eran un
lugar donde reunirse para debatir los asuntos de interés comunitario,
que casi siempre eran de índole religioso. Hay que decir que en los
siglos siguientes, tras la destrucción del Templo, la actitud de los
judíos hacia la sinagoga cambió hasta convertirla en centro de sus
costumbres.
De aquí que los vocablos griegos elegidos para traducir keneset vinieran a significar entre los no judíos algo similar a “congregación” o “asamblea”: synagogé, sýnodos o ecclesían.
También se la podía designar como proseucha o proseuché. Aquí se refiere más al edificio en sí que albergaba las reuniones.
Origen
El origen de las
sinagogas se remontaba a la época del exilio, y surgió como una forma de
reunión para instruir y comunicar la Torá, los escritos propiamente
judíos, y no perder de vista las costumbres judías en medio de tanta
influencia extranjera. Es decir, no tenían originalmente la finalidad de
servir al culto religioso, sino que todo consistía en una sencilla
reunión social con fines didácticos y de estrechamiento de los lazos
comunitarios.
sinagogas se remontaba a la época del exilio, y surgió como una forma de
reunión para instruir y comunicar la Torá, los escritos propiamente
judíos, y no perder de vista las costumbres judías en medio de tanta
influencia extranjera. Es decir, no tenían originalmente la finalidad de
servir al culto religioso, sino que todo consistía en una sencilla
reunión social con fines didácticos y de estrechamiento de los lazos
comunitarios.
Sin embargo, en tiempos de Jesús era creencia generalizada que la institución de la sinagoga procedía del mismísimo Moisés.
Organización
Debemos distinguir entre los ancianos (archontes, presbiteroi, geroysiarches,
éste último el jefe de todos), que tenían a su cargo los asuntos de la
congregación en general, y luego un grupo de funcionarios para atender
asuntos concretos, entre los que siempre tenía que haber: el
archisinagogo (archisynagogus) o presidente de la sinagoga, el limosnero (gby sdqh), y el ministro de la sinagoga (hazán).
éste último el jefe de todos), que tenían a su cargo los asuntos de la
congregación en general, y luego un grupo de funcionarios para atender
asuntos concretos, entre los que siempre tenía que haber: el
archisinagogo (archisynagogus) o presidente de la sinagoga, el limosnero (gby sdqh), y el ministro de la sinagoga (hazán).
El archisinagogo o presidente de la sinagoga
En arameo se decía ros ha-keneset.
Es el director del culto. La responsabilidad de este puesto era la de
atender al culto público. Era la persona, por ejemplo, encargada de
invitar al orador idóneo para realizar la lectura, la plegaria, así como
para la predicación. Se solía escoger para el cargo a alguno de los
ancianos. Le correspondían, hablando en general, vigilar para que nada
impropio ocurriera en la sinagoga , y es probable que tuviera también a
su cargo el cuidado de los edificios de la sinagoga. Véase Mc 5, 22.35.36.38; Lc 8, 49; 13, 14.
Es el director del culto. La responsabilidad de este puesto era la de
atender al culto público. Era la persona, por ejemplo, encargada de
invitar al orador idóneo para realizar la lectura, la plegaria, así como
para la predicación. Se solía escoger para el cargo a alguno de los
ancianos. Le correspondían, hablando en general, vigilar para que nada
impropio ocurriera en la sinagoga , y es probable que tuviera también a
su cargo el cuidado de los edificios de la sinagoga. Véase Mc 5, 22.35.36.38; Lc 8, 49; 13, 14.
Un ejemplo de
archisinagogo lo conocemos por el evangelio, donde se menciona a Jairo,
el archisinagogo de Cafarnaúm, y que muy probablemente, después de la
curación milagrosa de su hija gracias a Jesús, debió hacerse seguidor
del Maestro. Véase Mc 5 21-43; Mt 9 18-26; Lc 8 40-56. Esta deducción aparece tal cual en LU 154:1.
archisinagogo lo conocemos por el evangelio, donde se menciona a Jairo,
el archisinagogo de Cafarnaúm, y que muy probablemente, después de la
curación milagrosa de su hija gracias a Jesús, debió hacerse seguidor
del Maestro. Véase Mc 5 21-43; Mt 9 18-26; Lc 8 40-56. Esta deducción aparece tal cual en LU 154:1.
El limosnero
En arameo gby sdqh. Hacía la colecta para los pobres. Había dos tipos de colectas:
– el cestillo de las limosnas semanales (qwph o cupa), del que se tomaba lo necesario para socorrer a los pobres de la localidad una vez a la semana.
– la “bandeja” (tmhwy),
de la que cualquier necesitado, especialmente los extranjeros, podían
recibir una porción diaria. Pero sólo aquellos que no tuvieran
suficiente alimento para dos comidas al día podían solicitar esta
caridad.
de la que cualquier necesitado, especialmente los extranjeros, podían
recibir una porción diaria. Pero sólo aquellos que no tuvieran
suficiente alimento para dos comidas al día podían solicitar esta
caridad.
El ministro de la sinagoga
En arameo hzn hknst, hazán o chazán ha-keneset. En griego se usaron sinónimos como yperetes o diachonos.
Su tarea consistía en preparar los textos sagrados para el servicio y
reponerlos en su lugar una vez finalizado éste; se encargaba también de
anunciar el comienzo y el final del sábado a toque de trompeta. Sus
tareas eran muy variadas. Tanto podía encargarse de ejecutar el castigo a
los condenados a azotes, como también dedicarse a enseñar a leer a los
niños.
Su tarea consistía en preparar los textos sagrados para el servicio y
reponerlos en su lugar una vez finalizado éste; se encargaba también de
anunciar el comienzo y el final del sábado a toque de trompeta. Sus
tareas eran muy variadas. Tanto podía encargarse de ejecutar el castigo a
los condenados a azotes, como también dedicarse a enseñar a leer a los
niños.
El lector de las escrituras, el recitador de la plegaria, y el predicador
En arameo slyh shwr.
No había funcionarios oficiales para estas tareas. Esta labor se
encargaba a uno de la comunidad, o cada una de las tres tareas a
personas diferentes. También podía recaer en alguien destacado que
estuviera de paso. Es de este modo como Jesús pudo dirigir la palabra en
muchas ocasiones durante sus visitas por las poblaciones judías.
No había funcionarios oficiales para estas tareas. Esta labor se
encargaba a uno de la comunidad, o cada una de las tres tareas a
personas diferentes. También podía recaer en alguien destacado que
estuviera de paso. Es de este modo como Jesús pudo dirigir la palabra en
muchas ocasiones durante sus visitas por las poblaciones judías.
Poderes
En poblaciones
estrictamente judías, la institución acaparaba todos los poderes. El
poder religioso conllevaba asociado la autoridad en cuestiones cívicas y
legales, puesto que los judíos no distinguían entre legislación
religiosa y el resto.
estrictamente judías, la institución acaparaba todos los poderes. El
poder religioso conllevaba asociado la autoridad en cuestiones cívicas y
legales, puesto que los judíos no distinguían entre legislación
religiosa y el resto.
Actos disciplinarios
Cuando un miembro se
negaba a someterse al ordenamiento legal religioso imperante, y después
de varias advertencias, los ancianos, tras deliveración, decidían la
excomunión o exclusión de la congregación. Aunque hay que advertir que
había dos tipos:
negaba a someterse al ordenamiento legal religioso imperante, y después
de varias advertencias, los ancianos, tras deliveración, decidían la
excomunión o exclusión de la congregación. Aunque hay que advertir que
había dos tipos:
– la nidduy o sammatta, o exclusión temporal, con la posibilidad de una readmisión;
– el herem, o excomunión perpetua.
En cualquier caso tan
sólo representaba una exclusión social, no un castigo físico. La persona
quedaba marcada para siempre bajo la sospecha, y lo normal era que se
le marginara socialmente, lo cual obligaba a la persona a abandonar su
lugar de origen y a cambiar de residencia con frecuencia. También le
impedía la entrada a la sinagoga. Pero para un judío esto representaba
el peor de los castigos.
sólo representaba una exclusión social, no un castigo físico. La persona
quedaba marcada para siempre bajo la sospecha, y lo normal era que se
le marginara socialmente, lo cual obligaba a la persona a abandonar su
lugar de origen y a cambiar de residencia con frecuencia. También le
impedía la entrada a la sinagoga. Pero para un judío esto representaba
el peor de los castigos.
Esto nos permite
entender mejor los pasajes de los evangelios donde se muestra a Jesús
cambiando Cafarnaúm por Tiro y Sidón de forma inadvertida (Mc 7, 24),
probablemente a causa de su excomunión, que curiosamente no aparece
nunca mencionada en los evangelios (pero sí en El Libro de Urantia LU
154:2). Aparece mencionada, eso sí, como acción contra sus discípulos, aphorizein en Lc 6, 22 y aposynagogon poiein o ginesthai (Jn 9, 22; 12, 42; 16, 2).
entender mejor los pasajes de los evangelios donde se muestra a Jesús
cambiando Cafarnaúm por Tiro y Sidón de forma inadvertida (Mc 7, 24),
probablemente a causa de su excomunión, que curiosamente no aparece
nunca mencionada en los evangelios (pero sí en El Libro de Urantia LU
154:2). Aparece mencionada, eso sí, como acción contra sus discípulos, aphorizein en Lc 6, 22 y aposynagogon poiein o ginesthai (Jn 9, 22; 12, 42; 16, 2).
El edificio
Se llamaba en arameo bet keneset (byt hknst), en griego synagogé y proseuché, sobre todo esta última (traducido como “casa de reunión”). Otras designaciones menos comunes eran proseuchterion y sabbatherion.
Sobre su localización nos comenta Schurer:
Las sinagogas se
construían preferentemente fuera de las ciudades y cerca de la orilla de
un río o junto al mar, de forma que todos pudieran realizar la ablución
prescrita antes de tomar parte en el culto.
construían preferentemente fuera de las ciudades y cerca de la orilla de
un río o junto al mar, de forma que todos pudieran realizar la ablución
prescrita antes de tomar parte en el culto.
Aunque en la literatura
rabínica no hay indicios de esta costumbre y sí en otras fuentes, lo que
sí recordaron mencionar los rabinos es la costumbre de que se
construyan en el punto más elevado de las ciudades. Parece que en el
caso de que ambas costumbres entraran en conflicto prevalecía la de la
proximidad al agua (tal fue el caso de la sinagoga que actualmente se
conserva en las ruinas de Cafarnaúm, que está próxima al lago
Tiberíades), o bien se construían dos sinagogas (como en Giscala, donde
se encuentran restos de una sinagoga en lo alto de una colina y otra a
sus pies, cerca de un manantial).
rabínica no hay indicios de esta costumbre y sí en otras fuentes, lo que
sí recordaron mencionar los rabinos es la costumbre de que se
construyan en el punto más elevado de las ciudades. Parece que en el
caso de que ambas costumbres entraran en conflicto prevalecía la de la
proximidad al agua (tal fue el caso de la sinagoga que actualmente se
conserva en las ruinas de Cafarnaúm, que está próxima al lago
Tiberíades), o bien se construían dos sinagogas (como en Giscala, donde
se encuentran restos de una sinagoga en lo alto de una colina y otra a
sus pies, cerca de un manantial).
Las dos únicas ruinas de
sinagogas que con seguridad datan de la época de Jesús son las de
Masada y Herodium. Las demás son casi todas posteriores al siglo III
d.C., y no nos sirven para formarnos una idea exacta de cómo eran en
tiempos de Jesús (por ejemplo, la sinagoga que se puede admirar hoy en
día en las ruinas de Cafarnaúm está fechada en la última decada del
siglo IV d.C. y mediados del siglo V d.C., mucho tiempo desde la época
de Jesús, lo que hace muy improbable que fuera la que conoció el
Maestro). Por tanto, examinaremos mejor los dos casos de que disponemos
para conformarnos una idea de cómo eran estos edificios en la época que
nos ocupa.
sinagogas que con seguridad datan de la época de Jesús son las de
Masada y Herodium. Las demás son casi todas posteriores al siglo III
d.C., y no nos sirven para formarnos una idea exacta de cómo eran en
tiempos de Jesús (por ejemplo, la sinagoga que se puede admirar hoy en
día en las ruinas de Cafarnaúm está fechada en la última decada del
siglo IV d.C. y mediados del siglo V d.C., mucho tiempo desde la época
de Jesús, lo que hace muy improbable que fuera la que conoció el
Maestro). Por tanto, examinaremos mejor los dos casos de que disponemos
para conformarnos una idea de cómo eran estos edificios en la época que
nos ocupa.
La sinagoga de Masada,
en su forma original, era un rectángulo de 15 x 12 m con dos filas de
columnas. El pavimento era de yeso gris. La entrada estaba en el muro
este; a la sala principal se llegaba a través de un atrio. Luego los
zelotes hicieron modificaciones.
en su forma original, era un rectángulo de 15 x 12 m con dos filas de
columnas. El pavimento era de yeso gris. La entrada estaba en el muro
este; a la sala principal se llegaba a través de un atrio. Luego los
zelotes hicieron modificaciones.
La sinagoga de Herodium era similar, aunque parecía tener una menor finalidad religiosa, dado su emplazamiento.
El asiento honorífico, destinado sin duda al presidente de la sinagoga, era conocido por “sede o cátedra de Moisés”(en arameo qtdr dmst, en griego Moyseos cháthedra).
En la encontrada en la sinagoga de Hammat, cerca de Tiberídes, se grabó
una inscripción en arameo conmemorando a uno de los benefactores.
En la encontrada en la sinagoga de Hammat, cerca de Tiberídes, se grabó
una inscripción en arameo conmemorando a uno de los benefactores.
Ciertos elementos
arquitectónicos no pueden considerarse propios de la época de Jesús,
tales como un nicho en el muro orientado hacia Jerusalén para guardar
los rollos de la Torá, o bien la planta basilical orientada hacia la
ciudad santa con un arca para depositar la Torá en medio.
arquitectónicos no pueden considerarse propios de la época de Jesús,
tales como un nicho en el muro orientado hacia Jerusalén para guardar
los rollos de la Torá, o bien la planta basilical orientada hacia la
ciudad santa con un arca para depositar la Torá en medio.
Tenemos menciones a elementos constructivos que formaban parte de las sinagogas: exedra, pronaos, períbolos (contenía inscripciones dedicatorias y ofrendas votivas, igual que en el atrio del Templo de Jerusalén), ypaithroy,
una fuente, un patio, un comedor y pórticos. Pero está por dilucidar si
mucho o poco de esto formaba parte de la sinagoga típica de tiempos de
Jesús.
una fuente, un patio, un comedor y pórticos. Pero está por dilucidar si
mucho o poco de esto formaba parte de la sinagoga típica de tiempos de
Jesús.
Lo que sí parece seguro
es que en aquella época imperó la férrea prohibición de realizar
representaciones figurativas, ya fueran de animales o de personas, en
todo o en parte. La ornamentación, por tanto, debía ser escasa,
limiándose a la representación de los símbolos estáticos del mundo judío
(menorá o calendrabo de siete brazos, sofar o cuerno de llamada, lulab o ramos del día de las Tiendas, etrog o fruta prohibida y el maggen
David). Sólo mucho más tarde cambió esta actitud hacia las artes
plásticas en el mundo judío. Algo que seguramente estuvo, sin embargo,
en boca de Jesús, durante su peregrinación por las sinagogas judías y
extranjeras.
es que en aquella época imperó la férrea prohibición de realizar
representaciones figurativas, ya fueran de animales o de personas, en
todo o en parte. La ornamentación, por tanto, debía ser escasa,
limiándose a la representación de los símbolos estáticos del mundo judío
(menorá o calendrabo de siete brazos, sofar o cuerno de llamada, lulab o ramos del día de las Tiendas, etrog o fruta prohibida y el maggen
David). Sólo mucho más tarde cambió esta actitud hacia las artes
plásticas en el mundo judío. Algo que seguramente estuvo, sin embargo,
en boca de Jesús, durante su peregrinación por las sinagogas judías y
extranjeras.
Schurer afirma, en
contraposición a los arqueólogos que resaltan la escasez de ruinas, que
la importancia institucional de la sinagoga debió de significar que
existieron sinagogas en todas las poblaciones judías, incluso en las más
pequeñas. En las grandes urbes, como Jerusalén, Alejandría y Roma,
debieron existir unas cuantas. Un número bastante fiable para Jerusalén
es siete sinagogas. En Alejandría se habla de varias sin precisar, luego
al menos dos y probablemente tres o cuatro. En Roma un número similar.
Cuando hay varias se las suele distinguir por algún emblema o
representación. En Séforis, por ejemplo, se habla de una “sinagoga de la
vid” (knyst dgwpn), y en Roma debieron de existir varias porque a una se la distingue como la “sinagoga del olivo” (synagogé elaias).
contraposición a los arqueólogos que resaltan la escasez de ruinas, que
la importancia institucional de la sinagoga debió de significar que
existieron sinagogas en todas las poblaciones judías, incluso en las más
pequeñas. En las grandes urbes, como Jerusalén, Alejandría y Roma,
debieron existir unas cuantas. Un número bastante fiable para Jerusalén
es siete sinagogas. En Alejandría se habla de varias sin precisar, luego
al menos dos y probablemente tres o cuatro. En Roma un número similar.
Cuando hay varias se las suele distinguir por algún emblema o
representación. En Séforis, por ejemplo, se habla de una “sinagoga de la
vid” (knyst dgwpn), y en Roma debieron de existir varias porque a una se la distingue como la “sinagoga del olivo” (synagogé elaias).
El mobiliario de las sinagogas antiguas era muy simple. El principal objeto era el arca (tybh o rwn) en el que se guardaban los rollos de la Torá y otros libros sagrados. Estos estaban envueltos en lienzos de lino (mtphwt) y cerrados en un estuche (tyq o téche).
Aunque sólo se mencionan en época posterior, es presumible que debían
disponer de un estrado desde donde hablaban los lectores y predicadores (bymh o béma,
la tribuna), en el que se hallaba colocado un atril amplio para poder
hacer descansar los pesados rollos. También se mencionan lámparas.
Algunas celebraciones hacían uso del simbolismo de las luminarias, por
lo que no resulta extraño que hubiera. También se usaban los cuernos (swpwt), que se hacían sonar el día de Año Nuevo, y trompetas (hswsrwt), que se usaban los días de ayuno y al comienzo y final de cada sábado como señal de aviso.
Aunque sólo se mencionan en época posterior, es presumible que debían
disponer de un estrado desde donde hablaban los lectores y predicadores (bymh o béma,
la tribuna), en el que se hallaba colocado un atril amplio para poder
hacer descansar los pesados rollos. También se mencionan lámparas.
Algunas celebraciones hacían uso del simbolismo de las luminarias, por
lo que no resulta extraño que hubiera. También se usaban los cuernos (swpwt), que se hacían sonar el día de Año Nuevo, y trompetas (hswsrwt), que se usaban los días de ayuno y al comienzo y final de cada sábado como señal de aviso.
Referencias:
Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, Emil Schürer. Ediciones Cristiandad.
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© Jan Herca, 2009. Este trabajo está sujeto a la licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.5 Spain License
© Jan Herca, 2009. Este trabajo está sujeto a la licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.5 Spain License
tener una edad especifica para hablar desde una sinagoga y esto lo digo
por la edad en que jesus hablo desde ella.
los niños se convertían en adultos ante la Ley, y podían desde ese
momento leer y explicar las Escrituras en la sinagoga. El acto por el
que se hacía esto, la Bar Mitzvá, se caracterizaba precisamente porque
el postulante elegía un texto y lo leía este día.