miércoles, 24 de junio de 2015

El Arameo y el Hebreo - EL ANTISEMITISMO

El Arameo y el Hebreo - EL ANTISEMITISMO














EL ANTISEMITISMO

Shalom desde Israel







El Arameo y el Hebreo

Jesús hablaba Arameo y Hebreo






"SHEMA ISRAEL ADONAI ELOHEINU ADONAI EJAD", Deuteronomio 6,4



QUE LENGUAS SE HABLABAN EN LA JUDEA DEL SIGLO I 

Por Camilo Ezagui Menashe, estudioso de las raíces judías del Cristianismo y guía de peregrinos cristianos en Israel desde 1981.

El
Hebreo es una de las lenguas semitas noroccidentales que como el
Fenicio, el Amoneo y el Moabita presentan marcadas influencias del
Canaaneo. Sabemos que el Antiguo Testamento (la Torá o Pentateuco) de la Biblia fue escrito originalmente en hebreo arcaico con caracteres similares al alfabeto fenicio.


La Torá o Pentateuco de la Biblia

En
el libro II de Reyes, cap. 18, 26 y en el libro del Profeta Isaías cap.
36, 11 (siglo 8vo. A.C.) se menciona claramente la diferencia entre el
arameo y la lengua que se hablaba en Judea durante la invasión de
Sanaquerib cuando los consejeros del rey Ezequías en Jerusalén le dicen
al emisario del rey de Asiria: "Por favor háblanos a nosotros tus
siervos en arameo que lo entendemos, no nos hables en la lengua de Judea (hacer click) para que no te oiga el pueblo que está sobre la muralla"...


Inscripción en hebreo arcaico del siglo 10 (Antes de Cristo)
Ostracón de Jirbet Qeiyafa - Mibtzar Haela

Al volver a Judea del exilio de Babilonia (siglo 6to. A.C.) se utilizaron los "Targum" en arameo para enseñarle al pueblo la Torá y se introdujo la caligrafía del hebreo con los caracteres cuadrados de la escritura caldea. Quinientos
años después el hebreo ocupaba de nuevo un lugar preponderante  en la
vida cotidiana del pueblo y para el siglo I de la era cristiana se
hablaba desde hacia mucho tiempo.
La Profesora Sara
Lipkin, especialista en lengua hebrea, en su estudio: "El hebreo,
historia por capítulos" (1992) nos dice que "el hebreo arcaico de la Mikrá, que se hablaba en la época del Rey Salomón tal y como aparece en el Pentatéuco,
las Crónicas y los Profetas (hacer click), fue sustituido unos 300 años antes de Cristo por un hebreo hablado que utilizaba palabras, modismos, pronunciación y expresiones un tanto diferentes y que se conoce como "Lashón Jazal" o la Lengua de los Sabios. Este hebreo se habló en Judea hasta el año 200 después de Cristo".
La profesora Sara Lipkin señala que durante ese período el arameo era
una lengua internacional que se hablaba y se escribía desde la India
y hasta Kush (Sudán). En esta época, concluye Sara Lipkin, los judíos
hablaban 3 lenguas: el hebreo, el arameo y el griego. Había quien sabía
hablar las tres y había quien solo hablaba una de éllas.
Por su parte, el Profesor David Flusser de la Universidad Hebrea
de Jerusalén concluye que: “Después del descubrimiento del Libro de Ben
Sira en hebreo entre los Manuscritos del Mar Muerto y del hallazgo de
las Cartas de Bar Kojbá y a la luz de estudios más profundos del
lenguaje de los sabios judíos, se acepta que la mayor parte del pueblo hablaba bien el hebreo".
El Profesor M.H. Segal, una autoridad en hebreo Mishnaico, opina lo
mismo. Es preciso señalar que entre los Manuscritos del Mar Muerto casi
todos los textos de inspiración propia tales como himnos, comentarios
sobre las Escrituras, correspondencia, la regla de la comunidad, las
profecías apocalípticas y el Pesher Habakuk, entre
otros, fueron redactados en lo que el erudito John Meiers llama un "hebreo post-bíblico" que estaba en uso en los siglos primero antes y después de Cristo.


Manuscritos del Mar Muerto
Himno en hebreo dedicado a Jerusalén

El Libro de Ben Sira se escribió en hebreo entre
el 190 y el 180 antes de Cristo en la época de la sofocante ocupación
de Judea por los griegos. Con este texto los maestros y ancianos judíos
enseñaban la sabiduría mosaíca y las virtudes a los jóvenes. Fue
traducido al griego por el nieto de Ben Sira quien dice en la
introducción:”Pues no tienen la misma fuerza las cosas expresadas
originalmente en hebreo que cuando se traducen a otra lengua”. Este
libro es considerado un texto canónico en la Biblia cristiana (Eclesiástico).

 

Fragmentos del libro de Ben Sira en hebreo
hallados en Masada, siglo I D.C.

Durante el reinado de los reyes de la dinastía Jasmonea (141 al 63 A.C.) las monedas, salvo contadas excepciones, se acuñaron con inscripciones en griego y en hebreo

 

Monedas del rey Alejandro Janeo 103-76 A.C.


El historiador judío Yosef Ben Matitiahu o Flavius Josefus (37-100 D.C.) en su libro "La Guerra
de los Judíos contra los romanos" (Tomo 6, cap. 2) relata cómo el
General Tito lo envió a él a las murallas a negociar la rendición con el
pueblo sitiado en Jerusalén en el año 70. En algunas traducciones
tendenciosas aparece que lo hizo en "la lengua de sus antepasados" que
según eruditos de la iglesia es el arameo (como John Meier en su libro
"Un judío marginal"). Josefus escribió textualmente que él le habló al pueblo en hebreo y así aparece en
la traducción al inglés de William Whiston  (hacer click)
en "The Genuine Works of Flavius Josephus" de 1824, así como en la
traducción al hebreo del Dr. Yaacob Naftalí Simjoni de 1923 y lo
confirma el historiador inglés Desmond Seward en su libro "Jerusalem's Traitor", 2009.
 Josefus que escribió sus obras en Koiné hace una clara distinción entre el hebreo y el arameo al que llama "Συριστί = Siristi o lengua siria".



Los
rebeldes judíos que defendieron la fortaleza de Masada fueron
derrotados por las legiones romanas en el año 73 de la era cristiana.
Entre los hallazgos arqueológicos se encontraron fragmentos de cerámica
con los nombres de algunos combatientes escritos en hebreo.
Entre los nombres aparece el nombre BEN YAIR del comandante
judío ELEAZAR BEN YAIR mencionado por el historiador Flavius Josefus en
su relato sobre la caída de Masada en su obra la Guerra de los Judíos
contra los romanos.

Ostraca de Masada, reporte arqueológico de 1989

Las
cartas de Simón Bar Kojbá o Bar Kosiba (ver la traducción más
abajo) halladas en el Desierto de Judea y expuestas en el Museo
arqueológico de Israel en Jerusalén fueron escritas en hebreo cotidiano durante la segunda revuelta de la Judea monoteísta contra la Roma pagana entre el 132 y el 135 de la era cristiana. Esas cartas demuestran que unos 100 años después de la Crucifixión de Jesús todavía se hablaba hebreo en Judea. Sin embargo, una generación después de esa aplastante derrota los judíos de la Galilea pasaron paulatinamente a hablar el arameo y el hebreo dejó de hablarse aproximadamente en el año 200 D.C..
 

Una de las cartas de Bar Kojbá

Por
cierto, fue en el año 135 D.C. cuando el emperador Adriano le cambió el
nombre a Judea por el de Palestina y a Jerusalén por el de Aelia
Capitolina. Es por eso que el nombre Palestina no aparece en los
Evangelios.


Moneda romana del año 71 D.C. con la inscripción JUDEA CAPTA

El
Profesor David Flusser afirma en su libro “El judaísmo y las raíces del
Cristianismo” que las Parábolas (en hebreo Mashal) de la literatura
rabínica fueron relatadas al pueblo por los rabí-maestros solo en hebreo durante
todas las épocas. Y las parábolas de Jesús no fueron la excepción. El
Dr. Brad Young especialista en este tema coincide con el Profesor
Flusser.
También
menciona David Flusser como prueba del uso del hebreo entre los judíos
el texto de Hechos de los Apóstoles 21, 37 al 40 donde textualmente dice
que San Pablo arrestado por los romanos se dirige al pueblo en las
escaleras de la fortaleza Antonia de  Jerusalén “en lengua hebrea": "Pablo dijo: Yo soy un judío de Tarso…Te ruego que me permitas hablar al pueblo. El tribuno se lo permitió. Pablo de pié sobre las escaleras pidió con la mano silencio al pueblo. Y haciéndose un gran silencio les dirigió la palabra en lengua hebrea...al oir que les hablaba en lengua hebrea guardaron profundo silencio", (Biblia de Jerusalén).

Y
de nuevo en Hechos 26, 14 cuando Jesús se le aparece a Pablo (Saúl) en
el camino a Damasco dice: "Caímos todos a tierra y yo oí una voz que me
decía en lengua hebrea: Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?. Te es
duro dar coces contra el aguijón. Yo respondí: ¿quién eres Señor?. Y me
dijo el Señor: Yo soy Jesús a quien tú persigues...".
(Biblia de Jerusalén).


Algunos
estudiosos de la vieja escuela afirman que el hebreo solo se
hablaba entonces entre "sabios" (Jazal).  Sin embargo vemos que tanto Pablo como Josefus le hablaron en hebreo al pueblo. Es preciso señalar que e
l
Koiné era una modalidad del griego de uso común en todo el imperio
romano y fue la lengua en que se difundieron los Evangelios.
Arameo en Koiné se dice Συριστί συριστί  (Siristi=en lengua siria) y en griego se dice Αραμαίοι y Αραμαικός. El texto original de los Hechos de los Apóstoles en Koiné dice Ebraisti: Ἑβραιστί = en lengua hebrea (hacer click).


El investigador Douglas Hamp es M.A. en Biblia de la Universidad Hebrea
de Jerusalén y se ha especializado en lenguas antiguas como Hebreo
bíblico y Griego Koiné. En su libro "Discovering the Language of Jesus"
(2005) afirma que la evidencia de que el hebreo era una lengua hablada es inequívoca. Sin embargo se pregunta: "¿Por qué la mayoría de los eruditos y traductores de la Biblia consideran que el hebreo significa realmente arameo?.  La palabra para arameo en griego es
Συριστί, Siristi, que por cierto nunca aparece en el Nuevo Testamento aunque si aparece en la Septuaguinta
(la traducción al griego del Antiguo Testamento)". Douglas Hamp también
se pregunta: "Dado que los copistas del Nuevo Testamento tenían una
palabra para expresar "arameo" si lo hubieran querido ¿por qué no lo
hicieron si en verdad hebreo significa arameo?".



Documento en hebreo del siglo II D.C. fechado:
"Año 4 de la destrucción de la Casa de Israel".

La Mishná es la recopilación hecha en la Galilea por
Rabi Yehudá Hanasí alrededor del año 200 D.C. que resume los
lineamientos de la ancestral sabiduría oral de los sabios (Tanaim) para
la práctica correcta de los mandamientos de la Torá. Fue
escrita en el hebreo hablado en Judea durante los siglos I y II D.C.
conocido como "Hebreo Mishnaico". Józef Tadeusz Milik, catedrático
bíblico polaco y ex-sacerdote católico  que formó parte del equipo de
especialistas que descifró los Manuscritos del Mar Muerto afirmó en su
libro que el Hebreo Mishnaico era la lengua hablada por los habitantes de Judea a finales de la época del Segundo Templo ("Ten Years of Discovery in the Wilderness of Judaea", 1959).


La Mishná

En
el Evangelio de San Juan (Biblia de Jerusalén) encontramos  una clara
referencia sobre los idiomas en uso en Judea al referirse al
letrero colocado por Pilatos sobre la Cruz (INRI):
+
En Juan 19, 19 dice: "Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de
la cruz, en él estaba escrito: Jesús el Nazareno rey de los judíos.
Leyeron el letrero muchos judíos porque estaba cerca el lugar donde
crucificaron a Jesús,  y estaba escrito en hebreo, latín y griego".



Letrero con inscripción en hebreo A LA CASA DE LAS TROMPETAS
hallado en las ruinas del Templo de Jerusalén del siglo I D.C.

El
Arameo es una lengua semita ancestral como lo son el Canaaneo y el
Ugarito. Se hablaba y se utilizaba como idioma oficial de las cortes
reales en Asiria, Babilonia, Persia, Siria y Judea. Todas las lenguas
semitas recibieron influencias unas de otras. El arameo se habló en
Judea durante la ocupación Persa desde el siglo VI A.C.. Lo mismo
ocurrió desde el siglo IV A.C. con el griego cuando Judea estuvo bajo el
dominio de los reyes tolomeos y seleúcidas  de Egipto y Siria
respectivamente. Para entonces el hebreo reaparece como lengua hablada
en Judea sobre todo durante el renacimiento nacional judío incentivado
por los reyes Jasmoneos (Macabeos) en los siglos II y I antes de Cristo.
Hablar hebreo, la lengua nativa, fue una de
las maneras de reafirmar la identidad nacional en Judea para
contrarrestar la apabullante influencia de la cultura griega.
Una lengua extranjera como el arameo que
recordaba el nefasto exilio de Babilonia no podía cumplir con ese
objetivo étnico. Fué desde entonces que se usó el Libro de Ben Sira en
hebreo para enseñarle sabiduría y virtudes a los jóvenes. Para entender
esas enseñanzas los jóvenes tenían que saber hebreo y ese libro estuvo
en uso hasta el siglo I de la Era Cristiana como lo evidencian los
hallazgos arqueológicos de Qumrán y Masada. Tanto el arameo como el
griego-koiné fueron utilizados en el siglo I de la era cristiana para
comunicarse con los judíos que no vivían en Judea y con los gentiles
extranjeros mientras buena parte de los nativos hablaba el hebreo.
Jesús que creció en la Galilea
de los Gentiles en la frontera con el Líbano y Siria (Aram) hablaba
también el arameo.  Fue así cómo pudo hablar con el Endemoniado Gadareno
en el pasaje de la manada de cerdos en la ribera oriental del Lago de
Galilea (Aram = tierra de paganos). O cuando pasó por Tiro y Sidón que
eran ciudades siriofenicias. Pero para asombrar por su sabiduría a los
maestros en el Templo a los 12 años, predicar al pueblo en Parábolas
(Mashal), discutir con los fariseos, leer y enseñar en las sinagogas y
en el Templo o hablarle a la Samaritana en el Pozo de Jacobo usaba el hebreo tal
y como lo hizo San Pablo poco después en las escaleras de la fortaleza
Antonia. Esta es también la opinión del Profesor Shmuel Safrai
catedrático de la  Universidad Hebrea. Seguramente Jesús hablaba el
hebreo con "el acento" gutural tan peculiar de los galileos al que se
hace referencia en Mateo, 26, 73 y que delata a Pedro al hablar cuando
niega a Jesús antes de que cante el gallo. Sobre todo al pronunciar las
letras Ain y Jet en vez de Alef y Hei como lo harían después los judíos
del Yémen. 
Jesús
subía con frecuencia al Templo desde que era niño (Lucas 2, 41) por lo
que estaba familiarizado con esos encuentros en Jerusalén de multitudes
de judíos que peregrinaban con júbilo no solo desde las aldeas y
ciudades de Judea y Galilea, sino que también venían de Capadocia,
Silicia, Siria, Cirenaica, Babilonia y Egipto para cumplir con el
mandamiento de Deuteronomio 16, 16. Durante esos días de fiestas
religiosas los judíos hablaban entre sí en arameo, griego o hebreo de
acuerdo a su ocupación y lugar de procedencia. Para hablar con Pilatos
Jesús pudo hacerlo en koiné (griego del vulgo) que pudo haber aprendido
en su infancia con la comunidad judía de Alejandría cuando la Huida a
Egipto. Aunque es más factible que lo haya hecho a través de un
traductor al hebreo al servicio del Prefecto romano para comunicarse con
la población nativa.


El Padre Nuestro en Arameo

El
español tiene anglicismos y galicismos sin que por éllo deje de ser una
lengua singular. Lo mismo ocurre con el hebreo. Obviamente el hebreo
hablado en la época de Jesús tenía  influencias del arameo y del griego
en forma de palabras y expresiones. Palabras como "Aba" (papá), "Ima"
(mamá), "Bar Mitzva", "Agab", "Agada", "Barnash", "Bar - Bish Mazal",
Adraba, Katin, Kushia, los nombres de los meses…y muchas otras,
provienen del arameo. Por lo que no es extraño encontrar arameismos en
los Evangelios. Lo mismo ocurrió con el griego. Palabras como "Sanedrín"
(Consejo de Ancianos), Traklin, Diukan, Hediot, Katedra, Heguemon,
Namal y hasta nombres propios (Horcano, Aristóbulo, Agripas,
Tolomeo) eran utilizados en el hebreo cotidiano durante esa época (300 A.C. al 200 D.C.).

Fue en el período de transición linguística del hebreo al arameo en la Palestina
romana del siglo II que el sirio Taciano compuso el "Diatéssaron" (años
165-170) que fué un evangelio que integraba a los demás en una versión
única y sin contradicciones. Este evangelio sirio estuvo en uso en la
iglesia de lengua aramea que obviamente favoreció a posteriori al arameo
como la lengua hablada por Jesús. Las versiones griegas más antiguas del Nuevo Testamento son el Códex Sinaíticus y el Códex Vaticanus del
siglo IV que fueron objeto de ciertas modificaciones por los copistas.
Ya habían pasado casi 300 años desde que se escribieron los Evangelios.
Esto explicaría la evidente contradicción que aparece en el texto de los
evangelios escritos originalmente en el siglo I donde se menciona claramente una palabra como hebrea y
los copistas del siglo II al IV la transcribieron fonéticamente en
arameo amparados en que los judíos de su época ya no hablaban el hebreo
sino el Arameo. Tal es el caso de Juan 19, 17: "...y cargando él mismo
con la cruz salió al sitio llamado de la Calavera que en hebreo se dice Gólgota".
Y también en Juan 19, 13: "Pilato entonces al oir estas palabras sacó
afuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio que llaman el
Enlosado que en hebreo se dice Gábata".

El
Profesor David Flusser explica: “Hay enseñanzas y expresiones de Jesús
que pueden ser traducidas tanto al hebreo como al arameo, pero hay
algunas que sólo pueden ser traducidas al hebreo. Ninguna puede ser
traducida sólo al arameo. Además se puede demostrar el orígen hebreo de
los Evangelios traduciéndolos al hebreo”, sobre todo el de San Mateo que fue escrito originalmente en hebreo segun ocho de los primeros Padres de la Iglesia
del siglo II al IV D.C. (Entre ellos Papías de Hierápolis, Hegésipo,
Irineus, Cirilo de Jerusalén, Epifanio, Orígenes y Gerónimo). Eusebio de
Cesarea en su Historia Eclesiástica, VI, XXV, 3-6, cita a Orígenes a
principios del siglo III D.C. quien afirmó que “el
primero que se escribió fue el Evangelio de Mateo...que lo compuso en
lengua hebrea y lo publicó para los fieles procedentes del judaísmo”.
Papías
segun la misma fuente aseveraba que: “Mateo registró las palabras de
Jesús en la lengua hebrea...”. Lo mismo afirma el investigador Jean
Carignac basándose en las mismas fuentes en "Estudios de los
antecedentes hebreos de los Evangelios sinópticos", Anual del Instituto
Teológico Sueco 7 (1968-69), pag. 88.
El Padre Nuestro en Hebreo
En
el “Prólogo A” del Evangelio del Pseudo-Mateo dice así: “A su muy
querido hermano el sacerdote Jerónimo, los obispos Cromacio y Heliodoro,
salud en el Señor...mientras nos entregábamos a estas reflexiones,
sobrevinieron dos santos personajes, Parmenio y Virino, y nos informaron
de que tu santidad había descubierto un volumen hebreo, redactado por el bienaventurado evangelista Mateo, y en el que se referían el nacimiento de la Virgen Madre
y la niñez del Salvador. He aquí por qué, en nombre de Nuestro Señor
Jesucristo, suplicamos de tu benevolencia seas servido de traducir aquel
volumen de la lengua hebrea a la latina, no tanto para hacer valer los
títulos del Cristo, cuanto para desvirtuar la astucia de los herejes".

Durante siglos la Iglesia excluyó al hebreo como lengua de uso cotidiano en la Judea
del siglo I y desarrolló su propia teoría sobre el uso exclusivo del
arameo en su afán por alejar a Jesús de su entorno cultural y religioso.
Y es que la expresión "hebreo” se asocia inmediatamente con "judío".
Por ejemplo, en la Biblia de Jerusalén, la iglesia católica añade una nota al texto de Marcos 7, 11 explicando que la palabra hebrea "Korbán" utilizada por Jesús y que aparece varias veces en la Torá-Pentateuco, es "una palabra aramea
que significa ofrenda". Algunos estudiosos católicos han llamado a la
lengua que se hablaba entonces en Judea: "arameo occidental hablado" a
pesar que en Hechos de los Apóstoles 6 de la Biblia oficial católica de
la Conferencia Episcopal Española dice textualmente sobre los
judeo-cristianos de la iglesia de Jerusalén: "En aquellos días al crecer
el número de los discípulos los de lengua griega se quejaron contra los
de lengua hebrea porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas". Hechos de los Apóstoles 6 dice
Ἑβραιστί (hacer click) = en lengua hebrea. Y no Συριστί = Siristi, que en Koiné es lengua siria o arameo. Son los estudiosos de esa vieja escuela los mísmos que llaman a la Judea
del siglo I con el nombre de "Palestina" aunque este nombre es del
siglo II D.C. y por eso no aparece en los Evangelios. Llegan incluso al
extremo de ignorar la evidencia arqueológica (manuscritos e
inscripciones) hallada en las últimas décadas en el Desierto de Judea y
en las ruinas del Templo. Pero no todos ignoran esas evidencias. En la
1ra. edición de 1958 del Oxford Dictionary of the Christian Church
(Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana) decía en forma tajante que
"el hebreo se dejó de hablar en el siglo IV antes de Cristo". A raíz
de los hallazgos arqueológicos corrigieron el texto y en la 3ra. edición
de 1997 de dicho diccionario se afirma que "el
hebreo continuó siendo usado como lengua hablada y escrita después del
período clásico y se encuentra en los textos de Qumrán y de la Mishná"
. La película "La Pasión"
de Mel Guibson hablada en arameo es un claro ejemplo del empecinamiento
de ciertos sectores reaccionarios cristianos por desconocer hasta el
día de hoy el entorno cultural hebreo del Nazareno.

Inscripción con la palabra Korbán en hebreo del Siglo I D.C. 
Los
investigadores David Biven y Roy Blizzard demuestran en su
estudio "Understanding the Difficult Words of Jesus", 1995, pag. 53, que
"el trasfondo Hebreo (en los Evangelios) no solo se revela en la
estructura de las oraciones sino que también en muchos literalismos y
expresiones idiomáticas presentes que son peculiares de la lengua
hebrea" . "Los Evangelios están plagados de confusiones debido a que los
traductores por lo general no reconocieron el pensamiento en hebreo,
las expresiones idiomáticas y la estructura de las oraciones que estan
detrás de los textos Griegos", explican Biven y Blizzard. ..."Si la Iglesia
se hubiera provisto de una comprensión correcta del hebreo en las
palabras de Jesús, la mayor parte de las controversias teológicas nunca
se hubiesen suscitado desde el comienzo
”, afirman Biven y Blizzard ( pag. 67).
El
hebreo que antes se hablaba en Judea se convirtió con los siglos en
lengua sacra utilizada solo para orar en las sinagogas de la
"Diáspora" así como para estudiar la Torá. Los
judíos dispersos por el planeta adoptaron las lenguas de las tierras
donde habitan. Casi dos mil años después de la destrucción del Templo de
Jerusalén en el año 70 de la era cristiana, los judíos que retornan a
Sión-Israel, eligen espontáneamente el hebreo como su lengua nacional. Pudieron haber elegido el arameo pero más pudo el llamado de la "lengua madre".
Es un hebreo que tuvo que ser actualizado y al que se le agregaron nuevos vocablos pero que se basa en el  hebreo
que hablaba Bar Kojbá en el año 132 D.C.. Hoy día los judíos israelíes
leen la prensa, conversan y escriben en la lengua de sus antepasados
enriquecida por el uso cotidiano.
Los hebreos vuelven a hablar el hebreo en su Tierra.

Libro escrito en hebreo moderno del israelí 
Shai Agnón, Premio Nóbel de Literatura 1966




+ Lecturas recomendadas:
+ Understanding the Difficult Words of Jesus por David Biven and Roy Blizzard



 Las cartas de Bar Kojva


Una de las cartas expuestas en el Museo de Israel en Jerusalén
 


AHRC ID#:

24

Fecha de escritura:

135 Era Cristiana

Lugar del hallazgo:

Wadi Murabb'at, cerca del Mar Muerto, Israel

Localización actual:

 Israel Museum, Jerusalem Israel

Idioma:

Hebreo

Material:

Papiro

Traducción:

De
Simón Ben Kosiba a Yeshua Ben Galgula y a los hombres del fuerte, paz.
Pongo al cielo como testigo contra mi que a menos que destruyan a los
Galileos que están entre ustedes, cada hombre, colocaré grilletes en tus
pies, como hice con Ben Aflul.

Comentarios:

Esta
carta escrita en el siglo segundo después de Cristo demuestra que el
idioma hebreo era todavía de uso común para esta época. Shimeon Ben
Kosiba (Simón Bar Kojba) fue el líder de la Segunda
revuelta de los judíos del 132-135 D.C. En esta carta aparece el
modismo coloquial "tashmiym" (última palabra, tercera línea) en vez de
"et hashamayim".

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