sábado, 22 de agosto de 2015

Genealogia Judia de Calatayud y Sefarad

Genealogia Judia de Calatayud y Sefarad





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Genealogia Judia de Calatayud y Sefarad

GENEALOGÍA JUDÍA DE CALATAYUD Y SEFARAD
Alvaro Lopez
Asensio
ISBN 978-84-92524-04-4, 2008, 462 págs.

colección ALJAMAS nº 3








29,00 €
IVA incluído






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FINALIDAD DEL LIBRO: “GENEALOGIA JUDIA DE CALATAYUD Y SEFARAD”.
Todos los nombres de circuncisión y apellidos hebreos tienen un
significado, que influirá positivamente en la vida del que lo lleva. El Talmud
nos enseña que el nombre tiene una influencia sobre su portador (Berajot 7b),
por lo que siempre estará ligado a su alma y a su vida. Para el mundo judío, los
nombres y apellidos (onomástica) mancan una dirección, un destino; de ahí la
importancia que ha tenido en la historia su  significado.
En este libro descubrirás como un simple cambio de domicilio
(toponímicos), el ejercicio de una profesión, el nombre del padre o primer
linaje familiar (patronímicos), los defectos físicos, las cualidades personales
y morales de la condición humana, o el profundo sentimiento religioso, dieron
origen en la Edad Media a los nombres y apellidos hebreos, con sus
correspondientes significados.



SIPNOSIS DEL LIBRO: “GENEALOGIA JUDIA DE CALATAYUD Y
SEFARAD”
  • La población  judía de Calatayud:



  • Los datos fiscales del reino de Aragón revelan que la aljama
    judía de Calatayud aumentó tímidamente su población durante la segunda mitad del
    siglo XIII, repuntando considerablemente a partir de la segunda década del siglo
    XIV. A este aumento demográfico contribuyó, entre otros acontecimientos, la
    expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290, los de Francia en 1306; o la
    emigración masiva de judíos navarros que huían de las persecuciones dinásticas
    de ese reino en 1328.
  • A partir del segundo cuarto del siglo XIV (año 1325), la aljama
    judía de Calatayud sufrió una grave crisis económica y, por consiguiente,
    demográfica. Las causas de esta recesión fueron los procesos inquisitoriales,
    los asfixiantes impuestos reales, las epidemias de peste que se sucedieron a
    partir de 1348, y la guerra entre Castilla y Aragón (1362-1368), llamada de los
    Pedros. Estos acontecimientos harán que la población judía rural emigre hacia la
    arruinada Calatayud buscando su recuperación anímica y económica.
  • En el último tercio del siglo IV, la judería bilbilitana mejora
    sus expectativas socio-económicas y, con ellas, una explosión demográfica. Entre
    los siglos XIV y XV se alcanzan los índices demográficos más altos de su
    historia, estimándose una población entre los 900 y 1.000 habitantes.
  • La Disputa de Tortosa (1423-1414) supuso la conversión a la fe
    cristiana de unos 200 judíos bilbilitanos, disminuyendo la población a 700-750
    habitantes. Este padrón ya no se recuperará en los años sucesivos, permaneciendo
    más o menos estable durante todo el siglo XV.
  • En 1492 salieron de Calatayud alrededor de 600 judíos. Es muy
    probable que, en esos últimos momentos, hubiera conversiones relámpago para
    evitar así el exilio



  • La Onomástica judía de Calatayud:
  • Los judíos bilbilitanos del siglo XV emplearon (delante del
    nombre) títulos y tratamientos como «don» (de origen judío) y «honor» o
    «honrado» (de origen cristiano); ambos quieren poner de manifiesto la honestidad
    y honorabilidad de la persona que lo lleva.
  • Los judíos de Calatayud tenían la costumbre de poner al
    primogénito el nombre del abuelo paterno vivo. Al resto de hijos se les impone
    el nombre de otros familiares directos vivos, especialmente el del abuelo
    materno. El mismo procedimiento se seguía con las niñas, cuyos nombres estaban
    vinculados al de las abuelas y demás familiares femeninos.
  • La coincidencia de nombres y apellidos entre los miembros de
    una misma familia producía confusión identificativa. Para solventar este
    problema, la documentación trata de distinguirlos con la expresión «mayor de
    días» o «menor de días», incluso especificando la filiación paterna «fillo de…».
  • Los nombres de origen hebreo son los de mayor implantación
    entre los varones bilbilitanos (78%), seguido del romance de raíz latina (15%)
    y, en menor medida, del árabe (7%). Aunque los judíos nunca llevan nombres
    compuestos, sus significados sí que lo eran en mucho de los casos.
  • Por el contrario, los nombres de las mujeres judías de
    Calatayud son mayoritariamente de origen romance (61%), seguido del árabe (27%)
    y del hebreo de tradición bíblica (12%). Sorprende que estos últimos sean los
    menos elegidos y frecuentes de toda la onomástica judía femenina.
  • Mientras que el apellido del varón judío permanece inalterable
    durante toda la vida, la mujer cambiará el suyo por el del marido cuando se
    case. Una mujer viuda podía utilizar cualquiera de los dos apellidos (el de
    soltera o el nuevo de casada). Las viudas bilbilitanas preferían seguir llevando
    el apellido familiar del marido, según se desprende de la documentación
    estudiada.
  • Los apellidos judíos son hereditarios y se han transmitido de
    padres a hijos desde los tiempos bíblicos. En la Calatayud del siglo XV se
    documentan un total de 251 apellidos judíos diferentes. Los más abundantes
    tienen un origen latino-romance (56%), seguido del árabes (20%) y de los
    específicamente hebreos (19%). Menor incidencia tienen los de influencia
    prerromana (1%), griega (2%), hispano-romana (1%) e hispano-visigoda o mozárabe
    (1%).
  • Estos apellidos no hebreos se han formado a través de dos
    acontecimientos sociales importantes: por un lado los cambios que han provocado
    las conversiones al judaísmo de muchas de las personas que han vivido en Sefarad
    en las diferentes épocas de su historia, y por otro las traducciones que se han
    hecho a las diferentes lenguas que se han hablado en la Península Ibérica
    (prerromano, latín, germánico, mozárabe, árabe y romances como el gallego,
    asturiano, castellano, aragonés y catalán).
  • Todos los apellidos judíos tienen un significado concreto. El
    mundo judío cree que el significado del nombre o del apellido influye
    positivamente en el que lo lleva. Un simple cambio de domicilio (toponímicos),
    el ejercicio de una profesión, el nombre del padre o primer linaje familiar
    (patronímicos), las cualidades físicas y morales de la condición humana, o su
    profundo sentimiento religioso, serán argumentos suficientes para formar dichos
    apellidos.
  • Los apodos o motes fueron habituales en la judería de
    Calatayud, siendo más frecuentes en las clases bajas de la comunidad.

3.- La Familia judía en Calatayud:
  • El 43% de los apellidos judíos de la Calatayud del siglo XV
    está compuesto por un sólo miembro. Sin embargo, el 64% de los linajes o clanes
    familiares tiene entre 2 y 5 miembros. Los linajes más numerosos son también los
    más antiguos, como acabamos de ver.
  • La media de actividad notarial de los judíos bilbilitanos
    durante el siglo XV es de 38 años, por lo que la media de edad de dichos judíos
    se puede establecer entre 38 y 43 años. El 22% de los judíos llega a hacerse
    viejo (entre 50 y 60 años); sólo el 2% sobrepasará los 60 años.
  • El hecho de que el colectivo de viudas judías esté mejor
    documentado que el resto de grupos femeninos (solteras y casadas), nos ha
    permitido saber que el promedio de tiempo de su actividad notarial (una vez
    fallecido el marido) es de 5 años, lo que hace pensar que la media de viudedad
    estaba entre 5 y 8 años. Los datos no nos permiten saber, por ahora, si la mujer
    judía vivía más que el varón.
  • Los matrimonios judíos de Calatayud en el siglo XV tenían una
    media de 1'68 hijos por pareja (2 hijos de media). Como en la documentación no
    aparecen las mujeres y los menores, la media real se puede fijar entre 3 y 4
    hijos por pareja. Las familias con más nivel de vida (las mejor documentadas)
    son las que mayor número de hijos tendrán (familias numerosas).
DATOS DEL AUTOR Y OBJETIVOS.
Alvaro López Asensio, nació en 1962 en Paracuellos de Jiloca
(Zaragoza). Licenciado en Teología por la Universidad de Salamanca, ha ampliado
estudios en Jerusalén (Israel) donde profundizó en la Historia de Israel y
tradición rabínica y bíblica del mundo judío, lo que le ha convertido en un gran
especialista en judeo-cristianismo, así como en la historia de los judíos de
Calatayud y Aragón, en particular.
  • En 2003, Alvaro López Asensio, publicó el libro “La judería de
    Calatayud: sus casas, calles y barrios”, Libros Certeza. En este primer
    trabajo de investigación dio a conocer el casco urbano de su judería en el siglo
    XV, así como las costumbres, ritos y fiestas de sus moradores judíos. También se
    recompone toda la expulsión en 1492.



  • En 2006 publica el libro “Oficios de los judíos de
    Calatayud”, Libros Certeza
    , donde se pretende dar a conocer

    los aspectos esenciales de la economía hebrea en el siglo XV, a través de sus
    correspondientes actividades: agrícola, ganadera, mercantil y laboral (oficios
    artesanales y profesiones liberales). En esta obra se descubre el difícil modo
    que tenían los judíos de ganarse la vida en una sociedad que les rechazaba y
    marginaba. Su elevada cultura y su intuición para los negocios hizo que saliesen
    adelante con un nivel de vida muy superior al resto de comunidades
    socioreligiosas del siglo XV: la cristiana y musulmana.
  • Con posterioridad a la publicación del libro “Genealogía judía
    de Calatayud y Sefarad”, Alvaro López Asensio va a culminar y completar los
    estudios del pasado judío en Calatayud con otras publicaciones que ya está
    elaborando, como los conversos, la Inquisición y su relación con los judíos; la
    organización política y judicial; sus capacidad económica y tributaria, entre
    otras. El objetivo es estudiar y recapitular toda la vida social, cultural,
    laboral, económica y religiosa de la comunidad judía bilbilitana.

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