martes, 13 de octubre de 2015

305 Profetas Exílicos y Postexílicos

305 Profetas Exílicos y Postexílicos

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Apuntes sobre Malaquías, pág. 1
Dr. Gary Williams              noviembre, 2005

APUNTES SOBRE MALAQUIAS

  1. Encabezado
    (1:1). Los encabezados de los textos proféticos identifican el género
    literario, el autor, el auditorio, la fecha y la ocasión. Mal. 1:1
    incluye solo los primeros tres elementos.

1.1.        Género
literario. La palabra traducida “profecía” literalmente significa “cosa
alzada”. Hay dos interpretaciones principales: “carga” (
mensaje pesado,
de dolor y sufrimiento) y “discurso/oráculo/profecía” (mensaje
comunicado “alzando la voz”, cp. Jue. 9:7). También se podría traducir
como “carga” en el sentido de que la profecía es impuesta al profeta, y
que él está obligado a entregarla (cp. Am. 3:8; Ez. 3:17-21). Ver la
nota sobre esta palabra en la introducción a Zacarías 9-14.

1.2.        Auditorio: Israel

1.2.1.        En lugar de “contra”, tradúzcase “a” (cp. RVA, DHH, BJ, BDLA, RVA, NVI).

1.2.2.        En
esta época el nombre “Israel” no se refería al reino del norte, sino al
remanente de toda la nación hebrea y principalmente a Judá (cp. 2:11),
pues el reino del norte había sido deportado por los asirios en 722 a.C.
y nunca había regresado. Los habitantes de la provincia persa de Judá,
en su gran mayoría de las tribus de Judá, Benjamín y Leví, se
consideraron a sí mismos la continuación histórica de Israel y los
herederos de las promesas de Yahvé a Israel.

1.3.        Autor: Malaquí (ver la “Introducción”).

1.4.        La
expresión “palabra de Yahvé…por medio de Malaquías” deja claro lo que
el nombre del profeta también implica: el profeta no es más que un
mensajero. El mensaje no se origina con él, sino con Yahvé (cp. 2 P.
1:20-21). Tradicionalmente se ha interpretado “palabra” como un
genitivo—”profecía
de
la palabra de Yahvé” (RV60, BDLA)—pero en las últimas décadas muchos la
han interpretado como una aposición que aclara que la “cosa alzada” es
un mensaje profético: “profecía/carga, palabra de Yahvé” (ver BJ, RV95,
RVA; cp. NVI).

  1. Primer oráculo: Yahvé ha demostrado su amor a Israel (1:2-5).

2.1.        Declaración divina en defensa propia ante los judíos: “Os he amado” (1:2aα).

2.1.1.        Esta
primera oración después del encabezado es un tanto enigmática. Todavía
no sabemos por qué Dios hace semejante afirmación, ni tampoco qué quiere
decir por “amar”. El hecho que “he amado” está en tiempo pasado (contra
DHH) puede indicar que Yahvé h
abía amado a Israel, pero ya no lo hacía, o puede sugerir que él ha mostrado su amor para con Israel en hechos concretos.

2.1.2.        En lugar de “dice Yahvé”, tradúzcase más exactamente en tiempo pasado: “ha dicho Yahvé” (RVA; ver 1:4 en RV60).

2.1.2.1.        Se
trata de una fórmula de mensajero. Los mensajeros, al entregar el
mensaje, lo atribuían a quien les había enviado, diciendo: “ha dicho
Fulano” (cp. Jue. 11:15). En los libros proféticos la fórmula muestra
que los profetas se concebían a sí mismos como mensajeros que repetían
el mensaje que Dios les había entregado con anterioridad (cp. Is. 6:8;
Am. 3:7-8).

2.1.2.2.        En
este libro de 55 versículos la frase “ha dicho Yahvé” se repite 25
veces (1:2, 4, 6, 8, 9, 10, 11, 13 [2x], 14; 2:2, 4, 8, 16 [2x]; 3:1, 5,
7, 10, 11, 12, 13, 17; 4:1 [3:19], 3 [3:21]). La expresión se usa 6
veces en Hageo, 23 veces en Zacarías 1-8 y solamente 1 vez en Zacarías
9-14.

2.1.2.2.1.        Este
énfasis en el origen y la autoridad del mensaje ha de reflejar la
desilusión con las profecías, por un lado las preexílicas y exílicas que
se habían cumplido solo parcialmente (ver “Ocasión y mensaje” en la
“Introducción”), pero especialmente las posexílicas que eran emitidas
por profetas de bajo nivel ético (cp. Neh. 6:10-14; Zac. 13:2-6).

2.1.2.2.2.        Normalmente
en Malaquías la frase completa es “ha dicho Yahvé de los ejércitos”).
La forma sencilla, “ha dicho Yahvé”, se encuentra en 1:2 y 3:13,
introduciendo el primer oráculo del libro y el último (aparte de estos
dos versículos solo se halla en 1:13).

2.2.        Cuestionamiento judío de la declaración divina: “¿En qué nos has amado?” (1:2aβ).

2.2.1.        1:2a es un dístico con paralelismo interlinear quiástico y ritmo de 4:3:

A. Os he amado    ha dicho Yahvé
B. Y dijisteis:        ¿En qué nos amaste?

2.2.2.        En lugar de “dijisteis” (RV60, RV95), muchos traducen en el tiempo
presente “decís” (BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). El tiempo perfecto del
verbo en hebreo indica una acción en tiempo pasado, pero en este caso un
pasado muy cercano: el tiempo de la reacción mental que los judíos
acaban de tener a la declaración divina. Probablemente en castellano
esto mejor se expresa con un verbo en tiempo presente, “decís”, o aun un
tiempo futuro, “diréis”. Sin embargo, el hebreo lo concibe como un
tiempo pasado, si bien solo un instante antes del presente: “acabáis de
decir”.

2.2.3.        La pregunta de los judíos aclara que interpretaban “amar” no como un sentimiento solamente, sino como obras de amor.

2.2.4.        La pregunta es medio retórica;
es decir, en parte pide información, pero en parte da por sentado que
la respuesta correcta es “en nada”, así poniendo en tela de duda la
declaración de Yahvé. Para algunos judíos la pregunta expresaba un
rechazo total de la declaración de Yahvé, mientras que otros, los que
temían a Yahvé (cp. 3:16), la harían con más sinceridad. Sin embargo, el
tono general de la pregunta es negativo, y los lectores no sabemos
todavía que hay judíos que temen a Yahvé.

2.2.4.1.        La
contradicción entre la declaración divina y la objeción judía se
resalta mediante el paralelismo quiástico: A (“Yo os he amado”) B (“dice
Yahvé”) // B’ (“y dijisteis”) A’ (“¿En qué nos amaste?”).

 
2.2.4.2.        La
pregunta insinuaba que Yahvé no bendecía a los judíos (1:2a; cp. la
actitud semejante de Gedeón en Jue. 6:13). No había cumplido todas sus
promesas profetizadas (ver “Ocasión y mensaje” en la “Introducción”), ni
les daba el trato que ellos creían merecer. Ahora se entiende que la
declaración de Yahvé que introduce este oráculo es una negación de
críticas que los judíos le han hecho. En contraste con estas críticas y
quejas, ver la fe de Habacuc manifestada en Hab. 3:17-19.

2.2.4.3.        Todas
las preguntas atribuidas a los judíos en Malaquías (cp. 1:2, 7; 2:14,
17; 3:7, 8, 13, 14) eran respuestas a las declaraciones de Yahvé y
emplean el mismo lenguaje que esas declaraciones. Revelan actitudes
incorrectas acerca de Yahvé y su relación con él. No se expresaban en
voz alta, pues no se dirigían al profeta, sino a Yahvé. Son más bien
interpretaciones por el profeta de las respuestas mentales de los
judíos. Dichas interpretaciones seguramente se basaban en parte en la
conducta y comentarios previos de los judíos, y tal vez en parte también
en la inspiración divina (cp. Mr. 2:8).

2.2.4.4.        En
los oráculos 2-4 parecerá que en efecto Yahvé no ama a Judá, pues esos
oráculos se dedican a señalar los pecados de Judá y anunciar castigos
resultantes. El amor divino comenzará a divisarse en el cuarto oráculo,
con su profecía de la purificación de los sacerdotes y de un día cuando
la ofrenda de Judá será aceptable ante Yahvé (3:3-4). Ese amor se revela
aún más en la promesa de buenas cosechas en el quinto oráculo
(3:10-12), y especialmente en el sexto oráculo con las promesas de
bendiciones para los temerosos de Yahvé (3:16-4:3 [3:16-21). Sin
embargo, aun en estos oráculos el señalamiento del pecado antecede las
muestras de amor, pues el amor divino para con el hombre no se puede
apreciar si no se reconoce antes que el hombre es pecador, merecedor del
castigo divino.

2.3.        Refutación divina de la objeción judía: Yahvé trata con dureza a Edom (1:2b-5).

2.3.1.        Esaú fue hermano de Jacob (1:2b).

2.3.1.1.        La refutación comienza con una pregunta enigmática
(1:2bα) cuya relación con la disputa acerca del amor de Yahvé no se
entiende todavía. Solo después de leer las oraciones siguientes se llega
a comprender: como Esaú fue hijo del mismo padre y la misma madre que
Jacob, Esaú y Jacob fueron gemelos y Es
aú nació primero, Jacob no merecía el amor de Yahvé más que Esaú (cp. Ro. 9:10-13).

2.3.1.2.        Yahvé
responde a la pregunta retórica de los judíos con otra pregunta
retórica. Esta, como las preguntas retóricas en general, es en realidad
una afirmación con pasión: “Claramente Esaú era hermano de Jacob”.

2.3.1.3.        El
segundo “dice Yahvé” del v. 2 es literalmente “oráculo de Yahvé” (BJ).
La fórmula se halla 12 veces en Hageo, 20 veces en Zacarías, casi 300
veces en Isaías-Jeremías-Ezequiel y 37 veces en los demás profetas, pero
solo aquí en Malaquías. Se usa con mayor frecuencia después de
oraciones contundentes de Dios. En contraste, dos veces introduce una
oración clave (Sal. 110:1; Is. 56:8); ese parece ser su uso aquí,
introduciendo “amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú”, el tema del primer
oráculo y tal vez de todo el libro.

2.3.2.        Sin embargo, Yahvé amó a Jacob y aborreció a Esaú (1:2b-3a).

2.3.2.1.        A
la luz del contexto, en lugar de “y amé”, se debe traducir la
conjunción adversativamente: “sin embargo amé” (BJ, BDLA, RVA, RV95,
NVI).

2.3.2.2.        El
contraste entre el trato divino para con los hermanos se subraya por el
paralelismo antitético y quiástico: A (“Pero amé”) B (“a Jacob”) B’ (“y
a Esaú”) A’ (aborrecí).

2.3.2.3.        Se
acusa a Malaquías de etnocentrismo y prejuicios contra los edomitas por
su uso del verbo “aborrecí”. Sin embargo, según el A.T. Yahvé aborrece a
todos los hacedores de mal (cp. Sal. 5:5 [5]; 31:6 [7], aun su propio
pueblo cuando le desobedece (cp. Os. 9:15, donde el verbo está traducido
“tomé aversión”). Por otro lado, cuando “amar” y “aborrecer” se
contrastan, “aborrecer” puede significar sencillamente “no amar”, o aun
“amar menos” (cp. Gn. 29:30-31, donde el verbo está traducida
“menospreciada”, y Dt. 21:15-17). De modo que aquí “aborrecí” es un
tanto ambiguo. Aunque su sentido se entiende en parte por la historia de
Esaú y de Edom (ver abajo), finalmente se entiende solo después de oír o
leer los
vv. 3-4.

2.3.2.4.        El
contraste se entiende en primer término de los dos hermanos
personalmente. En ese plano y a la luz de los relatos en Génesis 25-33,
“amé” significa “escogí para ser heredero de las promesas”, y “aborrecí”
significa “rechacé de ser heredero de las promesas”. Dicha elección
prenatal (cp. Gn. 25:23) correspondía al valor que Jacob y Esaú
atribuían a esas promesas (cp. Gn. 25:31-34; Heb. 11:21) y a las
exigencias divinas (cp. Gn. 28:6-9). También el contexto histórico de
Malaquías sugiere una aplicación paralela del contraste a los
descendientes, a Israel (cp. 2:12) y a Edom (cp. Gn. 36:1). En este
plano es natural pensar en el uso de “amar” y “aborrecer” en los pactos
del antiguo oriente. En ese contexto, “amar” significaba “apoyar como
aliado”, y “aborrecer” significaba “tratar como enemigo”. Yahvé había
amado a Jacob al hacer un pacto con Israel y al guardar ese pacto. En la
historia reciente lo había guardado al traer a los judíos de regreso
del Cautiverio Babilónico y al permitirles reconstruir sus ciudades en
Judá y el templo en Jerusalén. Por otro lado, había tratado como enemigo
a Esaú al sujetar a Edom a los descendientes de Jacob desde el reinado
de Saúl (1 S. 14:47) hasta el reinado de Joram (2 R. 8:20-22; cp. 2 S.
8:13-14; 1 R. 11:14-25) y de nuevo en los reinados de Amasías (2 R.
14:7) y Uzías (2 R. 14:22). Sin embargo, aquí el verbo se refiere
particularmente al evento mencionado en el resto del v. 3.

2.3.3.        Yahvé había destruido a Edom para siempre (1:3b-4).

2.3.3.1.        Yahvé había convertido a Edom en tierra destruida y despoblada (1:3bc).

2.3.3.1.1.        1:3bc es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3:

y puse    sus montes        una desolación
               y su heredad     para los chacales del desierto.

2.3.3.1.2.        Los
montes de Edom eran la tierra montañosa donde estaban sus ciudades (cp.
Ez. 35:3-4). La tierra accidentada, una de las mejores defensas de las
ciudades edomitas (cp. Jer. 49:10, 16; Abd. 3-4), no les había protegido
de Yahvé.

2.3.3.1.3.        El
vocablo traducido “desolación” se usa frecuentemente en Isaías,
Jeremías y Ezequiel de tierras invadidas, conquistadas, destruidas y
despobladas.

2.3.3.1.4.        Hay ironía en la línea B, pues se supone que la “heredad” de un pueblo es tierra que ese pueblo habita.

2.3.3.1.5.        En
base a los LXX y la Siriaca, muchos estudiosos han enmendado “chacal”
por “habitación”. Sin embargo, “chacal” tiene buen sentido aquí. En 13
de sus 15 usos en el A.T., el vocablo es figura de una tierra
despoblada.

2.3.3.1.6.        El
lenguaje de 1:3bc evoca las profecías contra Edom en Ezequiel 35,
Isaías 34 y Jl. 3:19 [4:19], y así da a entender que se han cumplido. En
esta medida, por lo menos, se habían cumplido las profecías contras las
naciones enemigas de Judá.

2.3.3.1.6.1.        La palabra traducida “desolación” en 1:3b se usa en Ez. 35:3, 4, 7, 9, 14, 15 y “monte” aparece en Ez. 35:2, 3, 7, 8, 12, 15.

2.3.3.1.6.2.        “Chacales” se usa en Is. 34:13.

2.3.3.1.6.3.        Joel 3:19 [4:19] utiliza las palabras aquí traducidas “desolación” y “desierto”.

2.3.3.1.7.        El
ejemplo de la destrucción de Edom se cita en este contexto también
porque las profecías asociaban la destrucción de Edom con la expansión y
restauración de Judá (cp. Ab. 17-21). De modo que Yahvé señala la
destrucción de Edom porque anticipa la manifestación plena de su amor
para con Israel.

2.3.3.1.8.        No
sabemos a qué devastación histórica de Edom Yahvé se refería aquí, pero
debería ser un evento relativamente reciente cuando Malaquías
profetizó. Desde 552 a.C. en adelante el rey babilónico Nabonido invadió
a Edom varias veces. En alguna fecha durante el siglo V una coalición
de tribus árabes conquistó Edom, y expulsó a muchos edomitas de su
tierra al sudeste del Mar Muerto. Estos emigraron al Neguev en el sur de
Judá. Para 312 a.C. hay inscripciones que indican que los nabateos,
pueblo árabe, habían ocupado el territorio de Edom. Los pocos edomitas
que habían quedado allí emigraron a Idumea, o fueron absorbidos por los
nabateos mediante los matrimonios mixtos.

2.3.3.2.        Yahvé castigaría a los edomitas por sus pecado, no permitiéndoles reconstruir (1:4).

2.3.3.2.1.        No les permitiría reconstruir sus ciudades destruidas (1:4ab).

2.3.3.2.1.1.        1:4ab forma un tetrástico de tipo ABAB con ritmo de 2:4:4:4 y paralelismo interno en las líneas B y D:

   A. Cuando dijere     Edom:
   C. Así ha dicho       Yahvé de los ejércitos

   Entre las líneas B y D el paralelismo es quiástico, ab//b´a´:

   B. Hemos sido destruidos    pero volveremos a edificar lo arruinado
   D. Ellos edificarán                pero yo destruiré.

2.3.3.2.1.2.        Yahvé
tomaba en cuenta la posibilidad que los edomitas intentaran reconstruir
sus ciudades (1:4a). En lugar de “nos hemos empobrecido”, tradúzcase
“hemos sido destruidos” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI).

2.3.3.2.1.3.        El vocablo traducido “lo arruinado” se usa de Edom en la profecía de Jer. 49:13.

2.3.3.2.1.4.        En
Malaquías la fórmula de mensajero comienza con “así” solo en la línea
C. Sin embargo, la construcción es común en otros escritos proféticos
donde sirve, como aquí, para introducir un oráculo.

2.3.3.2.1.5.        El
título “Yahvé de los ejércitos” se usa 46 veces en Malaquías, y 45
veces más en Hageo-Zacarías, para un total de 91 de las 284 veces que la
expresión se usa en el A.T. En algunos pasajes “los ejércitos” pueden
ser los ángeles, o las lumbreras celestiales, o los ejércitos de Israel,
pero en la literatura posexílica son todos los ejércitos, de cualquier
tipo, de modo que “Yahvé de los ejércitos” significa “Yahvé soberano
sobre todo”. El uso frecuente del título en la literatura posexílica
probablemente responde a la necesidad de afirmar la soberanía de Yahvé
aun sobre el emperador persa que dominaba Judá.

2.3.3.2.1.6.        Lo que lograran reconstruir, Yahvé lo derribaría (1:4b).

2.3.3.2.1.6.1.        La
expresión “así ha dicho Yahvé de los ejércitos” garantiza lo afirmado.
El título “Yahvé de los ejércitos” anuncia la soberanía de Yahvé sobre
todo ejército.

2.3.3.2.1.6.2.        Si
bien los judíos habían sido deportados de su tierra antes que los
edomitas (cp. Ez. 35:15), Yahvé los había traído de regreso a Judá y
había prosperado sus esfuerzos para reconstruir sus ciudades y el templo
en Jerusalén (Esdras 1-6) y, en tiempos de Nehemías, el muro de
Jerusalén (Nehemías 1-6). En contraste, frustraría los esfuerzos
edomitas por reconstruir. Al preguntar “¿en qué nos amaste?” (v. 2) los
judíos pasaban por alto que el retorno del cautiverio y la
reconstrucción fueron muestras claras del amor de Yahvé para con ellos.

2.3.3.2.1.6.3.        El v. 4b anuncia que Yahvé cumplirá la profecía anunciada en Ez. 35:9.

2.3.3.2.1.7.        Aquí
dentro de su respuesta al cuestionamiento judío, Yahvé de nuevo cita
discurso humano y su respuesta al mismo, pero esta vez no se trata de lo
que los judíos habían dicho o estaban diciendo, sino de lo que los
edomitas dirían.

2.3.3.2.2.        Se reconocería que los infortunios de los edomitas se debían al castigo de Yahvé (1:4c).

2.3.3.2.2.1.        El v. 4c es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4:

A. y les llamarán     territorio     de impiedad
B.                            y pueblo     que Yahvé ha maldecido para siempre

2.3.3.2.2.2.        El
v. 2 sugiere que la oposición de Yahvé a la reconstrucción de Edom se
debía a su soberana elección (cp. Gn. 25:23; Ro. 9:10-13). Aquí, por
otro lado, la frase “territorio de impiedad” (v. 4) indica que la
oposición era merecida. De hecho, varios pasajes antiguotestamentarios
señalan que Edom merecía ser castigado por su maltrato a Judá (cp. Is.
34:5-8; Ez. 25:12-14; 35:5, 10, 12, 15; Am. 1:11-12; Ab. 10-16; Sal.
137:7; Lm. 4:21) y por su arrogancia (Jer. 49:15; Ez. 35:13; Ab. 3). El
hecho que Edom sufría el castigo divino por su impiedad implica que
Yahvé juzga a los impíos, tema que será especialmente importante en el
cuarto y el sexto oráculo, y también anticipa el mensaje de todos los
oráculos siguientes: una razón por la cual Judá no recibía más bendición
de Dios era su propia impiedad. Por otro lado, sugiere que la bendición
que Judá recibía era por gracia divina.

2.3.3.2.2.3.        “Llamarán”
aquí es un ejemplo del plural impersonal. Sin embargo, implica que
Israel también reconocerá que Edom es castigado por Yahvé debido a su
maldad.

2.3.3.2.2.4.        El
verbo que he traducido “ha maldecido” arriba (la única acepción que da
el léxico de Holladay) está vertido por “está enojado” o algo por el
estilo en todas las versiones que he consultado. Aquí la diferencia
entre las dos interpretaciones es mínima. En ambas interpretaciones el
paralelismo indica que la razón por la cual Yahvé se opone a Edom es su
maldad.

2.3.3.2.2.5.        Los
vocablos traducidos “lo arruinado” (v. 4a) y “siempre” (v. 4b) evocan
la profecía contra Edom en Jer. 49:13 (donde están traducidos
“desolaciones perpetuas), y las palabras traducidas “desolación” (v. 3) y
“siempre” evocan la profecía contra Edom en Ez. 35:9 (donde están
traducidas “asolamiento perpetuo”). Mediante estas alusiones Yahvé aquí
confirma que él cumplirá esas profecías pendientes. A la vez, estas
palabras sugieren que el castigo de Edom será el juicio final. Varios de
los profetas anteriores daban a entender que un juicio grande de las
naciones sería el preludio de la plena restauración de Israel (cp.
Isaías 13-23; Jeremías 46-51; Ezequiel 25-32), y en los tiempos de
Malaquías los judíos, con esta mentalidad, buscaban ese juicio de las
naciones (cp. Hag. 2:20-23; Zac. 1:10-16, 18-21; 2:7-10; 6:1-8; 9:1-9).
De modo que el anuncio del juicio final de Edom implica que pronto
vendría la manifestación
escatológica del amor de Yahvé para Israel.

2.3.3.3.        Al ver el castigo de Yahvé contra Edom, los judíos reconocerían que él les ha tratado con mucho amor (1:5).

2.3.3.3.1.        El v. 5 es un dístico con ritmo de 4:4, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en la línea A, literalmente:

y vuestros ojos    lo verán
y vosotros           diréis

2.3.3.3.2.        La expresión “vuestros ojos lo verán” implica que el castigo divino contra Edom será portentoso (cp. Dt. 11:7).

2.3.3.3.3.        El
verbo “decir” es palabra clave en el primer oráculo: “ha dicho Yahvé
(v. 2), “habéis dicho (v. 2), “cuando Edom dijere” (v. 4), “así ha dicho
Yahvé” (v. 4), “y vosotros diréis” (v. 5). Aquí Yahvé cita no lo
negativo que los judíos decían, sino una cosa positiva que dirían en el
futuro. Así se implica un cambio radical futuro en la actitud de los
judíos. De haber insinuado que Yahvé no los había mostrado amor (v. 2),
reconocerían su manifestación grande sobre ellos (v. 5).

2.3.3.3.4.        El
verbo en el v. 5b puede ser traducido como un subjuntivo, “sea Yahvé
engrandecido” (RV60, RV95, BDLA, RVA) o un indicativo, “Yahvé es grande”
(BJ, DHH, NVI) o “Yahvé se muestra grande” (TDOT 2:402). El uso de
“decir” + “Yahvé” + la forma verbal usada aquí en Sal. 35:27; 40:16 [17]
(= Sal. 70:4 [5], pero con “Dios” en lugar de “Yahvé”) indica que se
usa para reconocer la intervención divina a favor de los justos
sufrientes, y que, por lo tanto, el verbo es un indicativo (cp. la
traducción de esos textos en BJ y DHH). Así también aquí “y diréis:
Yahvé es grande” (o “se muestra grande”) significa que cuando los judíos
observen que Yahvé ha castigado a Edom por su impiedad contra Judá, sin
restaurarlo como lo había hecho con Judá, confesarán que él se ha
engrandecido mediante sus obras a favor de Israel (ver un uso similar de
las palabras “grandezas” y “engrandecerse” en 2 S. 7:21-23). Dicho de
otra manera, reconocerán que Yahvé ha amado a Judá (cp. v. 2).

2.3.3.3.5.        Todas
las versiones que he consultado traducen la preposición al final del v.
5 como “más allá de”, o algo por el estilo. La traducción con el tema
de la oposición a la reconstrucción de Edom (
vv.
3-4) y con el concepto de la grandeza de Yahvé entre las naciones en
los vv. 11 y 14. Da a entender que los judíos cambiarán de actitud
cuando se den cuenta que la obra de Yahvé extiende más allá del
territorio judío. Sin embargo, el significado normal de la preposición
es “sobre” (GKC § 119c; ver Hill,
Malachi,
pág. 161). Entonces, probablemente se debe traducir “sobre” aquí, de
modo que el v. 5 anuncia que los judíos reconocerán que Yahvé se muestra
grande sobre Israel debido a sus obras de amor a favor de su pueblo.

2.3.3.3.6.        El
vocablo traducido “límites” es el mismo que está vertido por
“territorio” en v. 4 (ver la traducción alterna en BDLA, NVI). La
repetición de este sustantivo aquí, el cual no se vuelve a aparecer en
Malaquías, resalta el contraste entre “el territorio de impiedad” de
Edom, destruido por Yahvé, y “el territorio de Israel”, reconstruido
después del exilio. Este contraste confirma la necesidad de traducir
“sobre” en lugar de “más allá de”.

2.3.3.3.7.        El
primer oráculo anticipa varios rasgos que caracterizarán el libro en
general: los temas del amor de Yahvé para con Israel y el juicio de los
malos, el cuestionamiento del trato que Yahvé ha dado a Israel, la forma
de la disputa, el tono combativo, la repetición del verbo “decir” (40
veces en el libro) y de fórmulas de mensajero (hay 26 en el libro), las
citas de lo dicho por Yahvé y sus interlocutores, y el uso de preguntas
retóricas (hay 26 ó 27 en el libro, dependiendo de la interpretación de
la primera oración de 2:15).

  1. Segundo oráculo: como los sacerdotes trataban a Yahvé con desprecio, él los ha hecho despreciables a ellos (1:6-2:9).

3.1.        Yahvé acusaba a los sacerdotes de tratarlo con desprecio al aceptar animales defectuosos como sacrificios (1:6-14).

3.1.1.        Acusación divina: los sacerdotes tratan a Yahvé con desprecio en vez de con la honra y el temor que le correspondía (1:6abcd).

3.1.1.1.        La
acusación se presenta en verso. Consiste en: a) un dístico de 3:2 con
paralelismo interlinear, b) un tetrástico con paralelismo interlinear de
tipo ABAB y una métrica de 3:2:3:2 y c) un dístico de 4:3 con
paralelismo interlinear. Como es típico de la poesía hebrea, todas las
líneas son breves, y los artículos hebreos se han omitido.


A. (El) hijo          honra     a(l) padre
B. y (el) siervo                  a su señor

A. Si, pues    padre    soy yo
B.                                            ¿dónde  está mi honra?
C. Y si          señor     soy
D.                                            ¿dónde  está mi temor?

A. Ha dicho Yahvé de los ejércitos    a vosotros
B.                                                       oh sacerdotes que menospreciáis…

3.1.1.2.        A
Yahvé le llamaban “Padre” (cp. Is. 63:16; 64:8; ver la nota sobre
2:10a) pero no le trataban con la honra que corresponde al padre (cp.
Ex. 20:12; Dt. 5:16).

3.1.1.3.        Los
judíos usaba el título “Señor” frecuentemente para referirse a Yahvé,
pero no le temían como el siervo/esclavo temía a su señor/amo. La
comparación con el esclavo muestra que el “temor” que Yahvé merece no es
solo reverencia, sino también miedo de desobedecerle (cp. la
explicación del paralelismo en 2:5b).

3.1.1.4.        Típicamente
en la poesía hebrea el énfasis recae sobre la parte final de una unidad
básica. Así aquí, en el tetrástico hay énfasis en la última palabra de
las líneas B y D, y no es sino hasta la última línea del dístico que se
revela que la acusación no se dirige contra los judíos en general, sino
contra los sacerdotes.

3.1.1.5.        El
menosprecio del nombre de Yahvé era especialmente grave en las culturas
mediterráneas, en las cuales la honra y la vergüenza eran valores de
gran importancia.

3.1.1.6.        “Mi
nombre” será expresión clave en este oráculo, donde se repetirá 8 veces
(1:6 [2x], 11 [3x], 14; 2:2, 5). En el resto del libro solo aparece 2
veces (3:16; 4:2 [3:20]). Es una circunlocución por “mí”, pero con
connotaciones de majestad.

3.1.1.7.        El
corazón de la acusación se expresa mediante dos preguntas retóricas que
comienzan con “¿dónde?”. Son equivalentes a negaciones con pasión: “¡No
me habéis honrado/temido!”

3.1.2.        Objeción sacerdotal a la acusación divina: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (1:6e).

3.1.2.1.        De
nuevo la objeción se expresa mediante una pregunta medio retórica que
hace eco de la declaración divina (cp. v. 2). La pregunta es medio
retórica porque por un lado invita una respuesta, pero a la vez insinúa
que la respuesta correcta es “en nada”.
Varias
de las preguntas que Yahvé atribuía a los judíos manifiestan que ellos
no reconocían sus pecados (ver 2:14, 17; 3:7, 8, 13).

3.1.2.2.        El
verbo “decís”, traducido como tiempo presente en todas las versiones
que he consultado, está en el tiempo perfecto en hebreo. Sobre esta
cuestión, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2, donde RV60
traduce “dijisteis”.

3.1.3.        Refutación
divina a la objeción sacerdotal: “Ofreciendo sobre mi altar pan
inmundo” (1:7a). La refutación es una acusación: los sacerdotes de
colocar sobre el altar sacrificios ritualmente contaminados.

3.1.3.1.        La
respuesta es lacónica. Las palabras “en que” no están en el hebreo, y
en lugar de “ofrecéis” el hebreo tiene sencillamente un participio
“ofreciendo” sin su sujeto, el cual se tiene que suplir del contexto.
Hasta sería posible, tratando la objeción del v. 6e casi como una
interrupción, interpretar la respuesta del v. 7a como una continuación
del v. 6d: “oh sacerdotes que menospreciáis mi nombre…que ofrecéis sobre
mi altar pan inmundo”.

3.1.3.2.        La
palabra “pan” (1:7) es un sinécdoque por “comida” que aquí se refiere
específicamente a los animales sacrificados, así como en Lv. 22:25; Ez.
44:6-7.

3.1.3.3.        El vocablo “inmundo” significa “ritualmente contaminado”.

3.1.3.4.        Los
adoradores escogían, traían y hasta los degollaban a sus sacrificios,
pero al sacerdote le correspondía colocarlo “sobre el altar”. Si el
sacrificio era impuro, el sacerdote debería rechazarlo y no ofrecerlo
sobre el altar.

3.1.4.        Objeción sacerdotal a la refutación (segunda acusación) divina: “¿En qué te hemos tratado como contaminado?” (1:7b).

3.1.4.1.        En cuanto a “dijisteis”, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2.

3.1.4.2.        En
lugar de “te hemos deshonrado”, tradúzcase “te hemos contaminado” (cp.
BJ, NVI), o mejor, “te hemos tratado como contaminado” (la conjugación
Piel en hebreo se presta para los dos sentidos). Es el mismo verbo que
Yahvé acaba de usar en el v. 7a. La forma de la objeción nos sorprende. A
la luz de las objeciones anteriores, aquí esperamos más bien: “En que
hemos ofrecido sobre tu altar pan contaminado”. Sin embargo, el profeta
pone en boca de los sacerdotes una respuesta más breve que reconoce la
seriedad de la acusación y la conjuga con la acusación anterior de
menospreciar el nombre de Yahvé. Ofrecer a Yahvé sacrificios
contaminados es despreciarlo como si no fuera santo, sino contaminado.

3.1.4.3.        Esta objeción, como las anteriores, se expresa mediante una pregunta medio retórica
que hace eco de la intervención divina (cp. 1:2, 6), si bien el eco en
este caso se limita al verbo “contaminar” y la correspondencia entre
“mi” (v. 7a) y “te” (v. 7b). Mediante el aspecto retórico de la pregunta
los sacerdotes niegan que hayan ofrecido sacrificios ritualmente
contaminados, especialmente porque hacer semejante error sería tratar a
Dios como contaminado. Probablemente entendían por “sacrificio
contaminado” uno que no se ofreciera según el rito establecido (Lev.
1-7, o uno ofrecido por una persona que no fuera sacerdote calificado y
debidamente consagrado (Lev. 8-10), o uno que fuera un tipo de animal
inmundo (Lev. 11; Dt. 14:3-20), o uno que hubiera entrado en contacto
con un objeto inmundo (Lev. 15).

3.1.5.        Refutación
divina a la segunda objeción sacerdotal: “Menospreciáis el altar al
ofrecer sobre él sacrificios defectuosos” (1:7c-8).

3.1.5.1.        Esta refutación combina las dos acusaciones divinas anteriores (vv.
6d, 7a). Menospreciaban el nombre de Yahvé (la primera acusación, v.
6d) al menospreciar el altar (v. 7c), ofreciendo sobre él pan inmundo
(la segunda acusación, v. 7a), es decir, animales defectuosos (v. 8). A
la vez la refutación respondía a la segunda objeción de los sacerdotes
(v. 7b): trataban a Dios como contaminado al sacrificarle animales
defectuosos.

3.1.5.2.        Yahvé expresa la refutación/acusación en forma enigmática (1:7c).

3.1.5.2.1.        El verbo traducido “pensáis” es literalmente “decir” (BDLA), usado ahora por novena vez en los vv.
2-7. Esta vez aparece como infinitivo. La traducción “pensáis” está
bien, pues seguramente los sacerdotes nunca decían en voz alta que el
altar era menospreciable, sino que sus acciones delataban que así se
decían mentalmente.

3.1.5.2.2.        “La mesa de Yahvé” (1:7, 12) es su altar (cp. Ez. 44:15-16).

3.1.5.2.3.        El
participio traducido “despreciable” es del mismo verbo traducido
“menospreciar” en el v. 6de. Se repetición en v. 6d y aquí forma una
inclusión que enmarca la sección enigmática del debate entre Yahvé y los
sacerdotes en 1:6d-7.

3.1.5.2.4.        En
1:6d-7 no hay mucho paralelismo en el sentido normal (el v. 6d es la
excepción), hay una especie de paralelismo producido por la repetición 4
veces del verbo “decir” (
vv.
6d, 6e, 7b, 7c), la alternación de intervenciones de Yahvé y de los
sacerdotes, y la correspondencia formal entre las objeciones
sacerdotales y la intervención divina previa.

3.1.5.3.        Yahvé
aclara la refutación/acusación mediante una serie de preguntas
retóricas (1:8). En realidad, el v. 8 explica las tres acusaciones
enigmáticas (
vv. 6d, 7a, 7c).

3.1.5.3.1.        La aclaración comienza con un tetrástico de tipo ABAB (paralelismo alternado) con ritmo de 3:2:3:2.

A. Y cuando ofrecéis    el (animal) ciego    para el sacrificio
C. Y cuando ofrecéis    el cojo
                                     o el enfermo

B. ¿No es    malo?
D. ¿No es    malo?

3.1.5.3.1.1.        La
Ley exigía que los animales sacrificados a Yahvé estuvieran sin defecto
(ver Ex. 12:5; Lv. 1:3, 10; 22:18-21; Nm. 6:14; 19:2) y especificaba
que los animales ciegos, cojos o enfermos no serían sacrificios aceptos
(ver Lv. 22:22-25; Dt. 15:21).

3.1.5.3.1.2.        El tetrástico recoge el verbo “ofrecéis” del v. 7a y lo repite dos veces, así señalando que el v. 8 es una aclaración del v. 7a.

3.1.5.3.1.3.        La
oración repetida “no es malo” se puede interpretar como una negación
irónica, o una pregunta retórica. La segunda opción es mejor a la luz de
la presencia de seis preguntas retóricas en 1:2-7 y otra casi al final
del v. 8.

3.1.5.3.2.        El
resto del v. 8 es un dístico sin paralelismo interlinear pero con
paralelismo interno en la línea B (¿Acaso se agradará de ti // o le
serás acepto?), seguido por la fórmula de mensajero. La línea B del
dístico es una pregunta retórica.

3.1.5.3.2.1.        Obviamente el gobernador no se agradaría de quienes le regalaran animales defectuosos (1:8). El vocablo traducido “príncipe” es pejah
“gobernador” (BJ, BDLA, RVA), generalmente usado en el AT de
gobernadores del Imperio Babilonio o, más aún, del Imperio Persa (cp.
Esd. 8:36; Neh. 2:7, 9; 3:7; 5:14; 12:26; Est. 3:12; 8:9; 9:3; Hag. 1:1,
14; 2:2, 21; y ver la sección sobre “La fecha del libro” en la
“Introducción”).

3.1.5.3.2.2.        La
frase traducida “¿le serás acepto?” es literalmente “¿levantará tu
rostro?”. Probablemente la figura originalmente se refería a una persona
postrada en humildad ante otra que levanta el rostro del otro como
señal de favor.

3.1.5.3.2.3.        El uso de la segunda persona singular en este dístico personaliza más la acusación.

3.1.5.3.2.4.        La
repetición de “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en 1:6 y 9 forma una
inclusión que enmarca todo el debate entre Yahvé y los sacerdotes, menos
la expansión siguiente.

3.1.6.        Yahvé expande las acusaciones de 1:6-8 (1:9-14).

3.1.6.1.        Así como el gobernador, Yahvé tampoco se agrada de quien le ofrece animales defectuosos (1:9-10).

3.1.6.1.1.        Si el gobernador no se agradaría de quien le diera un animal defectuoso, ¡cuánto menos Dios (1:9)!

3.1.6.1.1.1.        El v. 9 se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 5:6, seguido por la fórmula de mensajero.

A. Ahora buscad el favor de Dios    para que tenga piedad de nosotros
B. De vuestra mano ha sido esto    ¿Acaso levantará vuestro rostro?

3.1.6.1.1.2.        El
“ahora” al principio del v. 9 y la fórmula “ha dicho Yahvé de los
ejércitos” al final marcan el inicio de la expansión de las acusaciones
de 1:6-8 en 1:9-14.

3.1.6.1.1.3.        La
expresión traducida “orad por el favor” es un modismo, que literalmente
se puede traducir “ablandad el rostro” (BJ). Significa “buscad el
favor”. Aquí se refiere a la búsqueda del favor divino mediante los
sacrificios (así como, por ejemplo, en 1 S. 13:12). En el presente
contexto se usa sarcásticamente, con referencia a los sacrificios
defectuosos como un supuesto medio de buscar el favor de Dios.

3.1.6.1.1.4.        Yahvé
aquí se refiere a sí mismo en tercera persona y se llama a sí mismo
“Dios”. Así recalca su categoría exaltada, muy por encima aun de la
categoría del gobernador, y resalta lo tonto de darle ofrendas
defectuosas. Un fenómeno similar se halla en 1:14; 3:1; 4:5 [3:23].

3.1.6.1.1.5.        Mediante
el “nosotros” el profeta se identifica como parte de la nación que es
perjudicada por el pecado de los sacerdotes. Fue en parte debido al
pecado de ellos que Yahvé no daba las muestras de amor que los judíos
esperaban (cp. 1:2).

3.1.6.1.1.6.        “¿Cómo
podéis agradarle, si hacéis estas cosas” capta el sentido del texto, si
bien no se apega mucho a la forma del texto hebreo (ver la traducción
literal en el esquema arriba). La oración retórica con el modismo
“levantar el rostro” hace eco de la última pregunta retórica del v. 8,
ligando los dos versículos. La palabra “rostro” también se usa en la
primera oración del v. 9.

3.1.6.1.1.7.        “De
vuestra mano”, usado en 1:9, 10, 13; 2:13, parece ser una expresión
técnica relacionada con la liturgia del sacrificio. Señala quien pone el
sacrificio sobre el altar (1:9, 10, 13) o quien lo trae (2:13). Aquí
indica la responsabilidad de los sacerdotes en el ofrecimiento de
sacrificios defectuosos. Si bien los sacerdotes no habían escogido los
animales defectuosos, ellos los habían puesto sobre el altar.

3.1.6.1.1.8.        Hay
una correspondencia marcada entre las partes del v. 9 y las partes de
la ilustración al final del v. 8. “Preséntalo a tu gobernador” (v. 8)
corresponde a “buscad el favor de Dios” y “de vuestra mano ha sido esto”
(v. 9), “¿Acaso se agradará de ti, o levantará tu rostro?” (v. 8)
corresponde a “¿Acaso levantará vuestro rostro” (v. 9), y la fórmula de
mensajero al final del v. 8 es idéntica a la fórmula al final del v. 9.

3.1.6.1.2.        Yahvé preferiría que los sacerdotes cerraran el templo (1:10a).

3.1.6.1.2.1.        El v. 10a expresa un deseo divino irónico. En lugar de “o alumbre de balde”, tradúzcase “para que no alumbréis de balde” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI).

3.1.6.1.2.2.        El v. 10a, traducido literalmente, se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear:

A. ¿Quién también hay de vosotros    que cierre las puertas
B.                                                         y no alumbréis mi altar de balde?

3.1.6.1.3.        El sacrificio defectuoso no logra el favor de Yahvé (1:10b).

3.1.6.1.3.1.        El
v. 10b se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y
ritmo de 3:3, si no se toma en cuenta la fórmula de mensajero en el
análisis.


A. No tengo complacencia en    vosotros
B. Ni aceptaré                            ofrenda de vuestra mano

3.1.6.1.3.2.        La “ofrenda” a que Yahvé se refiere en este contexto es el animal defectuoso (ver v. 8).

3.1.6.1.3.3.        El
verbo traducido “aceptaré” es el mismo que está vertido por “se
agradará” en el v. 8. La repetición es un vínculo más entre la pregunta
retórica al final del v. 8 y la expansión en vss 9-10.

3.1.6.1.3.4.        La repetición de la fórmula “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en los vv. 9 y 10 coadyuva a unir estos dos versículos en una unidad.

3.1.6.2.        Los sacerdotes trataban con desprecio al Dios cuyo nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo (1:11-14).

3.1.6.2.1.        El nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo pero los sacerdotes lo estaban profanando (1:11-12a).

3.1.6.2.1.1.        Todas
las oraciones del v. 11, salvo “ha dicho Yahvé de los ejércitos” son
nominales. La única forma verbal es un participio. Sin embargo, en la
traducción al castellano es necesario usar verbos y asignarles un
tiempo. Lo más natural es el tiempo presente (
RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI),
pero en tal caso las oraciones no tienen sentido, especialmente la
segunda, ya que en aquel tiempo no se ofrecía “incienso y ofrenda
limpia” a Yahvé “en todo lugar”, sino solo en el templo en Jerusalén.
Entonces es necesario interpretar todo el versículo como una profecía en
tiempo futuro (
BDLA).
De hecho, el participio, traducido “se ofrece” en la mayoría de
versiones, frecuentemente se usa en los profetas para referirse al
futuro inminente (ver, por ejemplo, el participio traducido “envío” en
3:1). De modo que 1:11 es una profecía del futuro reconocimiento de la
grandeza de Yahvé (cp. 1:5) y de su adoración por las naciones (para el
mismo tema en otro profeta posexílico, ver Zac. 2:11; 8:22-23;
14:16-19). Y así como en 1:5, el profeta da a entender que la profecía
de la futura grandeza de Yahvé debe influir en las actitudes y conducta
de su pueblo en el presente. La profecía ya se está cumpliendo
espiritualmente en la Iglesia, pero ha de tener un cumplimiento literal
en el Milenio. La mayoría de los pasajes que dicen que las naciones
adorarán a Yahvé durante la edad mesiánica indican que rendirán esa
adoración en Israel y Jerusalén (cp. Is. 2:2-4; 18:7; 25:6; 45:14; 52:8;
56:7; 60:3, 11, 14; 66:23; Mi. 4:1-4; Zac. 8:20-22; 14:16-19), pero Is.
19:18-21 y Sof. 2:11 sugieren que también la harán desde sus tierras.

3.1.6.2.1.2.        Poéticamente
el v. 11 se puede analizar como a) un dístico, b) un trístico, c) la
primera mitad de un dístico y d) la fórmula de mensajero. El ritmo del
primer dístico es de 4:3, con paralelismo interno (línea A) y
paralelismo interlinear:


A. Porque desde donde el sol nace
    hasta donde se pone
B. entre las naciones                             será grande mi nombre

El trístico es de tipo ABB, con métrica de 2:3:2.

A. Y en todo lugar
B.                            se ofrecerá    a mi nombre    incienso
C.                                                                          y ofrenda limpia

El
segundo dístico comienza en el v. 11 y termina en el v. 12, con la
fórmula de mensajero entre las dos líneas, pero excluida del análisis
poético. El paralelismo es antitético y quiástico: A (Porque grande es
mi nombre) B (entre los gentiles) // B’ (Pero vosotros) A’ (lo
profanáis). El contexto indica que “pero” es mejor que “y” como
traducción de la conjunción al principio de la línea B. La colocación de
la fórmula de mensajero aplaza la llegada del clímax al cual apunta
todo el v. 11: la conducta reprochable de los sacerdotes.

3.1.6.2.1.3.        La
repetición de “mi nombre” tres veces en el v. 11 resalta el contraste
con el uso de la misma expresión en el v. 6. Todos los gentiles
exaltarán el nombre de Yahvé (1:11), pero los sacerdotes de Yahvé han
despreciado y profanado (1:6, 12a).

3.1.6.2.1.4.        La repetición de las palabras “ofrecer” en 1:7 y 11, y “ofrenda” en 1:10, 11, resalta el contraste entre “será ofrecidoofrenda limpia” (1:11) por un lado, y “ofrecéis…pan contaminado” (1:7) y “ofrenda no aceptaré de vuestra mano” (1:10) por otro lado.

3.1.6.2.2.        Los sacerdotes ofrecían animales defectuosos a Yahvé (1:12-13). 1:12-14 repite las ideas de 1:7-11, así dándoles más énfasis. 1:12-13a
amplía 1:7c, 1:13bα corresponde a 1:8a, 1:13bβ resume 1:8b-10, 1:14a
corresponde de nuevo a 1:8a, y 1:14b corresponde a 1:11.

3.1.6.2.2.1.        Despreciaban a Yahvé y su altar (1:12-13a).

3.1.6.2.2.1.1.        La primera oración del v. 12 concluye el dístico que comienza al final del v. 11 (ver supra).
Luego, el resto del v. 12 es un dístico con paralelismo interno (línea
B) e interlinear, y ritmo de 4:3. El “cuando decís” introduce el
dístico, pero no es parte de él.


A. La mesa del Señor    inmunda           es
B. Y su fruto                   despreciable
     su alimento.

3.1.6.2.2.1.1.1.         El
dístico repite todas las palabras del v. 7c, salvo que tiene “Señor” en
lugar de “Yahvé” (contra RV60 y RV95; ver (BJ, BDLA, RVA, NVI). El
título “Señor” evoca la acusación del v. 6 ahora que el señorío de Yahvé
sobre toda la tierra se ha anunciado en el v. 11. Así resalta la
gravedad del desprecio por los sacerdotes y la hipocresía con que
llamaban a Yahvé “Señor”.

3.1.6.2.2.1.1.2.         “Cuando decís” significa “cuando pensáis”, y el pensamiento de los sacerdotes se percibe en sus acciones (ver nota sobre 1:7c).

3.1.6.2.2.1.1.3.         La “mesa del Señor” es su altar, e “inmunda” significa “ritualmente contaminada” (ver las notas sobre el v. 7).

3.1.6.2.2.1.1.4.         El segundo “cuando decís” no está en el hebreo (BJ, NVI, BDLA, RVA, NVI).

3.1.6.2.2.1.1.5.         Todas las versiones que he consultado omiten “su fruto”, salvo BDLA.

3.1.6.2.2.1.2.        El v. 13 comienza con un dístico con paralelismo a nivel de líneas completas y ritmo de 3:2, seguido de la fórmula de mensajero.

3.1.6.2.2.1.2.1.         El
verbo traducido “despreciáis” literalmente se refiere a la acción de
soplar. A la luz del contexto se supone que se trata de un gesto de
desdén.

3.1.6.2.2.1.2.2.         En
el TM el objeto pronominal del verbo está en tercera persona, “lo
despreciáis” (BDLA), y su antecedente es “la mesa del Señor” (v. 12).
Sin embargo, la tradición rabínica informa que esta lección es una de
las
tiqqune soferim
“correcciones de los escribas”, introducidas para evitar expresiones
teológicamente ofensivos, y que la lección original es “me despreciáis”
(RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI).

3.1.6.2.2.2.        Le ofrecían animales defectuosos (1:13b).

3.1.6.2.2.2.1.        1:13b
se compone de dos dísticos con paralelismo interlinear, seguido de la
fórmula de mensajero. El primer dístico es de ritmo 2:2 y tiene
paralelismo interno en la línea B:


A. Y habéis traído    lo hurtado
B.                             o cojo
                                o enfermo

El segundo dístico tiene ritmo de 2:3:

A. Y habéis traído                         la ofrenda
B. ¿Aceptaré de vuestra mano     esa?

La
traducción es un poco más literal que RV60. El primer verbo de ambos
dísticos es el mismo, y el tiempo perfecto en castellano expresa el tipo
de acción mejor que el pretérito, pues se trata de una acción repetida,
comenzando en el pasado y llegando hasta el presente. Los dos dísticos
bien pueden combinarse para formar un tetrástico de tipo AAAA.

3.1.6.2.2.2.1.1.         El
primer dístico hace eco de v. 8b, recalcando en qué consistía el
menosprecio sacerdotal, y también formando una inclusión que enmarca
1:8-12, sección que expone este pecado.

3.1.6.2.2.2.1.2.         El
segundo dístico hace eco de la última oración del v. 10. El estribillo
resultante marca la conclusión de las expansiones de la acusación contra
los sacerdotes en 1:9-10 y en 1:11-13. En contraste, el v. 14 se
dirigirá contra los judíos en general.

3.1.6.2.2.2.1.3.         El
repetido “habéis traído”, en este contexto, tiene que referirse no a la
acción de los judíos en general, sino a la acción de los sacerdotes de
colocar el sacrificio sobre el altar.

3.1.6.2.2.2.1.4.         “Lo
hurtado” (1:13) aquí no significa “animal hurtado por un ser humano”,
pues el sacerdote no tendría forma de reconocer que un animal había sido
robado en este sentido. Más bien se refiere al animal robado por una
bestia y librado por el pastor, pero no sin antes quedar lesionado (cp. 1
S. 17:34-35; Am. 3:12).

3.1.6.2.2.2.1.5.         En la línea B del segundo dístico las conjunciones pueden ser traducidas “o” o “y”.

3.1.6.2.2.2.1.6.         La línea B del segundo dístico es otra pregunta retórica.

3.1.6.2.2.2.1.7.         La
fórmula de mensajero es la forma abreviada que se encuentra también en
1:1; 3:13. Omite “de los ejércitos”. Quizá la forma abreviada se use
solo para variedad estilística, pero tal vez aquí también resalta la
maldición (v. 14) que concluye 1:6-14.

3.1.6.2.3.        Epílogo:
Yahvé maldice al judío que pagara su voto al Señor con un animal dañado
(1:14). Este versículo se agrega al oráculo para que los judíos no
pensaran que solo los sacerdotes eran responsables de los sacrificios
defectuosos.

3.1.6.2.3.1.        El v. 14a puede analizarse como un trístico de tipo AAA y ritmo de 2:4:3dístico:

A. Y maldito   el que engaña
B.                   el que teniendo                        macho en su rebaño
                                 promete
C.                             pero sacrifica al Señor   lo dañado

3.1.6.2.3.1.1.        En
la Biblia las maldiciones frecuentemente se usan para asegurar que Dios
castigue a los que hacen mal con impunidad (cp. Dt. 27:15-26; Jue.
17:2). En este caso la impunidad se debe al engaño. No es que el maldito
engañe a Yahvé, cumpliendo el voto a medias, pues Dios no se engaña,
sino que engaña al sacerdote, diciendo que trae un animal dañado porque
no tiene uno sano. Así el engañador queda impune ante las autoridades
humanas, y de ahí la necesidad de la maldición. En este caso, como Dios
es quien pronuncia la maldición, su cumplimiento es seguro.

3.1.6.2.3.1.2.        En
lugar de “machos”, el hebreo tiene el singular. Levítico 22:17-25
estipula que el animal ofrecido en pago de un voto debe ser macho sin
defecto.

3.1.6.2.3.1.3.        El
verbo traducido “promete” literalmente significa “promete en voto” (cp.
BJ). Muchos votos se hacían para persuadirle a Dios que libere de algún
apuro o que conceda alguna bendición (cp. Gn. 28:20-22; Jon. 2:9). Se
supone que en el caso contemplado aquí, Dios ha respondido a la
petición, pero ahora el beneficiado no cumple a cabalidad con su voto
(cp. Nm. 30:2).

3.1.6.2.3.1.4.        En
lugar de “a Yahvé” (RV60, RVA, RV95), el hebreo tiene “Señor” (BJ,
BDLA, NVI). Al llamarse “Señor” y referirse a sí mismo en tercera
persona Yahvé destaca su dignidad, como en v. 9; 3:1; 4:5 [3:23] (ver
también la nota sobre “el Señor” en 1:12).

3.1.6.2.3.2.        El v . 14b resalta de nuevo el señorío mundial de Yahvé, ahora subrayando el pecado del adorador que ofrece animal dañado.

3.1.6.2.3.2.1.        El v. 14b puede analizarse como un dístico con la fórmula de mensajero entre las dos líneas. El ritmo es de 4:3.

A. Porque Gran Rey   soy yo
B. temible                   Y mi nombre es    entre las naciones.

La última frase es el clímax del dístico.

3.1.6.2.3.2.2.        Las
dos oraciones son nominales. Probablemente los verbos que se suplen en
la traducción deben estar en tiempo futuro, así como en el v. 11 (ver la
nota allí).

3.1.6.2.3.2.3.        Yahvé
también se llama “gran rey” sobre la tierra en Sal. 47:2 [3], y sobre
los dioses en Sal. 95:3. Seguramente expresiones semejantes se usaban
con frecuencia en el culto a Yahvé en el templo. Sal. 47:2 [3]
especialmente se asemeja a este dístico; tal vez Malaquías alude a dicho
pasaje aquí.

3.1.6.2.3.2.4.        La
fórmula de mensajero más las expresiones “grande”, “mi nombre” y “entre
las naciones” hacen eco de la conclusión del v. 11 (la fórmula de
mensajero sigue estas expresiones en el v. 11; aquí el orden está
invertido), así formando una inclusión que enmarca el párrafo de
1:11-14.

3.1.6.2.3.2.5.        Las
expresiones “Señor”, “temible” y “mi nombre” evocan la acusación en el
v. 6, y así forma una inclusión que enmarca toda la sección de 1:6-14
sobre el pecado de despreciar del nombre de Yahvé. De hecho, la línea A
del dístico corresponde a la primera pregunta retórica del v. 6 (“¿Dónde
está mi honra?”), y la línea B, a la segunda pregunta del v. 6.

3.1.6.2.3.2.6.        La
línea A del dístico evoca la conclusión del primer oráculo (1:5b). Esta
semejanza coadyuva a indicar que la primera sección mayor del segundo
oráculo, la que expone la acusación, concluye con el v. 14.

3.2.        Yahvé
maldijo a los sacerdotes, haciéndolos despreciables (2:1-9). Era el
castigo resultante del pecado de despreciar a Yahvé, expuesto en 1:6-14.

3.2.1.        Yahvé maldeciría a los sacerdotes si no le honraran (2:1-3).

3.2.1.1.        Yahvé manda a los sacerdotes dar gloria a su nombre (2:1-2a).

3.2.1.1.1.        El
v. 1 es una unidad de una sola línea poética. El hecho que la línea no
forma parte de una unidad mayor (un dístico, por ejemplo) y el “ahora”
coadyuvan a destacarla como la oración introductoria a una sección
nueva. Por el momento el contenido de “este mandamiento” es enigmático.
No se halla en el v. 1 ni en el texto anterior, de modo que lo busca el
lector en el texto siguiente (lo mismo sucede con el “en esto” de 3:10).

3.2.1.1.2.        El
v. 2a es la prótasis de una oración condicional. Contempla la
posibilidad de que los sacerdotes no obedecen el mandamiento de Yahvé,
dar gloria a su nombre.

3.2.1.1.2.1.        El v. 2a consiste en un trístico de tipo AAB, con métrica de 2:3:3, seguido de la fórmula de mensajero:

A. Si no      oyereis
B. y si no    ponéis sobre el corazón
C.                                                        para dar gloria…

3.2.1.1.2.2.        Las
líneas paralelas A y B aplazan la esperada definición del contenido del
“mandamiento” del v. 1). Ese contenido al fin se revela en la línea C,
en posición de clímax al final del trístico.

3.2.1.1.2.3.        “Oyereis”,
como frecuentemente en la Biblia, significa “oír para obedecer”. El
modismo paralelo, traducido literalmente arriba, ha de significar
aproximadamente lo mismo (ver su uso en Is. 42:25; 57:1, 11; Jer.
12:11). Se podría traducir con un modismo algo similar, “tomar a pecho”
(BJ, RVA), o, más prosaicamente, “tomar en serio” (DHH). “Decidir de
corazón” (RV60, RV95, BDLA; cp. NVI) es un poco menos exacto, pero
interpreta correctamente el sentido en este contexto.

3.2.1.1.2.4.        “Dar
gloria a mi nombre” hace eco de 1:6 (“honra” en 1:6 y “gloria” en 2:2
son traducciones de la misma palabra hebrea), y también de 11, 14, así
enlazando 2:1-9 con la acusación de 1:6-14. En este contexto para dar
gloria al nombre de Yahvé los sacerdotes deberían exigir sacrificios sin
defecto, tal como Yahvé lo merecía (cp. 1:6-8, 13; ver también 1 S.
6:5).

3.2.1.2.        Yahvé amenaza con convertir en maldición las bendiciones que los sacerdotes recibían (2:2b-3).

3.2.1.2.1.        La
segunda unidad poética del v. 2 es un dístico con paralelismo
interlinear y ritmo de 3:2. Es la apódosis de la oración condicional, y
define las consecuencias para los sacerdotes si no dan gloria a Yahvé:


A. Enviaré…la maldición    sobre vosotros
B. Y maldeciré                    vuestras bendiciones

3.2.1.2.1.1.        El hebreo tiene “la
maldición”, con el artículo. En este contexto puede referirse a la
maldición de 1:14, pero en realidad la interpretación no se da sino
hasta los
vv. 4-5, 8-9. Allí se verá que se trata de la maldición por incumplir la estipulación central del pacto de Yahvé con Leví (ver vv. 4-5, 8-9).

3.2.1.2.1.2.        El
contexto siguiente aclara que “vuestras bendiciones” no eran las
bendiciones que los sacerdotes pronunciaban sobre los judíos, sino las
bendiciones que los sacerdotes recibían.

3.2.1.2.1.3.        La línea B expresa un motivo común en las profecías bíblicas: la inversión de una situación actual (cp. 1 S. 2:4-5).

3.2.1.2.2.        La
última unidad poética del v. 2 es un dístico no paralelo. Su línea A
hace eco de la línea B del dístico anterior, y su línea B hace eco de la
línea B del trístico inicial. Anuncia que en ese momento Yahvé los
maldice (línea A; cp. v. 9), porque no cumplen la condición del trístico
(línea B).

3.2.1.2.2.1.        El
verbo “he maldecido” está en el tiempo perfecto en el hebreo. Ese
tiempo normalmente se usa de acciones del pasado, pero también se usa
cuando pronunciar el verbo efectúa su acción. Así aquí Yahvé maldice a
los sacerdotes mediante la fórmula “he maldecido”. En castellano este
sentido mejor se expresa mejor mediante el tiempo presente (cp. “y aun
las maldigo”). El hebreo utiliza el tiempo perfecto porque cuando se
termina de pronunciar la expresión, la acción ya se ha efectuado.

3.2.1.2.2.2.        La
expresión traducida “no os habéis decidido de corazón” es literalmente
“no ponéis sobre el corazón”. En cuanto a su significado, ver la nota
sobre la misma expresión en el v. 2. Aquí la forma verbal es un
participio, indicando tiempo presente (cp. BJ, RVA).

3.2.1.2.3.        Yahvé da dos ejemplos de la maldición que caería sobre los sacerdotes (2:3).

3.2.1.2.3.1.        Su descendencia menguaría (2:3a).

3.2.1.2.3.1.1.        La primera oración del v. 3 es una unidad de una sola línea poética.

3.2.1.2.3.1.2.        En
lugar de “dañaré la sementera”, tradúzcase “reprenderé la
semilla/simiente”. “Reprender” (cp. BDLA, RVA, NVI) aquí significa
“parar por orden divina”, así como en 3:11 (cp. también Is. 50:2; Zac.
3:2). La semilla/simiente probablemente no se refiere a la agricultura,
sino a la descendencia (cp. BDLA, RVA, NVI), así como en 2:15 (cp. el
uso del vocablo en Is. 59:21).

3.2.1.2.3.2.        En
lugar de preeminencia sufrirían humillación (2:3b). La unidad poética
se puede analizar como un trístico con paralelismo de tipo AAB y ritmo
de 3:2:3:


A. Y os echaré    el estiércol                                   al rostro
B.                        el estiércol de vuestras fiestas

La
figura del estiércol (o, según algunos, el contenido no digerido del
estómago) es chocante. El vocablo traducido “animales sacrificados” es
literalmente “fiestas” (
BJ, BDLA).
Se usa en el AT especialmente de las tres grandes fiestas de
peregrinación: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Ya que en esas
fiestas los israelitas hacían muchos sacrificios, se acumulaba mucho
estiércol, el cual debería ser quemado fuera de la ciudad (cp. Ex.
29:14; Lv. 4:11-12; 8:17; 16:27; Nm. 19:5). Yahvé echaría ese montón de
estiércol en el rostro de los sacerdotes (líneas A y B), y juntamente
con el estiércol los sacerdotes serían arrojados fuera de la comunidad
(línea C).

3.2.2.        Para que el pacto con Leví siguiera en pie era necesario que los sacerdotes honraran a Yahvé (2:4-7).

3.2.2.1.        Cuando
los sacerdotes sufrieran la maldición de Yahvé, se darían cuenta que
Yahvé les había dado el mandamiento de dar gloria a su nombre (cp.
vv. 1-2) como exigencia fundamental del pacto con Leví (2:4).

3.2.2.1.1.        El
v. 4 se puede analizar como un dístico no paralelo de ritmo 5:3,
seguido de la fórmula de mensajero. La falta de paralelismo llama la
atención a la referencia al pacto con
Leví, tema clave para la sección de 2:1-9.

3.2.2.1.2.        La expresión “envié este mandamiento” evoca “enviaré maldición” (v. 1). Desobedecer el mandamiento enviado traería una maldición enviada.

3.2.2.1.3.        “Para
que fuese mi pacto con Leví” puede significar “para establecer mi pacto
con Leví”, o “para que siga en píe mi pacto con Leví”. En realidad la
oración expresa las dos ideas. El mandamiento fue la estipulación
fundamental del pacto que Yahvé estableció con Leví, y por lo tanto
desobediencia a esa estipulación rompía el pacto del lado de Leví, lo
cual podría inducir a Yahvé a anular el pacto de su lado.

3.2.2.1.4.        La expresión “mi pacto”
indica que no se trata de un pacto de paridad (en tal caso se esperaría
“nuestro pacto”), sino que Yahvé soberanamente concedió el pacto a
Leví, su vasallo (el significado de “pacto de Leví” en 2:8). El
beneficio que Leví podría recibir del pacto era mucho mayor que el
beneficio para Yahvé. Por otro lado, no se trata de un pacto
incondicional, como indica la exigencia del “mandamiento” de dar gloria a
Yahvé (v. 2) y de temerlo (v. 5).

3.2.2.1.5.        En
este contexto “Leví” se refiere a “la tribu de Leví”, y particularmente
a sus representantes más importantes, los sacerdotes (ver v. 1).

3.2.2.1.6.        Jeremías
33:21, el primer pasaje bíblico que menciona específicamente un pacto
con la tribu de Leví, da a entender que ese pacto había existido ya por
mucho tiempo. Probablemente, entonces, consiste en las partes de la Ley
de Moisés que hablan de las responsabilidades y privilegios especiales
que tendrían los sacerdotes en la adoración a Yahvé (ver las alusiones
al pacto con los sacerdotes en Nm. 18:19; 25:10-13; cp. también Ex.
32:26-29; Nm. 17:1-18:32; Dt. 10:8-9; 33:8-11; Zac. 3:7).

3.2.2.2.        Tanto Yahvé como Leví habían cumplido con el pacto (2:5-7).

3.2.2.2.1.        En el pacto Yahvé había prometido dar vida y bienestar (shalom)
a Leví, y lo había hecho (2:5a). El v. 5a es un dístico con ritmo de
5:2, paralelismo interlinear, y paralelismo interno en la línea A:


A. Mi pacto fue…vida
                           y shalom    con él
B. Y las di                             a él.

Esta
traducción es más literal que RV60, para mostrar mejor el paralelismo.
La línea B es enfática no solo por el énfasis que normalmente recae
sobre la conclusión de un dístico, sino también por la brevedad de la
línea B en comparación con la línea A.

3.2.2.2.2.        En el pacto la exigencia para Leví era que temiera a Dios, y lo había hecho (2:5b).

3.2.2.2.2.1.        En lugar de “para que me temiera” y “estuvo humillado” (2:5b) tradúzcase “Y fue temor” y “tuvo miedo” (ver BJ, NVI; cp. BDLA).

3.2.2.2.2.2.        2:5b es un dístico con paralelismo interlinear y un ritmo de 2:4:

A. Y fue temor   y me temió
B.                       y tuvo miedo delante de mi nombre

Hay también una especie de paralelismo interno en la línea A.

3.2.2.2.2.3.        El
paralelismo aclara que temer a Dios es más que tenerle reverencia; es
también tener miedo de desobedecerlo. El verbo traducido “tuvo miedo” se
usa de miedo fuerte, terror.

3.2.2.2.2.4.        Aquí “mi nombre” se repite por octava vez en el oráculo (ver la nota sobre 1:6).

3.2.2.2.2.5.        Malaquías no indica qué período histórico tiene en mente cuando habla de la obediencia de Leví.

3.2.2.2.3.        Leví había demostrado su temor a Yahvé mediante su enseñanza correcta y su vida justa (2:6).

3.2.2.2.3.1.        Mediante su enseñanza (2:6a).

3.2.2.2.3.1.1.        El v. 6a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3:

A. Instrucción de verdad    estuvo                en su boca
B. E iniquidad                     no fue hallado    en sus labios

3.2.2.2.3.1.2.        Sobre
la responsabilidad de los sacerdotes y levitas de instruir al pueblo,
ver Lv. 10:10-11; Dt. 17:9-12; 33:10; Ez. 7:26; 2 Cr. 15.3.

3.2.2.2.3.1.3.        El vocablo traducido “la ley” es torah.
Su sentido fundamental es “instrucción”, si bien con frecuencia se usa
de la Instrucción por excelencia, la Ley de Moisés (ver 4:4 [3:22]). La
torah
de los sacerdotes normalmente no es la Ley en sí (aunque véase Dt.
33:10), sino la instrucción y los dictámenes de los sacerdotes,
particularmente sobre lo ritual y lo sagrado (cp. Os. 5:7; Jer. 2:8;
18:18; Ez. 7:26; Hag. 2:11). Así se usa aquí y en los tres versículos
siguientes (cp. DHH, BDLA, NVI), aunque la instrucción aquí también
incluye la ética.

3.2.2.2.3.1.4.        El
vocablo traducido “verdad”, significa “fidelidad”. Los sacerdotes
habían dado “instrucción fiel” a las exigencias divinas, en base a la
Ley de Moisés (cp. NVI: “instrucción fidedigna”).

3.2.2.2.3.2.        Mediante su vida justa (2:6b).

3.2.2.2.3.2.1.        El v. 6b es un dístico de ritmo 4:3 con paralelismo interlinear y paralelismo interno en la línea A:

A. En paz
   y en justicia    anduvo conmigo
B.                       y a muchos hizo volver de la iniquidad.

3.2.2.2.3.2.2.        Para ejemplos de los hechos justos de Leví, ver Ex. 32:26-29; Nm. 25:7-13; Ez. 44:15.

3.2.2.2.3.2.3.        En
hebreo los términos de preposición y el objeto directo normalmente
vienen después del verbo. El hecho que “en shalom y en justicia (línea
A) y “a muchos” preceden” el verbo hace que sean enfáticos.

3.2.2.2.3.2.4.        Las
palabras traducidas “paz” y “justicia” pueden referirse al bienestar
recibido de Yahvé, pero el contexto aquí sugiere que son más bien
virtudes manifestadas en obediencia a Yahvé. En efecto “justicia” es una
acepción del segundo término, y
shalom parece ser una virtud en Sal. 85:11. Aquí ha de significar “paz con Dios por obedecerle” (así como en Jer. 33:9).

3.2.2.2.3.2.5.        El “anduvo conmigo” es la contraparte de “mi pacto fue con él” (v. 5).

3.2.2.2.3.2.6.        El
verbo traducido “apartar” es “volver”. Una de sus acepciones frecuentes
en el A.T. es arrepentirse. El vocablo traducido “iniquidad” es
sinónimo de la palabra traducida de la misma manera en el v. 6a. De modo
que Leví no enseñó iniquidad (v. 6a), no cometió iniquidad (anduvo con
Yahvé), y además llevó a muchos a arrepentirse de la iniquidad que
cometían (v. 6b).

3.2.2.2.4.        Era imprescindible que los sacerdotes temieran a Yahvé, porque su instrucción orientaban al pueblo (2:7).

3.2.2.2.4.1.        El v. 7 se puede analizar como un trístico de tipo AAB, con ritmo de 4:3:4.

A. Porque los labios del sacerdote han de guardar    sabiduría
B. Buscarán de su boca                                              instrucción

3.2.2.2.4.2.        El verbo “guardar” con frecuencia significa “obedecer”, pero aquí más bien ha de significar “preservar”.

3.2.2.2.4.3.        El
vocablo traducido “sabiduría” frecuentemente tiene ese sentido en la
literatura sapiencial, pero su significado literal es “conocimiento,
ciencia”, y así se debe traducir aquí (cp. BJ, RVA). La instrucción de
los sacerdotes debería preservar el conocimiento de la conducta correcta
según la Ley, particularmente en cuanto a lo sagrado. Otra
interpretación es que se refiere al conocimiento de Dios (cp. DHH y ver
Os. 4:1, 6).

3.2.2.2.4.4.        La
palabra “mensajero” evoca el nombre de Malaquías (“mi mensajero”, o tal
vez “mensajero de Yahvé”, ver “Autor del libro” en la “Introducción”).
Generalmente se usa de ángeles o profetas. Solo aquí en el A.T. se usa
del sacerdote. El sacerdote, a diferencia de los ángeles y los profetas,
recibía su mensaje de Dios indirectamente, a través de la Ley ya
revelada y las tradiciones sacerdotales.

3.2.3.        Ya
que los sacerdotes de los tiempos de Malaquías habían violado el pacto
de Leví, Yahvé les aplica la maldición del pacto (2:8-9).

3.2.3.1.        Los sacerdotes habían violado el pacto (2:8).

3.2.3.1.1.        El
v. 8 se puede analizar como un trístico de tipo AAA seguido de la
fórmula de mensajero. Esencialmente el paralelismo es a nivel de líneas
completas, si bien el “mas vosotros” de la línea A se sobreentiende por
elipsis en las líneas B y C.

3.2.3.1.2.        En
vez de andar con Yahvé en justicia (cp. v. 6), ellos habían salido del
camino. Sobre el camino de Yahvé, revelado en la Ley, ver Ex. 18:20;
Sal. 25:8-10; 77:13 [14]; 119:14, 30, 32, 33.

3.2.3.1.2.1.        Sobre la idea de salir del camino de Yahvé, ver Ex. 32:8; Dt. 9:12, 16; 11:28; 31:29; Jue. 2:17.

3.2.3.1.2.2.        La
primera sección del oráculo resalta el pecado de los sacerdotes
comparando su conducta con la de las naciones (1:11-12). Aquí lo resalta
comparando su conducta con la de los sacerdotes del pasado.

3.2.3.1.3.        En
vez de apartar a muchos de la iniquidad mediante instrucción fidedigna
(v. 6), ellos habían hecho tropezar a muchos por su instrucción. Tal vez
Malaquías pensaba en las acusaciones similares en Ez. 44:12; Os. 4:6.
La acusación aquí anticipa y en parte explica las acusaciones contra el
pueblo en los oráculos restantes. Los pecados del pueblo allí señalados
deberían ser evitados o corregidos por la instrucción de os sacerdotes,
mensajeros de Yahvé (cp. v. 7).

3.2.3.1.4.        El
pronombre “vosotros” es enfático, pues de otra manera, como en español,
no hay por qué incluirlo. Con la conjunción “mas vosotros” subraya el
contraste entre la conducta correcta de los sacerdotes en el pasado y la
conducta de los sacerdotes a quienes Malaquías reprende.

3.2.3.1.5.        En cuanto al “pacto de Leví”, ver la exposición del v. 4.

3.2.3.2.        Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes debido a su desobediencia (2:9).

3.2.3.2.1.        Aplica la maldición (2:9a).

3.2.3.2.1.1.        En
vez de dar a los sacerdotes la vida y bienestar prometidos en el pacto
con Leví (v. 5), Yahvé les aplica la maldición por desobediencia al
pacto (ver
vv.
2-3), haciéndoles despreciables (ver v. 3b). Lo mismo sucede en toda
generación a los líderes del pueblo de Dios que debido a su conducta
pecaminosa y su enseñanza acomodadiza pierdan el respeto de sus
feligreses.

3.2.3.2.1.2.        El v. 9a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3:

A. Y también yo os he hecho    viles
B.                                               y bajos    ante todo el pueblo.

3.2.3.2.1.3.        La
frase introductoria “y también yo” (traducción literal) es enfática, y
se contrasta con “mas vosotros” en el v. 8. El contraste señala la
relación de causa (v. 8) y efecto (v. 9), o de pecado y su consecuencia,
dentro del contexto del pacto con Leví. El vocablo traducido “por
tanto” normalmente se traduce “y” o “pero”, pero “por tanto” capta bien
la idea aquí.

3.2.3.2.1.4.        El
verbo hebreo “he hecho” es un perfecto instantáneo; la expresión del
verbo efectúa su acción (ver la nota sobre “he maldecido” en 2:2).

3.2.3.2.1.5.        El
vocablo traducido “viles” es el mismo que está traducido “despreciable”
en 1:7, 12, y es un participio del mismo verbo traducido “menospreciar”
en 1:6 (ver la traducción de 2:9 en BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI). La
repetición de la raíz aquí forma una inclusión que abarca todo el
oráculo de 1:6-2:9, y también subraya la simetría del castigo divino:
por haber despreciado a Yahvé, él ha hecho despreciables a ellos.

3.2.3.2.1.6.        Al pronunciar la maldición aquí, Yahvé puso en efecto la maldición profetizada en 2:3b.

3.2.3.2.2.        Desobedecían las leyes de Yahvé, mostrando favoritismos en sus dictámenes sacerdotales (2:9b).

3.2.3.2.2.1.        El v. 9b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3:

A. Así como vosotros    no guardáis mis caminos
B.                                  sino que levantáis caras en la instrucción

3.2.3.2.2.2.        El
vocablo traducido “habéis guardado” es un participio hebreo; se le debe
traducir en tiempo presente, “guardáis” (BJ). Es la misma construcción
gramatical que se usa en la última oración del v. 2. En ambos caso la
construcción da la razón por la cual Yahvé aplica la maldición a los
sacerdotes.

3.2.3.2.2.3.        Los “caminos” de Yahvé son sus leyes (cp. las referencias a los caminos de Yahvé en el Salmo 119).

3.2.3.2.2.4.        La
línea B es ambigua. “Levantar caras” significa “mostrar favor”, tanto
en sentido positivo (ver la explicación del modismo en 1:8), como en el
sentido de “mostrar favoritismo”. Si se toma en sentido positivo aquí,
se debe traducir “ni levantáis caras por la instrucción”, es decir, “ni
hacéis beneficio por medio de la instrucción”. Sin embargo, es dudoso
que “levantar caras” se puede usar en este sentido. Queda entonces la
opción del sentido negativo de “hacer acepción de personas” (así todas
las versiones que he consultado). En tal caso hemos de entender que los
sacerdotes aceptaban animales dañados solo de ciertas personas,
probablemente gente poderosa. Tal vez a ellas mostraba parcialidad
también en otros de sus dictámenes sacerdotales. Sea cual fuere la
interpretación, la repetición de “levantar cara(s)” aquí y en 1:8, 9
constituye otra inclusión que enmarca casi todo el oráculo.

  1. Tercer oráculo: los israelitas debían cesar de traicionarse unos a otros (2:10-16).

4.1.        Acusación
profética en términos generales: los israelitas se traicionaban unos a
otros (2:10). La lealtad a Yahvé y la lealtad entre los miembros del
pueblo eran aspectos complementarios del pacto entre Yahvé e Israel.

4.1.1.        Todos
los judíos eran hermanos creados por un mismo Dios (2:10a). Como hijos
de un mismo Dios, deberían vivir en unidad (para un concepto semejante
aplicado a la Iglesia, ver 1 Co. 12:4-13).

4.1.1.1.        El 2:10a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4.

A. ¿No  tenemos todos    un mismo  padre?
B. ¿No  nos ha creado     un mismo  Dios?

4.1.1.2.        Las
dos oraciones son preguntas retóricas que dan por sentada una respuesta
de “sí”. El tercer oráculo es el único de los seis oráculos en
Malaquías que comienza con una pregunta retórica.

4.1.1.3.        El
paralelismo indica que el “padre” no es Adán, Abraham, ni Jacob, sino
Dios (cp. 1:6). Comúnmente, como aquí, la línea A incluye algo
enigmático que no se aclara sino hasta la línea B.

4.1.1.4.        La
línea B no se refiere a la creación de toda la humanidad, sino de
Israel. Yahvé se presenta como padre-creador de Israel en Dt. 32:6; Is.
45:11; 64:8 [7], como su padre en 1:6; Is. 63:16; Jer. 3:4, 19 (cp.
también Ex. 4:22-23; Dt. 1:31; 8:5; 14:1; Sal. 103:13; Is. 1:2; 30:9;
Jer. 31:9; Os. 11:1) y como su creador en Dt. 32:18; Is. 43:1, 15; 44:2.
Yahvé fue padre-creador de Israel al llamar, preservar y multiplicar a
los patriarcas, y también al librar a Israel de Egipto y hacer pacto con
ellos en Sinaí.

4.1.1.5.        La palabra “uno” recalca que la existencia de Israel se debía a Yahvé solamente.

4.1.1.6.        En
2:10-16, a diferencia de los demás oráculos, Yahvé no habla en primera
persona, sino que Malaquías habla de él en tercera persona (cp.
especialmente 2:10 con 1:6).

4.1.1.7.        Al usar las formas de primera persona plural en el v. 10, Malaquías se identifica con el pueblo de Judá. Sin embargo, en los vv. 11-12 hablará de Judá y del judío en tercera persona, y luego en los vv. 13-16 confrontará más directamente a los varones en segunda persona plural o singular.

4.1.2.        Traicionarse
unos a otros era incongruente con la hermandad de los judíos (cp. v
10a) y una violación del pacto que Yahvé había hecho con sus padres
(2:10b).

4.1.2.1.        El v. 10b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3.

A. ¿Por qué    nos portamos deslealmente el uno contra el otro
B.                    profanando el pacto de nuestros padres?

El
paralelismo sería más claro si convirtiéramos el “profanando” en un
“profanamos”, un equivalente a un nivel de la gramática profunda.

4.1.2.2.        El
v. 10b es la tercera pregunta retórica del versículo. No espera una
respuesta, sino que es una forma de declarar con pasión: “no debemos
portarnos deslealmente…”.

4.1.2.3.        El vocablo “pues” no está en el hebreo.

4.1.2.4.        El
verbo “portarse deslealmente” es la palabra clave en 2:10-16, y señala
su tema. Es el verbo traducido “prevaricó” en v. 11 y “ser desleal” en
vv. 14, 15 y 16. Es lo contrario de actuar con jésed “fidelidad, lealtad”. Con respecto al pecado de la deslealtad, ver Jer. 9:4-6; Mi. 7:2-6.

4.1.2.5.        La
expresión “el uno contra el otro” es literalmente “un hombre contra su
hermano”: La expresión hebrea más común sería “un hombre contra su
prójimo” (cp., en hebreo, “un hombre con su prójimo” en 3:16, y, en
aproximadamente el mismo período, “hombre…su prójimo” en Zac. 3:10;
8:10, 16, 17, 11:6; 14:13). Tener todos un mismo padre (v. 10a)
implicaba que los judíos eran “hermanos”.

4.1.2.6.        Incumplir
las estipulaciones del pacto era “profanarlo”, es decir, tratarlo como
si no fuera un acuerdo santo entre Yahvé y su pueblo, garantizado por
juramento (cp. Sal. 89:31 [32], 34 [35]; el verbo traducido “olvidaré”
en Sal. 89:34 es literalmente “profanaré”).

4.1.2.7.        El
contexto inmediato indica que “el pacto de nuestros padres” no es el
pacto con Abraham (a diferencia de la expresión casi igual en Dt. 4:31),
ni con Leví (cp. 2:4, 8), sino el sinaítico. Fue mediante ese pacto que
Yahvé había creado a Israel, lo había hecho su hijo, había hecho
hermanos a los israelitas, y les había dado mandamientos acerca de la
lealtad unos con otros.

4.2.        Primer ejemplo de la traición: matrimonio con mujeres paganas (2:11-12).

4.2.1.        El
pecado: los israelitas habían traicionado a su pueblo, profanándolo
mediante matrimonios con mujeres paganas (2:11). El v. 11a recoge la
línea A de v. 10b (ver la repetición de “portarse deslealmente”) y el v.
11b recoge la línea B del v. 10b (ver la repetición de “profanar”).

4.2.1.1.        Judá ha cometido traición (2:11a).

4.2.1.1.1.        El
v. 11a se puede analizar como un trístico de tipo AA. Es decir, el
paralelismo sugiere un dístico, pero la métrica indica que hay tres
líneas con ritmo de 2:2:2. La mitad de la línea A resulta paralela a la
línea B, y la otra mitad, a la línea C, pero las líneas B y C no son
paralelas entre sí.


A. Ha cometido traición                       Judá
B. Y abominación se ha cometido
C.                                                         en Israel y en Jerusalén.

4.2.1.1.2.        En lugar de “prevaricó”, tradúzcase “se portó deslealmente” (cp. BDLA) o “traicionó” (cp. BJ, RVA, NVI). El verbo significa lo mismo que en el v. 10: traicionar al hermano judío.

4.2.1.1.3.        Al
referirse a Judá en la tercera persona, en vez de continuar con la
primera persona plural que usó en el v. 10, el profeta se distancia de
los pecadores a quienes denuncia.

4.2.1.1.4.        En
el hebreo “abominación” está en posición enfático, antes del verbo. El
vocablo se usa más de 60 veces en Deuteronomio, Jeremías y Ezequiel para
referirse a pecados que Dios aborrece. Los matrimonios mixtos (v. 11b)
eran una “abominación”, porque conducía al linaje santo a cometer las
“abominaciones” de los paganos (cp. Esd. 9:1). En hebreo las primeras
cuatro palabras del v. 11, lit. “traicionó Judá, abominación se hizo”,
riman, lo cual subraya la relación entre “traicionó” y “abominación”.

4.2.1.1.5.        Al
decir que la traición abominable fue cometida por “Judá”, “en Israel y
en Jerusalén”, Malaquías señalaba toda la nación. “Israel” aquí ha de
ser sinónimo de “Judá” (ver la nota sobre 1:1), si bien parece referirse
al reino del norte en la expresión “a Judá, a Israel y a Jerusalén” en
Zac. 1:19 [2:2].

4.2.1.2.        Algunos judíos han profanado al pueblo santo mediante matrimonios mixtos (2:11b).

4.2.1.2.1.        El
v. 11b se puede analizar como un trístico de tipo AAB y con ritmo de
4:2:4. Gramaticalmente el paralelismo es de tipo AAA, pero el
paralelismo semántico se limita a las líneas A y B:


A. Porque Judá ha profanado     la cosa sagrada de Yahvé
B.                                                 que el amó
 
4.2.1.2.2.        El vocablo traducido “santuario” en RV60 es qódesh,
literalmente “santidad”. También se usa de cosas o personas santas.
Muchos opinan que aquí se refiere al santuario (así todas las versiones
que he consultado). La última frase del v. 10 sugiere que se refiere al
pacto. Sin embargo, es más probable que se refiere al pueblo de Yahvé
por tres razones. a) El pecado denunciado en 2:10-16 es la traición de
unos judíos contra otros. Los matrimonios mixtos profanaban al pueblo
santo, con el resultado de que no recibía las bendiciones de Yahvé, sino
que se hacía merecedor de su castigo, hasta la destrucción completa
(cp. Esd. 9:14). Esto sí era traición contra los hermanos judíos. b)
Malaquías califica la palabra
qódesh con la frase “que él amó”. Esta frase, haciendo eco de 1:2, sugiere que el qódesh
aquí es el pueblo de Judá. El A.T. dice muchas veces que Yahvé amó a su
pueblo, pero nunca que amó a su santuario (aunque ver Ez. 7:20-22) o a
su pacto con Israel. c) La palabra
qódesh se usa de Israel en otros pasajes. En aproximadamente el mismo período algunos se quejaron que “la simiente de qódesh” (“linaje santo” en RV60, RV95 y BDLA, “simiente santa” en RVA y “raza santa” en BJ y NVI)
se había mezclado con los pueblos de las tierras mediante los
matrimonios (Esd. 9:2). Anteriormente Jeremías había proclamado que
Israel era
qódesh a Yahvé (Jer. 2:3), y el vocablo se usa de Israel también en Ex. 22:30; Sal. 114:2; Is. 6:13; 62:12; 63:18; Dn. 12:7.

4.2.1.2.3.        Malaquías
nos deja en vilo tocante al pecado denunciado en el v. 11 hasta la
última oración. “Hija de dios extraño” significa “adoradora de dios de
otro pueblo” (cp. Nm. 21:29; Dt. 32:19). Algunos judíos, hijos de Dios,
creador de Israel (cp. v. 10), se habían casado con hijas de dioses de
otras naciones (v. 11). Los matrimonios mixtos fueron un problema con
que Esdras y Nehemías también lidiaron (cp. Esd. 9-10; Neh. 13:23-30).
Posiblemente los varones judíos los contraían para sellar alianzas
comerciales y políticas (cp. Neh. 6:17-18; 13:28-29; Esd. 9:1-2).

4.2.1.2.4.        La
palabra traducida como pronombre relativo en la oración “que el amó” a
veces significa más bien “porque”. Si tiene ese significado aquí, el v.
11b es un dístico sin paralelismo interlinear pero con paralelismo
interno en la línea B (amó // se casó con) y con ritmo de 4:5. El mismo
resultado se obtiene si la palabra es pronombre relativo cuyo
antecedente no es “Yahvé”, sino “Judá” (así como “hombre [judío]” lo es
en v. 12). Para el uso de “amar” como sinónimo de “casarse”, ver 1 R.
11:1. De hecho, el lenguaje de 1 R. 11:1a puede haber influido de alguna
manera en Mal. 2:11b, pues ambos textos tienen las palabras “amó”,
“extraño” e “hija de”.

4.2.1.2.5.        Algunos
estudiosos opinan que “Judá…se casó con hija de Dios extraño” quiere
decir que el pueblo de Judá se había entregado a la adoración de un dios
extraño (ver la lista en Hill, Malachi, pág. 255). Sin embargo, cuando
el A.T. emplea el matrimonio o la relación sexual como figura de la
adoración, Israel es la mujer, y la divinidad, sea Yahvé o un dios
extraño, es el varón. Además, no hay evidencia que Judá se haya
entregado a la idolatría en el período posexílico, pero los libros de
Esdras y Nehemías testifican al problema de los matrimonios mixtos (ver
supra).

4.2.2.        El castigo: Malaquías pidió que Yahvé cortara a los culpables de Israel (2:12).

4.2.2.1.        El
análisis del v. 12 como una unidad poética es difícil. Quizá sea un
tetrástico de tipo ABCB con un ritmo de 3:3:2:4. En este análisis la
línea C completa la línea A, y las líneas B y D son paralelos:


A. Yahvé corte al hombre
C.                                       de las tiendas de Jacob.

B. que hiciere esto   al que vela y al que responde
D.                             y al que ofrece ofrenda a Yahvé de los ejércitos

4.2.2.2.        En lugar de “cortará”, tradúzcase “corte” (ver DHH, BJ, BDLA, NVI).
El verbo hebreo es un yusivo, el cual no expresa una predicción, sino
un deseo, aquí una maldición. La base implícita para la maldición es que
Judá ha violado su pacto con Yahvé al casarse con mujeres paganas. El
matrimonio con cananeos se prohibía en la Ley (Ex. 34:15-16; Dt. 7:3), y
en el período posexílico se contextualizó esa prohibición, aplicándola a
matrimonios con los pueblos vecinos de Judá (Esd. 9:1-10:44; Neh.
10:30; 13:23-27). La maldición tenía el propósito de castigar a los
impunes (ver la exposición de 1:14). A diferencia de los casos narrados
en Esd. 10:7-44 y especialmente Neh. 13:23-25, 28, generalmente ninguna
autoridad humana castigaba a los que profanaban a Israel ante Yahvé
mediante los matrimonios mixtos (cp. Esd. 9:1-3 y el uso de la maldición
en Neh. 13:29).

4.2.2.3.        Como
Yahvé es el sujeto de “corte”, el verbo aquí no se refiere a una
exclusión del pueblo (contra NVI) ni del culto, sino a la destrucción
del pecador y de sus descendientes (cp., por ejemplo, Am. 1:5, 8, donde
el mismo verbo está traducido “destruir”, y Ez. 14:6-9, donde Yahvé
amenaza con cortar de en medio del pueblo el que cometiera
“abominación”, el vocablo usado también aquí en el v. 11, y donde
“cortar de en medio del pueblo” [Ez. 14:8] parece ser equivalente a
“destruir de en medio del pueblo [Ez. 14:9]). Así de serio era la ofensa
de los matrimonios mixtos, pues podría conducir a la idolatría (cp.
Neh. 13:26; Dt. 7:2-3) y a la destrucción completa de Judá por Dios (cp.
Esd. 9:14).

4.2.2.4.        La
maldición de Malaquías se dirigía contra todos los que se casaban con
mujeres paganas (2:12b). El significado exacto de la frase traducida “al
que vela y al que responde” es muy debatido (cp. BJ y BDLA: “sea
testigo o defensor”), pero de alguna manera ha de ser un merismo que
aquí significa “quienquiera que sea” (cp. NVI, DHH).

4.2.2.5.        Malaquías
incluía en la maldición aun los que ofrecían sacrificios a Yahvé. El
título “Yahvé de los ejércitos” proclama la soberanía de Yahvé sobre
todo. Aquí se usa con un dejo de ironía. ¡Había quienes se atrevían
ofrecer sacrificios a Yahvé, el Dios soberano, y a la vez se casaban con
hijas de otros dioses que introducían en Judá creencias y prácticas
paganas! Fuera de este versículo Malaquías siempre usa el verbo
“ofrecer” de la acción de los sacerdotes (cp. 1:7, 8; 3:3). Quizá aquí,
entonces, la última oración señala que entre los que se casaban con
mujeres paganas había sacerdotes, precisamente la situación planteada en
Esd. 9:1.

4.2.2.6.        Varios
estudiosos opinan que 2:11-12, o 2:11b-12, o 2:11b-13a es secundario,
agregado en los tiempos de Esdras y Nehemías. Sus argumentos son
insustanciales. Tal vez el más objetivo es el cambio de la primera
persona en 2:10 a la tercera persona en 2:11-12 para referirse a Judá.
Sin embargo, aun si se omite 2:11-12, hay un cambio de primera a segunda
persona entre 2:10 y 2:13 ó 14. Por otro lado, los versículos
“sospechosos” comparten con el resto del oráculo las referencias a Yahvé
en tercera persona, a diferencia de los oráculos anteriores, en los
cuales Yahvé siempre habla en primera persona (el profeta volverá a
hablar de Yahvé en tercer persona en 3:2-4, 16). De más peso aún,
cambios inesperados de persona se dan no solo en este oráculo sino
también en el siguiente y en el sexto oráculo (ver los detalles en la
nota sobre la impugnación de 3:2-4). Para una lista de quienes impugnan
la originalidad de 2:11-13, sus argumentos y algunas refutaciones, ver
Hill,
Malachi, págs. 222-23.

4.3.        El segundo ejemplo de la traición (2:13-16).

4.3.1.        Introducción
(2:13a). En lugar de “y esta otra vez haréis cubrir…”, tradúzcase “y
esta segunda cosa hacéis: cubrir…” (cp. BJ, DHH, BDLA, RV95, NVI). Con
el verbo “hacéis”, en lugar de la primera persona (v. 10) o la tercera
persona (
vv. 11-12), Malaquías confronta a los acusados más directamente.

4.3.2.        El castigo: Yahvé ya no aceptaba sus sacrificios (2:13).

4.3.2.1.        En
el primer ejemplo de la traición, Malaquías primero presentó el pecado
(2:11) y luego el castigo (2:12). Esta vez invierte el orden, comenzando
con el castigo (2:13) para entonces exponer el pecado (2:14-15).

4.3.2.2.        El v. 13a es un trístico de tipo AAA, con ritmo de 3:4:2, y paralelismo interno en la línea C:

A. Y esta segunda cosa                           hacéis
B. Cubrir de lágrimas el altar de Yahvé
C.           de llanto
               y de gemidos

4.3.2.2.1.        “Cubrir” es obviamente una hipérbole para énfasis.

4.3.2.2.2.        En
lugar de “clamor” tradúzcase “gemidos” (BDLA) o “suspiros” (BJ, RVA),
si bien el llanto y los gemidos seguramente acompañaban “lamentos” (DHH,
NVI) y “clamor” (RV60, RV95).

4.3.2.3.        El v. 13b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3

A. Pues él no más mira a   la ofrenda
B.              ni acepta           ofrenda para lograr favor    de vuestra mano

4.3.2.3.1.        En lugar de “así que no miraré”, tradúzcase “porque él no mira” (cp. DHH, BJ, BDLA, NVI).
Los verbos “mira” y “acepta” son infinitivos hebreos (lit. “pues no hay
más mirar a la ofrenda, ni aceptar de la ofrenda…”), y el contexto
indica que el sujeto de la acción es Yahvé, pero en este oráculo Yahvé
no habla en primera persona, sino que el profeta habla acerca de él en
tercera persona.

4.3.2.3.2.        El
vocablo traducido “con gusto” o “con agrado” en todas las versiones que
he consultado no tiene la preposición. Se usa en contextos cúlticos
para referirse al sacrificio como medio de alcanzar favor divino (cp. en
el hebreo Ex. 28:38; Lv. 1:3; 19:5; 22:19, 20, 21, 29; 23:11; Is. 56:7;
Jer. 6:20).

4.3.2.3.3.        Ver la nota sobre “de vuestra mano” en 1:9.

4.3.2.3.4.        Los
judíos sabían que Yahvé no aceptaba sus sacrificios porque no les
bendecía (cp. 3:9, 11). Reaccionaban clamando a Yahvé con llanto al
ofrecer sus sacrificios. Probablemente convocaban asambleas en el templo
para el efecto (cp. Jl. 2:12-17). El cubrir el altar con lágrimas tal
vez fuera una acción de los sacerdotes (cp. Jl. 2:17).

4.3.3.        Objeción judía: “¿Por qué?” (2:14a).

4.3.3.1.        La objeción es una línea poética solitaria. No forma parte de una unidad multilinear, como un dístico o trístico.

4.3.3.2.        A
diferencia de las objeciones en los otros oráculos, esta objeción no se
presenta en respuesta a una acusación, sino como una reacción al hecho
que Yahvé no aceptaba los sacrificios. Es decir, no cuestiona lo que
Yahvé ha dicho, sino lo que ha hecho. La objeción siempre se expresa
mediante una pregunta
medio retórica;
es decir, por un lado invita una respuesta, pero por otro lado insinúa
que la respuesta correcta es que no hay razón por qué Yahvé no recibe
las ofrendas.

4.3.3.3.        En lugar de “diréis”, tradúzcase “decís” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI, y ver la nota sobre “dijisteis” en 1:2).

4.3.4.        Refutación
profética a la objeción divina, exponiendo el pecado que ha motivado el
castigo: algunos israelitas traicionaban a sus esposas, divorciándose
de ellas (2:14-16).

4.3.4.1.        Yahvé ha atestiguado contra los que traicionaba a sus esposas (2:14).

4.3.4.1.1.        El
v. 14 consiste en dos dísticos. El primer tiene paralelismo interlinear
y ritmo de 4:3, y el otro tiene paralelismo interlinear, paralelismo
interno en la línea B y ritmo de 3:4:


A. Porque Yahvé ha atestiguado    entre ti
B.                                                    y entre la mujer de tu juventud

A. Quien tú    has sido desleal contra ella
B. y ella         es  tu compañera
                           la mujer de tu pacto

La
traducción es muy literal, para mostrar mejor el paralelismo. En ambos
dísticos el paralelismo está entre el marido y su esposa, señalando la
naturaleza recíproca del matrimonio.

4.3.4.1.2.        Los
dos dísticos son la respuesta del profeta al “¿Por qué?” de los judíos.
En 1:7-14 Yahvé respondió a esta pregunta diciendo que los judíos le
ofrecían animales defectuosos. Aquí el profeta responde señalando la
traición interhumana, específicamente dentro del matrimonio. Quizá los
2:12-13, con su condena de los matrimonios mixtos, se puede tomar como
otra respuesta, pero el v. 13 no dice que Yahvé ya castigaba a los
judíos por este pecado, sino que pide que Yahvé aplique semejante
castigo.

4.3.4.1.3.        El
v. 14 presenta el matrimonio como un pacto, no solo una relación
sentimental o de conveniencia, y Yahvé se presenta como el testigo
divino que vigila por el cumplimiento de ese pacto, y quien enviará las
maldiciones del pacto contra aquel que lo rompe (cp. Gn. 31:44, 50, 53;
Mi. 1:2). De modo que los primeros dos capítulo de Malaquías acusan a
los judíos de haber violado tres pactos: el pacto de Leví (2:4, 5, 9),
el pacto de los padres (el de Sinaí, 2:10) y, aquí, el pacto
matrimonial.

4.3.4.1.4.        El
pronombre “tú” es enfático, pues el sujeto está implícito en el verbo.
Acentúa la culpabilidad del marido, y subraya el contraste entre “tú” y
“ella” (si bien “ella” no es enfático, pues no hay verbo en la línea B).

4.3.4.1.5.        En cuanto al tiempo de “ha atestiguado”, ver la nota sobre “ha dicho” en 1:2.

4.3.4.1.6.        “La
mujer de tu juventud” implica que el hombre y su mujer eran jóvenes
cuando se casaron, pero que ya no lo son. Ahora que la esposa no puede
dar más hijos, y no es tan atractiva físicamente, el varón la
divorciaba. Era una traición grande por el aspecto sentimental, por la
vergüenza social que la mujer sufriría, por las pocas posibilidades que
ella, ya no joven, tendría de volverse a casar y por los pocos medios
que tendría para sostenerse económicamente (cp. la frase “mujer de la
juventud” en Is. 54:6; Pr. 5:18; ver también la situación de la viuda
cuando muere el marido de su juventud en Jl. 1:8 y en el caso de Noemí
en el libro de Rut).

4.3.4.1.7.        El uso de las varias formas de la segunda persona singular (y de género masculino en hebreo) individualiza la acusación.

4.3.4.1.8.        Las
frases “tu compañera” y “la mujer de tu pacto” no solamente explican la
traición como el rompimiento de un pacto, sino que también, a la luz
del paralelismo, sugiere que la mujer, en contraste con el marido, ha
sido leal, cumpliendo con sus responsabilidades matrimoniales.
Juntamente con la frase “la mujer de tu juventud” implican que la mujer
ha sido leal a lo largo de todos los años del matrimonio. El vocablo
“compañera” (traducido así en todas las versiones que he consultado) no
significa “persona que acompaña”, sino “socia”, y se explica en la frase
siguiente “mujer de tu pacto”. El vocablo “mujer” es un sustantivo
definido en los dos dísticos (
la mujer), dando a entender que la monogamia era lo normal en Judá en ese tiempo.

4.3.4.1.9.        Varios
comentaristas de las últimas décadas ven una relación entre los dos
ejemplos de traición en 2:10-16. Sugieren que los varones se divorciaban
de la mujer de su juventud para poder casarse con mujeres paganas, y
así forjar alianzas económicas y políticas, o para poder reclamar tierra
en Samaria que se perdió durante el Exilio. Es una teoría posible e
interesante, pero Malaquías no señala esta relación, ni tampoco los
pasajes en Esdras y Nehemías sobre los matrimonios mixtos.

4.3.4.2.        A la luz de la manera en que Dios creó a Adán y Eva, los judíos deben dejar de divorciarse de sus esposas (2:15).

4.3.4.2.1.        El hebreo de las primeras cuatro oraciones de 2:15 es oscuro.

4.3.4.2.1.1.        La primera oración es literalmente: “Y no uno hizo”. No es claro si “uno” es sujeto de “hizo” (así RVA, DHH, cp. 2:10) o su complemento directo (así RV60, RV95, BJ, NVI).
Todas las versiones que he consultado, menos BDLA, toma la oración como
una pregunta retórica, pero el orden de las palabras hebreas indica que
“no” es la negación específicamente de la palabra “uno” (cp. Waltke y
O’Connor § 39.3.2a): “E hizo no uno”, es decir “ninguno” (BDLA) o más de
uno (no he visto esta interpretación en ninguna versión, pero me parece
atractiva).

4.3.4.2.1.2.        La
segunda oración es literalmente: “y tenía remanente (o “resto”) de
espíritu”. RV60 sigue una interpretación rabínica: “y tenía abundancia
de espíritu”. Algunos leen “y tenía carne y espíritu”, enmendando el
texto para leer “carne” en lugar de “remanente” (las dos palabras se
escriben igual en el texto hebreo sin vocales) y agregando la conjunción
“y” antes de “espíritu” (así
BJ, DHH, RVA, NVI).

4.3.4.2.1.3.        La
tercera y cuarta oración literalmente son: “Y qué (o “por qué”) el uno
busca(ba) simiente de Dios”. No es claro si la división entre las dos
oraciones viene antes del participio hebreo “buscaba”—”Y ¿por qué uno?
Él busca(ba) una simiente de Dios” (cp. RV60, RV95, NVI)—o si viene
después—”Y ¿qué busca(ba) el Uno? Una simiente de Dios” (cp. BJ, DHH,
RVA).

4.3.4.2.1.4.        Al
tratar de interpretar estas cuatro oraciones de debe tomar en cuenta
varios factores: a) el contexto; b) que casi todas las líneas hasta aquí
han pertenecido a un dístico, trístico o tetrástico; c) que las cuatro
oraciones naturalmente forman cuatro líneas de 2-3 acentos cada una; d)
que no hay ningún tetrástico o trístico en el libro sin paralelismo
entre las líneas y ha habido muy pocos dísticos sin paralelismo, sea
interlinear o solo interno; e) que, entonces, las cuatro oraciones aquí
han no formar un tetrástico con paralelismo entre por lo menos una del
primer par de líneas y una del segundo par, o deben ser dos dísticos; y
f) que ninguna interpretación propuesta rinde paralelismo que indica un
tetrástico aquí. De modo que las cuatro oraciones deben formar dos
dísticos, y se debe buscar una interpretación que da paralelismo en
ambos dísticos. Dentro de estos parámetros sugiero la siguiente
interpretación en dos dísticos con paralelismo interlinear y con ritmo
de 3:3 y 3:2 respectivamente:


A. Y no uno hizo
B. Sino que un resto de espíritu tenía

A. Y ¿qué                            buscaba el Uno?
B. Una simiente de Dios

4.3.4.2.1.5.        Según
esta interpretación el primer dístico da por sentado que los judíos
conocen la historia de la creación de Adán y Eva. El paralelismo entre
sus dos líneas es antitético. La línea A significa: “Y (Yahvé) hizo no
(solo) uno”. El hebreo indica que el sujeto del verbo tiene que ser
masculino, y el último sujeto masculino de un verbo en tercera persona
ha sido “Yahvé” (v. 14). La línea B significa que después de hacer uno
(“uno” aquí se refiere a Adán), todavía le quedaba a Yahvé espíritu
(fuerza vivificante [Gn. 1:2] que se manifiesta en el aliento de vida
[Gn. 2:7]) para hacer otra, Eva. La “simiente” de Dios es su
“descendencia”, así como traducen todas las versiones que he consultado
(cp. la misma palabra en 2:3). Yahvé busca ser padre de una descendencia
que se reconozca tener el mismo padre, Dios, y que, por lo tanto,
guarda la lealtad de hermanos unos con otros (cp. 2:10; ver la frase
“simiente santa” en Esd. 9:2). A la vez, busca que los descendientes de
los matrimonios lleguen a ser descendencia de Dios también. En contra de
esta exposición de los dos dísticos, se puede notar que no interpreta
la palabra hebrea “uno” de la misma manera en las dos líneas A (en las
dos líneas B “un” y “una” son artículos indefinidos que el castellano
requiere pero que no existen en el hebreo). Una manera de superar esta
objeción es tomar “uno” en el primer dístico en doble sentido: “Y uno
hizo no (solo) uno”. Por otro lado, se habla de la creación efectuada
por el un solo padre en
vv.
10 y 15, pero el v. 10 se refiere a la creación de Israel, mientras que
el v. 15 aparentemente alude a la creación de Adán y Eva. También
“espíritu” se usa de dos maneras diferentes en la primera y tercera
oración del v. 15 (ver abajo), y “padre” se usa de dos maneras
diferentes en el v. 10.

4.3.4.2.2.        Las
últimas dos oraciones de 2:15 también forman un dístico con paralelismo
interlinear a nivel de líneas completas y con paralelismo de 2:3, o tal
vez 3:3.

4.3.4.2.2.1.        La línea A exhorta a los esposos judíos a sujetar sus pasiones, sus deseos de casarse con una mujer más joven.

4.3.4.2.2.1.1.        Esta interpretación toma “espíritu” aquí en el sentido de “pasión” (cp. Jue. 8:3; Ec.
7:9). De modo que si bien repite la palabra “espíritu” usada en la
segunda oración del versículo, la usa en sentido diferente, así como
“uno” se usa en dos sentidos diferentes en la primera y tercera oración.
O quizá se deba interpretar “espíritu” como “pasión” en la segunda
oración también: “sino que él (Adán) tenía un remanente (¿porción?) de
pasión (que se podría satisfacer solo con la creación de Eva, cp. Gn.
2:18-25)”.

4.3.4.2.2.1.2.        La línea A vuelve a la segunda persona plural (cp. vv.
13-14a) después del uso de la segunda persona singular en casi todo el
v. 14, probablemente porque el Nifal plural aquí se entendía en sentido
distributivo, “guardaos cada uno en vuestro espíritu” (cp. Waltke y
O’Connor § 23.4b).

4.3.4.2.2.2.        La línea B aclara la exhortación un tanto general de la línea A.

4.3.4.2.2.2.1.        Una
traducción literal de la línea B en el TM sería: “no sea desleal (él)
con la esposa de tu juventud”. La falta de concordancia sugiere que se
debe enmendar el texto para leer “no seas desleal…”, así como en los
LXX, el Targum, la Vulgata, algunos MSS hebreos, BJ y BDLA. Además, no
hay un sujeto claro en el contexto para el verbo “no sea desleal (él)”.
Sin embargo, el sujeto podría ser “vuestro espíritu”, pues si bien
“espíritu” en hebreo normalmente es femenino, a veces tiene el género
masculino (cp. Nm. 11:31). Esta interpretación también provee un
antecedente para el sufijo pronominal masculino en “su vestido” en el v.
16. O tal vez el cambio de persona es aceptable cuando no hay cambio de
referente (cp. Is. 1:29 en RVA). La traducción en el plural, “no seáis
desleales” (cp. RV60, DHH, RVA, RV95, NVI), seguramente se debe a que el
verbo anterior está en segunda persona plural, y la segunda persona
plural se usa en la repetición al final del v. 16, pero no halla pie en
el hebreo aquí, ni en el verbo, ni en la expresión “tu juventud”.

4.3.4.2.2.2.2.        La
repetición de “mujer de tu juventud” en 2:14, 15 y “ser desleal” en
2:15 y 16 unifican estos versículos que identifican y exponen la
traición de los divorcios. La repetición del verbo “ser desleal,
portarse deslealmente, traicionar” en 2:10, 15, 16 aclara que los
divorcios son un ejemplo de la traición que se condena desde 2:10.

4.3.4.3.        Los judíos deben dejar de divorciar a sus esposas porque Yahvé odia la injusticia opresiva del divorcio (2:16).

4.3.4.3.1.        Yahvé aborrece la injusticia del divorcio (2:16).

4.3.4.3.1.1.        Las
primeras cuatro oraciones del v. 16 constituyen un tetrástico de tipo
ABCB con ritmo de 2:4:3:3. Es decir, las líneas A y C no son paralelas,
pero sí lo son
las líneas B y D.

B. Ha dicho    Yahvé Dios de Israel
D. Ha dicho    Yahvé de los ejércitos

La traducción aquí refleja el orden de las palabras en hebreo.

4.3.4.3.1.2.        Una traducción literal de la línea A sería: “Porque aborrece despido”. Su brevedad (solo 5 sílabas hebreas) le da énfasis.

4.3.4.3.1.2.1.        La palabra traducida “porque” también puede entenderse como una partícula enfática, “en verdad”.

4.3.4.3.1.2.2.        Muchos
traducen el verbo en primera persona, “aborrezco” (cp. BJ, DHH, BDLA,
RVA, NVI), seguramente debido a las dos fórmulas de mensajero en este
versículo. Sin embargo, el verbo hebreo está en tercera persona singular
(cp. RV60, RV95, nota de BDLA), así como en todo este oráculo el
profeta ha hablado de Yahvé en tercera persona. No hay apoyo en los MSS
hebreos ni en las versiones antiguas para enmendar el verbo a una forma
en primera persona.

4.3.4.3.1.2.3.        La frase “aborrece despido” evoca la ley de divorcio en Dt. 24:1-4, donde el verbo “despedir” se usa tres veces (vv.
1, 3, 4), y “aborrece” se halla en el v. 3. El lenguaje de Malaquías
aquí alude a aquella ley, probablemente porque los varones judíos la
citaban para justificar sus divorcios. Aparentemente decían que
aborrecer a la esposa era causa suficiente para despedirla (cp. Dt.
24:3). Yahvé, en cambio, dice que más bien lo que es aborrecible es el
despido mismo o, dicho de otra manera, él aborrece el aborrecimiento de
los maridos con que justifican su despido de sus esposas.

4.3.4.3.1.3.        A
diferencia de los otros oráculos, la fórmula de mensajero no aparece en
2:10-16 sino hasta el final, si bien se repite para énfasis. El hecho
que Yahvé no ha hablado en primera persona en todo este oráculo, sino
que el profeta ha hablado acerca de él, no significa que el contenido
sea menos mensaje de Yahvé. En Malaquías el título “Dios de Israel”
aparece solo aquí. El título normal en las fórmulas de mensajero en
Malaquías es “Yahvé de los ejércitos”. En Jeremías “Dios de Israel” sí
se usa en la fórmula de mensajero 46 veces.

4.3.4.3.1.4.        Una traducción literal de la línea C sería “y violencia cubre su vestido”.

4.3.4.3.1.4.1.        El vocablo traducido “iniquidad” es “violencia” (cp. RVA, BJ, NVI y la traducción alterna en BDLA).
Frecuentemente se usa en el AT de la injusticia opresiva. Sobre el
divorcio como una injusticia que dejaba desamparada a la esposa, ver la
nota sobre “la mujer de tu juventud” en v. 14.

4.3.4.3.1.4.2.        Todas
las versiones que he consultado traducen “y al que cubre”, o algo por
el estilo, y esta traducción da paralelismo entre las línea A y C. Sin
embargo, el hebreo tiene sencillamente “y cubre”. Por eso he analizado
las líneas A y C como no paralelas. Se puede traducir “y él cubre de
violencia su vestido” o “y violencia cubre su vestido” (cp. LXX; Hill,
Malachi,
págs. 251-52). En cuanto al uso de la tercera persona para referirse al
marido injusto, sea en el verbo o en la expresión “su vestido”, ver la
nota sobre “no sea desleal” en v. 15.

4.3.4.3.1.4.3.        Sobre la idea del vestido cubierto de injusticia, ver Zac. 3:3-4.

4.3.4.3.2.        Las
últimas dos oraciones del v. 16 esencialmente repiten las últimas dos
del v. 15, salvo que omiten “la mujer de tu juventud”. Se pueden
analizar como un dístico con paralelismo a nivel de líneas completas y
con ritmo de 2:2. La repetición unifica a los dos versículos y también
coadyuva, juntamente con la repetición de la fórmula de mensajero, a
crear un sentido de clausura al final del oráculo.

  1. Cuarto
    oráculo: en respuesta a la queja de los judíos, Yahvé vendría en juicio
    purificador, pero contra los judíos mismos (2:17-3:6).

5.1.        Acusación
profética: “Habéis cansado a Yahvé con vuestras palabras” (2:17a). En
el v. 17 el profeta sigue hablando de Yahvé en tercera persona, así como
en todo el oráculo anterior.

5.2.        Cuestionamiento judío de la acusación profética: “¿En qué le hemos cansado?” (2:17a).

5.2.1.        Todos los cuestionamientos judíos en Malaquías se expresan mediante preguntas medio retóricas.
Por un lado insinúan que la respuesta correcta es “En nada”, pero dejan
abierta la puerta para una respuesta divina diferente.

5.2.2.        Este
cuestionamiento, como casi todos, hace eco del lenguaje de la acusación
anterior. Si dejáramos a un lado el “y decís”, la acusación y la
objeción formarían un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de
3:2:


A. Habéis cansado a Yahvé    con vuestras palabras
B. ¿le hemos cansado            Con qué?

5.3.        Respuesta
profética al cuestionamiento judío: habían cansado a Yahvé con sus
quejas de que él no había juzgado a los malvados (2:17b).

5.3.1.        El v. 17bc se puede analizar como un trístico de tipo ABB y ritmo de 3:3:3, seguido de una línea solitaria de 3 acentos:

A. En que decís: Cualquiera que hace mal
B.                                                                   agrada a Yahvé
C.                                                                   y en los tales se complace.

A. O, ¿dónde está el Dios de justicia/juicio?

5.3.2.        En
los oráculos anteriores el discurso atribuido a los judíos representa
sus cuestionamientos de las acusaciones o declaraciones divinas. Aquí
sus palabras tienen una doble función. Se citan como parte de la
acusación contra ellos, pero a la vez formulan una acusación contra
Yahvé, la cual genera la respuesta divina en 3:1-5. Un fenómeno similar
aparecerá en 3:14-15, cuyo contenido es también similar a 2:17bc.

5.3.3.        El
hebreo de la línea B del trístico es literalmente: “es bueno ante los
ojos de Yahvé” (cp. BJ, BDLA, RVA). De modo que los judíos acusaban a
Yahvé de prosperar a los malos como si fueran buenos.

5.3.4.        La
línea solitaria es una pregunta retórica, equivalente a una declaración
con emoción de que Yahvé no actuaba como Dios del juicio. A diferencia
de los cuestionamientos judíos, no todo lo que se les atribuye en el v.
17bc es pregunta retórica, pero incluye una pregunta retórica.

5.3.5.        En
la línea solitaria y final se quejaban de que Yahvé no había ejecutado
“el juicio”. La última palabra del v. 17 puede significar “justicia” o
“juicio”. En el presente contexto, “juicio” es una traducción más clara
(cp.
BJ y la traducción alterna en BDLA;
ver también 3:5, donde todas las versiones vierten el mismo vocablo por
“juicio”), si bien se podría traducir aquí “el juicio justo”. El
sustantivo lleva el artículo en hebreo, “
el
juicio” (BJ), indicando que la queja no tenía que ver con el juicio
cotidiano de los malos, sino con el día de Yahvé y el juicio de las
naciones paganas anunciado por los profetas. Entonces, la queja era que,
lejos de cumplir esas profecías como el Dios del juicio, Yahvé
prosperaba a los persas y otras naciones paganas. Era la contraparte de
la queja implícita en 1:2 de que Yahvé no había amado a Israel.

5.3.5.1.        La
queja aquí se refuerza por su presentación en una línea poética
solitaria, fenómeno excepcional en Malaquías, mediante una pregunta
retórica, y como la última oración al final de la queja, en posición de
clímax. La pregunta retórica aquí, comenzando con “¿dónde?” (como las
preguntas retóricas en 1:6a), es equivalente a una negación con pasión:
“¡Yahvé no ha sido el Dios del juicio!” A la vez es un reto a Yahvé para
que ejecute el juicio esperado (ver “¿Donde está Yahvé, el Dios de
Elías?” en 2 R. 2:14).

5.3.5.2.        Las
palabras “si no” no están en el hebreo (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI).
La última oración del v. 17 es solo otra manera de expresar la misma
queja que se ha planteado en el trístico.

5.3.6.        Otros
pasajes bíblicos que expresan inquietud por la prosperidad de los
injustos incluyen Job. 21:7-16; 24:1-17; Sal. 73:1-14; Jer. 12:1-4; Hab.
1. Sin embargo, estos pasajes, a diferencia de Mal. 2:17, no indican
que Yahvé se haya cansado de las inquietudes. Las quejas de Job y
Jeremías eran acompañadas de una conducta recta, y suponemos lo mismo de
las quejas de Asaf y Habacuc. En cambio, el pueblo y los sacerdotes en
los tiempos de Malaquías trataban a Yahvé con desprecio (1:6-2:9) y unos
a otros con deslealtad (2:10-16).

5.4.        Reacción
divina a la queja judía: Yahvé pronto vendría a ejecutar el juicio
deseado (3:1). En los oráculos de Malaquías, la segunda intervención de
parte de Yahvé normalmente acusa a los judíos. Aquí en cambio, así como
en 1:2b-5, 3:1 defiende a Yahvé de una acusación judía. Sin embargo, no
se limita a una defensa, sino que inicia una acusación implícita contra
los judíos que se desarrollará más en 3:2-5.

5.4.1.        Enviaría a su mensajero para preparar al pueblo para su venida (3:1a).

5.4.1.1.        El v. 1a es un dístico no paralelo con ritmo de 3:3.

5.4.1.2.        Habiendo
hablado de Yahvé en tercera persona en el versículo anterior, Malaquías
repentinamente, sin introducción alguna, lo cita en primera persona en
el v. 1. Este tipo de cambio abrupto de persona no es raro en los
Profetas. Malaquías volverá a referirse a Yahvé en tercera persona en
los
vv. 2-4, para luego hacer otro cambio abrupto a primera persona en el v. 5.

5.4.1.3.        La
forma verbal traducido “envío” es un participio hebreo, el cual aquí,
especialmente después de “he aquí”, indica un tiempo futuro inminente:
“estoy p
or enviar” (NVI, cp. DHH y ver Waltke y O'Connor § 40.2.1b).

5.4.1.4.        “Preparar
el camino” en sentido literal era allanar y enderezar la carretera para
facilitar la llegada de un rey u otro personaje de alta dignidad (cp.
Is. 40:3-4; 57:14; 62:10). Aquí el camino representa al pueblo, y el rey
que vendría era Yahvé (cp. 4:6 [3:24]; Is. 40:3). Preparar el camino
sería conducir al pueblo a volver de sus pecados (como los que se
señalan en el libro de Malaquías) y a honrar a Yahvé (cp. 1:6).

5.4.1.5.        La expresión mal’aquí
“mi mensajero” también puede ser traducida “mi ángel”. De hecho las
primeras palabras de 3:1 son casi idénticas a la primera oración de Ex.
23:20, “He aquí envío mi Ángel” (y “preparará
el camino delante de mí” aquí en alguna medida hace eco de “delante de ti para que te guarde
en el camino” en Ex. 23:20; cp. también Ex. 33:2a). Sin embargo,
preparar al pueblo para la venida Yahvé parece ser tarea de un
predicador, papel que en la Biblia muy poco corresponde a los ángeles
(aunque ver Jue. 2:1-4). Entonces,
mal’aquí
se entendería como una referencia a un predicador humano, probablemente
un sacerdote (cp. 2:7) o un profeta (cp. 4:5 [3:23]; Is. 40:3), que
tendría que venir porque los sacerdotes criticados por Yahvé en 1:6-2:9
no cumplían con su papel de “mensajero de Yahvé” (cp. 2:7). De hecho,
mal’aquí
es el nombre del autor del libro (ver “Autor” en la “Introducción”).
Posiblemente fue en base a este pasaje que él fue bautizado así. Sea
como fuere, Malaquías cumplía la profecía, así como todo predicador que
prepara a la gente para la venida del Señor. Sin embargo, la profecía ha
de señalar también a un mensajero especial. En este sentido se cumplió
en Juan el Bautista, profeta de linaje sacerdotal (ver Mt. 11:7-10; Mr.
1:2; Lc. 1:76; 7:24-28), y tal vez tenga otro cumplimiento antes de la
Segunda Venida de Cristo (cp. 4:5-6; Ap. 11:3-12).

5.4.2.        Luego el Señor vendría para ejecutar juicio (3:1b).

5.4.2.1.        Vendría
súbitamente. En el hebreo el adverbio “súbitamente” precede el verbo,
en posición enfática. Su uso en otros textos proféticos sugiere aquí que
la venida de Yahvé será en un momento inesperado y que será para un
juicio decisivo (cp. Is. 29:5; 30:13; 47:11; Jer. 6:26; 51:8).

5.4.2.2.        Vendría
a su templo. Así cumpliría la profecía de Ez. 43:1-7 sobre el retorno
de la gloria de Yahvé al templo y las promesas que Yahvé habitaría en
medio de su pueblo en el templo (cp. Ez. 37:26-28; 48:35; Zac
.
2:10 [14]; 8:3). Los judíos esperaban el cumplimiento de estas promesas
como un aspecto del retorno del Cautiverio que habían experimentado.
Además, el Señor vendría al lugar donde trabajaban los sacerdotes
criticados en 1:6-2:9. Será “su” templo, el palacio del “Señor”.

5.4.2.3.        Vendría como Señor. El vocablo traducido “Señor” aquí no es Adonay (lit. “mi Señor”), sino sencillamente Adón,
“Señor”. Recalca la autoridad y dignidad de Yahvé. El hecho que Yahvé
se refiere a sí mismo en tercera persona también destaca su dignidad
(así como en 1:14; 4:5 [3:23]). Si bien Yahvé no era temido como Señor
por los sacerdotes (1:6), sí sería temido cuando viniera juzgar como
Señor. Desde una perspectiva neotestamentaria, también se puede ver en
este uso de la tercera persona una referencia oculta al Hijo, uno con el
Padre (Jn. 10:30) pero también distinto de él (Jn. 10.29),
especialmente porque en el N.T. el título “Señor” generalmente se
refiere al Hijo (ver, por ejemplo, 1 Co. 8:6).

5.4.2.4.        Vendría
para cumplir con el juicio que los judíos pedían. “El Señor a quien
vosotros buscáis” alude a la queja expresada en la pregunta retórica al
final de 2:17. La expresión es irónica, pues los judíos buscaban el
“Dios del juicio” (2:17), pero no se daban cuenta que su juicio no sería
del todo agradable para ellos mismos (ver 3:3-5; cp. Am. 5:18).

5.4.3.        Vendría el ángel del pacto para ejecutar juicio (3:1c).

5.4.3.1.        Si
se excluye la fórmula de mensajero, el v. 1bc conforma un tetrástico de
tipo ABBA (paralelismo quiástico), con ritmo de 3:3:4:2. Las varias
repeticiones y el hecho que el tetrástico es el único de tipo ABBA en
todo el libro resaltan el contenido.

A. Y súbitamente   vendrá    a su templo
B.                                                               el Señor                      a quien     vosotros  buscáis
C.                                                               y el ángel del pacto    a quien     vosotros  deseáis
D. He aquí             viene

5.4.3.2.        El
paralelismo, especialmente con las repeticiones, sugiere una relación
estrecha entre “el Señor” y “el ángel (o “mensajero”) del pacto”. Ambos
“vendrían” (en contraste, el mensajero al principio del v. 1 es
“enviado”, y para preparar para la venida de Yahvé), y lo harían en el
papel que los judíos “buscaban/deseaban”, es decir, como “el Dios del
juicio” (cp. 2:17). Estos paralelos sugieren que el “ángel del pacto” es
el ángel de Yahvé, la manifestación visible de Dios. La mayoría de
intérpretes cristianos aceptan esta conclusión.

5.4.3.2.1.        La
expresión “ángel del pacto” se halla solamente aquí en la Biblia. Tal
vez aluda a la participación del ángel de Yahvé en el establecimiento
del pacto sinaítico y en los eventos relacionados (cp. Ex. 23:20-23; Is.
63:9; Hch. 7:38). Según Ex. 23:20-23, el ángel de Yahvé castigaría la
rebeldía de los israelitas y los conduciría a la tierra prometida.
Además del pacto sinaítico (2:10), el libro ha mencionado el pacto con
Leví (2:4-5, 8) y el pacto matrimonial (2:14), pero la Biblia no
relaciona a ningún ángel con estos últimos dos.

5.4.3.2.2.        Desde
una perspectiva neotestamentaria, el título “ángel del pacto” también
puede ser mesiánico, ya que Jesús estableció con su sangre el nuevo
pacto (cp. Mt. 26:28; Mr. 14:24; Lc. 22:20; 1 Co. 11:25), es la
manifestación visible de Yahvé (cp. Jn. 1:14, 18), y vendrá para
ejecutar juicio (Jn. 5:22, 27). En efecto, la literatura patrística
identifica al “ángel del pacto” como Jesucristo.

5.4.3.2.3.        Es
posible que Malaquías y sus contemporáneos creían que el ángel del
pacto instituiría el nuevo pacto profetizado por Jeremías (Jer.
31:31-34; 32:37-44) y por Ezequiel (Ez. 16:60-63; 20:37-38; 34:24-31;
36:24-38; 37:26). La institución del nuevo pacto se asocia con el juicio
divino de los israelitas rebeldes en Ez. 20:37-38 y de las naciones que
han oprimido a Israel en Ez. 34:25, 27-29, y con el retorno de Yahvé al
templo en Ez. 37:26-28.

5.4.3.3.        La
brevedad de la línea D (solo 3 sílabas) contribuye a su impacto (NVI
inexplicablemente la omite). La forma verbal traducida “viene” es un
participio en hebreo, el cual, especialmente después de “he aquí”,
indica un tiempo futuro inminente (ver la nota sobre “envío” al
principio del versículo). Se podría traducir “ya viene” (DHH, RV95; cp.
Ap. 22:7, 20). La repetición de la construcción de “he aquí” más el
participio al principio del v. 1 y al final del tetrástico forma una
inclusión que enmarca la profecía trascendente del v. 1. A la vez “he
aquí viene” evoca, de aproximadamente el mismo período, “he aquí vengo”
en Zac. 2:10 [14], versículo que también profetiza que Yahvé morará en
medio de su pueblo en Sión.

5.4.4.        La fórmula de mensajero asegura que la promesa trascendental del v. 1 se cumplirá.

5.5.        Expansión
profética de la reacción divina en el v. 1: el Señor/ángel del pacto
vendría a realizar un juicio purificador con los sacerdotes (3:2-4).


Los vv.
2-4 siguen refiriéndose a Yahvé en tercera persona. Al principio (v. 2)
podrían entenderse como una continuación del discurso de Yahvé acerca
de sí mismo en tercer persona como “Señor” (ver v. 1). Sin embargo, el
uso del nombre “Yahvé” en los
vv. 3-4 aclara que vv. 2-4 son más bien discurso del profeta, y el uso de la tercera persona para referirse a los judíos (vv.
3-4) coadyuva a distinguir 3:2-4 del discurso divino en 3:1, 5 (a
diferencia de 3:2-4, el discurso profético en 2:17 se dirige a los
judíos en segunda persona).


Varios
estudiosos consideran que 3:1b-4 ó 3:2-4 no fue original, sino agregado
posteriormente por un editor. A favor de este punto de vista se puede
notar que: a) en 3:1a, 5 Yahvé habla en primera persona y se dirige a
los judíos en segunda persona, pero 3:1b-4 se refiere a Yahvé en tercera
persona y 3:2-4 se refiere a los judíos también en tercera persona; b)
2:17-3:1, 5 hablan a los judíos en general, mientras que 3:2-4 habla de
los sacerdotes; c) 3:2-4 interrumpe la conexión clara entre 2:17-3:1 y
3:5. En contra de estos argumentos se puede notar lo siguiente. a) Los
cambios de persona se dan en Malaquías en varios lugares: en este mismo
oráculo 2:17 habla de Yahvé en tercera persona, pero en 3:1a Yahvé habla
en primera persona; en el oráculo anterior para referirse a los judíos
el profeta utiliza la primera persona en 2:10, tercera persona en
2:11-12, segunda persona plural en 2:13-14a, segunda persona singular en
la mayor parte de 2:14, segunda persona plural en la cuarta oración de
2:15, segunda persona singular en la quinta oración de 2:15, tercera
persona en 2:16b y segunda persona plural en 3:16c; en el sexto oráculo
Yahvé habla en primera persona a los judíos en segunda persona en
3:13-15, el profeta habla de Yahvé y de los judíos en tercera persona en
3:16, Yahvé habla en primera persona acerca de los judíos en tercera
persona en 3:17, y Yahvé habla en primera persona a los judíos en
segunda persona en 4:1-3 [3:19-21]. b) La relación entre el pecado del
pueblo y el pecado de los sacerdotes ya se ha establecido en 2:7-8 (cp.
también 1:6-8, 13-14). c) Si este oráculo consistiera solo de 2:17-3:1a,
5, sería mucho más breve que los demás oráculos salvo el primero, y la
respuesta divina a la queja judía expresada en 2:17 sería muy sencilla
en comparación con la respuesta divina a la última intervención judía en
los demás oráculos.

5.5.1.        Nadie podría aguantar su juicio (3:2a).

5.5.1.1.        El profeta subraya esta afirmación a través de un dístico de dos preguntas retóricas paralelas y con ritmo de 4:3.

A. ¿Y quién  podrá soportar         el tiempo de su venida?
B. ¿o quién  podrá estar en pie    cuando él se manifieste?

5.5.1.2.        La
respuesta implícita a ambas preguntas es “nadie” (aunque ver 3:16-17). A
estas alturas el auditorio judío que “anhelaba” la manifestación del
“Dios del juicio” (cp. 2:17-3:1) supondría que “nadie” significaba
“nadie entre las naciones paganas”, pero dentro de poco descubrirá que
ese “nadie” excluye a ellos mismos también.

5.5.1.3.        Ambas
preguntas retóricas hablan de la venida/manifestación de un solo
individuo, no de dos (la expresión traducida “su venida” literalmente
significa “la venida de él”). El contexto indica que ese individuo que
viene es “el Señor” = “el ángel del pacto” (cp. v. 1). Esto es otra
evidencia de que los nombres “el Señor” y “el ángel del pacto” ambos se
refieren a Yahvé.

5.5.1.4.        La pregunta en la línea A hace eco de Jl. 2:11b, lo cual sugiere que aquí Malaquías se refiere al día de Yahvé.

5.5.1.5.        La
oración “cuando él se manifieste”, lit. “cuando él sea visto”, sugiere
una teofanía, una parte del complejo de eventos relacionados con el día
de Yahvé (cp. Sal. 102:16 [17]; Is. 60:2; Zac. 9:14).

5.5.2.        Él
purificaría a los sacerdotes por medio del sufrimiento (3:2b-4). Esta
profecía ha de tener su cumplimiento cabal en la Gran Tribulación,
aunque Dios constantemente utiliza el sufrimiento para purificar a su
pueblo.

5.5.2.1.        El Señor/ángel del pacto vendría para purificar mediante el sufrimiento (3:2b).

5.5.2.1.1.        El v. 2b es un dístico compuesto de dos símiles paralelos, con ritmo de 3:2.

A. Porque él es   como fuego    de refinador
B.                        Y como lejía   de lavadores.

5.5.2.1.2.        En lugar de “él es”, sería mejor en este contexto traducir “él será” (NVI; cp. DHH).”

5.5.2.1.3.        La
expresión traducida “fuego purificador” (lit. “fuego que refina”)
también puede significar “fuego de fundidor” (BJ, BDLA, NVI), o, más
exactamente, “fuego de refinador”. El paralelismo apoya esta
interpretación. En cualquier caso se trata del fuego del crisol, usado
para purificar metales (cp. Is. 1:22, 25; 48:10; Jer. 6:29-30; Ez.
22:18-22; 1 P. 1:7). La figura del fuego del crisol representa
sufrimiento (Is. 48:10) usado para purificar al pueblo de Yahvé (cp. Is.
1:25; Jer. 9:7 [6]; Ez. 22:17-22; Zac. 13:9).

5.5.2.1.4.        La figura del lavamiento de ropa se usaba de purificación personal (cp. Sal. 51:2 [4], 7 [9]) y nacional (Jer. 2:22; 4:14).

5.5.2.1.5.        En lugar de “jabón”, tradúzcase “lejía” (ver JB, RVA, NVI).
El jabón todavía no se había inventado. Más bien, para lavar la ropa se
usaban ásperas sales alcalinas o cenizas de plantas que contenían
potasa cáustica. De manera que el agente purificador también sugiere el
sufrimiento.

5.5.2.1.6.        Como
los símiles no hablan de destrucción sino de purificación, sugieren que
el juicio no caería sobre las naciones paganas, sino sobre Israel mismo
(cp. Dn. 11:35; 12:10), sospecha que se confirmará a continuación.

5.5.2.2.        El Señor/ángel del pacto purificaría con sufrimiento a los sacerdotes (3:3a).

5.5.2.2.1.        El v. 3a es un dístico con paralelismo interlinear y paralelismo interno en la línea A, y con ritmo de 4:3.

A. Y se sentará    para afinar
                             y limpiar       la plata
B.                         Y limpiará     a los hijos de Leví

5.5.2.2.2.        Las
figuras del dístico están relacionadas con las del v. 2b, pero con
algunas diferencias. Allí se habla de la limpieza de metales y de ropa,
aquí solo de los metales. Allí el Señor/ángel del pacto se comparaba al
fuego del refinador, aquí al refinador mismo.

5.5.2.2.3.        Los
refinadores solían sentarse e inclinarse sobre su pequeño horno,
controlando la pureza del metal según su color, y para sacar el metal
del horno en el momento preciso, antes que sea dañado.

5.5.2.2.4.        El
vocablo traducido “para afinar” es el mismo que está traducido
“purificador” en el v. 2, pero significa más exactamente “fundidor” o
“refinador” (ver la nota allí). Sería mejor traducir aquí “se sentará
como refinador y purificador de plata” (cp. BDLA, NVI) o “se sentará
refinando y purificando la plata”.

5.5.2.2.5.        El
verbo traducido “limpiar” normalmente se usa de limpieza ceremonial o
del pecado, como en la línea B, pero su uso en la línea A implica que se
empleaba también como sinónimo de “refinar”.

5.5.2.2.6.        La
frase “a los hijos de Leví” debería haber sorprendido al auditorio del
profeta. Ellos esperaban el anuncio del juicio contra las naciones
paganas (ver la exposición de 2:17). Se supone que los que menos
tendrían necesidad de purificación serían los judíos y, entre ellos, los
hijos de Leví. Sin embargo, sus pecados ya se han denunciado en
1:6-2:9.

5.5.2.2.7.        La
última oración del v. 3 indica que por “hijos de Leví” Malaquías no se
refería a los levitas, sino a los sacerdotes (así también “Leví” en 2:4,
8 se refiere a los sacerdotes, ver 2:1, 7). Hay varias razones posibles
por qué el pasaje identifica como objetos del juicio purificador
únicamente a los sacerdotes.

5.5.2.2.7.1.        Los
pecados del pueblo se debían en parte a la mala enseñanza y el mal
ejemplo de los sacerdotes (cp. 2:8). Así se pone mucho más énfasis en la
crítica a los sacerdotes por los sacrificios defectuosos (1:6-13) que
en la crítica al pueblo (1:14).

5.5.2.2.7.2.        En
esta época los sacerdotes eran los líderes de Judá, en lo religioso, y
también cada vez más en lo político. La suprema autoridad civil
descansaba en el gobernador persa (cp. 1:8), a quien el pueblo lo vería
más como un gobernante impuesto que como un líder judío. Como los
líderes del pueblo, los sacerdotes tenían una responsabilidad grande
ante Dios, y entre mayor responsabilidad, mayor juicio (cp. Nm. 20:12;
Stg. 3:1).

5.5.2.2.7.3.        Muchos
judíos habrían considerado a los sacerdotes como los hombres más santos
del pueblo. Si estos tendrían que pasar por un juicio purificador,
¡cuánto más el resto del pueblo! De manera que la profecía del juicio de
los sacerdotes implicaba que el resto del pueblo también tendría que
sufrir.

5.5.2.3.        Como resultado de la purificación los sacerdotes ofrecerían sacrificios conforme a las exigencias divinas (3:3b).

5.5.2.3.1.        El v. 3b es un dístico con ritmo de 4:5, sin paralelismo interlinear pero con paralelismo interno en la línea A:

A. Y afinará   a ellos    como a oro
                                    y como a plata

5.5.2.3.2.        En
la línea B, en lugar de “y traerán a Yahvé ofrenda” el hebreo tiene “y
serán para Yahvé quienes presentan ofrenda”, o “y pertenecerán a Yahvé,
presentadores de ofrenda”.

5.5.2.3.2.1.        La
frase “quienes presentan ofrenda” hace eco de 1:7, 8, 10, 13; 2:12, 13,
llamando la atención al contraste entre las ofrendas inaceptables
denunciadas en esos versículos y la promesa aquí de una ofrenda ofrecida
en justicia.

5.5.2.3.2.2.        El
verbo traducido “traerán” literalmente significa “acercarán”. Se usa
aquí en el sentido de presentar un sacrificio, así como en 1:7, 8; 2:12,
donde está traducido “ofrecer”. Aquí y en 1:7, 8 se usa de la acción no
del pueblo, sino de los sacerdotes. En 2:12 no es claro si se usa del
pueblo, o solo de los sacerdotes.

5.5.2.3.2.3.        La palabra “ofrenda” aquí ha de referirse particularmente a sacrificios de animales (cp. 1:13).

5.5.2.3.2.4.        La
frase “en justicia” ha de referirse al cumplimiento de las exigencias
divinas en cuanto a la calidad del animal sacrificado (cp. 1:8, 13), en
cuanto a la lealtad unos con otros (cp. 2:12-13) y en cuanto a toda la
ética exigida por la Ley (cp. 2:6-7; 3:5).

5.5.2.3.3.        Yahvé
ya ha dicho que castigaría a los sacerdotes haciéndolos despreciables
ante todo el pueblo (cp. 2:3, 9), pero ahora Malaquías anuncia un juicio
que tendría un efecto purificador y restaurador.

5.5.2.4.        Otro
resultado de la purificación de los sacerdotes sería que los
sacrificios de todo el pueblo serían aceptos ante Yahvé, así como en los
días de antaño (3:4).

5.5.2.4.1.        El
v. 4 es un dístico con ritmo de 5:4, sin paralelismo interlinear, pero
con paralelismo interno en ambas líneas: “Judá” // “Jerusalén” en la
línea A, y “como en los días pasados” // y como en los años antiguos” en
la línea B.

5.5.2.4.2.        La
aceptación por Yahvé de la ofrenda de Judá es la inversión del rechazo
de esa ofrenda señalado en 1:9-10 y 2:12-13. Instruido por las
exigencias de los sacerdotes purificados (cp. 2:6-7), y probablemente
habiendo pasado por su propio sufrimiento purificador, el pueblo dejaría
de ofrecer animales defectuosos (cp. 1:8, 13-14) y respaldaría su
sacrificio con lealtad unos con otros (cp. 2:10-16) y una conducta en
general agradable a Yahvé (cp. 2:6).

5.5.2.4.3.        Los
nombres “Judá” y “Jerusalén” conforman un merismo que abarca todo el
pueblo, tanto los habitantes de la ciudad capital como los del
“interior” del país..

5.5.2.4.4.        Las
frases “los días pasados” y “los años antiguos” se refieren al mismo
período de antaño aludido, pero no definido, en 2:5-7. La frase
traducida “los días pasados” se usa de un período ideal del pasado que
sirve como pauta para una restauración no solo aquí, sino también en Mi.
7:14-15, donde se refiere al tiempo del Éxodo, y en Am. 9:11, donde
alude al auge de la dinastía davídica.

5.6.        Ampliación
divina de la reacción divina en v. 1: Yahvé vendría para castigar a los
malos entre los judíos (3:5). Después del discurso profético (
vv.
2-4) que amplía el anuncio de la venida de Yahvé (v. 1), ahora Yahvé
mismo, hablando en primera persona, amplía ese anuncio. El profeta había
hablado de los judíos en tercera persona (
vv.
2-4); Yahvé se dirige a ellos en segunda persona. Este cambio vincula
el v. 5 con el v. 1, marca una distinción entre el juicio de los
sacerdotes (
vv. 2-4) y el juicio del pueblo judío (v. 5), y da énfasis al anuncio del juicio de los judíos en el v. 5.

5.6.1.        Se acercaría a los judíos como juez y testigo de cargo (3:5a).

5.6.1.1.        Las
primeras dos oraciones conforman un dístico no paralelo con ritmo de
3:3. Quizá se podría ver cierto paralelismo a nivel de líneas completas,
pues la línea A presenta a Yahvé como juez, y la línea B, como testigo.

5.6.1.2.        Se acercaría a los judíos para el juicio (3:5aα).

5.6.1.2.1.        La
primera oración del v. 5 responde a la queja al final de 2:17 (¿donde
está el Dios del juicio?), así produciendo una inclusión que enmarca
2:17-3:5. Sin embargo, el v. 5 cambia radicalmente lo que los
quejumbrosos tenían en mente. Ellos espera
ban
el juicio contra las naciones paganas; Yahvé les anuncia un juicio
contra ellos mismos. Ellos consideraban que quienes hacían mal eran los
paganos; Yahvé les señala que hay malhechores entre ellos mismos.
Probablemente los que cansaban a Yahvé con sus quejas (2:17) eran
culpables de los pecados que Yahvé enumera en 3:5.

5.6.1.2.2.        El
primer verbo del v. 5 es literalmente “me acercaré” (BJ, BDLA, RVA,
NVI), pero la traducción “vendré” (RV60, RV95, DHH) expresa el sentido
del modismo.

5.6.1.2.3.        Al
escuchar “me acercaré a vosotros”, los judíos probablemente esperaban a
continuación “para salvación” (cp. Sal. 69:18 [19 en hebreo]). En tal
caso, la expresión siguiente les habría caído como un balde de agua
fría.

5.6.1.2.4.        El
“vosotros” a quien Yahvé se dirige no eran los sacerdotes, sino el
pueblo judío (cp. v. 6), o más exactamente aquellos judíos que se
quejaban porque Yahvé no ejecutaba el juicio prometido (cp. 2:17-3:1).
Aquí se hace explícito lo que solo se implica en los dos versículos
anteriores: toda la nación pasaría por un juic
io purificador.

5.6.1.2.5.        En
lugar de “para juicio”, el hebreo reza literalmente “para el juicio”
(BJ, BDLA), aparentemente con referencia al juicio del día de Yahvé (cp.
la nota sobre la misma expresión en 2:17).

5.6.1.3.        Yahvé sería pronto testigo (3:5aβ).

5.6.1.3.1.        En este juicio Yahvé sería no solo juez, sino también testigo de cargo y verdugo.

5.6.1.3.2.        “Pronto
testigo” (traducción literal) tal vez signifique “testigo listo,
dispuesto” (cp. BJ, RV95, NVI) o “testigo experto” (cp. el uso de otro
vocablo de la misma raíz
mhr
en la expresión traducida “escribiente ligero” en Sal. 45:1 [2] y
“escriba diligente” en Esd. 7:6 (cp. las traducciones en las otras
versiones).

5.6.1.3.3.        Por
un lado, siendo omnisciente, Yahvé testificaría contra los judíos que
cometían los pecados enumerados a continuación (cp. Jer. 29:23). A la
vez testificaría que así los judíos habían violado las estipulaciones
del pacto entre Yahvé e Israel (ver Mi. 1:2, y cp. la nota sobre “ha
atestiguado” en 2:14).

5.6.2.        Yahvé ejecutaría juicio y testificaría contra los violadores del pacto (3:5bc).

5.6.2.1.1.        La
lista de pecadores puede analizarse como un dístico seguido de un
trístico. El dístico tiene paralelismo interlinear y paralelismo interno
en la línea A, y ritmo de 2:2. El trístico es de tipo AAA, con
paralelismo interno en la línea B y ritmo de 3:2:2.


A. Contra los hechiceros
     y contra los adúlteros
B. Y contra los que juran mentira

A. Y contra los que defraudan       en su salario al jornalero
B.                                                   A la viuda
                                                       y al huérfano
C. Y los que hacen injusticia         al extranjero


5.6.2.1.2.        La
lista de pecadores comienza con un delito religioso y otro sexual y
luego enumera cinco injusticias sociales. Aparentemente muchos judíos
habían caído de nuevo en el error de creer que si cumplían con lo
cultual (y aun eso lo cumplían mal) agradaban a Dios (cp. 2:13),
habiendo olvidado de la prioridad que Yahvé daba a la ética y a la
adoración exclusiva de él. La lista muestra que Yahvé juzga toda clase
de pecado.

5.6.2.1.3.        Los
hechiceros aquí han de representar todas las clases de magos (cp. Dt.
18:10-12). Los magos buscaban ejercer dominio sobre los dioses a fin de
que realizaran los deseos del cliente. Yahvé se opone a la magia porque
entraña la creencia que los seres humanos lo pueden manipular.

5.6.2.1.4.        La
referencia a los adúlteros implica que el adulterio fue un problema de
consideración en Judá. Aparentemente no se les aplicaba la pena capital
exigida por la Ley de Moisés (cp. Lv. 20:10; Dt. 22:22-27). La Ley
consideraba como adulterio las relaciones entre una mujer casada o
desposada y un varón que no fuera su marido o desposado. A la vez, el
adulterio aquí ha de representar todos los pecados sexuales prohibidos
en la Ley de Moisés.

5.6.2.1.5.        Los
que juraban en falso violaban el tercer mandamiento, tomando el nombre
de Yahvé en vano (cp. Ex. 20:7 con Lv. 19:12; Jer. 5:2; Zac. 5:4) y, en
algunos casos, el noveno, dando falso testimonio en contra del prójimo
(Ex. 20:16). En algunos casos se trataba del perjurio, de mentiras bajo
juramento ante las autoridades a fin de librar al culpable y condenar al
justo (cp. Ex. 20:16; Lv. 6:5 [5:24]; Dt. 19:16-19; Stg. 5:6). También
los juramentos se usaban al aseverar la verdad de una declaración (cp.
Dt. 26:12-14; 1 S. 20:3) y al comprometerse en un acuerdo (1 S.
20:12-17, 42; Neh. 5:12-13).

5.6.2.1.6.        Muchas
viudas, huérfanos y extranjeros eran indefensos ante los opresores
porque les hacía falta el apoyo de familiares con suficiente poder para
hacer valer sus derechos ante las autoridades. Los jornaleros eran
indefensos por ser pobres. La Ley Mosaica repetidas veces prohibía la
opresión de estos grupos, y la literatura sapiencial y los profetas
repetidas veces criticaban tal opresión.

5.6.2.1.6.1.        Los
que defraudaban en su salario al jornalero (lit. “los que oprimen el
jornal del jornalero”) eran los que le pagaban menos de lo acordado, o
demoraban en el pago en vez de remunerarle el mismo día en que trabajó
(cp. Lv. 19:13; Dt. 24:14-15; Stg. 5:4). No se trataba de lo que hoy se
llama “sueldo indigno” o “sueldo de hambre”, sino de un sueldo
incumplido.

5.6.2.1.6.2.        La
“viuda” y el “huérfano” se menciona juntos con frecuencia en el A.T.
como personas frecuentemente oprimidas. Normalmente el orden es
“huérfano y viuda”, pero aquí y en Zac. 7:10 el orden hace eco del
mandamiento de no oprimir a ninguna viuda o huérfano en Ex. 22:22 [21].

5.6.2.1.6.3.        La
palabra traducida “extranjero” significa “residente extranjero”. Se
refiere a personas no solo de otros países, sino también de otras partes
de Israel.

5.6.2.1.6.4.        La
expresión traducida “los que hacen injusticia al extranjero” es
literalmente “los que desvían al extranjero”. Parece significar “los que
desvían al extranjero del acceso a la justicia en los tribunales” (cp.
Is. 10:2; Am. 5:12). Probablemente no lo desviaban físicamente, sino a
través de sobornos y maniobras jurídicas (cp. Am. 5:12). Así no podían
reclamar sus derechos en los tribunales frente a los opresores.

5.6.3.        En resumen, los pecadores que Yahvé juzgaría eran personas que no temían a Yahvé (3:5d).

5.6.3.1.        En
lugar de “no teniendo temor”, el hebreo tiene “y no tienen temor”. Las
cinco expresiones anteriores usadas para definir a los
pecadores—”hechiceros”, “adúlteros”, “los que juran”, “los que
defraudan”, “los que hacen injusticia”—son todas, en hebreo,
participios. En cambio, aquí inesperadamente el profeta cambia a un
verbo en tiempo imperfecto.

5.6.3.2.        3:5d
es una línea poética solitaria y breve (6 sílabas), seguida por la
fórmula de mensajero. La brevedad de la línea, el hecho que está sola,
la fórmula que le sigue y el cambio sintáctico de la serie de
participios a un verbo finito con la partícula negativa aquí—todas estos
detalles formales sirven para resaltar el resumen en 3:5d, y para dar
un sentido de clausura al oráculo de 2:17-3:5.

5.6.3.3.        Temer
a Yahvé no significa solo tenerle reverencia (contra DHH: “me faltan al
respeto”), sino, como se nota aquí, temer su castigo (cp. 1:6, 14;
2:5). Los malhechores cometían sus iniquidades en parte porque no creían
que Yahvé los castigaría. El resumen de todos los pecados en “y no me
temen” era una amenaza seria para los sacerdotes que no temían el nombre
de Yahvé, sino que lo menospreciaban (cp. 1:6).

  1. Quinto
    oráculo: Israel debería volver a Yahvé, y concretamente cumplir con sus
    ofrendas, para luego recibir una inmensa bendición divina (3:6-12).

6.1.        Llamado
divino a Israel: volved de vuestra desobediencia a los mandamientos, y
yo os bendeciré (3:6-7b). En los otros oráculos la primera intervención
de Yahvé o de su profeta ha sido una acusación contra los judíos (1:6;
2:10, 17) o una defensa de Yahvé contra una acusación judía (1:2). Aquí
la primera intervención divina incluye ambas cosas y culmina en un
llamado al arrepentimiento.

6.1.1.        Solo debido a su amor y misericordia constantes Yahvé no había destruido a los judíos (3:6).

6.1.1.1.        El v. 6 es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:4:

A. En verdad yo     Yahvé                 no he cambiado
B. Y vosotros         hijos de Jacob    no habéis sido consumidos.

6.1.1.2.        Se discute si el v. 6 inicia el quinto oráculo, o si es la conclusión del oráculo anterior.

6.1.1.2.1.        A
favor de la segunda opción se puede notar que su primera palabra no se
usa normalmente al inicio de una intervención, sino en medio (cp. Waltke
y O'Connor § 39.3.4e). Además la línea A responde a la pregunta judía
al final de 2:17: Yahvé seguía siendo el Dios de justicia, como siempre
lo había sido.

6.1.1.2.2.        A favor de la primera opción se puede notar que la línea B concuerda mejor con el quinto oráculo, con su promesa de bendición (vv.
7, 10-12) que con el cuarto oráculo, con su anuncio de juicio de los
judíos. Además la fórmula de mensajero al final de 3:5 parece marcar el
final del oráculo (cp. 3:12, 21 [4:3]; 2:16).

6.1.1.2.3.        Como
hay indicios que el v. 6 pertenece a ambos oráculos, tal vez se deba
tomar como una estructura de tipo Jano, que mira para atrás y para
adelante. Así la línea A primero se tomaría como la conclusión del
cuarto oráculo, pero la línea B aclara que el dístico también introduce
el quinto oráculo.

6.1.1.3.        Si
la línea A se toma como la conclusión del cuarto oráculo, su primera
palabra significa “porque” (RV60, RV95, RVA, BDLA). Si se toma como la
introducción del quinto oráculo, la primera palabra ha de ser una
partícula enfática, “en verdad”, o una conjunción adversativa “pero, sin
embargo”. La traducción “que” (BJ) es también técnicamente posible,
pero no cabe en el contexto aquí, aun si se aduce que 3:6 originalmente
fue la continuación de 1:2-5 (ver la nota de BJ). DHH y NVI omiten la
palabra.

6.1.1.4.        En todo el quinto oráculo Yahvé habla en primera persona y se dirige a los judíos en segunda persona plural.

6.1.1.5.        Ambos “yo, Yahvé” y “vosotros, hijos de Jacob” son enfáticos, pues no son palabras necesarias para entender las dos oraciones.

6.1.1.5.1.        El
“yo, Yahvé”, que también puede traducirse “yo soy Yahvé”, resalta la
dignidad, poder y santidad de Yahvé (cp. Lv. 19:2, 3, 4, 10, 12, 14, 16,
18, 25, 28, 30, 31, 32, 33, 36, 37).

6.1.1.5.2.        El
“hijos de Jacob” aclara que este oráculo no se dirige a los sacerdotes
(en contraste con 1:6-2:9; cp. también 3:2-4), sino a todo el pueblo. El
título no es muy común (se usa de Israel solo aquí y en 1 R. 18:31;
Sal. 77:15 [16]), pero anticipa el juego de palabras con el verbo
“robar” (
vv. 8, 9) y la introducción del tema de los diezmos (vv. 8, 10).

6.1.1.6.        El
primer verbo está en el tiempo perfecto en el hebreo, sugiriendo la
traducción “he cambiado” (DHH) en lugar de “cambio” en tiempo presente
(RV60, RV95, RVA, BJ, BDLA, NVI). Ambas traducciones son aceptables,
pero la primera aclara mejor que la oración no tiene que ver con la
inmutabilidad de Dios en términos abstractos, sino con su constancia en
su actuación histórica. A la luz de 2:17 y 3:5, inicialmente “no he
cambiado” se interpreta como “sigo siendo el Dios de justo juicio”. Sin
embargo, la línea B aclarará que aquí “no he cambiado” significa “no he
dejado de amaros” (cp. 1:2), o “no he dejado de teneros misericordia”
(cp. Sal. 77:9-10 [10-11], pero RV60 y RV95 traducen mal Sal. 77:10
[11]; ver también Ro. 11:28-29).

6.1.1.7.        El
paralelismo sugiere que hay alguna relación entre “no he cambiado” y
“no habéis sido consumidos” (de ahí la traducción “por esto” o “por eso”
en RV60, RV95, DHH, BDLA, RVA, NVI; en cambio, BJ traduce literalmente
“y”). Esa relación ha de ser que la supervivencia de Israel no se debe a
su justicia, sino a la misericordia inmutable de Yahvé (cp. Ex. 34:6-7;
Sal. 103:8-14; y esp., de aproximadamente el mismo período que
Malaquías, Neh. 9:17, 19, 27-28, 30-31) y a su fidelidad al pacto con
Israel.

6.1.1.8.        Según
2:17 los judíos se quejaban que Yahvé ya no era el Dios de juicio. Aquí
Yahvé respondió que en realidad no había cambiado. No dejaba de ser el
“Dios de juicio”, pero también, y prioritariamente, seguía siendo el
Dios del perdón misericordioso y de fidelidad a las promesas del Pacto
Abrahámico (cp. Dt. 4:31; Mi. 7:18-20; Ro. 11:25-29). Los judíos no se
daban cuenta que si Yahvé siempre hubiera castigado a los pecadores,
ellos mismos habrían sido consumidos. Recordemos lo mismo cuando pedimos
a Dios que castigue a los injustos.

6.1.1.9.        Unos
pocos estudiosos argumentan que originalmente 3:6-7 se encontraba
después de 1:5 (ver la nota en BJ). El 3:6, por lo menos, sería una
conclusión apta de la perícopa 1:2-5. Se nota también que el nombre
“Jacob” se usa dos veces en 1:2, una vez en 3:6, y solo una vez más en
el resto del libro (2:12). Sin embargo, el nombre “Jacob” en 3:6 está
firmemente entrelazado con 3:8-12 por el juego de palabras con el verbo
“robar” en 3:8, 9 (ver la nota sobre este verbo en el v. 8) y también
por la relación entre Jacob y el diezmo (cp. la nota respectiva en el v.
8). Además, el v. 7a está claramente relacionada con el v. 7b, y el v.
7b con el texto siguiente. De todos modos, 3:6, aun como introducción a
3:6-12, sirve para reforzar las afirmaciones divinas en 1:2.

6.1.2.        Los judíos habían desobedecido los mandamientos de Yahvé desde hace generaciones (3:7a).

6.1.2.1.        El v. 7a es un trístico de tipo ABB, con ritmo de 2:2:2:

A. Desde los días de vuestros padres
B.                                                         Os habéis apartado de   mis leyes
C.                                                         Y no guardasteis

6.1.2.2.        Así
como Yahvé no había cambiado (v. 6), tampoco los judíos (v. 7a). En el
caso de Dios, esa inmutabilidad era una virtud; en el caso de los judíos
era todo lo contrario.

6.1.2.3.        La idea expresada en el trístico es muy similar a Esd. 9:7a.

6.1.2.4.        La
frase “vuestros padres” podría referirse a la generación que salió de
Egipto (cp. Neh. 9:15-17, de aproximadamente el mismo período que
Malaquías; Dt. 1:34-35; Sal. 95:8-11; Ez. 20:5-16, esp.
vv.
13, 16), a muchas generaciones en los períodos de los jueces y de la
monarquía (cp. Neh. 9:26, 28-30, y esp. 34), y aun a Jacob (cp. “hijos
de Jacob” en v. 6 y la nota abajo sobre el juego de palabras entre
“Jacob” en v. 6 y “robar” en v. 8), si bien “mis leyes” indica un
período no antes de Sinaí. La descripción de los días de los padres como
tiempos de desobediencia se contrasta con 2:5-6; 3:4, que aluden a un
tiempo de antaño cuando Israel obedecía a Yahvé.

6.1.2.5.        Los
judíos de la generación de Malaquías se habían “apartado” de las leyes
de Yahvé en parte porque los sacerdotes se habían apartado del camino
(2:8).

6.1.2.6.        En la línea C el hebreo no tiene el pronombre “las”, sino que “mis leyes” se sobreentiende por elipsis debido al paralelismo.

6.1.3.        Yahvé llamó a los judíos a arrepentirse para recibir su bendición (3:7b).

6.1.3.1.        El v. 7b es un dístico con paralelismo entre las líneas y ritmo de 2:2 seguido por la fórmula de mensajero:

A. Volveos       a mí
B. Y volveré     a vosotros

6.1.3.2.        El
dístico se basa en un juego de palabras: si los judíos volvieran a
Yahvé en arrepentimiento, él volvería a ellos con bendiciones. (Este
juego de palabras se encuentra también en otras obras posexílicas, en
Zac. 1:3 [cp. también Zac. 1:4, 6] y 2 Cr. 30:6b). Así Yahvé aclaró más
en qué sentido no había cambiado (cp. v. 6). Seguía siendo el Dios de
misericordia y perdón.

6.1.3.3.        En la línea B, el pronombre enfático “yo” no está en el hebreo.

6.1.3.4.        La fórmula de mensajero marca la conclusión del llamado divino (3:7b).

6.2.        Objeción
judía a la acusación divina: “¿En qué hemos de volvernos?” (3:7c).
Retaron a Yahvé a señalar algún pecado del cual debían arrepentirse. Su
pregunta
medio retórica
es por un lado una protesta de inocencia, pero también deja abierta la
puerta para una respuesta (cp. Jn. 8:46a). No hay paralelismo en el
sentido normal en 3:7c, pero, así como en las otras objeciones judías,
el lenguaje hace eco de la acusación divina de la oración anterior, así
creando un sentido de paralelismo.

6.3.        Refutación
divina de la objeción judía: “Me habéis robado” (3:8a). Así Yahvé
escoge uno de varios pecados que los judíos cometían (cp. 1:6-8, 14;
2:10, 17; 3:5), uno de los más difundidos entre el pueblo (ver “la
nación toda” en v. 9; cp. Neh. 10:32-39 [33-40]; 13:10-12).

6.3.1.        El v. 8a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3.

A. ¿Robará                        el mortal       a Dios?
B. ¡Pero estáis robando     vosotros       a mí!
 
6.3.2.        La
respuesta obvia a la pregunta retórica en la línea A era que ningún ser
mortal sería tan temario como para robar al Dios todopoderoso, pues las
consecuencias serían desastrosas. Las palabras “hombre” y “Dios” forman
un contraste marcado, especialmente en el hebreo, donde los dos
sustantivos, ambos comenzando con la letra
’ ālef y ambos sin artículo, están yuxtapuestos sin la preposición “a”, muy literalmente: “¿Acaso robará hombre Dios?”. La palabra ’ ādām “hombre” se refiere no tanto a los hombres como individuos, sino a su categoría de raza humana. A la vez evoca su procedencia de lo más bajo, del polvo de la tierra (’ădāmāh). Por otro lado, el uso de la palabra ’ĕlōhîm “Dios” aquí recalca el poder divino y se refiere a la categoría de ser divino más que a la identidad (Yahvé).

6.3.3.        A la luz del paralelismo, en la línea B Yahvé achacó a los judíos, seres humanos, de robarle a él, Dios. El paralelismo subraya la monstruosidad e insensatez del pecado.

6.3.3.1.        Una acepción común de ,
la primera palabra de la línea B, es “porque” (cp. “pues” en RV60,
RV95, BJ, DHH, BDLA, RVA). Sin embargo, aquí caben mejor otras dos
acepciones: como partícula enfática, “en verdad” o algo por el estilo
(cp. NVI, que omite la palabra pero encierra la línea B entre signos de
admiración), y como conjunción adversativa. Me inclino a esta, de modo
que la conjunción señala el contraste entre la respuesta obvia a la
pregunta retórica de la línea A y la acción insensata de los judíos.

6.3.3.2.        En
lugar de “habéis robado”, tradúzcase con más exactitud “estáis robando”
(BDLA, NVI). Se trata de un participio hebreo, el cual aquí indica una
acción continua en tiempo presente.

6.3.3.3.        Fuera de los vv. 8-9, el verbo hebreo traducido “robar” (qāba‘) se usa en el A.T. solamente en Pr. 22:23, donde está traducido “despojar” y está asociado con el verbo más común por robar, gāzal, en 22:22. Aquí en los vv. 8-9 este verbo raro hace un juego de palabras con “Jacob” en el v. 6, pues la raíz de “Jacob” es ‘qb y la raíz del verbo es qb‘.
Las dos raíces tienen las mismas tres consonantes, aunque en orden
diferente. La relación aparentemente era más estrecha aún en algunos
manuscritos, pues el texto hebreo empleado por el traductor de la
Septuaginta aquí tenía el verbo
āqab
“engañar, defraudar” (cp. BJ, DHH), de la misma raíz que “Jacob”.
(Varios estudiosos han enmendado el texto aquí, siguiendo los LXX, pero
las demás versiones antiguas apoyan el TM, y es fácil explicar cómo la
lección de los LXX pudo haberse originado
de
la lección del TM, pero muy difícil de explicar el origen del TM a
partir de la lección de los LXX). El juego de palabras sugiere que los
“hijos de Jacob” (v. 6) siguen cometiendo los pecados de su padre (v.
7), Jacob el defraudador.

6.3.3.4.        Robar a Yahvé era una manifestación más de no temer a Yahvé (cp. 3:5).

6.4.        Objeción judía a la refutación divina: “¿En qué te hemos robado?” (3:8bα). De nuevo la pregunta medio retórica
es una protesta de inocencia por un lado, pero por otro lado pide una
respuesta. Los judíos retaron a Yahvé a sustentar su acusación tan
aparentemente fantástica. De nuevo el lenguaje de la objeción hace eco
de
la oración
anterior, creando una impresión de paralelismo. La objeción y la
respuesta divina siguiente pueden analizarse como dos líneas solitarias,
como un dístico sin paralelismo entre las líneas  pero con paralelismo
interno en la línea B y ritmo de 3:2, o, dejando a un lado el “y
dijisteis”, como un dístico con paralelismo interlinear, paralelismo
interno en la línea B, y ritmo de 2:2:


A. En qué              te hemos robado
B.    El diezmo
     y la ofrenda

6.5.        Respuesta divina a la segunda objeción judía
(3:8bβ-12). En 3:8-12 Yahvé sigue el mismo patrón que en v. 7ab:
acusación (3:7a, 8-9), llamado a dejar el pecado (3:7b, 10a), promesa de
bendición divina (3:7b, 10b-12).

6.5.1.        Respuesta en forma sucinta (3:8bβ). La respuesta sucinta, literalmente “el diezmo y
la ofrenda”, aclara con contundencia y brusquedad el enigma de la
acusación de robar a Yahvé. El hebreo no tiene “en” ni “vuestros”, si
bien “en” se sobreentiende por la pregunta anterior (cp. BJ, BDLA, RVA,
NVI).

6.5.1.1.        Jacob
había puesto un ejemplo positivo para los judíos en cuanto al diezmo
(Gn. 28:20-22). En ese sentido ser “hijos de Jacob” (v. 6) debería ser
un estímulo positivo (“hijos de Jacob, el padre del diezmo”) que
contrapesara las implicaciones del juego de palabras entre “robar” y
“Jacob” (“hijos de Jacob, el embaucador”).

6.5.1.2.        En cuanto al propósito del diezmo, ver la nota abajo sobre el v. 10.

6.5.1.3.        La
palabra traducida “ofrenda” se usa en el AT de varias clases de
ofrendas, pero especialmente de aquellas que servían para mantener el
santuario y su personal (cp. Ex. 25:2-7; Ex. 29:28; Lv. 7:32-34; Nm.
5:9; 2 Cr. 31:10, 12; Neh. 10:37; en 2 Cr. 31:12, otro texto posexílico,
se mencionan juntos, como aquí, la ofrenda [traducido “primicias” en
RV60] y el diezmo). Dios tenía en mente esta clase de ofrenda aquí (cp.
v. 10). Nehemías, en aproximadamente el mismo período, también tuvo que
lidiar con la falta de diezmos y ofrendas para el santuario (ver Neh.
13:10-14; 10:32-39).

6.5.2.        Ampliación
de la respuesta, incluyendo la acusación y el castigo: los judíos
vivían bajo maldición por estar robando a Yahvé (3:9).

6.5.2.1.        El
v. 9 se puede analizar como un trístico de tipo AAA, con ritmo de
3:3:2. Gramaticalmente el paralelismo se puede representar de la
siguiente manera:


A. Con la maldición       vosotros                      sois malditos
B. Y a mí                       vosotros                      estáis robando
C.                                  la nación, toda ella

Semánticamente el paralelismo se puede representar de la siguiente manera:

A. Con la maldición…sois malditos    vosotros
B. Y a mí…estáis robando                 vosotros
C.                                                       la nación toda ella

La
traducción arriba es bastante literal. El esquema del paralelismo
gramatical refleja con mayor claridad el orden de las palabras en
hebreo.

6.5.2.2.        Los judíos vivían la maldición divina (3:9a).

6.5.2.2.1.        La
expresión “malditos con la maldición” puede ser un hebraísmo que
significa “muy malditos” (cp. NVI: “bajo gran maldición”). Ver las
maldiciones pronunciadas contra ciertos judíos pecadores en 1:14 y 2:2.
Sin embargo, como el hebreo dice “
la
maldición”, con artículo, tal vez la frase signifique “malditos con la
maldición pronunciada sobre los que violaran el pacto con Yahvé” (cp.
2:2; Dt. 28:20).

6.5.2.2.2.        La
maldición puede haber afectado a los judíos en muchas maneras (cp. Dt.
28:15-68), pero especialmente dañaba sus cosechas (cp. vv. 10-12). Los
judíos culpaban a Dios por su falta de prosperidad (cp. 1:2), pero los
culpables eran ellos mismos.

6.5.2.2.3.        El
hebreo tiene el pronombre “vosotros” en la línea A y B. Sin embargo,
como la construcción gramatical hebrea requiere su presencia, no da
énfasis aquí; por eso RV60 no lo ha incluido. Es decir, en la
construcción hebrea los pronombres son necesarios, pero no lo son en la
traducción en español. Lo he incluido en mi traducción arriba para
mostrar el paralelismo.

6.5.2.3.        La maldición era castigo por robar a Yahvé (3:9b).

6.5.2.3.1.        En lugar de “habéis robado”, tradúzcase con más exactitud “estáis robando”.

6.5.2.3.2.        La segunda oración del v. 9 es casi idéntica a la segunda del v. 8.

6.5.2.3.2.1.        La
repetición tiene por lo menos dos funciones. Pone de relieve el asombro
divino ante la insensatez colosal de los judíos. A la vez conforma una
inclusión que enmarca toda la acusación de robo a Yahvé (2:8aβ-9).

6.5.2.3.2.2.        Hay dos diferencias entre las dos oraciones:

6.5.2.3.2.2.1.        En el v. 9 la oración no comienza con (ver la nota sobre kî en el v. 8), sino con wĕ-
“y”. La traducción “porque” (así traducen todas las versiones que he
consultado, o con un sinónimo) no es literal, sino una interpretación
(correcta) de la relació
n implícita entre las primeras dos oraciones del v. 9.

6.5.2.3.2.2.2.        El
orden de las palabras varía. La palabra “me” viene primero aquí, en
posición enfática en el hebreo: “¡A mí me estáis robando!” La palabra
“robando” viene al final, lo cual resalta la rima en hebreo entre ella y
“malditos”, la última palabra de la primera oración del v. 9. A la vez,
la rima sugiere que hay una relación entre las dos oraciones y
específicamente entre “malditos” y “robando”.

6.5.2.4.        Tanto la maldición como el robo eran de alcance nacional (3:9c).

6.5.2.4.1.        La
frase “la nación toda” viene al final del versículo, fuera del orden
normal (cp. BJ). Esto le da énfasis y también permite que esté en
aposición con ambos “vosotros”: la maldición alcanzaba a la nación toda
(línea A, cp. DHH, NVI), porque la nación toda robaba a Yahvé (línea B).

6.5.2.4.2.        La
frase “la nación toda”, en lugar del más común “toda la nación”, da
énfasis a la palabra “toda”. De hecho, una traducción literal sería más
enfática aún: “la nación, toda ella”. Esta frase es una hipérbole en
relación con “me estáis robando”, pero su significado en relación con
“malditos sois” es más literal. Se supone que algunos cumplían con los
diezmos y ofrendas, pero probablemente aun ellos sufrían los efectos de
la maldición nacional.

6.5.3.        Llamado
a abandonar el pecado y promesa de bendición: Yahvé llamó a los judíos a
entregar el diezmo completo, y prometió que luego él cambiaría la
maldición en inmensa bendición (3:10-12). Esta combinación de
exhortación y promesa es una aplicación específica de “volveos a mí, y
yo me volveré a vosotros” (v. 7). A la vez hace contraste con los
vv. 8-9. El llamado a entregar el diezmo (v. 10a) se contrasta con la acusación de estar robando a Yahvé (v. 8), y la promesa de bendición (vv. 10b-12) es lo opuesto de la maldición existente (v. 9).

6.5.3.1.        Yahvé exhortó a los judíos a entregar el diezmo completo al templo (3:10a).

6.5.3.1.1.        El
v. 10a se puede analizar como un trístico de tipo AA. Es decir, el
paralelismo indica que la unidad es un dístico, con solo dos oraciones,
cada una completamente paralela a la otra, pero la métrica indica se
trata de un trístico con ritmo de 3:2:3. En el trístico la línea A es
paralela a una parte de la línea C, y la línea B es paralela al resto de
la línea C, pero las líneas A y B no son paralelas:


A. Traed      todo el diezmo
B.                                               A la casa del tesoro
C. Y haya    alimento                en mi casa

La traducción literal de la línea B muestra el paralelismo entre “a la casa del tesoro” y “en mi casa”.

6.5.3.1.2.        En lugar de “todos los diezmos”, el hebreo tiene el singular “todo el diezmo”.

6.5.3.1.2.1.        La
expresión sugiere que algunos judíos, tal vez muchos, entregaban una
parte del diezmo, pero no todo, así como ofrecían sacrificios, pero de
animales defectuosos (cp. 1:8, 13-14).

6.5.3.1.2.2.        La
Ley ordenaba el diezmo de la tierra para los levitas y su ministerio
(Nm. 18:21, 24; cp. Lv. 27: 30-32; Heb. 7:5, 9), el diezmo que los
israelitas deberían comer delante de Yahvé (Dt. 14:22-26) y el diezmo
cada tres años para alimentar a los pobres (Dt. 14:28-29; 26:12-14). El
resto del v. 10 implica que aquí Yahvé pedía el diezmo para los levitas y
su ministerio (cp. Neh. 10:37; 12:44; 13:5, 10-12, de aproximadamente
la misma época).

6.5.3.1.3.        El
“alfolí”, lit. “casa del tesoro” (cp. Neh. 10:38 [39]; Dn. 1:2), era el
almacén del templo. Asumiendo que el diseño del templo posexílico se
asemejaba al diseño del templo de Salomón, pegados a las paredes
exteriores del edificio del santuario, salvo en el lado oriental, había
tres niveles de cámaras en retahíla que servían de bodegas (cp. 1 R.
6:5-8).

6.5.3.1.4.        La
palabra “alimento” indica que el diezmo se daba en especie (granos,
vino, aceite de oliva, cp. Neh. 13:5, 12) y que servía para alimentar a
los levitas (cp. Nm. 18:21-32; Neh. 10:37 [38]). La “ofrenda” (v. 8)
también incluía comestibles, para los sacerdotes (cp. Neh. 10:37 [38],
39 [40], si bien RV60 no traduce la palabra “ofrendas” en v. 37). Si
bien Yahvé denunciaba los pecados de los sacerdotes (cp. 1:6-2:9), no
por eso eximía al pueblo de la responsabilidad de sostenerlos con sus
ofrendas.

6.5.3.2.        Yahvé
prometió a los judíos que los bendeciría inmensamente (3:10b-12). La
promesa se vincula estrechamente con el cumplimiento del diezmo, aun
cuando había otros pecados de los cuales los judíos deberían volver,
incluyendo la injusticia interhumana (cp. 2:10-17; 3:5). ¿Hemos de
entender que Yahvé bendeciría a Judá si diezmara, aun si seguía
cometiendo injusticias (aparentemente algunos fariseos de los tiempos de
Jesús así interpretaban la p
romesa, cp. Mt. 23:23)? Quizá
Yahvé aquí daba por sentado que si los judíos cumplían con el diezmo,
también dejarían la injusticia. O tal vez la promesa intencionalmente es
específica, para animar a los judíos resentidos con Yahvé, y para
mostrar que él en efecto seguía amando a Judá. A una generación que no
cumplía con el diezmo, Yahvé les prometió una bendición si diezmaran
cabalmente. En otra generación, a los que se creían justos porque
cumplían con el diezmo a cabalidad, Jesús los condenó porque cometían
una serie de otros pecados (cp. Mt. 23:13-28).

6.5.3.2.1.        Condicionó la promesa mediante un llamado a probarle (3:10b).

6.5.3.2.1.1.        Si
se excluye del análisis la prosaica fórmula de mensajero, 3:10b-c se
puede analizar como un trístico de tipo AAA, con ritmo de 2:5:5. “En
esto” de la línea A es paralelo a la línea B completa y a la línea C
completa, pues estas dos líneas definen el “esto”. Otra alternativa
sería analizar las tres líneas como un trístico de tipo ABB.

A. Y probadme en esto
B.                              Si no   abriré…las ventanas de los cielos                           por vosotros
C.                                         y derramaré bendición…hasta que sobreabunde    por vosotros

6.5.3.2.1.2.        El
vocablo traducido “ahora” en la línea A no es un adverbio de tiempo,
sino una partícula enfática, o quizá una partícula lógica. Es decir, no
significa “en este tiempo”, sino que subraya el aspecto volitivo del
imperativo “probad”, o quizá indica que el imperativo es una
consecuencia lógica de la exposición anterior (cp. BJ: “así”). Debido a
la dificultad de expresar el énfasis en el aspecto volitivo, algunos
opinan que lo mejor es no traducir la partícula (cp. DHH, RVA, NVI).

6.5.3.2.1.3.        La prueba despejaría toda duda acerca del amor de Yahvé para con Israel (cp. 1:2).

6.5.3.2.1.4.        La
Biblia raras veces invita explícitamente a probar a Dios. Más bien,
normalmente advierte que no se le debe poner a prueba. No se le debe
exigir que demuestre su fidelidad, poder, y demás virtudes, haciendo
caso omiso de las evidencias existentes (Ex. 17:7; Sal. 78:18-20;
95:8-9). Tampoco se debe poner a prueba sus amenazas de castigo al
pecador (cp. v. 15; Dt. 6:16). Sin embargo, el v. 10 llama a probar a
Yahvé en otro sentido: poner a prueba sus promesas mediante la
obediencia y la fe. Probar a Dios en este sentido es la esencia de la fe
bíblica. Es lo que el A.T. comúnmente llama “temor a Yahvé”.

6.5.3.2.1.5.        Generalmente
en Malaquías la fórmula de mensajero (“Así ha dicho Yahvé…”) marca el
inicio o final de uno de los seis oráculos o el final de un párrafo
dentro de un oráculo. Aquí, en cambio, se usa en medio de una oración.
Tiene el efecto de subrayar tanto la invitación anterior a probar a
Yahvé como la seguridad de las promesas siguientes. Confirma ambas cosas
como palabra de Yahvé. También crea suspenso, al aplazar la revelación
del referente del “esto”.

6.5.3.2.2.        Prometió derramar una bendición inmensa (3:10c).

6.5.3.2.2.1.        Prometió cambiar la “maldición” (v. 9) en “bendición” (v. 10c). Cp. la promesa de bendición por obediencia en Dt. 28:1-14.

6.5.3.2.2.2.        Prometió que la bendición sería para los judíos. Este aspecto de la promesa es muy recalcado en el hebreo, pues “os”
(v. 10), “sobre vosotros” (v. 10), “por vosotros” (v. 11), “os” (v. 11)
y “vuestra” (v. 11) son todos traducciones de la misma expresión
hebrea,
lākem, literalmente “por/para vosotros”, repetida cinco veces en 3:10c-11. Este énfasis apoya la declaración divina inicial del libro: “Os he amado” (1:2).

6.5.3.2.2.3.        Prometió
derramar la bendición por las compuertas del cielo. La palabra
traducida “ventanas” se usa de una variedad de aperturas; aquí cabe
mejor la traducción “compuertas” (NVI), en alusión a las puertas
movibles en los canales o presas que servían para detener o dejar pasar
las aguas. Posiblemente la figura haya evocado la lluvia (cp. Gn. 7:11 y
8:2, donde el mismo vocablo está traducido “cataratas”), pero Gn. 7:11;
8:2 no se refieren a una lluvia benéfica, sino a un aguacero torrencial
e interminable. Lo que Yahvé aquí promete derramar por las compuertas
del cielo no es la lluvia (¿quién quiere lluvia “hasta que sobreabunde” o
“hasta que no haya más”?), sino la bendición, especialmente cosechas
abundantes (cp. vv. 11-12 y la referencia a granos derribados por las
compuertas del cielo en 2 R. 7:2, 19).

6.5.3.2.2.4.        Prometió
una bendición ingente. La frase traducida “hasta que sobreabunde” es
literalmente “hasta que no haya suficiencia”. Puede significar “hasta
que no haya suficiente espacio para recibir más” (cp. Lc. 6:38). Esta ha
de ser la interpretación detrás de la traducción “hasta que
sobreabunde” (
RV60, BDLA, RVA, RV95, NVI). O puede significar “hasta que no haya lo suficiente para dar más” (BJ:
“hasta que ya no quede”), es decir “en cantidad inagotable”, ya que
Yahvé siempre tiene suficiente para dar más. Ambas interpretaciones
conducen a lo mismo, pero la segunda es mejor porque: (a) es más natural
suplir “hasta que no haya suficiencia (de bendición)” en lugar de
“hasta que no haya suficiencia (de espacio)”, pues la palabra anterior
en el texto es “bendición”, (b) “hasta que no haya más bendición que
dar” es una hipérbole más impresionante que “hasta que vosotros no
tengáis espacio para recibir más” (ambos superan por mucho el trillado
“la más rica bendición” en DHH), y (c) la interpretación de la expresión
en el sentido de “inagotablemente” concuerda mejor con el significado
de la frase similar “hasta que no haya luna” (Sal. 72:7).

6.5.3.2.3.        Prometió
buenas cosechas (3:11-12; cp. la bendición agrícola recibida como
resultado de los diezmos y ofrendas en 2 Cr. 31:5-6, 10).

6.5.3.2.3.1.        Expresó
la promesa en forma negativa: protegerá la cosecha de las langostas
(3:11). Aparentemente las plagas de langostas eran una parte fuerte de
la maldición que los judíos vivían (cp. v. 9). El v. 11 es un trístico
de tipo AAA y con ritmo de 3:4:4, seguido de la fórmula de mensajero:


A. Y reprenderé…al devorador                            por vosotros
B. Y no destruirá…el fruto de la tierra                  contra vosotros
C. Y no perderá su fruto…la vid en el campo      contra vosotros

6.5.3.2.3.1.1.        Las
líneas B y C expresan resultados de la línea A (cp. BJ, DHH, RVA, NVI),
de modo que todo el trístico es una promesa de protección de la cosecha
de las langostas (3:11a).

6.5.3.2.3.1.2.        El
verbo “reprender” evoca 2:3. Allí Yahvé amenazó con “reprender” la
descendencia de los sacerdotes (ver la nota allí). Ahora, en contraste,
promete “reprender” lo que podría dañar a su pueblo. En ambos casos, el
verbo resalta la autoridad de Yahvé y el poder de su palabra.

6.5.3.2.3.1.3.        El
“devorador”, lit. “el que come”, ha de ser alguna clase de langosta
(cp. el uso del mismo verbo hebreo para describir la acción devastadora
de las langostas en Jl. 1:4; 2:25; 2 Cr. 7:13).

6.5.3.2.3.1.4.        La
frase “el fruto de la tierra” evoca las bendiciones y maldiciones del
pacto (cp. Dt. 28:4, 11, 18, 33, 42, 51) y la promesa de restauración en
Dt. 30:9. El “fruto de la tierra” incluye los granos y las verduras, y
tal vez el producto de los árboles también (cp. Dt. 28:42, 51). Para la
ma
ldición de destrucción del “fruto de la tierra” por langostas, ver Dt. 28:42.

6.5.3.2.3.1.5.        “Por
vosotros” y “contra vosotros” en la traducción arriba, y “por
vosotros”, “os” y “vuestra” en RV60, son todas traducciones de la misma
expresión hebrea,
lākem. La repetición
de la frase en el v. 11 recalca que los judíos serán beneficiados y
también es el indicador principal del paralelismo entre las tres líneas.

6.5.3.2.3.1.6.        El
verbo traducido “ser estéril” más exactamente significa “abortar” (cp.
Gn. 31:38; Ex. 23:26) o “perder su cría” (Job 21:10). Ha de referirse
aquí a la pérdida de fruto antes de la cosecha (cp. NVI). En este
contexto, se refiere a la destrucción de la uva por la langosta (cp. Dt.
28:42).

6.5.3.2.3.1.7.        La “vid en el campo” no era la vid silvestre, sino, como indica la palabra traducida “vuestra”, la vid cultivada (cp. DHH, NVI). La palabra “campo” aquí se refiere a los terrenos cultivados.

6.5.3.2.3.1.8.        La
fórmula de mensajero (3:11bβ) da la impresión que el párrafo que
exhorta a los judíos a diezmar para recibir la bendición divina termina
en el v. 11, pero a continuación Yahvé recalcará la promesa una vez más.

6.5.3.2.3.2.        Expresó
la promesa en forma positiva: Israel llegaría a ser reconocido
internacionalmente como un pueblo feliz, disfrutando abundantes cosechas
(3:12). El v. 12 es un dístico sin para
lelismo, con ritmo de 3:4, seguido de la fórmula de mensajero.

6.5.3.2.3.2.1.        La
frase “todas las naciones” (3:12a) hace eco de la frase “la nación
toda” en v. 9. La semejanza entre las dos expresiones resalta el cambio
de maldición a bendición. En 3:9 “la nación toda” estaba bajo maldición;
3:12a promete que “todas las naciones” considerarán a Judá
bienaventurada. Además, “la nación toda” cierra el párrafo de 3:8-9, y
“todas las naciones” aparece cerca del final del párrafo de 3:10-12.

6.5.3.2.3.2.2.        De dos maneras el v. 12b recalca que los judíos serían los beneficiarios de la bendición.

6.5.3.2.3.2.2.1.         El
hebreo tiene el pronombre enfático “vosotros”, sujeto de “seréis”
(ninguna de las versiones que he consultado capta este énfasis). Antes
del v. 10b las formas de la segunda persona plural se han usado
principalmente para acusar y condenar a los judíos y a sus sacerdotes.
En 3:10b-12, en cambio, se usan para recalcar que los judíos serán los
beneficiarios de la bendición divina si obedecen a Yahvé (ver las notas
sobre “por/para vosotros” en vv. 10b-11).

6.5.3.2.3.2.2.2.         En
lugar de decir llanamente “porque vuestra tierra será agradable”
(aparentemente el significado de la oración), el texto utiliza una
figura extraña: “porque seréis vosotros tierra agradable”. La tierra
sería agradable debido a sus buenas cosechas, y esa fertilidad sería
disfrutada no por el gobierno persa (cp. Neh. 9:37), sino por los
judíos.

6.5.3.2.3.2.3.        La
expresión traducida “deseable” es literalmente “de deleite”. Es el
mismo vocablo traducido “complacencia” en 1:10. La repetición del
sustantivo subraya una vez más la inversión de fortunas. Yahvé no tiene
“deleite” en los sacerdotes (1:10), y evidentemente tampoco en el
pueblo, pero promete un tiempo en que su tierra será un “deleite” debido
a la bendición divina. Además, los judíos verán que en realidad Yahvé
no “se complace” en los malos (2:17, donde “se complace” o “se deleita”
es de la misma raíz hebrea que “deleite”), sino que hace “tierra de
deleite” a su pueblo obediente (3:12). Por no ser “territorio de
impiedad” (1:4), Judá sería “tierra de deleite” (3:12).

6.5.3.3.        La
vigencia de 3:8-12 para los cristianos hoy. Para los cristianos los
aspectos ceremoniales y rituales de la Ley de Moisés no siguen vigentes
(cp. Ro. 6:14; 7:6). Si bien el N.T. no se pronuncia específicamente
sobre la cuestión del diezmo, las leyes sobre los diezmos y ofrendas
parecen caer dentro de lo ceremonial y ritual. Jesús, viviendo bajo la
Ley (cp. Gá. 4:4), dijo a los fariseos y escribas que era necesario que
diezmaran (Mt. 23:23; Lc. 11:42), pero ningún texto dice que los
cristianos (después de la muerte de Cristo) deben diezmar, ni define
cuánta ofrenda deben dar, ni siquiera en los pasajes que exhortan a los
cristianos a ofrendar, inclusive para el sostén de los ministros (por
ejemplo, Gá. 6:6-9; 1 Ti. 5:17-18). De hecho, los diezmos no se
mencionan en Hechos y las Epístolas, salvo en Heb. 7:1-10, donde el
autor aduce que en Abraham Leví pagó el diezmo a Melquisedec, para así
argumentar que el sacerdocio de Melquisedec es superior al levítico. Sin
embargo, el cristiano puede diezmar voluntariamente, así como lo
hicieron en determinados momentos (pero aparentemente no como una
práctica regular) Abram (Gn. 14:20) y Jacob (Gn. 28:20-22), y Dios sigue
prometiendo bendiciones, incluyendo las materiales, a los que ofrendan
generosamente (cp. Lc. 6:38; 2 Co. 9:6-14; Gá. 6:6-9; Fil. 4:14-19).

  1. Sexto oráculo: vendría el día de Yahvé, con recompensa para los malvados y los justos (3:13-4:3).

7.1.        Acusación divina contra los judíos: “Vuestras palabras han sido duras contra mí” (3:13a).

7.1.1.        El vocablo traducido “violentas” es literalmente “fuertes”. Una buena traducción sería “duras” (cp. BJ, DHH, RVA, BDLA).

7.1.2.        En
este oráculo Yahvé habla en primera persona, y se dirige a los judíos
en segunda persona. La única interrupción de esta perspectiva se halla
en el v. 16, donde el profeta narra acciones del pueblo y de Yahvé.

7.1.3.        La
fórmula de mensajero, “ha dicho Yahvé”, es más corta que la fórmula
normal en el libro, “ha dicho Yahvé de los ejércitos”. La forma breve
introduce el primer oráculo (1:2-5) y el último (3:13-4:3), lo cual
produce una especie de inclusión que enmarca todos los oráculos, y
también ayuda a poner de relieve las relaciones temáticas entre el
primer oráculo y el último. El segundo y quinto oráculos comienzan con
la forma más larga (1:6, 3:1, 3:13). El tercero y el cuarto se inician
sin la fórmula (2:11, 17), pues todo el tercer oráculo y el inicio del
cuarto hablan de Yahvé en tercera persona.

7.2.        Cuestionamiento judío de la acusación divina: ¿Qué hemos hablado contra ti? (3:13b).

7.2.1.        De nuevo el cuestionamiento judío se expresa mediante una pregunta medio retórica,
que por un lado protesta la inocencia de los judíos, y por otro lado
invita una respuesta. En este oráculo la reacción de los que temían a
Yahvé en el v. 16 indica que algunos judíos sinceramente querían una
respuesta.

7.2.2.        También
de nuevo el cuestionamiento hace eco del lenguaje de la acusación. De
hecho, en este caso, así como en el primer oráculo (cp. 1:2), la
acusación y el cuestionamiento forman un dístico con paralelismo
quiástico interlinear:


A. Han sido fuertes…vuestras palabras    contra mí    ha dicho Yahvé
B. ¿Qué hemos hablado                            contra ti      Y dijisteis

El ritmo es de 5:4.

7.2.3.        La
forma verbal traducida “hemos hablado” es reflexiva; significa “hemos
hablado entre nosotros” (ver el uso de la misma forma verbal en el v. 15
y en Ez. 33:30).

7.3.        Respuesta
divina al cuestionamiento judío de la acusación divina: los judíos
decían con sarcasmo mordaz que Yahvé no hacía justicia (3:14-15). Las
palabras eran duras no solo por la crítica en sí, sino también porque
entrañaban un rechazo sarcástico del llamado al arrepentimiento del
oráculo anterior (ver los comentarios a continuación sobre “Dios”,
“guardemos su ley” [v. 14], “decimos bienaventurados” [v. 15] y
“probaron” [v. 15]). En cuanto al uso de discurso judío dentro de la
respuesta divina al cuestionamiento judío, cp. las notas sobre 2:17bc.

7.3.1.        Decían que Yahvé no les recompensaba por su obediencia (3:14).

7.3.1.1.        El v. 14 es un trístico de tipo AAA y con ritmo de 4:4:5

A. Decís:    Por demás es           servir a Dios
B.               Y ¿qué aprovecha    que guardemos su ley
C.                                                y que andemos afligidos en presencia de…

7.3.1.2.        Al
usar el título “Dios” en lugar del más común “Yahvé”, los judíos
insinuaban con sarcasmo que Yahvé no estaba cumpliendo con su
responsabilidad como Dios, particularmente como Dios del juicio (cp.
2:17). Es como si dijeran: “Vano es servir al supuesto Dios de la
justicia”.

7.3.1.3.        Las
líneas B y C son una pregunta retórica, equivalente a una declaración
con emoción de que guardar la ley y andar afligidos ante Dios no trae
ningún provecho. Sobre el uso de la pregunta retórica como parte, y solo
parte, del discurso atribuido a los judíos aquí, a diferencia de los
cuestionamientos judíos, que son totalmente preguntas retóricas, ver la
nota sobre 2:17c.

7.3.1.4.        Los
judíos insistían en que habían “guardado” la ley de Yahvé, así
rechazando la acusación divina del v. 7 (cp. “no guardasteis”).

7.3.1.5.        El
vocablo traducido “afligidos” literalmente significa “de negro”. Alude a
la ropa negra o a la cara ennegrecida que usaban (suponemos) los que
estaban de luto (cp. BJ, DHH, BDLA, NVI). Aparentemente los judíos
habían adoptado esta costumbre como un rito religioso; andaban de negro
como una forma de humillarse ante Yahvé. El paralelismo sugiere que para
ellos “servir a Dios” y “guardar su ley” consistía en cumplir con tales
ritos, y no en evitar los pecados e injusticias mencionados en
vv. 5, 8; 2:10-16 (cp. el caso similar y la crítica divina de tales conceptos en Is. 58:2-7).

7.3.1.6.        La
preposición traducida “en presencia de” es la misma que está traducida
“delante de” en 2:5. Implica “con temor de”. En 2:5 se usa de un temor
genuino, manifestado en obras y palabras justas (cp. 2:6-7). Aquí, en
cambio, aparentemente se refiere a una muestra ceremonial de temor, pero
no hubo el tipo de temor que produce justicia (cp. 3:16).

7.3.2.        Decían que Yahvé no castigaba a los malvados (3:15; cp. 2:17).

7.3.2.1.        El v. 15 es un trístico de tipo AAA con ritmo de 4:4:4:

A. Y ahora    nosotros decimos bienaventurados    los soberbios
B.                 También son prosperados                  los que hacen impiedad
C.                También….y escaparon                       probaron a Dios

7.3.2.2.        Con sarcasmo decían que ellos consideraban bienaventurados a los arrogantes (3:15a).

7.3.2.2.1.        Así
se burlaban de la promesa divina de que las naciones llamarían
“bienaventurados” a los judíos si entregaran el diezmo (cp. 3:12).

7.3.2.2.2.        En
el A.T., los “soberbios” eran aquellos que desobedecían a Dios
consciente y deliberadamente sin temer su castigo (cp. Sal. 119:21, 85).
Quizá la traducción “arrogantes” (BJ, RVA) capte mejor la idea.

7.3.2.3.        Decían
que Dios prosperaba a los malvados (3:15b). La voz pasiva del verbo
“son prosperados” (lit. “son edificados”) sugiere que era Dios quien los
había prosperado. El vocablo traducido “impiedad” es el mismo que está
traducido “iniquidad” en 1:4. Yahvé había prometido destruir lo que
edificaban los edomitas impíos (1:4), pero los judíos decían que él más
bien edificaba a los impíos (3:15)..

7.3.2.4.        Decían que los malvados habían probado a Yahvé y él no les hizo nada (3:15c). RVA inexplicablemente omite esta oración.

7.3.2.4.1.        En
lugar de “tentaron”, tradúzcase “probaron” o “pusieron a prueba” (DHH,
BDLA). Mediante este verbo los judíos se burlaban del “probadme” de
Yahvé (v. 10; se trata del mismo verbo). Al pecar, los malvados probaban
la justicia de Dios y sus amenazas de castigar a los pecadores (cp.
Sal. 73:8-9, 11-12).

7.3.2.4.2.        Una
vez más los judíos decían “Dios” en vez de “Yahvé” (cp. v. 14),
insinuando que el supuesto Dios de justicia no castigaba a los malos.

7.3.2.4.3.        El
verbo “escaparon” evoca Ez. 17:15, que declara que el que viola el
pacto no podrá “escapar”. Los judíos se quejaban de que en realidad
había sucedido lo contrario.

7.4.        Reacción judía a la acusación de Yahvé: los que temían a Yahvé hablaron entre sí y Yahvé prestó atención a sus palabras (3:16a).

7.4.1.        El
v. 16a se puede analizar como un trístico de tipo ABC (sin paralelismo
interlinea) con ritmo raro de 3:2:3, y paralelismo interno en la línea
C: “escuchó” // “oyó”. Otra opción serían analizarlo como un dístico sin
paralelismo interlinear con ritmo de 5:3. O tal vez el v. 16, texto
narrativo sin discurso alguno, no es poesía, sino prosa.

7.4.2.        En
el v. 16 el profeta interrumpe el discurso divino para narrar en
tercera persona las acciones de los temerosos de Yahvé y de Yahvé mismo.

7.4.3.        El texto no explica qué hablaron entre sí los temerosos de Yahvé, pero la forma verbal (Nifal de dbr) hace eco de la misma forma en el v. 13b (el Nifal de dbr
se usa solo dos veces más en el A.T.), sugiriendo que hablaron lo
contrario de lo dicho en 3:14-15. Esto se confirma en el resto del v.
16.

7.4.4.        El
v. 16 es la última referencia en el libro al discurso de los judíos.
Hasta aquí toda su habla ha rechazado las acusaciones divinas o ha
expresado quejas contra Dios. Aquí al final se halla un discurso
positivo de los judíos ante los oráculos divinos. De modo que el v. 16
es el clímax del libro, y se resalta por ser el único versículo
narrativo en el libro. El v. 16 también marca el inicio de los
versículos que exponen la manifestación plena del amor de Yahvé para con
Israel, el tema de la intervención inicial de Yahvé en el libro (cp.
1:2).

7.4.5.        Temer
a Yahvé significa creer que él castigará a los que le desobedecen y
bendecirá a los que le obedecen, y conducirse de manera correspondiente.
De suerte que la frase “los que temían a Yahvé” confirma que lo que
hablaron fue lo contrario de lo dicho en 3:14-15.

7.5.        Reacción
de Yahvé a la reacción de lo que le temían: hizo que se registraran en
un libro de memoria sus nombres y sus palabras (3:16b).

7.5.1.        El v. 16b es un dístico con ritmo de 4:4, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en la línea B:

B. Para los que temen         a Yahvé
    y para los que estiman    su nombre

7.5.2.        La
figura del libro de memorias proviene de la corte real. El rey ordenaba
a su escriba que apuntara ante él y en el libro de memorias oficial los
hechos de ciertas personas, a fin de asegurar que él no olvidara
recompensarlas (ver Est. 2:22-23; 6:1-3; cp. también Neh. 4:5 [3:37];
13:14). La figura indica que aunque Yahvé no siempre bendice de
inmediato a los obedientes, lo hará tarde o temprano, aunque sea en el
día de Yahvé (cp. Dn. 12:1).

7.5.3.        En
lugar de “los que piensan en su nombre”, tradúzcase “los que estiman su
nombre” (cp. BDLA, RV95, NVI; ver el uso del mismo verbo al final de
Is. 53:3). La frase implica que, al hablar entre sí, los temerosos de
Yahvé rechazaron las palabras duras de sus compatriotas en contra de
Yahvé (cp. vv. 13-15). La expresión “su nombre” aquí significa “su
persona”, con un énfasis en su dignidad.

7.5.4.        La
descripción de los judíos mencionados en el v. 16 es lo opuesto de la
acusación contra los sacerdotes en 1:6-2:9. Los sacerdotes no temían a
Yahvé, sino que menospreciaban su nombre (1:6; 2:2).

7.6.        Respuesta
divina a la acusación judía en 3:14-15: en el día de su juicio, Yahvé
bendeciría a los justos y destruiría a los malos (3:17-4:3).

7.6.1.        En el día de su juicio Yahvé salvaría a los judíos que le temían (3:17).

7.6.1.1.        En el día del juicio los judíos que temían a Yahvé le serían especial tesoro (3:17a).

7.6.1.1.1.        El v. 17a se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 5:4:

         A. Y serán para mí               ha dicho Yahvé de los ejércitos
         B.             especial tesoro                                                          en el día en que yo actúe

7.6.1.1.2.        El
inicio de la sección de 3:17-4:3 está marcada por el retorno al
discurso divino en primera persona, después de la narración del profeta
en el v. 16, y por la fórmula de mensajero en el v. 17a.

7.6.1.1.3.        La
línea A evoca el inicio de la última oración del v. 3. Así como los
sacerdotes purificados serían para Yahvé quienes presentarían ofrenda en
justicia, así también los judíos que le temían serían para Yahvé
especial tesoro. “Serán para mí” también puede verterse por “serán
míos”, traducción que muestra mejor el paralelismo entre “para mí” y
“especial tesoro”

7.6.1.1.4.        “El día en que yo actúe” aquí significa “el día en que yo actúe como el Dios del juicio” (cp. 4:3 [3:21]; 2:17).

7.6.1.1.4.1.        La palabra “día” en el contexto aquí sugiere el día de Yahvé (cp. Ez. 30:2-3; Jl. 1:15).

7.6.1.1.4.2.        La
forma verbal traducida “actúe” es un participio hebreo, usado aquí para
expresar tiempo futuro inmanente, “estoy por actuar”. Las traducciones
“el día que yo estoy preparando” (cp. BJ, DHH, RVA) y “el día en que yo
prepare” (BDLA) son improbables, pues cuando el verbo se usa en el
sentido de “preparar” casi siempre el objeto es una comida o una
ofrenda. La traducción “actúe” (RV60, RV95, NVI) concuerda con el
contexto, el cual habla de las quejas porque Yahvé no ha actuado como
juez (cp. 2:17; 3:14-15) y de la actuación inmanente de Yahvé como tal
(3:18-4:3 [3:18-22]). También concuerda con el significado de “yo” más
el mismo participio en Ez. 36:22, 32 (cp. “voy a actuar” en la
traducción de Ez. 36:22 en BDLA y NVI).

7.6.1.1.5.        La palabra hebrea segullah
“especial tesoro”, o tal vez mejor “posesión personal” (cp. BJ, NVI)
está en posición enfática, fuera del orden normal, aplazada hasta el
final de la oración. “Serán para mí…
segullah
evoca la promesa de Ex. 19:5 y las alusiones a ella en Dt. 7:6; 14:2;
26:18; Sal. 135:4 (todos estos pasajes hablan de Israel como
segullah,
aunque la traducción varía). Yahvé había prometido a Israel que le
sería especial tesoro si acatara las exigencias del pacto (Ex. 19:5). La
tradición de la
segullah
recalca que Israel debe ser una nación santa (Ex. 19:5; Dt. 7:6; 14:2;
26:18), obediente a sus mandamientos (Dt. 26:18). A través de los siglos
la nación no muy bien había logrado esas metas. Ahora Yahvé reitera la
promesa, pero aclara que sería solo para una parte de la nación que
cumplía con la condición. La promesa de Ex. 19:5 también iba vinculada
con la promesa de que Israel sería para Yahvé “reino de sacerdotes” (Ex.
19:6). Esto explica en parte el énfasis en los sacerdotes en 1:6-2:9;
3:2-4. ¿Para qué quería Yahvé un reino de sacerdotes que no honrara su
nombre (1:6) e hiciera tropezar a muchos (2:8)?

7.6.1.2.        En el día de su juicio Yahvé se compadecería de los que le temían (3:17b).

7.6.1.2.1.        El
v. 17b es un trístico de tipo AA, que consiste en dos oraciones
paralelas, pero con un ritmo que indica que hay tres líneas. En este
trístico la línea B es paralela a una parte de la línea A, y la línea C
es paralela a la otra parte, pero las líneas B y C no son paralelas
entre sí. El ritmo es de 2:3:3.


A. Y me compadeceré                         de ellos
B. Como se compadece el hombre
C.                                                         de su hijo que le sirve

7.6.1.2.2.        El
verbo traducido “perdonaré” y “perdona” significa literalmente “me
compadeceré de” y “se compadece” (cp. DHH, RVA, NVI, trad. alterna de
BDLA). Por otro lado aquí el verbo implica perdón. En el día de su
juicio Yahvé salvaría a los que le temían y los bendeciría grandemente
(cp. 4:2-3 [3:20-21]), pero el verbo implica que aun los que temían a
Yahvé merecían su castigo (cp. Sal. 103:10-14, 17-18; Zac. 3:9-10).
Dicho de otra forma, serían salvos por la gracia y misericordia de
Yahvé.

7.6.1.2.3.        El símil implica que Yahvé los salvaría porque los amaba como un padre ama a su hijo obediente (cp. Sal. 103:13).

7.6.1.2.3.1.        Les tendría compasión porque eran como sus hijos, debido a su elección y creación soberana de ellos (cp. 1:2, 6; 2:10).

7.6.1.2.3.2.        Les
tendría compasión también porque eran obedientes. Si bien no habían
guardado a cabalidad sus mandamientos, y por lo tanto necesitaban que
Yahvé les tuviera compasión, tampoco eran rebeldes, sino que temían a
Yahvé. La frase “que le sirve” responde a la queja de los judíos en el
v. 14a.

7.6.2.        En el día de Yahvé, los judíos verían una clara diferencia entre las recompensas de los justos y de los malos (3:18).

7.6.2.1.        El v. 18 es un dístico con paralelismo interlinear, paralelismo interno en ambas líneas y ritmo de 4:4:

A. Y volveréis y veréis la diferencia    entre el justo
                                                            y el malo
B.                                                        entre el que sirve a Dios
                                                            y el que no le sirve

7.6.2.2.        Yahvé
vuelve a dirigirse a los judíos en segunda persona plural. No es claro
si se dirige al pueblo judío en general (el uso de la segunda persona
plural desde 2:13) o específicamente a los judíos que le temían (el uso
de la segunda persona plural en 4:2-3 [3:20-21].

7.6.2.3.        El
verbo traducido “discerniréis” es literalmente “veréis”. Evoca “y
vuestros ojos lo verán” (1:5). Así como los judíos verían la destrucción
perpetua de Edom, territorio de maldad (1:4-5), así también verían el
juicio entre los justos y los malos (3:18).

7.6.2.4.        Si
la expresión “volveréis y veréis” se refiere a dos acciones distintas,
la primera sería el arrepentimiento (cp. el v. 7). En tal caso, el
sujeto de los dos verbos tal vez sean los temerosos de Yahvé, pues el v.
17 ha indicado que no habría un arrepentimiento del pueblo judío en
general. Por otro lado, la expresión puede ser el modismo hebreo común
que significa “volveréis a ver” (cp. BJ, DHH, BDLA, NVI; ver “volveremos
a edificar” en 1:4). Yahvé volvería a manifestarse como el Dios de
juicio justo (cp. la queja de 2:17), así como en los días de antaño (por
ejemplo, en el éxodo, la conquista, los días de los jueces y los reyes y
la destrucción de Asiria) y en la destrucción reciente de Edom (cp. “y
vuestros ojos lo verá”). Tal vez “volver” aquí se usa en ambos sentidos
en un juego de palabras.

7.6.2.5.        El
verbo traducido “discerniréis” es literalmente “veréis”. Así como los
judíos verían el juicio contra Edom, territorio de iniquidad, como
manifestación del amor de Yahvé para con Israel (cp. 1:4-5), así también
verían la distinción entre el juicio de los justos y el juicio de los
malos (“malos” es de la misma raíz que “iniquidad” en 1:4) como
manifestación del amor de Yahvé para el verdadero Israel.

7.6.2.6.        La
diferencia que los judíos verían entre los justos y los malos tendría
que ver con sus recompensas, como aclaran los tres versículos
siguientes. De manera que el v. 18 responde a la queja de los vv. 14-15.
Las frases “el que sirve a Dios y el que no le sirve” subraya esta
relación, haciendo eco del “por demás es servir a Dios” en el v. 14.
Aquí Yahvé se refiere a sí mismo en tercera persona como “Dios”, tanto
para hacer eco de la frase en el v. 14, como para recalcar que él se
manifestará como el Dios juez (cp. el uso de “Dios” en
vv. 14-15; 2:17).

7.6.3.        En
el inminente día del juicio divino los impíos serán destruidos, pero
los justos serán liberados de sus angustias (4:1-3 [3:19-21]).


Estos
versículos desglosan la diferencia entre el juicio de los justos y los
malos anunciada en 3:18. 4:1 [3:19] anuncia la destrucción de los
impíos; 4:2 [3:20], la liberación de los justos; y 4:3 [3:21], el
triunfo de los justos sobre los malos, así hablando de ambos grupos
juntos.


En
el TM los últimos seis versículos del libro se numeran como 3:19-24. En
cambio, casi todas las versiones modernas (BJ es una excepción),
siguiendo a los LXX y la Vulgata, numeran estos versículos como 4:1-6.
La división es infeliz, pues 4:1-3 [3:19-21] claramente pertenecen al
oráculo que comienza en 3:13.

7.6.3.1.        El inminente día del juicio divino consumiría a los malos totalmente (4:1 [3:19]).

7.6.3.1.1.        El inminente día del juicio consumiría a los malos como paja en un horno (4:1a [3:19a]).

7.6.3.1.1.1.        4:1a
[3:19a] es un dístico con ritmo de 5:5, sin paralelismo interlinear,
pero con paralelismo interno en la línea B (“todos los soberbios //
todos los que hacen maldad”).

7.6.3.1.1.2.        4:1 [3:19] de varias maneras evoca la profecía de la venida del Señor/ángel del pacto en 3:1-4.

7.6.3.1.1.2.1.        Las formas verbales traducidas “viene” y “vendrá” son participios hebreos que expresan el tiempo futuro inminente: “está por
venir” (cp. DHH, NVI). Hacen eco de “vendrá” y “viene” en 3:1,
especialmente del “viene”, que es también un participio, y está
introducido por “he aquí”, así como el primer participio aquí.

7.6.3.1.1.2.2.        La
frases “el día viene” y “el día que vendrá” hacen eco de “el día de su
venida” en 3:2. La primera frase, precedida por “he aquí” también hacen
eco de Ez. 7:10 y Zac. 14:1. La semejanza con Zac. 14:1 (“he aquí, el
día de Yahvé viene”) es otra evidencia de que el contexto aquí habla del
día de Yahvé.

7.6.3.1.1.2.3.        La
figura del horno ardiente aquí es similar a la figura en 3:2-3, pero
hay diferencias importantes. 3:2-3 anunciaba que Yahvé vendría como
fuego de refinador para purificar a los sacerdotes; aquí el fuego viene
para destruir totalmente. Allí los sacerdotes eran el metal precioso que
se purificaría por el calor del fuego; aquí los malos son el
combustible que será consumido en el fuego. La palabra usada por horno
aquí se refiere al horno y estufa usado para cocinar.

7.6.3.1.1.2.4.        Estos
nexos sugieren que la venida del Señor/ángel del pacto (3:1) sucederá
en el día aludido en 4:1 [3:19], y como parte del juicio de ese día.

7.6.3.1.1.3.        En lugar de “estopa” tradúzcase “paja” (ver BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). En cuanto a la paja que se echa en el horno, ver Mt. 6:30.

7.6.3.1.1.4.        4:1a
[3:19a] responde a la queja de 3:15. Ambos textos hablan de los
“soberbios” (ver la nota sobre esta palabra en 3:15) y de los “que hacen
maldad/impiedad” (el hebreo es igual en ambos versículos).

7.6.3.1.2.        El inminente día del juicio consumiría a los malos como un árbol en un incendio forestal (4:1b [3:19b]).

7.6.3.1.2.1.        Si excluimos del análisis la fórmula de mensajero, 4:1b [3:19b] es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:5:

A. Y abrasará                                   a ellos    el día que vendrá
B. Que no dejará…ni raíz ni rama    a ellos

7.6.3.1.2.2.        “Ni
raíz ni rama”, lit. “raíz y rama”, es un merismo por el árbol completo.
El merismo es una figura que menciona dos polos opuestos para
representar una totalidad.

7.6.3.1.2.3.        La
fórmula de mensajero aquí no introduce ni cierra una sección, pues se
encuentra en medio de una oración, así como en 3:10. En ambos textos la
fórmula subraya la certeza de las promesas, de prosperidad para los que
obedecen a Yahvé en el 3:10, y de destrucción para los que le
desobedecen aquí.

7.6.3.1.2.4.        La
profecía aquí de la destrucción de los malos evoca las declaraciones de
Yahvé acerca de Edom en 1:3-4. La repetición de la palabra “maldad”
aquí y en 1:4 subraya esta relación. El castigo de Edom resulta ser un
tipo del castigo de los malos en el día de juicio. La correspondencia
entre los dos castigos también enmarca los seis oráculos del libro.

7.6.3.2.        En
el inminente día del juicio los temerosos de Yahvé serán bendecidos con
justicia, sanidad, alegría y triunfo (4:2-3 [3:20-21]). Estos
versículos responden a la queja de 3:14, y también la de 1:2.

7.6.3.2.1.        Serán bendecidos con justicia, sanidad y alegría (4:2 [3:20])

7.6.3.2.1.1.        4:2 [3:20]) es un trístico con ritmo de 4:4:4, sin paralelismo entre las líneas, pero con paralelismo interno en cada línea:

A. Y nacerá    a vosotros
                       los que temen mi nombre

B. Un sol    de justicia
                   y sanidad en sus alas

C. Y saldréis
     y saltaréis    como becerros del establo

7.6.3.2.1.2.        4:2
[3:20]) se basa en la figura del “día”. Al inicio del día de juicio se
levantaría un sol benéfico para los temerosos de Dios, y estos saldrían
como salen los becerros al inicio del día.

7.6.3.2.1.3.        El
verbo traducido “nacerá” se usa específicamente de la aparición
luminosa del sol, una estrella, de la luz en general y de la gloria de
Yahvé.

7.6.3.2.1.4.        La
expresión traducida “a vosotros” es la misma que se usa cinco veces en
3:10-11 en el sentido de “por vosotros” (ver la nota allí). Tiene ese
mismo significado aquí, recalcando que el sol de justicia traerá
beneficio a los temerosos de Yahvé.

7.6.3.2.1.5.        “Los
que temen mi nombre” hace eco de las últimas frases del v. 16, y se
contrasta con “menospreciáis mi nombre” en 1:6. Así se insinúa que los
judíos pueden estar entre los que serán destruidos si siguen
menospreciando el nombre de Yahvé, o pueden arrepentirse, temiendo su
nombre, y así alcanzar salvación.

7.6.3.2.1.6.        La
figura “sol de justicia” puede reflejar la creencia babilónica de que
Shamash, el dios sol, era el juez universal. De hecho, el sol tenía esta
función en varios panteones del mundo antiguo. En tal caso, el texto
aquí afirma que no es Shamash, ni ningún otro dios sol, sino Yahvé,
quien juzga la tierra con justicia.

7.6.3.2.1.6.1.        Algunas
versiones, siguiendo a Calvino y Lutero, escriben “Sol” con mayúscula
(RV60, RVA), como si fuera un título cristológico. Sin embargo, en su
contexto es mejor no limitar tanto su significado.

7.6.3.2.1.6.1.1.         El
sol puede ser figura de la justicia (ver arriba), o de la bendición que
la justicia trae, o de Dios mismo (cp. Nm. 6:24-26; Sal. 84:11; Is.
60:2). La sintaxis de la oración apoya la primera opción, aunque la
segunda también ha de estar latente. Así como en castellano, la palabra
“sol” en hebreo es masculina, y la palabra “justicia” femenina. Por lo
tanto, las palabras traducidas “nacerá” y “sus” deben ser masculinas (en
hebreo estas palabras tienen género). Sin embargo, son femeninas. Esta
irregularidad gramatical sugiere que lo que nacerá para los temerosos de
Yahvé y lo que traerá sanidad en sus alas es la justicia, simbolizada
aquí por el sol.

7.6.3.2.1.6.1.2.         El
contexto no implica que el sol sea el Mesías. De hecho, en todo el
libro de Malaquías no hay clara referencia a una figura mesiánica. Quien
viene, según las profecías de Malaquías, es Yahvé mismo (aunque véase
3:1c), si bien puede aparecer en forma humana (cp. la nota sobre “ángel
del pacto” en 3:1. Por otro lado, desde una perspectiva neotestamentaria
una lectura de “sol de justicia” como el Mesías divino, el Dios
humanado, sí es posible (cp. Jn. 5:22, 27; 8:12; 9:4-5; 11:9).

7.6.3.2.1.6.2.        La “justicia” representada por el sol sería la recompensa que los judíos habían estado reclamando (cp. 3:14).

7.6.3.2.1.7.        En la línea B, en lugar de “salvación” (RV60, RV95) tradúzcase más literalmente “sanidad” (RVA).
“Salud” es también posible (BJ, DHH, BDLA, NVI), pero “sanidad” es más
literal y expresa mejor la idea de que el sol traería liberación y
restauración para los sufrientes (cp. Sal. 107:20; Jer. 33:6).

7.6.3.2.1.8.        En
Egipto y Mesopotamia el disco solar con frecuencia se representaba con
alas. Las alas representaban la protección y las bendiciones que el dios
sol brindaba a los que moraban bajo ellas (cp. Sal. 17:8; 36:7 [8];
57:1 [2]; 63:7 [8]; 91:1-4). Las alas del sol de justicia traerían
liberación y restauración para los justos sufrientes.

7.6.3.2.1.9.        Los
temerosos de Yahvé estarían tan alegres como los becerros que, después
de estar encerrados en el establo, salen al aire libre brincando y
saltando (línea C). En lugar de “manada” tradúzcase “establo” (ver
DHH, BDLA).
Los becerros se guardaban en el establo para que se engordaran (cp.
“becerros engordados” en BJ, RVA, NVI), de modo que la figura sugiere no
solo alegría sino también prosperidad. A la vez el verbo “saldréis”
(del establo) sugiere liberación. El énfasis de la figura aquí recae no
tanto sobre la prosperidad, sino sobre la alegría y la liberación, pues
los becerros brincan no tanto por estar bien alimentados, sino por estar
librados del establo.

7.6.3.2.2.        Triunfarán sobre los impíos (4:3 [3:21]).

7.6.3.2.2.1.        Si
excluimos la fórmula de mensajero del análisis, 4:3 [3:21] es un
trístico de tipo AAB, con ritmo de 2:4:4: Las líneas A y B son paralelas
solo como líneas completas. Si bien la línea A es muy corta en cuanto
al número de acentos, tiene el mismo número de sílabas (7) que la línea C
y solo 3 menos que la línea B.

7.6.3.2.2.2.        Muchos
estudiosos modernos de Occidente critican la figura de los justos
hollando a los malos como la manifestación de un espíritu primitivo y
vengativo. Sin embargo, la profecía la presenta como manifestación de la
justicia de Yahvé (cp. “sol de justicia”, 4:2 [3:20]). El versículo
toma por sentado que cuando la profecía se dio los malos prosperaban
hollando a los temerosos de Yahvé (cp. 2:17; 3:5, 15), así como lo
siguen haciendo en muchos lugares hasta el día de hoy. El N.T., y Jesús
en particular, lejos de suavizar la descripción del castigo de los
malos, la intensifican, si bien extienden a ellos la oportunidad de
arrepentirse y librarse del castigo divino. Malaquías también llama a
los judíos a arrepentirse (3:7), y da a entender que los gentiles
tendrán una oportunidad similar (cp. 1:11, 14).

7.6.3.2.2.3.        La
figura de hollar a alguien como ceniza no se halla en el resto del A.T.
(aunque ver Ez. 28:18), pero es apta aquí en un contexto que dice que
los malos serían quemados por completo (cp. 4:1 [3:19]; Ez. 28:18).

7.6.3.2.2.4.        Sobre
el significado de “en el día en que yo actúe”, ver la nota sobre 3:17.
La repetición de la frase constituye una inclusión que enmarca 3:17-4:3,
el discurso de Yahvé sobre la recompensa de los justos y los malos en
el día del juicio divino (ver también el inciso siguiente sobre la
fórmula de mensajero).

7.6.3.2.2.5.        La
fórmula de mensajero concluye el sexto oráculo, así como los tres
anteriores (cp. 2:16, 3:5, 12; ver también 2:8, casi al final del
segundo oráculo). Además, la repetición de la fórmula en 3:17 y aquí
combina con la repetición de “en el día en que yo actúe” para formar una
inclusión muy marcada. La inclusión se acentúa aún más por la
estructura quiástica: fórmula de mensajero + “en el día…” (3:17) // “en
el día…” + fórmula de mensajero (4:3 [3:21]). De modo similar la
repetición de “día” y la fórmula de mensajero en 4:1, 3 [3:19, 21]
enmarca el párrafo de 4:1-3 que desglosa la diferencia entre la
recompensa de los malos y la de los justos.

  1. Epílogo: Yahvé indicó que los judíos deberían obedecer las enseñanzas de Moisés y Elías (4:4-6 [3:22-24]).

    Este
    pasaje es otro oráculo, en el cual Yahvé habla en primera persona a
    Israel en segunda persona, pero no tiene la estructura de disputa entre
    Yahvé y los judíos que caracteriza los oráculos anteriores (1:2-4:3
    [3:21]). Yahvé no señala directamente pecado alguno de Israel aquí, si
    bien insinúa uno y amenaza con castigarlo en 4:6 [3:24]. Tampoco tiene
    4:4-6 [3:22-24] la fórmula de mensajero, la cual se repite por lo menos
    dos veces en todos los oráculos anteriores. El contenido de 4:4-6
    [3:22-24] indica que forma una especie de apéndice o epílogo, conclusión
    que se apoya también en las diferencias ya mencionadas y en el hecho
    que los masoretas indican que 4:4 [3:22] inicia un nuevo párrafo y el
    Códice de Alepo utiliza un formato para 4:4-6 [3:22-24] que lo distingue
    del resto del libro. 4:4-6 [3:22-24] podría ser un apéndice del libro,
    proveniente de Malaquías mismo o de un editor. Sin embargo, hay otras
    opciones. Podría ser el epílogo de “Deutero-Zacarías” (Zac. 9-14) y
    Malaquías, de los tres libros proféticos posexílicos Hageo, Zacarías y
    Malaquías, del Libro de los Doce (los Profetas Menores), de los Profetas
    Posteriores (Isaías-Malaquías, excepto Lamentaciones y Daniel), de
    todos los Profetas, incluyendo los Profetas Anteriores (Josué-Reyes,
    salvo Rut), de la Torah y los Profetas o de todo el Antiguo Testamento.
    El vocabulario sugiere que el epílogo no proviene directamente de
    Malaquías (ver la exposición a continuación). Se explica mejor como un
    apéndice del libro de Malaquías (hay nexos claros entre el epílogo,
    especialmente 4:5 [3:23], y otras partes del libro) y a la vez de la
    colección de las primeras dos secciones del canon: la Torah (4:4 [3:22])
    y los Profetas (4:5-6 [3:23-24]). El hecho que el pasaje es un oráculo
    (Yahvé habla en primera persona, y el pasaje está escrito en poesía)
    indica que su autor era un profeta.


    4:4-6
    [3:22-24 tiene dos divisiones claras. 4:4 [3:22], mirando al pasado,
    exhorta a los judíos a obedecer la Ley que Yahvé mandó a Moisés. 4:5-6
    [3:23-24], mirando al futuro, da a entender que los judíos deben
    obedecer ahora el mensaje que Yahvé enviará a través de Elías.

8.1.        Yahvé exhortó a los judíos a obedecer la Ley de Moisés (4:4 [3:22]).

8.1.1.        4:4 [3:22] es un trístico de tipo AA. Es decir, el paralelismo indica que el versículo tiene solo dos líneas
poéticas, con paralelismo interlinear, pero el ritmo indica que la
unidad es un trístico con métrica de 4:5:2. En el trístico la línea B es
paralela a una parte de la línea A y la línea C a otra parte, pero las
líneas B y C no son paralelas entre sí. Hay paralelismo interno en la
línea C.


A. Acordaos    de la ley           de Moisés mi siervo
B.                                             Que encargué a él     en Horeb    sobre todo Israel
C.                   Ordenanzas
                        y leyes

8.1.2.        La
palabra traducida “ley” en la línea A es “Torah”. Literalmente
significa “enseñanza” (ver la nota sobre 2:7). La frase “Tora de
Moisés
llegó a tener dos significados especiales: la Ley de Moisés y el
Pentateuco. Aquí la línea B aclara que se refiere a la Ley dada en
Sinaí.

8.1.3.        El nombre de Moisés aparece solo aquí en Malaquías. De
hecho, en todos los Profetas Posteriores, fuera de este versículo
“Moisés” aparece solo en Is. 63:11-12; Jer. 15:1; Mi. 6:4 (“la ley de
Moisés” también aparece en Dn. 9:11, 13, y seguido de “siervo de Dios”
en 9:11, pero en los Escritos, la tercera división del canon hebreo).
La raíz zkr
“recordar” tampoco aparece en otra lugar en Malaquías. Las evidencias
de este tipo (ver más de ellas abajo) indican que 4:4-6 [3:22-24] no son
palabras de Malaquías.

8.1.4.        La
línea B recalca la autoridad de la “ley de Moisés”. Fue una ley dada
por Dios mismo y con autoridad “sobre todo Israel”. En lugar de “para
todo Israel” (así todas las versiones que he consultado), el hebreo
tiene literalmente “sobre todo Israel”.

8.1.5.        El
antecedente del pronombre relativo (línea B) puede ser “Moisés” (“a
quién encargué…ordenanzas y leyes”, cp. la Vulgata, RV60, BJ, RVA, RV95)
o “la ley” (“la cual encargué a él…, ordenanzas y leyes”, cp. BDLA,
NVI). El significado no es muy diferente, pero la primera opción pone
más énfasis en
Moisés,
la segunda en la Ley. El paralelismo apoya más la segunda opción (ver
el análisis arriba), especialmente con la traducción “sobre todo Israel”
en lugar de “para todo Israel”.

8.1.6.        “Horeb”
es otro nombre de Sinaí (ver Ex. 3:1; 33:6; Sal. 106:19). Se usa solo
aquí en Malaquías y en los Profetas Posteriores. La referencia a Horeb
aquí sirve como nexo entre Moisés (4:4 [3:22]) y Elías (4:5-6
[3:23-24]), pues Yahvé habló a los dos en ese “monte de Dios” (cp. Dt.
5:2; 29:1; 1 R. 19:8).

8.1.7.        La
expresión “todo Israel” se usa en la literatura posexílica para indicar
que la comunidad de la provincia de Judá era la continuación de la
nación de Israel y heredera de las promesas de los pactos (cp. Esd. 6:17
y ver la nota sobre 1:1; ver también 2:11, 16). “Todo Israel” aquí
también hace eco de la frecuente repetición de la frase en Deuteronomio.

8.1.8.        La
frase “ordenanzas y leyes” cierra el versículo en hebreo, en una línea
muy breve y en posición enfática. Así Yahvé aquí aclara y subraya que
“recordar la Tora de Moisés” significa, sobre todo, someterse a sus
leyes de toda clase (cp. Nm. 15:39; Sal. 103:18; 119:52). Algunos han
visto una distinción entre las palabras traducidas “ordenanzas” y
“leyes”, como ley cultual vs. ley civil, o ley apodíctica vs. ley
casuística. Si bien estas distinciones no se observan en el uso de los
dos términos hebreos en el A.T., se usan juntos frecuentemente en
Deuteronomio, como aquí, en el sentido de “todas las leyes, de los
varios tipos” (cp. Dt. 4:1; 5:1; 6:1; 12:1; Neh. 9:13). El vocablo
traducido “leyes” literalmente significa “juicios”; no es la palabra
“Torah” traducida “ley” en la línea A.

8.1.9.        Como
epílogo de Malaquías, la exhortación a obedecer la Ley en 4:4 [3:22]
corresponde a los señalamientos contra Judá por sus violaciones de la
Ley (cp. 1:8, 13-14; 2:4-9, 10-11; 3:5, 8, 10). Como epílogo a la Tora y
los Profetas, claramente recalca la autoridad de la primera división
del canon.

8.2.        Yahvé
anunció su próximo envío de Elías para que los judíos se arrepintieran
antes del juicio (4:5-6 [3:23-24]). Si bien el libro termina con una
amenaza terrible (4:6b [3:24b]), en realidad 4:5-6 [3:23-24] muestra el
amor que Yahvé declaró para Judá desde el inicio del libro (cp. 1:2),
pues promete que Yahvé tomará una medida que evitará que Judá sea
destruido.

8.2.1.        Yahvé anunció que pronto enviaría a Elías (4:5a [3:23a]).

8.2.1.1.        4:5a
[3:23a] es un dístico sin paralelismo (las líneas están encabalgadas) y
con ritmo de 4:2. No hay otro caso de encabalgamiento de líneas
poéticas en Malaquías; esta diferencia es otra evidencia de que el
epílogo no procede de Malaquías. El similar 3:1a es también un dístico
sin paralelismo, pero las líneas son oraciones coordinadas.

8.2.1.2.        La frase “he aquí yo envío” claramente hace eco del inicio de 3:1. Por otro lado, aquí el “yo” es ’anoki, así como en la misma frase en Ex. 23:20, mientras que en el resto de Malaquías el pronombre de primera persona singular es ’ani (1:4, 6 [2x], 14; 2:9; 3:6, 17, 21) y en 3:1 el “yo” se expresa mediante un sufijo pronominal.

8.2.1.3.        La forma verbal traducida “envío” es un participio, indicando tiempo futuro inminente, “estoy por enviar” (NVI).

8.2.1.4.        El
nombre de Elías aparece solo aquí en los Profetas Posteriores
(Isaías-Malaquías). El título “el profeta” se aplica a Elías solo en 1
R. 18:36; 2 Cr. 21:12.

8.2.1.5.        Elías
sobresalía entre los profetas por sus milagros poderosos y por su
participación en los juicios divinos contra los malos (cp. Eclesiástico
48:1-8). En estos sentidos fue un profeta paralelo a Moisés, el profeta
por excelencia (cp. Dt. 34:10). También como Moisés tuvo un encuentro
con Yahvé en Horeb (ver la nota sobre Horeb en 4:4 [3:22]. Además,
aunque no fue sacerdote, cumplió con funciones sacerdotales, ofreciendo
sacrificio a Yahvé (1 R. 18:30-40). La profecía aquí anuncia la venida
de Elías de nuevo (cp. Mt. 17:10-11) o la venida de otro profeta como
Elías (cp. Mt. 11:14; 17:12; Lc. 1:17; Jn. 1:21), o uno que haría
portentos y ejecutaría juicios como Elías (cp. Lc. 1:17; Ap. 11:1-12).
Se podría entender también que el que viene cumplirá bien con las
funciones que los sacerdotes actuales solo cumplían a medias (cp.
1:6-2:9). Se puede considerar que la profecía tuvo un cumplimiento en
Malaquías mismo y otro en Juan el Bautista, y que tendrá todavía otro en
los dos testigos de Ap. 11:1-12. Por otro lado, todo el que lucha en
contra de la deslealtad humana en alguna medida es el “Elías” de esta
profecía (cp. la exposición 4:6 [3:24]).

8.2.1.6.        Las
semejanzas entre 3:1a y 4:5a [3:23a] indican que este pasaje es una
aclaración de aquel, específicamente de la identidad de “mi mensajero”.
Algunos judíos de los tiempos intertestamentarios y neotestamentarios
interpretaban que el Elías histórico vendría (los LXX aquí tienen “Elías
el tisbita”; ver también Eclesiástico 48:10; Mt. 17:10). El Nuevo
Testamento indica que Juan el Bautista cumplió la profecía (cp. Lc.
1:17; Mt. 11:14; 17:12-13), pues vino “con el espíritu y el poder de
Elías” (Lc. 1:17). A la vez Juan no se daba cuenta (cp. Jn. 1:21), y
Jesús dio a entender que habría todavía otro cumplimiento (ver Mt.
11:14; 17:11). Los dos testigos de Apocalipsis 11 tal vez sean ese
cumplimiento (cp. Ap. 11:6), o quizás Elías mismo regrese, ya que fue
trasladado al cielo sin morir (cp. 2 R. 2:1-11; Eclesiástico 48:9).

8.2.2.        Lo enviaría antes del día de juicio (4:5b [3:23b]).

8.2.2.1.        4:5b
[3:23b] es un dístico con ritmo de 4:2 sin paralelismo interlinear,
pero no paralelismo interno la línea B: “grande” // “terrible”. A pesar
de la desproporción entre el número de acentos en las dos líneas, son
casi iguales en cuanto a número de sílabas, 6:7.

8.2.2.2.        El juicio aquí se llama “día de Yahvé”.

8.2.2.2.1.        Esta
expresión se usa en el A.T. de la esperada intervención bélica y
decisiva de Yahvé para salvar a los justos y castigar a los malos.
Algunas de las profecías acerca del “día de Yahvé” ya se cumplieron, en
eventos como la destrucción de Jerusalén por los babilonios (cp. Ez.
13:5), y en la derrota o destrucción de los enemigos de Israel (cp. Ez.
30:2-5). Sin embargo, aquí al final del A.T. se sigue esperando un día
de Yahvé mayor y más decisivo. Aquí el día de Yahvé es el día de juicio
divino mencionado varias veces en Malaquías (3:2, 17; 4:1 [3:19], 3
[3:21].

8.2.2.2.2.        Al
decir “día de Yahvé” en vez de “día mío” o “día de mi venida” Yahvé se
refiere a sí mismo en tercera persona, así subrayando su dignidad y
poder, así como en 1:14; 3:1 (cp. Sof. 1:17-18).

8.2.2.3.        El lenguaje de 4:5b [3:23b] evoca varios pasajes en Malaquías, pero es una cita de Jl. 2:31b [3:4b].

8.2.2.3.1.        La
frase “antes que venga el día” (lit. “antes del venir del día”)
claramente hace eco de “el día de su venida” (3:2; lit, “el día de su
venir”), “viene el día” (4:1a) y “aquel día que vendrá” (4:1b).

8.2.2.3.2.        El
día de Yahvé será “grande” (cp. también Jer. 30:7; Sof. 1:14), una
intervención mayor y más decisiva que las del pasado, y “terrible”, de
juicios devastadores. La palabra “grande” evoca “Yahvé es grande sobre
el territorio de Israel” el final del primer oráculo (1:5). La
repetición de la raíz “grande” en 1:5 y aquí forma una inclusión que
enmarca casi todo el libro. A la vez, la repetición sugiere que la
grandeza de Yahvé se manifestará especialmente en el día de Yahvé. Ver
también la nota siguiente sobre “temible”.

8.2.2.3.3.        El
día de Yahvé será “temible”. El vocablo traducido “terrible” es
literalmente “temible”. Evoca el segundo oráculo con su acusación de que
los sacerdotes no temían a Yahvé (1:6), su afirmación que Yahvé es/será
rey “grande” y su nombre es “temible” (el mismo vocablo que se usa
aquí) entre las naciones (1:14; cp. 1:11), y su evocación del temor de
Yahvé manifestado por Leví de antaño (2:5). También evoca 3:5, con su
amenaza de juicio contra los judíos que no temen a Yahvé, y 3:16-17;
4:2-3 [3:20-21] con sus promesas de recompensa para los que sí temen a
Yahvé.

8.2.2.3.4.        Sin
embargo, la frase “día de Yahvé” no aparece en otra parte de Malaquías,
y 4:5b [3:23b] es una cita exacta (en el hebreo) de Jl. 2:31b [3:4b]
(cp. también Jl. 2:1, 11; Is. 13:9).

8.2.3.        Como
resultado del trabajo de Elías, los judíos se arrepentirían de su
deslealtad unos con otros para salvarse de ser destruidos por Dios (4:6
[3:24]).

8.2.3.1.        4:6 [3:24] es un trístico de tipo AAB con ritmo de 4:3:4:

A. Y hará volver    el corazón      de los padres    hacia los hijos
B.                          Y el corazón    de los hijos      hacia los padres

8.2.3.2.        Este versículo aclara “el cual preparará el camino delante de mí” (3:1).

8.2.3.3.        Como resultado del trabajo de Elías, los judíos se arrepentirían de su deslealtad unos con otros (líneas A y B).

8.2.3.3.1.        La interpretación de las líneas A y B es discutida.

8.2.3.3.1.1.        Algunos
opinan que los “padres” eran los israelitas fieles de antaño (cp.
2:5-6; 3:4; ver también Jer. 6:16), y que Elías llamaría a los judíos a
volver al ejemplo positivo de aquellos. Sin embargo, esta interpretación
no ofrece una interpretación satisfactoria de “hará volver el corazón
de los padres hacia los hijos”.

8.2.3.3.1.2.        La
interpretación más común es que la profecía se refiere a conflictos
entre las generaciones, sea que fue escrita en una época cuando hubo
muchos problemas generacionales, o que anticipaba un tiempo cuando
habría ta
les
problemas (cp. Is. 3:6). Si esta línea de interpretación es la correcta,
hay que suponer que los conflictos generacionales eran un problema
serio cuando la profecía se anunció, pues la misma indicaba que el día
de Yahvé no vendría en un futuro lejano, sino pronto. Sin embargo, no
hay evidencia que ese tipo de conflicto fue problema generalizado en
ninguna época en los tiempos bíblicos. Los conflictos generacionales son
más bien un problema de nuestros tiempos.

8.2.3.3.1.3.        Más
bien, el conflicto entre padres e hijos se consideraba en los tiempos
antiguos como un mal del peor tipo, que si bien se daba en algunas
familias, era casi inimaginable como un problema generalizado. Más bien,
lo normal era que los hijos honraban a los padres (cp. 1:6) y estos
tenían compasión de sus hijos (cp. 3:17). Los conflictos entre padres e
hijos se darían como problema generalizado solo en una sociedad
totalmente carcomida por la deslealtad interhumana (cp. Mi. 7:2-6; ver
también Is. 3:5). De modo que 4:6 [3:24] habla de una comunidad desleal
unos con otros y de su necesidad de arrepentirse. Da a entender que así
era la sociedad de los tiempos esta profecía se dio, así como indica el
tercer oráculo (2:10-16).

8.2.3.3.2.        El
verbo traducido “hará volver” es el mismo que está traducido “hizo
apartar” en 2:6. Como los sacerdotes no cumplían con su responsabilidad
de “hacer volver a muchos de la iniquidad” (2:6-8), Yahvé enviaría a un
profeta, Elías, para cumplir con esa tarea. El verbo también evoca la
promesa de 3:7: “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros”.

8.2.3.3.3.        El
vocablo “corazón” aquí no se refiere específicamente a la mente, sino
al centro del ser humano, el centro de sus pensamientos, sentimientos,
deseos y voluntad.

8.2.3.4.        Si los judíos no se arrepintieran de su deslealtad horizontal, Yahvé los destruiría cuando viniera (línea C).

8.2.3.4.1.        El
verbo “venir” aparece una vez más. Cuando viniera el día de Yahvé (4:5
[3:23]), vendría Yahvé mismo (4:6 [3:24]; cp. 3:1-2). En su contexto
antiguotestamentario esta venida se entendía como la venida de la gloria
de Yahvé a su templo (cp. la nota sobre 3:1) y la venida de su juicio
(cp. 3:2). El Nuevo Testamento revela que Yahvé vino en forma humana en
la persona de Jesús (cp. Jn. 1:1, 9, 11, 14) y vendrá de nuevo para
ejecutar juicio (cp. Ap. 19:11-16; 2 Ts. 1:6-10).

8.2.3.4.2.        El
verbo “herir” se usa en varios pasajes de la acción de Yahvé de afligir
a su pueblo con plagas y calamidades naturales por su infidelidad al
pacto (cp. Dt. 28:27, 28, 35; Hag. 2:17). Sin embargo, en el día de
Yahvé la herida sería mucho más severa, produciendo la muerte de todos
(ver abajo), como en Jer. 21:6.

8.2.3.4.3.        En
este contexto, “la tierra” no es todo el mundo, sino la tierra de
Israel (cp. Hag. 2:4; Zac. 7:5; 13:2; 14:10). A la vez, “herir la
tierra” significa herir a sus habitantes (cp. Is. 11:4; Jer. 43:11). En
3:12, el único otro pasaje en Malaquías que utiliza la palabra “tierra”,
el profeta identifica a los judíos tanto con su tierra que puede decir
“vosotros seréis tierra”. En vez de “tierra deseable” (3:12), los judíos
podrían llegar a ser tierra totalmente destruida (ver abajo).

8.2.3.4.4.        En lugar de “maldición”, tradúzcase jérem “anatema” (BJ). Aquí la palabra no se refiere tanto a la consagración a Yahvé para destrucción, sino en la destrucción total en sí (ver DHH, RVA, NVI).

8.2.3.4.4.1.        El
4:6 [3:24] advertía que la deslealtad que había llegado hasta a
envenenar las relaciones familiares exponía a Judá al castigo divino más
severo en el día de Yahvé. Ese día podría venir pronto (cp. la nota
sobre “viene” en 4:1 [3:19], pero no sin que antes llegara “Elías” y
efectuara la conversión de Israel. Por otro lado, como no se podría
saber con seguridad qué profeta era “Elías”, la venida del día de Yahvé
con su juicio terrible era inminente en todo tiempo cuando había un
profeta de Yahvé que llamaba al pueblo al arrepentimiento.

8.2.3.4.4.2.        Zacarías había profetizado que como consecuencia del día de Yahvé Israel no volvería a ser víctima del jérem (cp. Zac. 14:1, 11). Sin embargo, también dio a entender que Israel sufriría una especie de jérem como parte del día de Yahvé (cp. Zac. 14:2).

8.2.3.4.5.        Probablemente
los judíos contemporáneos del autor del epílogo equivocadamente
pensaban en el día de Yahvé solo como un día de destrucción para sus
enemigos, pero de salvación para ellos. 4:5-6 [3:23-24] busca corregir
ese concepto (así como 3:2-5; Am. 5:18-20).

8.2.4.        Los
nexos entre 4:5-6 [3:23-24] y los oráculos del libro son claros. Esta
segunda parte del epílogo amplía la profecía sobre la venida del
mensajero (3:1), aclara las profecías sobre el juicio inmanente (cp.
3:2-5; 4:1 [3:19]), afirma que Elías, a diferencia de los sacerdotes
contemporáneos, “haría volver” a los pecadores (cp. 2:6-8), evoca la
promesa de restauración para los que se vuelven a Yahvé (cp. 3:7),
amplía y refuerza la denuncia de la deslealtad entre los judíos
(2:10-16), y advierte que en lugar de “tierra deseable” la tierra de
Judá puede llegar a ser anatema (cp. 3:12). Como apéndice de las
primeras dos divisiones del canon 4:5-6 [3:23-24] indica que la fe y la
conducta de los judíos deberían regirse no solo por la Tora (4:4
[3:22]), sino también por los Profetas. Señala la autoridad de los
Profetas mediante su referencia a “Elías el profeta” (personaje
importante en los Profetas Anteriores), su cita directa de Jl. 2:31b
[3:4b] y su alusión a Mi. 7:2-6 y tal vez a Am. 5:18-20 y Zac. 14:11.
Este énfasis en la autoridad de los profetas era especialmente
importante en un período caracterizado por desilusión con los profetas
(ver la nota sobre “ha dicho Yahvé” en 1:2). La equiparación de la
autoridad de la Ley de Moisés y los anuncios de los profetas también se
sugiere por la semejanza entre 4:4 [3:22], acerca de la autoridad de la
Ley de Moisés, y Zac. 1:6a, acerca de la autoridad de los profetas (cp.
también 2 R. 17:13-14).

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