lunes, 28 de diciembre de 2015

Historia de Irán - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Extensión geográfica de la influencia iraní en el siglo I a. C. El Imperio parto (en su mayor parte iranios occidentales) se muestra en rojo, otras zonas, dominadas por Escitia (mayormente iranios orientales), en naranja.
La historia de Irán puede hacer referencia a la historia del
moderno país con este nombre, pero también se utiliza, en un sentido más
amplio, para referirse a la historia del llamado Gran Irán (denominado continente cultural iranio en la Encyclopædia iranica), un extenso territorio que abarca la zona que va desde el Éufrates al oeste hasta el río Indo y el Jaxartes en el este y desde el Cáucaso, mar Caspio y mar de Aral en el norte al golfo Pérsico y el golfo de Omán en el sur. El Gran Irán incluye las modernas naciones de Irán, Azerbaiyán, Afganistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán, las partes orientales de Turquía e Irak y las partes de Pakistán que quedan al oeste del Indo. En esta región se desarrolló una de las más antiguas civilizaciones del mundo, que, a lo largo de miles de años, pasó por diferentes etapas: desde la antigua civilización en la meseta iraní, la civilización manaeana en Azerbaiyán, Shahr-i Sokhta (‘ciudad quemada’) cerca de Zabol en Sistán y Baluchistán, y la antigua civilización de Jiroft en Kermán (más de 5000 a. C.) seguido por el reino de Elam (más de 3000 a. C.) y las dinastías meda, aqueménida, parta, sasánida y los siguientes imperios hasta la moderna República Islámica de Irán.


Irán fue conocido en Occidente hasta 1935 como Persia, nombre derivado del griego Persis, usado para referirse a la nación irania, su pueblo y sus imperios antiguos. Los iraníes llaman a su país Irán / Iranshahr desde el período sasánida.


El nombre Persia proviene de la región del sur de Irán, llamada Fars/Pars, derivado de Parshua, lugar de origen del Imperio persa.



Índice

Prehistoria

Plantilla:Historia de Irán


Irán presenta vestigios de ocupación humana y restos culturales pertenecientes a casi toda la Edad de piedra. En el Baluchistán
iraní se han encontrado instrumentos de piedra pertenecientes al
complejo tecnológico lítico que se extiende desde el Baluchistán
pakistaní. Dichos objetos corresponden al Paleolítico
inferior. En la región se encontraron materiales de piedra que están
entre los más antiguos descubiertos hasta ahora en Irán, con una edad
estimada de 800 000 años. Cerca de Tabriz se han descubierto los restos de lo que sería un campanento de cazadores de dicho período.


La escasez de vestigios se debe (al menos) a dos factores: (a) las
escasas excavaciones arqueológicas realizadas en la región y (b) la
reestructuración del terreno en el Pleistoceno superior, junto con otras regiones montañosas del Asia Central.


Se han hallado cuevas ocupadas durante el Paleolítico medio, así como restos culturales musterienses. En la cuenca occidental del río Helmand se encontró evidencia de una ocupación musteriense y se espera encontrar más restos en la región que se extiende hasta Afganistán. Estos restos forman parte de un continuum de industrias musterianas y restos físicos neandertaloides que se extiende desde las Tian Shan a través de Asia Central y el Cercano Oriente, sur de Rusia, Europa oriental y occidental, así como el norte de África hasta el Atántico.


Durante el Paleolítico superior se evidencia una creciente
complejización social, desarrollo de las artes y utilización de nuevas y
más sofisticadas técnicas de trabajo de la piedra, produciendo
herramientas filosas y precisas.


Durante el Neolítico se desarrolló un proceso de sedentarización,
producción estable de alimentos, desarrollo de la agricultura y la
ganadería y establecimiento de rutas de intercambio de corta distancia
entre comunidades relativamente cercanas entre sí. La sociedad y las
artes se desarrollan en patrones cada vez más complejos. La evolución
hacia una economía neolítica puede observarse en el Irán occidental y
norte de Irak.


En el Irán noroccidental la transición hacia una economía de producción comenzó durante el Mesolítico (X milenio a. C.) y se cree que existió un centro con tales características en la región del mar Caspio. En Ghar-i Karmarband se hallaron restos que podrían haber sido utilizados para la fabricación de jabalinas.
Se encontraron restos de gacelas persas, toros salvajes y renos. Se
halló también un enterramiento de una niña, cuyo cuerpo había sido
pintado con ocre rojo, así como pendientes de piedra pulida, huesos y
conchillas, y conos de arcilla que podrían evidenciar los primeros
intentos de trabajar este material, que daría luego origen a la
alfarería. Durante este período se dan los primeros intentos de
domesticación de cabras y ovejas. Este proceso, comenzado durante el
Mesolítico, se habría completado recién en el Neolítico.


La entrada en el Neolítico se data en Irán entre el VII y el VI milenio a. C. Turang Tappeh (también puede encontrarse como Turang Tepe)1 y Yarim Tepe constituyen evidencia de que en el VI milenio la región del valle del Gorga
contenía asentamientos agrícolas, viviendas de ladrillo y dos tipos de
residencias: unas con un hogar elevado y paredes quemadas por el humo, y
otras sin espacio para fuego, más pequeñas, con el suelo prolijamente
alisado. En algunas de esas últimas se encontraron figurillas de arcilla
muy estilizadas. Se han descubierto adornos de hueso y hojas de
obsidiana. Estas culturas habrían tenido contacto con sus vecinas Yarim
Tepe, Jeitun (sur de Turkmenistán) y Sialk II (centro de Irán), a lo largo del valle del Gorgan.


Protohistoria

La Edad del Cobre, caracterizada por la aparición de elementos de cobre y cerámica pintada en Susiana (sudoeste de Irán) y en Sialk (centro-oeste), se extiende en Irán a lo largo del IV milenio a. C.,
y se han hallado restos arqueológicos, entre los que se cuenta la
cerámica con formas animales o abstractas de gran calidad, algunos de
los cuales tenían aparente uso ritual. Las rutas comerciales ganan en
extensión y comienzan a surgir asentamientos urbanos, en un proceso
regional que se desarrolla entre Anatolia, Mesopotamia, el complejo arqueológico de Bactria-Margiana y la cultura del valle del Indo.


Antigüedad

A comienzos del III milenio a. C. aparece en Susa una forma de escritura, posiblemente derivada del sistema sumerio para representar la lengua elamita, y el Imperio elamita surge como nuevo poder en el sudoeste de Irán, en competencia con los imperios vecinos de Babilonia y Asiria.
La economía elamita se basaba principalmente en el comercio, y su larga
tradición administrativa está evidenciada por la cantidad de tablillas y
registros conservados.


A partir del 2000 a. C. los medos y los persas, pueblos arios o indoeuropeos, comenzaron a desplazarse desde las llanuras del sur de Rusia y Asia Central hacia Europa y Asia. Durante el II milenio a. C. invadieron la meseta del Irán, entre el mar Caspio y el golfo Pérsico,
estableciéndose en los escasos valles en los que se cultivaba el trigo y
los árboles frutales. Estos pueblos hablaban una variedad de dialectos
del Persa Antiguo, una de las lenguas iranias perteneciente a la familia de las lenguas indoeuropeas, emparentadas con el Avéstico (Iranio Antiguo Oriental) y el Sánscrito Védico.


A mediados del siglo VII a. C., grupos de tribus iranias identificadas como medos, establecidos al norte y noroeste de Irán, se libran del yugo asirio, afirmando su poder sobre la región. Gracias a Ciáxares y Astiages se acaba con el poderío asirio, tomando Nínive en 612 a. C. y fundando el primer imperio iranio. De ese mismo período son las fuentes que mencionan a Ciro I, rey de Anshan.


Imperio persa


El Imperio aqueménida en su máxima expansión.
El dominio medo, no obstante, fue breve, gracias a la labor emprendida por un noble persa de la familia Aqueménida, Ciro II (555-529 a. C.), rey de Anshan, quien creó un poderoso ejército siguiendo el modelo de los antiguos asirios. A partir del año 550 a. C., Ciro II, llamado después el Grande, unificó a los persas, sometió a los medos y conquistó Babilonia (con lo que puso fin al Imperio neobabilónico), Siria, el Levante y Asia Menor. A diferencia de los conquistadores semitas
precedentes, Ciro trató con benevolencia a los pueblos sometidos. Este
rasgo típicamente persa era un concepto de poder totalmente nuevo.


Su labor de conquista fue continuada por su hijo y sucesor, Cambises II (530-522), quien se anexionó Egipto y marcó la máxima extensión del Imperio aqueménida, configurando el mayor imperio hasta entonces conocido en el Próximo Oriente. El esplendor del Imperio persa viene marcado por la figura de Darío I (522-486). Darío I, en un acto probablemente ilegítimo, se apoderó del trono de Persia y proclamó su pertenencia a la familia Aqueménida en la Inscripción de Behistún. Se dedicó fundamentalmente a organizar el extenso imperio heredado. Territorialmente, lo organizó en satrapías, provincias que procuraban respetar las entidades naturales; estaban dirigidas por un sátrapa;
el poder militar, sin embargo, estaba reservado a los generallamados
"ojos y oídos del rey" inspeccionaban esta organización política. El
Imperio aqueménida recaudaba cuantiosos impuestos, parte de los cuales se amonedaban en oro y plata acuñándose monedas como el dárico o el shekel.
Gran parte de los ingresos se destinaban a la construcción de obras
públicas, como la red de caminos con los que se pretendía unir las
diversas partes del imperio, el más famoso de los cuales es el Camino Real de Susa a Sardes. Construyó palacios y monumentos en las capitales Susa y Persépolis. El tercer gran gasto del imperio lo constituía el enorme ejército.


Fue Darío quien convirtió en religión oficial el mazdeísmo, que el príncipe profeta Zoroastro (o Zaratustra) había comenzado a predicar hacia el año 700 a. C. Se trataba de una religión dualista, en la que el mundo estaba regido por dos principios: el bien (Ormuz o Ahura-Mazda, simbolizado por la luz, el Sol) y el mal (Arimán).
Los seres humanos debían llevar una vida pura y practicar buenas
acciones para conseguir que el bien triunfara sobre el mal. Esta
religión carecía de templos, alzándose simplemente altares al aire libre
donde ardía permanentemente una llama. Esta doctrina consta en el Zend Avesta.


Pero con Darío comenzó también el declive del Imperio aqueménida, al
emprender una lucha contra los griegos que se conocería como las guerras médicas y que continuaron sus sucesores: Jerjes I, Artajerjes I, Darío II, Artajerjes II y Darío III. Durante el primer tercio del siglo V a. C., persas y griegos compitieron por el dominio sobre las ciudades griegas de Asia Menor, las costas del Mediterráneo y el control de los puertos comerciales, así como el acceso al trigo de las costas del Mar Negro. Estos conflictos fronterizos comenzaron con las sublevaciones jonias e incluyeron la quema de Atenas por parte de los persas, en represalia por la destrucción de Sardes durante los levantamientos de principios de ese mismo siglo.


Después de los fracasos militares de la Segunda Guerra Médica,
los aqueménidas detuvieron su expansión y perdieron algunos
territorios, mientras los levantamientos y rebeliones se sucedían por
todo el imperio. Las continuas derrotas de los persas culminaron con la
invasión (en 334 a. C. y fin del propio imperio por Alejandro Magno (336 a. C.). Persépolis fue destruida por los soldados macedonios. Alejandro adoptó costumbres orientales estableciéndose en Babilonia luego de consolidar su conquista en el territorio que se extiende entre Egipto y el río Indo. A su muerte, los sucesores o Diádocos se repartieron sus territorios, y pasó a Seleuco I Nicátor (300 a. C.). Los seléucidas gobernaron durante una época de gran debilidad, tanto externa como interna; se trataba de una dinastía helenística, en la que se dejaba sentir la profunda influencia griega.


Imperio Parto

El Imperio Parto fue establecido por Arsaces, quien fundó la Dinastía arsácida (اشکانیان), la cual gobernó las planicies y mesetas iraníes después de haber conquistado Partia y derrotar al Imperio seleúcida (سلوکیان) a finales del siglo III a.C. De manera intermitente controlaron Mesopotamia entre el año 150 y 224 d.C. También dominaron el este de la península arábiga.


El Imperio Romano era el mayor enemigo de los partos, pues frenó su expansión al oeste limitándolos a Cappadocia
(Anatolia central). Los ejércitos partos incluían dos tipos de
caballería: las fuertemente armadas y blindadas catafractas y los
ligeramente armados arqueros a caballo.


Para los romanos. que dependían fuertemente de su infantería, los
partos eran muy difíciles de derrotar, pues la caballería parta era
mucho más rápida y móvil que los soldados a pie. Por otra parte, para
los partos fue muy difícil ocupar las áreas romanas, pues generalmente
estaban bajo asedio. Debido a estas debilidades, ni los romanos ni los
partos fueron capaces de anexionarse el territorio del otro.


El Imperio Parto subsistió durante cinco siglos, mucho más que la
mayoría de los imperios de Asia. Finalmente el Imperio cayó en el año
224 d.C., cuando la organización del imperio se perdió y el último rey
fue derrotado por uno de sus vasallos, con lo que se dio por terminada
la Dinastía arsácida.


Imperio sasánida (224-651 d.C.)

En 226 surge en Persia, tras una revuelta nacionalista, el Imperio sasánida, que intenta devolver a Irán la gloria de los Aqueménidas. El imperio sasánida (226-652) luchó a lo largo de los siglos contra los romanos, los bizantinos y las tribus que lo acosaban desde Asia Central. Sus monarcas más destacados fueron Cosroes I y Cosroes II, ambos del siglo VI. Sólo la invasión árabe del siglo VII, en plena expansión del islamismo, pudo ponerle fin con la derrota del último sah, Yazdgard III.


Edad Media (652-1501)

La Edad Media en Persia vio sucederse el dominio de diferentes pueblos. Fueron los árabes, recientemente islamizados, quienes conquistaron el reino sasánida a mediados del siglo VII. En 634 tomaron la capital sasánida (Ctesifonte, actual Irak) y para el año 655 ya habían conquistado Kabul y Kandahar (lo que hoy es Afganistán). No obstante, aunque el territorio persa quedó así inmerso en el nuevo Imperio árabe, lo cierto es que los califas de Damasco
no forzaron una política de conversiones, sino que toleraron dentro de
sus fronteras las antiguas religiones. Así, en Persia perduraron la
creencias zoroastrianas, monofisitas y nestorianas.
No obstante, los no misulmanes tenían la obligación de pagar más
impuestos y tenían otra serie de restricciones. El país fue
islamizándose poco a poco, pero manteniendo rasgos particulares. Así,
Persia se convirtió en lugar donde encontraban amparo tendencias
diversas dentro del islamismo que se enfrentaban a los califas de
Damasco. Los descendientes de Alí, llamados "alidas", que se oponían a los califas omeyas. O los jariyitas, cuya posición se vio reforzada tras la muerte de Husain en 680. O, finalmente, y con carácter destacado, los chiítas, que eran fieles a los descendientes directos del Profeta.


En esta época, el desarrollo del gran comercio, en particular marítimo, se dejó notar en las ciudades meridionales como Siraf u Ormuz, en la que recalaban navíos que luego llegaban hasta la India o China, actuando así como activos centros comerciales.


El enfrentamiento entre los persas y los califas de Damasco cristalizó en una serie de revueltas. Las regiones de Merv y Jorasán se convirtieron en refugio de alidas y chiítas. Encabezados por Abu Muslim, se alzaron en 747 contra los omeyas, a quienes derrotaron tres años después en la batalla del Gran Zab o "batalla del Zab". No obstante, quien consiguió hacerse con el poder fueron los abasí, descendientes de Abbas, tío de Mahoma. El primer califa abasí fue Abul-Abbas (750-754), quien dependía en gran medida de sus aliados persas. Trasladaron el califato desde Damasco (Siria) hasta Bagdad (actual Irak), ciudad nueva fundada el 30 de julio de 762 por el califa Al-Mansur. La influencia persa se dejó sentir en la transformación de la monarquía, pues los califas pasaron a ser reyes al estilo sasánida:
no eran jefes de los árabes, sino de todos los creyentes; vivían
encerrados en su palacio, lejos de sus súbditos; sólo aparecían
públicamente en ceremonias de gran pompa.


Los califas de Bagdad dependieron cada vez más de sus jefes militares, persas primero y turcos
después. Poco a poco los ejércitos se transformaron en fuerzas privadas
de uno u otro general, lo que contribuyó a la tendencia disgregadora
del califato. Amplias zonas de Persia escaparon a su control,
constituyéndose en reinos independientes. Las revueltas contra el poder
central fueron especialmente intensas en el Jorasán, cuyo primer reino independiente fue establecido por Tahir, príncipe de Nishapur, de Jorasán y de Kermán (822).
Pero parece que fue más una cuestión de ganancia política y
territorial; de hecho, Tahir había ayudado al califa a someter a otros
movimientos nacionalistas en otras partes de Persia como el movimiento
de Maziar en Tabaristán.


La primera dinastía en Jorasán, después de la introducción del islamismo, fue la dinastía safárida (861-1003). Tiene su origen en la más remota región del oriente iraní, Sistán, donde fueron particularmente intensas las prédicas de los jariyitas. Saffar, un calderero, fue proclamado califa, y emprendió la conquista de las provincias vecinas: Sind y Jorasán. Instaló su capital, Nishapur, en esta última región, e incluso lanzó una ofensiva contra Bagdad, que fue rechazada (879).


Los samánidas (875-999), también oriundos del Jorasán, gobernaron extensos territorios, desde el mar de Aral al océano Índico y el golfo Pérsico. Destacó por su comercio internacional y sus logros artísticos. Los buyíes (932-1055)
son una dinastía fundada por un príncipe persa de sangre real próximo a
los chiítas; reinaron en Persia occidental, llegando luego a Bagdad,
hasta Fars y Kermán. Gobernador de Jorasán era el un turco que se sublevó contra el califa en 961 y fundó en Ghazna (Afganistán) un imperio que se extendió hacia el Jorasán iraní.


Los buyíes de Persia se vieron conquistados por los turcos selyúcidas que hacia el año 1000 invadieron el Jorasán y el Irak. Para el año 1040 ya estaban instalados en Nishapur. Precisamente en esta ciudad empezó su carrera el teólogo Al-Ghazali (1058-1111), oriundo del Jorasán y que con sus enseñanzas contribuyó a la reconquista del pueblo llano iraní. En 1092,
a la muerte del sultán, Persia se convirtió en reino independiente
gobernado por uno de los hijos del sultán. Sus fronteras se vieron
atacadas por las tribus asiáticas, y perdió la Transoxiana, en favor del reino de Kara-Kitai.


Un siglo después (1190), los jorezmitas
fundaron un imperio iranio sobre Persia oriental hasta Afganistán. Los
jorezmitas, como el resto de Persia, fue conquistado por los mongoles de Gengis Kan (1220). El kanato de Persia (o "Iljanato"), vasallo del gran kan de Pekín, tuvo su capital en Meragha, cerca del lago Urmía. En 1295 Ghazan abandonó el budismo y se convirtió al islamismo. Su capital, Tabriz, se convirtió en centro difusor de la religión musulmana chií. En esta época se fortalecieron las relaciones entre Persia y el Extremo Oriente. En el arte se dejó notar cierta influencia china, en particular en las miniaturas. Los ejército mongoles de Tamerlán asolaron Persia en 1380-1385. Los timúridas gobernaron entre 1370-1506.


Edad Moderna

El siglo XVI fue el de la independencia con la dinastía safaví o sefévida. Tiene su origen en las órdenes religiosas sufíes (místicos chiítas) de las montañas de Azerbaiyán. Organizaron su estado en torno al santuario de Ardabil, cerca del mar Caspio. Ismail, su jefe, se proclamó sah en el año 1501. El reino sefévida consolidó definitivamente la diferencia entre los persas y el resto de los musulmanes, al consagrar la preeminencia del chiísmo dentro de Irán. De esta dinastía, cabe destacar el reinado de Abás el Grande (1587-1629).


Edad Contemporánea

Dinastía Kayar (1796-1925)

En el siglo XVII, los países europeos como Gran Bretaña, El Imperio
Ruso y Francia, comenzaron a establecer pequeñas colonias en la región.
Como resultado de esto Persia perdió el control en varias de sus
provincias, incluida la que hoy en día es Georgia
(Excepto por las zonas controladas por el Imperio Otomano que
finalmente fueron conquistadas por Rusia en 1878) por otra parte las
regiones de Daguestán, Azerbaiyán y Armenia fueron cedidas a Rusia mediante el Tratado de Turkmenchay el Tratado de Gulistan,
etc. Entre 1870 y 1871 una fuerte hambruna azotó al reino, lo que causó
la muerte de 2 millones de personas. Una nueva era en la Historia de
Persia surgió con la Revolución constitucional iraní
que aconteció a finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que
se oponía al poder absoluto del Shah. En 1906 el Shah estableció la
primera constitución de Irán con lo que la nación se convirtió en una
monarquía constitucional. El primer Majlis (parlamento) fue inaugurado
el 7 de octubre de 1906. El descubrimiento de petróleo en 1908 por los
británicos en la región de Juzestán
reavivó el interés de los británicos en Persia. El control por Persia
era disputado por Rusia y Gran Bretaña en lo que se conoció como El Gran Juego y resultó en la Entente anglo-rusa,
el cual dividió a Persia en dos grandes esferas de influencia, lo que
le quitó soberanía a la nación. Durante la Primera Guerra Mundial, el
país fue ocupado por los británicos, los otomonanos y los rusos, pero
Persia era un país neutral. En 1919, después de la Revolución de Febrero de 1917 en Rusia, los británicos intentaron establecer un protectorado
en Persia, pero no se consolidó. Finalmente, El Movimiento Jangal y los
vacíos de poder del gobierno terminaron por desestabilizar al gobierno
de los Kayar y permitió que en 1925 se estableciera una nueva dinasía, la Pahlavi al mando de Reza Shah.


Dinastía Pahlavi


Coronación del Sah de Irán en 1967.
En el año 1925 subió al poder Riza Pahlavi, jefe militar de ideología nacionalista. En 1941 Riza Pahlavi, germanófilo, abdicó en su hijo Mohammad Reza Pahlevi. Los ejércitos soviético e inglés invadieron Irán durante la Segunda Guerra Mundial; en Teherán se celebró la conferencia de igual nombre. La ocupación extranjera acabó en 1946, y durante la posguerra se intensificó el movimiento nacionalista, contrario a las injerencias extranjeras.


En 1953, el primer ministro Mohammad Mosaddeq,
fue expulsado del poder al intentar nacionalizar los recursos
petrolíferos, en una operación orquestada por británicos y
estadounidenses. La inteligencia británica logró convencer al gobierno
de los Estados Unidos que Mosaddeq era comunista, y en 1953 la CIA ejecutó la Operación Ajax
y quitó del poder a Mosaddeq, imponiendo un gobernante favorable a los
Estados Unidos; en el año 2000 los Estados Unidos se disculparon por
esos hechos.2
Esta operación causó movimientos violentos, la mayoría financiados por
la CIA para deponer al presidente, y terminó con 300 muertos. La
operación tuvo éxito, Mosaddeq se rindió y fue arrestado el 19 de agosto. Fue enjuiciado y acusado de traición, se le da una sentencia de tres años.


En 1955 se firmó el pacto de Bagdad. El sah,
con el apoyo de los Estados Unidos y el Reino Unido empezó la
modernización de la industria del país, y al mismo tiempo eliminó toda
oposición a su régimen con la ayuda de la agencia de Inteligencia SAVAK. Su principal opositor fue el Ayatolá Ruhollah Jomeini muy popular entre los círculos religiosos del país, que fue arrestado y encarcelado durante 18 meses. Al ser liberado en 1964 criticó a los Estados Unidos por el apoyo dado al régimen autocrático del sah, se exilió en Turquía y más tarde terminó en París, desde donde prosiguió su crítica al régimen de los Pahlavíes. En 1967 se produjo la solemne coronación como emperadores de Reza Pahlevi y su esposa Farah Diba.


El sah intentó consolidar a la burguesía y desarrollar la industria, pero la corrupción y las desigualdades sociales aumentaron, lo que provocó una crisis que empezó en agosto del año 1977.


Revolución islámica


Llegada de Jomeini procedente de Francia el 1 de febrero de 1979.
La revolución dio comienzo en enero de 1978 con manifestaciones en contra del Sah.3 La revuelta se había generalizado ya para septiembre de 1978, promovida por Jomeini desde el exilio. El sah Mohammad Reza Pahlevi incrementó sus poderes dictatoriales con el apoyo de los Estados Unidos, que le consideraba su mayor aliado en la zona. El sah huyó de Irán en enero de 1979. El 1 de febrero siguiente el ayatolá
regresó a Irán desde su exilio en París, el ejército se declaró neutral
después de que las guerrillas y los rebeldes sobrepasasen al número de
tropas leales al Sah e Irán se convirtió en República Islámica el 1 de
abril de ese mismo año, cuando el pueblo aprueba el referéndum con una
elevada mayoría.4


Las relaciones con los Estados Unidos
se volvieron antagónicas cuando estudiantes de Irán entraron y
capturaron al personal de la embajada de este país y los catalogaron
como espías y ligados con la CIA para derrocar al ayatolá como hicieron con Mossadegh en 1953.5 Así, tras la Revolución Iraní, el gobierno estadounidense permitió un Golpe de Estado en Irak, estableciéndose la dictadura de Saddam Husein para hacer contrapeso al régimen de Irán. El 23 de septiembre de 1980 estalló la guerra entre Irán e Irak, después de que este último país denunciara el tratado fronterizo de 1975; finalizaría en 1988.


Actualidad

Tras la muerte de Jomeini en 1989 fue sucedido por Alí Jamenei
como jefe de estado, quedando la jefatura del gobierno abierta a unas
elecciones cada cuatro años en las que se ha asistido a una pugna entre
un sector reformista liderado por Muhammad Jatami y otro sector conservador.


Entrado el siglo XXI, Estados Unidos actuó contra los dos países que flanquean geográficamente a Irán: Afganistán al Este e Irak al Oeste. En 2001, tras los atentados del 11-S, Irán colaboró con EE.UU. en la guerra de Afganistán.6 En su discurso del Estado de la Unión de 29 de enero de 2002, el presidente de los Estados Unidos George W. Bush incluyó a Irán en el llamado eje del mal,
al entender que su régimen "anda enérgicamente tras estas armas [se
refiere a las de destrucción masiva] y exporta terror, mientras que unos
pocos que no han sido elegidos reprimen el deseo de libertad del pueblo
iraní". Es por ello que se ponen internacionalmente trabas al programa nuclear iraní, desarrollado en contra de las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica.


Documentales sobre la historia de Irán

  • 2008 - Irán, una nación dividida (Jean-Michel Vecchiet - Iran, the hundred-year war), Arte France y Artline Films para Canal Historia. Historia de los últimos cien años de Irán, desde el descubrimiento de las reservas de petróleo hasta la crisis nuclear.

Véase también




Notas


  • Tappeh es el nombre en persa de tell,
    que significa "colina" o "montículo", que es una clase de yacimiento
    arqueológico en forma de un montículo de tierra que es el resultado de
    la acumulación y subsiguiente erosión de material depositado a lo largo
    de siglos de ocuación humana. Tepe es la palabra equivalente turca, aunque también se usa höyük como en Çatalhöyük.

    1. Quizá no terminó en 1722 sino en 1736.

    Bibliografía

    • History of Civilizations of Central Asia (I). Editors: A. H. Dani, V. M. Mason. Unesco Publishing, 1992. Pp. 29-126. ISBN 92-3-102719-0
    • Irán por dentro. La otra historia. Alfred G. Kavanagh. Olañeta/Indica Books, 2010. 805 pp. Ver reseña
    • Abrahamian, Ervand (2008). A History of Modern Iran. Cambridge University Press. ISBN 0-521-82139-8.
    • Cambridge University Press (1968-1991). Cambridge History of Iran. (8 vols.). Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 0-521-45148-5.
    • Daniel, Elton L. (2000): The History of Iran. Westport (Connecticut): Greenwood, 2000. ISBN 0-313-36100-2.
    • Del Guidice, Marguerite (agosto de 2008): "Persia – Ancient soul of Iran". En National Geographic Magazine.
    • Olmstead, Albert T. E. (1948): The History of the Persian Empire: Achaemenid Period. Chicago: University of Chicago Press, 1948.
    • Van Gorde, A. Christian. Christianity in Persia and the Status of
      Non-Muslims in Iran (Lexington Books; 2010) 329 pages. Traces the role
      of Persians in Persia and later Iran since ancient times, with
      additional discussion of other non-Muslim groups.
    • Benjamin Walker: Persian Pageant: A Cultural History of Iran. Calcuta: Arya Press, 1950.
    • Nasr, Hossein (1972): Sufi Essays. Nueva York: SUNY Press. ISBN 978-0-87395-389-4.

    Enlaces externos


  • CNN Transcripts, "U.S. Comes Clean About The Coup In Iran", 19 Apr 2000


  • The Iranian Revolution


  • Enciclopaedia Britannica


  • PBS, American Experience, Jimmy Carter, "444 Days: America Reacts"


  • Irán ayudó a EEUU a luchar contra Al Qaeda tras el 11-S