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Capítulo 14
Beneficios del nuevo pacto
1. ¿Qué misión doble realizó Jeremías?
JEHOVÁ le encargó
a Jeremías una misión doble que consistía, por una parte, en
‘desarraigar, demoler, destruir y derruir’, y, por otra, en ‘edificar y
plantar’. El profeta acometió la primera parte publicando la maldad de
los soberbios judíos y declarando el juicio divino contra ellos y contra
Babilonia. Por otro lado, sus profecías también llevaron un mensaje de
esperanza, pues predijeron que Dios edificaría lo que se había propuesto
edificar y plantaría lo que se había propuesto plantar. Por ejemplo, al
proclamar la restauración de los judíos a su tierra natal, estaba
cumpliendo con la segunda parte de su comisión (Jer. 1:10; 30:17, 18).
a Jeremías una misión doble que consistía, por una parte, en
‘desarraigar, demoler, destruir y derruir’, y, por otra, en ‘edificar y
plantar’. El profeta acometió la primera parte publicando la maldad de
los soberbios judíos y declarando el juicio divino contra ellos y contra
Babilonia. Por otro lado, sus profecías también llevaron un mensaje de
esperanza, pues predijeron que Dios edificaría lo que se había propuesto
edificar y plantaría lo que se había propuesto plantar. Por ejemplo, al
proclamar la restauración de los judíos a su tierra natal, estaba
cumpliendo con la segunda parte de su comisión (Jer. 1:10; 30:17, 18).
2. ¿Por qué castigó Jehová a su pueblo, y hasta qué grado?
2 El
hecho de que Jeremías proclamara la restauración del pueblo judío
no implicaba que Dios iba a mimarlo o a rebajar sus normas de justicia.
De ninguna manera: Jehová ejecutaría juicio contra los rebeldes judíos (léase Jeremías 16:17, 18). En
esa época no había mucha gente en Jerusalén que ‘hiciera justicia’ o
‘buscara fidelidad’, lo que había agotado la paciencia divina. “Me he
cansado de sentir pesar”, dijo Jehová (Jer. 5:1; 15:6, 7).
Aquellos judíos habían “regresado a los errores de sus antepasados, los
primeros, que rehusaron obedecer” las palabras de Jehová, y lo habían
encolerizado por su relación adúltera con dioses falsos (Jer. 11:10; 34:18). Jehová iba a corregir a su pueblo, a castigarlo “hasta el grado debido”, a ver si alguien reflexionaba y regresaba a él (Jer. 30:11; 46:28).
hecho de que Jeremías proclamara la restauración del pueblo judío
no implicaba que Dios iba a mimarlo o a rebajar sus normas de justicia.
De ninguna manera: Jehová ejecutaría juicio contra los rebeldes judíos (léase Jeremías 16:17, 18). En
esa época no había mucha gente en Jerusalén que ‘hiciera justicia’ o
‘buscara fidelidad’, lo que había agotado la paciencia divina. “Me he
cansado de sentir pesar”, dijo Jehová (Jer. 5:1; 15:6, 7).
Aquellos judíos habían “regresado a los errores de sus antepasados, los
primeros, que rehusaron obedecer” las palabras de Jehová, y lo habían
encolerizado por su relación adúltera con dioses falsos (Jer. 11:10; 34:18). Jehová iba a corregir a su pueblo, a castigarlo “hasta el grado debido”, a ver si alguien reflexionaba y regresaba a él (Jer. 30:11; 46:28).
3. ¿Por qué debe interesarnos la profecía del nuevo pacto?
3 Dios
utilizó a Jeremías para predecir algo que tendría beneficios mucho más
amplios y duraderos: un nuevo pacto o alianza. Al estudiar sus escritos
proféticos, nos damos cuenta de las múltiples razones que tenemos para
prestar atención a este prometedor elemento. El nuevo pacto iba a
sustituir al celebrado con Israel después del éxodo de Egipto, cuyo
mediador fue Moisés (léase Jeremías 31:31, 32). Nuestro interés aumenta cuando vemos que Jesucristo hizo referencia a este nuevo pacto al instituir la Cena del Señor (Luc. 22:20). Además, el apóstol Pablo habló de él en la carta a los Hebreos citando del profeta Jeremías y subrayó su relevancia (Heb. 8:7-9). Pero ¿qué es el nuevo pacto? ¿Por qué fue necesario? ¿Quiénes participan en él, y cómo nos beneficia personalmente? Veamos.
utilizó a Jeremías para predecir algo que tendría beneficios mucho más
amplios y duraderos: un nuevo pacto o alianza. Al estudiar sus escritos
proféticos, nos damos cuenta de las múltiples razones que tenemos para
prestar atención a este prometedor elemento. El nuevo pacto iba a
sustituir al celebrado con Israel después del éxodo de Egipto, cuyo
mediador fue Moisés (léase Jeremías 31:31, 32). Nuestro interés aumenta cuando vemos que Jesucristo hizo referencia a este nuevo pacto al instituir la Cena del Señor (Luc. 22:20). Además, el apóstol Pablo habló de él en la carta a los Hebreos citando del profeta Jeremías y subrayó su relevancia (Heb. 8:7-9). Pero ¿qué es el nuevo pacto? ¿Por qué fue necesario? ¿Quiénes participan en él, y cómo nos beneficia personalmente? Veamos.
¿POR QUÉ EL NUEVO PACTO?
4. ¿Qué logró el pacto de la Ley?
4 Para
comprender el significado del nuevo pacto, primero tenemos que entender
el propósito del antiguo, es decir, del pacto de la Ley. Este brindaría
muchas ventajas a la nación que esperaba la Descendencia prometida,
quien sería el medio por el cual se bendecirían infinidad de personas (Gén. 22:17, 18).
Al aceptar el pacto de la Ley, los israelitas se convirtieron en
“propiedad especial” de Dios. Bajo sus términos, la tribu de Leví
proporcionaría los sacerdotes. Cuando Jehová selló el pacto nacional con
Israel en el monte Sinaí, mencionó “un reino de sacerdotes y una nación
santa”, pero no definió cuándo ni por qué medios llegaría a existir (Éxo. 19:5-8). Mientras tanto, aquel pacto dejó claro que los israelitas no podían obedecer
todos los aspectos de la Ley, o sea, puso de manifiesto sus pecados.
Por lo tanto, tenían que ofrecer sacrificios periódicos para obtener el
perdón. Era obvio, pues, que se necesitaba algo mejor: un sacrificio
perfecto que no tuviera que repetirse. Era preciso que el perdón de
pecados fuera duradero (Gál. 3:19-22).
comprender el significado del nuevo pacto, primero tenemos que entender
el propósito del antiguo, es decir, del pacto de la Ley. Este brindaría
muchas ventajas a la nación que esperaba la Descendencia prometida,
quien sería el medio por el cual se bendecirían infinidad de personas (Gén. 22:17, 18).
Al aceptar el pacto de la Ley, los israelitas se convirtieron en
“propiedad especial” de Dios. Bajo sus términos, la tribu de Leví
proporcionaría los sacerdotes. Cuando Jehová selló el pacto nacional con
Israel en el monte Sinaí, mencionó “un reino de sacerdotes y una nación
santa”, pero no definió cuándo ni por qué medios llegaría a existir (Éxo. 19:5-8). Mientras tanto, aquel pacto dejó claro que los israelitas no podían obedecer
todos los aspectos de la Ley, o sea, puso de manifiesto sus pecados.
Por lo tanto, tenían que ofrecer sacrificios periódicos para obtener el
perdón. Era obvio, pues, que se necesitaba algo mejor: un sacrificio
perfecto que no tuviera que repetirse. Era preciso que el perdón de
pecados fuera duradero (Gál. 3:19-22).
5. ¿Por qué anunció Jehová que habría un nuevo pacto?
5 Ya
podemos vislumbrar por qué, incluso estando en vigor el pacto de la Ley,
Dios impulsó a Jeremías a profetizar acerca de otro pacto: el nuevo
pacto. Ahora bien, por su amor y bondad, Jehová quiso ofrecer ayuda
permanente a más de una nación. Mediante Jeremías, dijo sobre los que
estarían incluidos en la futura alianza: “Perdonaré su error, y no me
acordaré más de su pecado” (Jer. 31:34). Aunque aquella promesa se hizo en el pasado, ofrece un maravilloso porvenir a toda la humanidad. ¿Cómo?
podemos vislumbrar por qué, incluso estando en vigor el pacto de la Ley,
Dios impulsó a Jeremías a profetizar acerca de otro pacto: el nuevo
pacto. Ahora bien, por su amor y bondad, Jehová quiso ofrecer ayuda
permanente a más de una nación. Mediante Jeremías, dijo sobre los que
estarían incluidos en la futura alianza: “Perdonaré su error, y no me
acordaré más de su pecado” (Jer. 31:34). Aunque aquella promesa se hizo en el pasado, ofrece un maravilloso porvenir a toda la humanidad. ¿Cómo?
6, 7. a) ¿Cómo se sienten algunos por sus pecados? b) ¿Por qué nos animará el análisis del nuevo pacto?
6 Aún
somos imperfectos, y con frecuencia nos damos cuenta de esta cruda
realidad. Sirvan de muestra las palabras de un hermano que luchaba
contra una falta seria: “Cuando volvía a caer, me sentía fatal. Pensaba
que nunca podría pagar por lo que había hecho. Me costaba muchísimo
orar. Empezaba diciendo: ‘Jehová, no sé si vas a oír esta oración,
pero...’”. Algunos que han sufrido una recaída o han cometido un pecado
han sentido como si “una masa de nubes” estuviera obstaculizando sus
oraciones (Lam. 3:44).
Otros se han visto acosados por los recuerdos de males cometidos,
incluso años después del incidente. Hasta cristianos ejemplares tal vez
digan cosas que luego lamenten (Sant. 3:5-10).
somos imperfectos, y con frecuencia nos damos cuenta de esta cruda
realidad. Sirvan de muestra las palabras de un hermano que luchaba
contra una falta seria: “Cuando volvía a caer, me sentía fatal. Pensaba
que nunca podría pagar por lo que había hecho. Me costaba muchísimo
orar. Empezaba diciendo: ‘Jehová, no sé si vas a oír esta oración,
pero...’”. Algunos que han sufrido una recaída o han cometido un pecado
han sentido como si “una masa de nubes” estuviera obstaculizando sus
oraciones (Lam. 3:44).
Otros se han visto acosados por los recuerdos de males cometidos,
incluso años después del incidente. Hasta cristianos ejemplares tal vez
digan cosas que luego lamenten (Sant. 3:5-10).
7 Nadie debe pensar que nunca va a caer en un mal proceder (1 Cor. 10:12). Inclusive el apóstol Pablo reconoció que cometía errores (léase Romanos 7:21-25). Es entonces
cuando debe venirnos a la mente el nuevo pacto. Un aspecto esencial de
este sería que Dios no recordaría los pecados. ¡Qué beneficio tan
singular! El propio Jeremías debió de sentirse emocionado, y nosotros
también podemos sentirnos igual si aprendemos más sobre el nuevo pacto y
sus beneficios.
cuando debe venirnos a la mente el nuevo pacto. Un aspecto esencial de
este sería que Dios no recordaría los pecados. ¡Qué beneficio tan
singular! El propio Jeremías debió de sentirse emocionado, y nosotros
también podemos sentirnos igual si aprendemos más sobre el nuevo pacto y
sus beneficios.
¿Por qué instituyó Dios un nuevo pacto?
¿QUÉ ES EL NUEVO PACTO?
8, 9. ¿Cuál fue el precio que pagó Jehová para hacer posible el perdón de los pecados?
8 A medida que conocemos mejor a Jehová, percibimos cada vez más lo bueno y misericordioso que es con la humanidad imperfecta (Sal. 103:13, 14). Con el anuncio del nuevo pacto, Jeremías destacó que Jehová ‘perdonaría el error’ y no recordaría más el pecado (Jer. 31:34). “¿Cómo lo hará?”, quizás se haya preguntado el profeta. Al oír la palabra pacto, Jeremías
podía al menos deducir que Dios establecería un acuerdo o contrato con
los seres humanos, mediante el cual, de alguna manera, llevaría a cabo
lo que le había inspirado a escribir, incluido el perdón. Eso sí, no se
sabrían más detalles hasta que Jehová hiciera mayores revelaciones sobre
su propósito y lo que haría el Mesías.
podía al menos deducir que Dios establecería un acuerdo o contrato con
los seres humanos, mediante el cual, de alguna manera, llevaría a cabo
lo que le había inspirado a escribir, incluido el perdón. Eso sí, no se
sabrían más detalles hasta que Jehová hiciera mayores revelaciones sobre
su propósito y lo que haría el Mesías.
9 Tal
vez hayamos visto a padres que miman a sus hijos y no los disciplinan.
¿Esperaríamos que Jehová actuara igual? En absoluto. Y eso se ve claro
por la manera como entró en vigor el nuevo pacto. En vez de borrar los
pecados de un plumazo, Dios escrupulosamente se ajustó a su norma de
justicia y, a pesar del elevado precio, suministró el fundamento legal
para el perdón de pecados. Lo podemos comprender mejor si nos fijamos en lo que escribió el apóstol Pablo (léase Hebreos 9:15, 22, 28). Él mencionó
“la liberación [...] por rescate” y dijo que “a menos que se derrame
sangre no se efectúa ningún perdón”. En el caso del nuevo pacto, no se
trataba de la sangre de toros o machos cabríos que se ofrecía por
mandato de la Ley. El nuevo pacto se validó con la sangre de Jesús.
Basándose en este sacrificio perfecto, Jehová podía ‘perdonar el error y
el pecado’ para siempre (Hech. 2:38; 3:19).
Pero ¿quiénes entrarían en este nuevo pacto y obtendrían el perdón?
No la nación judía. Jesús dijo que Dios rechazaría a los judíos, que
ofrecían sacrificios animales según la Ley, y pactaría con otra nación (Mat. 21:43; Hech. 3:13-15).
Aquella nación resultó ser “el Israel de Dios”, compuesto de cristianos
ungidos con espíritu santo. Sencillamente, el pacto de la Ley implicó a
Dios y al Israel natural, mientras que el nuevo pacto se establece
entre Jehová y el Israel espiritual, con Jesús de Mediador (Gál. 6:16; Rom. 9:6).
vez hayamos visto a padres que miman a sus hijos y no los disciplinan.
¿Esperaríamos que Jehová actuara igual? En absoluto. Y eso se ve claro
por la manera como entró en vigor el nuevo pacto. En vez de borrar los
pecados de un plumazo, Dios escrupulosamente se ajustó a su norma de
justicia y, a pesar del elevado precio, suministró el fundamento legal
para el perdón de pecados. Lo podemos comprender mejor si nos fijamos en lo que escribió el apóstol Pablo (léase Hebreos 9:15, 22, 28). Él mencionó
“la liberación [...] por rescate” y dijo que “a menos que se derrame
sangre no se efectúa ningún perdón”. En el caso del nuevo pacto, no se
trataba de la sangre de toros o machos cabríos que se ofrecía por
mandato de la Ley. El nuevo pacto se validó con la sangre de Jesús.
Basándose en este sacrificio perfecto, Jehová podía ‘perdonar el error y
el pecado’ para siempre (Hech. 2:38; 3:19).
Pero ¿quiénes entrarían en este nuevo pacto y obtendrían el perdón?
No la nación judía. Jesús dijo que Dios rechazaría a los judíos, que
ofrecían sacrificios animales según la Ley, y pactaría con otra nación (Mat. 21:43; Hech. 3:13-15).
Aquella nación resultó ser “el Israel de Dios”, compuesto de cristianos
ungidos con espíritu santo. Sencillamente, el pacto de la Ley implicó a
Dios y al Israel natural, mientras que el nuevo pacto se establece
entre Jehová y el Israel espiritual, con Jesús de Mediador (Gál. 6:16; Rom. 9:6).
10. a) ¿Quién es el “brote” de David? b) ¿Cómo nos beneficia lo que hizo el “brote”?
10 Jeremías llamó apropiadamente al futuro Mesías el “brote”
de David. Mientras Jeremías servía de profeta, el árbol genealógico de
David todavía estaba cortado; sin embargo, su tocón no estaba muerto. Al
debido tiempo, Jesús nacería en el seno de una familia del linaje real
de David y se le llamaría “Jehová Es Nuestra Justicia”, destacando así
el profundo interés de Dios en dicha cualidad (léase Jeremías 23:5, 6). Jehová
permitió que su Hijo unigénito sufriera y muriera en la Tierra; ahora,
en armonía con la justicia, podía aplicar el valor del sacrificio del
“brote” de David como base para el perdón (Jer. 33:15).
Esto allanó el camino para que algunos seres humanos fueran declarados
“justos para vida” y ungidos con espíritu santo a fin de ser incluidos
en el nuevo pacto. Otra prueba más del interés divino en la justicia es
que incluso aquellos que no participan directamente en este pacto pueden
beneficiarse de él, como veremos a continuación (Rom. 5:18).
de David. Mientras Jeremías servía de profeta, el árbol genealógico de
David todavía estaba cortado; sin embargo, su tocón no estaba muerto. Al
debido tiempo, Jesús nacería en el seno de una familia del linaje real
de David y se le llamaría “Jehová Es Nuestra Justicia”, destacando así
el profundo interés de Dios en dicha cualidad (léase Jeremías 23:5, 6). Jehová
permitió que su Hijo unigénito sufriera y muriera en la Tierra; ahora,
en armonía con la justicia, podía aplicar el valor del sacrificio del
“brote” de David como base para el perdón (Jer. 33:15).
Esto allanó el camino para que algunos seres humanos fueran declarados
“justos para vida” y ungidos con espíritu santo a fin de ser incluidos
en el nuevo pacto. Otra prueba más del interés divino en la justicia es
que incluso aquellos que no participan directamente en este pacto pueden
beneficiarse de él, como veremos a continuación (Rom. 5:18).
11. a) ¿Sobre qué se escribe la ley del nuevo pacto? b) ¿Por qué les interesa a las “otras ovejas” la ley del nuevo pacto?
11 ¿Qué
otras características distintivas tiene el nuevo pacto? Una diferencia
fundamental entre este y el de la Ley mosaica es el material sobre el
que fueron escritos (léase Jeremías 31:33). Los
Diez Mandamientos del pacto de la Ley fueron escritos en tablas de
piedra, que finalmente desaparecieron. Por otro lado, Jeremías profetizó
que la ley del nuevo pacto se escribiría en corazones humanos y
no tendría fin. Los cristianos ungidos, participantes de este nuevo
pacto, valoran muchísimo esta ley. ¿Y cómo la ven quienes no están
directamente implicados en el nuevo pacto, las “otras ovejas”, que
tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra? (Juan 10:16.) Estos también se deleitan en la ley de Dios. En cierto sentido son como los residentes forasteros de Israel, quienes aceptaron la Ley de Moisés y se beneficiaron de ella (Lev. 24:22; Núm. 15:15).
otras características distintivas tiene el nuevo pacto? Una diferencia
fundamental entre este y el de la Ley mosaica es el material sobre el
que fueron escritos (léase Jeremías 31:33). Los
Diez Mandamientos del pacto de la Ley fueron escritos en tablas de
piedra, que finalmente desaparecieron. Por otro lado, Jeremías profetizó
que la ley del nuevo pacto se escribiría en corazones humanos y
no tendría fin. Los cristianos ungidos, participantes de este nuevo
pacto, valoran muchísimo esta ley. ¿Y cómo la ven quienes no están
directamente implicados en el nuevo pacto, las “otras ovejas”, que
tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra? (Juan 10:16.) Estos también se deleitan en la ley de Dios. En cierto sentido son como los residentes forasteros de Israel, quienes aceptaron la Ley de Moisés y se beneficiaron de ella (Lev. 24:22; Núm. 15:15).
12, 13. a) ¿Qué es la ley del nuevo
pacto? b) Bajo “la ley del Cristo”, ¿por qué no nos sentimos
coaccionados para servir a Dios?
pacto? b) Bajo “la ley del Cristo”, ¿por qué no nos sentimos
coaccionados para servir a Dios?
12 ¿Cómo
responderíamos si se nos preguntara qué es esta ley inscrita en el
corazón de los cristianos ungidos? A esta ley también se la llama “la
ley del Cristo”, y fue dada primero a los israelitas espirituales, los
que están en el nuevo pacto (Gál. 6:2; Rom. 2:28, 29). Esta ley se puede sintetizar en una palabra: amor (Mat. 22:36-39).
¿Cómo se graba en el corazón de los ungidos? Principalmente mediante la
oración y el estudio de la Palabra de Dios. Por lo tanto, estos
aspectos de la adoración verdadera deben ser un hábito diario de todos
los cristianos, incluso de los que no intervienen en el nuevo pacto pero
quieren beneficiarse de él.
responderíamos si se nos preguntara qué es esta ley inscrita en el
corazón de los cristianos ungidos? A esta ley también se la llama “la
ley del Cristo”, y fue dada primero a los israelitas espirituales, los
que están en el nuevo pacto (Gál. 6:2; Rom. 2:28, 29). Esta ley se puede sintetizar en una palabra: amor (Mat. 22:36-39).
¿Cómo se graba en el corazón de los ungidos? Principalmente mediante la
oración y el estudio de la Palabra de Dios. Por lo tanto, estos
aspectos de la adoración verdadera deben ser un hábito diario de todos
los cristianos, incluso de los que no intervienen en el nuevo pacto pero
quieren beneficiarse de él.
13 “La ley del Cristo” también es denominada “la ley perfecta que pertenece a la libertad” y “la ley de un pueblo libre” (Sant. 1:25; 2:12).
Muchos nacieron bajo la Ley de Moisés, pero nadie nace bajo el nuevo
pacto o bajo la ley de Cristo. Quienes se sujetan a la ley de Cristo
no sirven a Dios por coacción; más bien, se alegran de saber que la ley
de Dios puede ser grabada en su corazón y que los eternos beneficios del pacto profetizado por Jeremías están al alcance de toda la humanidad.
Muchos nacieron bajo la Ley de Moisés, pero nadie nace bajo el nuevo
pacto o bajo la ley de Cristo. Quienes se sujetan a la ley de Cristo
no sirven a Dios por coacción; más bien, se alegran de saber que la ley
de Dios puede ser grabada en su corazón y que los eternos beneficios del pacto profetizado por Jeremías están al alcance de toda la humanidad.
¿Cómo hizo posible Dios el perdón mediante el nuevo pacto? ¿Cómo aprendemos sobre la ley que se escribe en los corazones?
BENEFICIARIOS DEL NUEVO PACTO
14. ¿Quiénes, obviamente, se benefician del nuevo pacto?
14 Al
saber que los 144.000 son una parte integrante del nuevo pacto, hay
quienes han pensado que ellos son los únicos beneficiarios. Tal vez
lleguen a esa conclusión porque son solo los ungidos quienes han de
participar de los emblemas en la Conmemoración anual de la muerte de
Cristo, donde el vino representa la “sangre del pacto” (Mar. 14:24).
No obstante, recordemos que quienes entran en el nuevo pacto son, junto
con Jesús, la “descendencia” de Abrahán, mediante la cual se bendecirán
todas las naciones (Gál. 3:8, 9, 29; Gén. 12:3).
Con el nuevo pacto, Jehová cumplirá, de un modo u otro, su promesa de
bendecir a toda la humanidad mediante la “descendencia” de Abrahán.
saber que los 144.000 son una parte integrante del nuevo pacto, hay
quienes han pensado que ellos son los únicos beneficiarios. Tal vez
lleguen a esa conclusión porque son solo los ungidos quienes han de
participar de los emblemas en la Conmemoración anual de la muerte de
Cristo, donde el vino representa la “sangre del pacto” (Mar. 14:24).
No obstante, recordemos que quienes entran en el nuevo pacto son, junto
con Jesús, la “descendencia” de Abrahán, mediante la cual se bendecirán
todas las naciones (Gál. 3:8, 9, 29; Gén. 12:3).
Con el nuevo pacto, Jehová cumplirá, de un modo u otro, su promesa de
bendecir a toda la humanidad mediante la “descendencia” de Abrahán.
15. ¿Qué función se predijo que desempeñarán los ungidos?
15 Jesucristo,
la parte principal de la descendencia de Abrahán, sirve de Sumo
Sacerdote y suministra el sacrificio perfecto que posibilita el perdón
de los errores y pecados (léase Hebreos 2:17, 18). Con todo, Dios había predicho tiempo atrás la formación de “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxo. 19:6).
En el Israel natural, los sacerdotes pertenecían a una tribu, y los
reyes, a otra. Entonces, ¿cómo surgiría esta nación de reyes y
sacerdotes? El apóstol Pedro escribió su primera carta a quienes habían
sido santificados por el espíritu (1 Ped. 1:1, 2). Los llamó “un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial” (1 Ped. 2:9).
Bajo el nuevo pacto, los cristianos ungidos servirán de subsacerdotes.
Pensemos en lo que esto supone. Todos los días tenemos que luchar contra
la influencia del pecado, que aún ‘reina’. Pues bien, como los
subsacerdotes habrán pasado por circunstancias semejantes a las
nuestras, sabrán cómo se siente uno cuando comete errores y lo atenaza
el sentimiento de culpa (Rom. 5:21). Así que junto con Cristo, nos ayudarán con compasión a superar las tendencias pecaminosas.
la parte principal de la descendencia de Abrahán, sirve de Sumo
Sacerdote y suministra el sacrificio perfecto que posibilita el perdón
de los errores y pecados (léase Hebreos 2:17, 18). Con todo, Dios había predicho tiempo atrás la formación de “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxo. 19:6).
En el Israel natural, los sacerdotes pertenecían a una tribu, y los
reyes, a otra. Entonces, ¿cómo surgiría esta nación de reyes y
sacerdotes? El apóstol Pedro escribió su primera carta a quienes habían
sido santificados por el espíritu (1 Ped. 1:1, 2). Los llamó “un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial” (1 Ped. 2:9).
Bajo el nuevo pacto, los cristianos ungidos servirán de subsacerdotes.
Pensemos en lo que esto supone. Todos los días tenemos que luchar contra
la influencia del pecado, que aún ‘reina’. Pues bien, como los
subsacerdotes habrán pasado por circunstancias semejantes a las
nuestras, sabrán cómo se siente uno cuando comete errores y lo atenaza
el sentimiento de culpa (Rom. 5:21). Así que junto con Cristo, nos ayudarán con compasión a superar las tendencias pecaminosas.
16. ¿Qué ánimo puede obtener de Revelación 7:9, 14 la “gran muchedumbre”?
16 En Revelación 7:9, 14
se ve a la “gran muchedumbre” que va “vestid[a] de largas ropas
blancas”, símbolo de una posición limpia ante Dios. Con el objetivo de
sobrevivir a “la gran tribulación”, esta multitud ya está formándose;
por lo tanto, sus integrantes obtienen desde ahora cierto grado de
justicia ante Jehová. Se les declara justos como sus amigos (Rom. 4:2, 3; Sant. 2:23).
¡Qué enorme beneficio! Si somos parte de la gran muchedumbre, tengamos
la seguridad de que Dios nos ayudará en la lucha por permanecer limpios a
sus ojos.
se ve a la “gran muchedumbre” que va “vestid[a] de largas ropas
blancas”, símbolo de una posición limpia ante Dios. Con el objetivo de
sobrevivir a “la gran tribulación”, esta multitud ya está formándose;
por lo tanto, sus integrantes obtienen desde ahora cierto grado de
justicia ante Jehová. Se les declara justos como sus amigos (Rom. 4:2, 3; Sant. 2:23).
¡Qué enorme beneficio! Si somos parte de la gran muchedumbre, tengamos
la seguridad de que Dios nos ayudará en la lucha por permanecer limpios a
sus ojos.
17. ¿En qué sentido no ‘se acuerda’ más Jehová de los pecados?
17 ¿Qué
ocurre con los pecados de quienes tienen el favor de Dios? Como se
mencionó antes, Jehová dijo por medio de Jeremías: “Perdonaré su error, y
no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:34).
Dios hace esto con los ungidos en virtud del sacrificio de Jesús.
Igualmente, puede perdonar los pecados de la gran muchedumbre gracias a
la misma “sangre del pacto”. El que Jeremías dijera que Dios no ‘se
acordaría’ más de los pecados no significa que perdería la memoria y ya
no podría recordarlos. Más
bien, indica que él echa los pecados tras sus espaldas una vez que ha
administrado la disciplina necesaria y ha perdonado al pecador
arrepentido. Pensemos en los pecados que cometió el rey David
relacionados con Bat-seba y Urías. David recibió disciplina y sufrió las
consecuencias (2 Sam. 11:4, 15, 27; 12:9-14; Isa. 38:17). Sin embargo, Dios no siguió imputándole sus pecados (léase 2 Crónicas 7:17, 18). Como se señala en el nuevo pacto, una vez que él perdona los pecados mediante el sacrificio de Jesús, ya no los recuerda más (Eze. 18:21, 22).
ocurre con los pecados de quienes tienen el favor de Dios? Como se
mencionó antes, Jehová dijo por medio de Jeremías: “Perdonaré su error, y
no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:34).
Dios hace esto con los ungidos en virtud del sacrificio de Jesús.
Igualmente, puede perdonar los pecados de la gran muchedumbre gracias a
la misma “sangre del pacto”. El que Jeremías dijera que Dios no ‘se
acordaría’ más de los pecados no significa que perdería la memoria y ya
no podría recordarlos. Más
bien, indica que él echa los pecados tras sus espaldas una vez que ha
administrado la disciplina necesaria y ha perdonado al pecador
arrepentido. Pensemos en los pecados que cometió el rey David
relacionados con Bat-seba y Urías. David recibió disciplina y sufrió las
consecuencias (2 Sam. 11:4, 15, 27; 12:9-14; Isa. 38:17). Sin embargo, Dios no siguió imputándole sus pecados (léase 2 Crónicas 7:17, 18). Como se señala en el nuevo pacto, una vez que él perdona los pecados mediante el sacrificio de Jesús, ya no los recuerda más (Eze. 18:21, 22).
18, 19. ¿Qué lección sobre el perdón encierra el nuevo pacto?
18 Por
consiguiente, el nuevo pacto subraya una maravillosa cualidad de Jehová
en sus tratos con los seres humanos imperfectos, tanto los ungidos, que
entran en el pacto, como los que tienen una esperanza terrestre.
Podemos confiar en que una vez que Jehová perdona nuestros pecados, ya
no vuelve a sacarlos a colación. De modo que la promesa de Dios sobre el
nuevo pacto encierra una lección para cada uno de nosotros. Debemos
preguntarnos: “¿Procuro imitar a Jehová no sacando a relucir los errores
de los demás, ofensas que he dicho que ya he perdonado?” (Mat. 6:14, 15).
Esta enseñanza se hace extensiva tanto a ofensas de poca monta como a
asuntos muy importantes, como el caso de que un cónyuge cristiano haya
cometido adulterio, que es un pecado. Si el cónyuge inocente decide
aceptar el arrepentimiento del culpable, no debe ‘acordarse más de su
pecado’. Quizás no sea fácil echar los errores ajenos tras las espaldas,
pero esta es una manera de imitar a Jehová.*
consiguiente, el nuevo pacto subraya una maravillosa cualidad de Jehová
en sus tratos con los seres humanos imperfectos, tanto los ungidos, que
entran en el pacto, como los que tienen una esperanza terrestre.
Podemos confiar en que una vez que Jehová perdona nuestros pecados, ya
no vuelve a sacarlos a colación. De modo que la promesa de Dios sobre el
nuevo pacto encierra una lección para cada uno de nosotros. Debemos
preguntarnos: “¿Procuro imitar a Jehová no sacando a relucir los errores
de los demás, ofensas que he dicho que ya he perdonado?” (Mat. 6:14, 15).
Esta enseñanza se hace extensiva tanto a ofensas de poca monta como a
asuntos muy importantes, como el caso de que un cónyuge cristiano haya
cometido adulterio, que es un pecado. Si el cónyuge inocente decide
aceptar el arrepentimiento del culpable, no debe ‘acordarse más de su
pecado’. Quizás no sea fácil echar los errores ajenos tras las espaldas,
pero esta es una manera de imitar a Jehová.*
19 Esta
lección que se desprende del nuevo pacto es también aplicable al caso
de alguien que estuvo expulsado pero que se arrepintió y fue readmitido
en la congregación. ¿Cómo reaccionaríamos si tal persona nos hubiera
defraudado o difamado de alguna manera? Ahora que vuelve a ser parte de
la congregación, ¿cómo influirá en nuestra manera de pensar y actuar lo
que dice Jeremías 31:34? ¿La perdonaremos y no volveremos a sacar a relucir su falta? (2 Cor. 2:6-8.) Eso es algo que todos los que apreciamos el valor del nuevo pacto debemos poner en práctica.
lección que se desprende del nuevo pacto es también aplicable al caso
de alguien que estuvo expulsado pero que se arrepintió y fue readmitido
en la congregación. ¿Cómo reaccionaríamos si tal persona nos hubiera
defraudado o difamado de alguna manera? Ahora que vuelve a ser parte de
la congregación, ¿cómo influirá en nuestra manera de pensar y actuar lo
que dice Jeremías 31:34? ¿La perdonaremos y no volveremos a sacar a relucir su falta? (2 Cor. 2:6-8.) Eso es algo que todos los que apreciamos el valor del nuevo pacto debemos poner en práctica.
¿Cómo podemos poner en práctica la lección sobre el perdón que se desprende del nuevo pacto?
BENDICIONES PRESENTES Y FUTURAS DEL NUEVO PACTO
20. ¿En qué se diferencia nuestra actitud de la de muchos judíos del tiempo de Jeremías?
20 En los días de Jeremías, muchos judíos en realidad decían: “Jehová no hará bien, y no hará mal” (Sof. 1:12).
Aunque poseían ciertos conocimientos de quién y cómo es Jehová,
pensaban que él no iba a actuar y que tampoco esperaba que ellos
vivieran a la altura de norma alguna. Nosotros, en cambio, sabemos que
nada escapa a los ojos de Dios; le tenemos un temor reverente y de
ningún modo queremos hacer nada malo (Jer. 16:17).
Al mismo tiempo, sabemos que Jehová es un Padre benevolente, que ve
nuestras buenas obras, sea que otros se percaten de ellas o no (2 Cró. 16:9).
Aunque poseían ciertos conocimientos de quién y cómo es Jehová,
pensaban que él no iba a actuar y que tampoco esperaba que ellos
vivieran a la altura de norma alguna. Nosotros, en cambio, sabemos que
nada escapa a los ojos de Dios; le tenemos un temor reverente y de
ningún modo queremos hacer nada malo (Jer. 16:17).
Al mismo tiempo, sabemos que Jehová es un Padre benevolente, que ve
nuestras buenas obras, sea que otros se percaten de ellas o no (2 Cró. 16:9).
21, 22. ¿Por qué ya no hace falta que alguien nos inste a ‘conocer a Jehová’?
21 Otro aspecto importante del nuevo pacto es el siguiente: “Pondré
mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré. Y ciertamente
llegaré a ser su Dios [...]. Y ya no enseñarán cada uno a su compañero y
cada uno a su hermano, diciendo: ‘¡Conozcan a Jehová!’, porque todos
ellos me conocerán” (Jer. 31:33, 34). Los ungidos que hoy viven en la Tierra han demostrado que tienen la ley de Dios en su interior. Aman las verdades contenidas en
ella en vez de confiar en las doctrinas de los hombres y han
transmitido felices el conocimiento bíblico a quienes forman la gran
muchedumbre. Así, estos que tienen la esperanza de vivir en la Tierra
también han llegado a conocer y amar a Jehová. Se someten
voluntariamente a su dirección y confían en sus promesas. De seguro
usted es uno de ellos, pues conoce bien a Dios y tiene una relación
personal con él. ¿No es este otro gran beneficio?
mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré. Y ciertamente
llegaré a ser su Dios [...]. Y ya no enseñarán cada uno a su compañero y
cada uno a su hermano, diciendo: ‘¡Conozcan a Jehová!’, porque todos
ellos me conocerán” (Jer. 31:33, 34). Los ungidos que hoy viven en la Tierra han demostrado que tienen la ley de Dios en su interior. Aman las verdades contenidas en
ella en vez de confiar en las doctrinas de los hombres y han
transmitido felices el conocimiento bíblico a quienes forman la gran
muchedumbre. Así, estos que tienen la esperanza de vivir en la Tierra
también han llegado a conocer y amar a Jehová. Se someten
voluntariamente a su dirección y confían en sus promesas. De seguro
usted es uno de ellos, pues conoce bien a Dios y tiene una relación
personal con él. ¿No es este otro gran beneficio?
22 ¿Cómo
ha fortalecido usted su relación con Jehová? Sin duda, recuerda
ocasiones en que vio contestadas sus oraciones; como resultado de tales
experiencias, aumentó su aprecio por la clase de Dios que es. O quizás
percibió su ayuda cuando le vino a la mente un pasaje bíblico que lo
animó a luchar contra la adversidad. Pues bien, atesore tales vivencias.
Si sigue estudiando su Palabra, conocerá mejor a Dios, lo cual lo
beneficiará indefinidamente.
ha fortalecido usted su relación con Jehová? Sin duda, recuerda
ocasiones en que vio contestadas sus oraciones; como resultado de tales
experiencias, aumentó su aprecio por la clase de Dios que es. O quizás
percibió su ayuda cuando le vino a la mente un pasaje bíblico que lo
animó a luchar contra la adversidad. Pues bien, atesore tales vivencias.
Si sigue estudiando su Palabra, conocerá mejor a Dios, lo cual lo
beneficiará indefinidamente.
23. ¿Cómo nos ayuda a librarnos de sentimientos inquietantes el conocer a Jehová?
23 Ligada
al nuevo pacto viene, además, otra ventaja de la que podemos disfrutar
ahora. Saber que Jehová perdona según las reglas del nuevo pacto
contribuirá a que nos libremos de los persistentes sentimientos de
culpa. Por ejemplo, una mujer que se practicó un aborto antes de conocer
las normas divinas pudiera sentirse abatida porque acabó con la vida de
un nuevo ser. Otros se sienten así porque mataron gente en algún
conflicto bélico. El sacrificio redentor de Jesús —esencial para el
nuevo pacto— suministra la base para el perdón de los que se arrepienten
de verdad. Así las cosas, ¿no debería esto convencernos de que si
Jehová nos ha perdonado, considera cerrado el caso? No tenemos por qué
seguir pensando en los pecados que Jehová ha perdonado por completo.
al nuevo pacto viene, además, otra ventaja de la que podemos disfrutar
ahora. Saber que Jehová perdona según las reglas del nuevo pacto
contribuirá a que nos libremos de los persistentes sentimientos de
culpa. Por ejemplo, una mujer que se practicó un aborto antes de conocer
las normas divinas pudiera sentirse abatida porque acabó con la vida de
un nuevo ser. Otros se sienten así porque mataron gente en algún
conflicto bélico. El sacrificio redentor de Jesús —esencial para el
nuevo pacto— suministra la base para el perdón de los que se arrepienten
de verdad. Así las cosas, ¿no debería esto convencernos de que si
Jehová nos ha perdonado, considera cerrado el caso? No tenemos por qué
seguir pensando en los pecados que Jehová ha perdonado por completo.
24. ¿Qué ánimo podemos obtener de Jeremías 31:20?
24 Contamos con una descripción gráfica del perdón de Dios en Jeremías 31:20 (léase). Decenios
antes de nacer Jeremías, Jehová castigó a Israel, el reino del norte
—representado por Efraín, la más importante de sus diez tribus—, por su
idolatría. Los israelitas fueron desterrados; no obstante, Dios estaba
muy unido a ellos y les mostró un gran cariño. Aún los amaba como si
fueran “un niño acariciado”, o predilecto. Cuando pensaba en ellos, sus
intestinos se ‘alborotaban’, en el sentido de que se conmovía
profundamente. Este relato, que forma parte del contexto en el que se
presenta el nuevo pacto, señala lo magnánimo que es Jehová con aquellos
que se arrepienten de su mala conducta.
antes de nacer Jeremías, Jehová castigó a Israel, el reino del norte
—representado por Efraín, la más importante de sus diez tribus—, por su
idolatría. Los israelitas fueron desterrados; no obstante, Dios estaba
muy unido a ellos y les mostró un gran cariño. Aún los amaba como si
fueran “un niño acariciado”, o predilecto. Cuando pensaba en ellos, sus
intestinos se ‘alborotaban’, en el sentido de que se conmovía
profundamente. Este relato, que forma parte del contexto en el que se
presenta el nuevo pacto, señala lo magnánimo que es Jehová con aquellos
que se arrepienten de su mala conducta.
25. ¿Qué razones tenemos para estar agradecidos a Jehová por el nuevo pacto?
25 La
promesa de Jehová de perdonar los pecados mediante el nuevo pacto se
habrá cumplido en toda su extensión al fin del Reinado Milenario de
Cristo. Jesucristo y los 144.000 subsacerdotes habrán restaurado a la
perfección a los seres humanos fieles. Quienes superen la prueba final
llegarán a ser miembros de pleno derecho de la familia universal de
Jehová (léase Romanos 8:19-22). Por
siglos, la humanidad se ha quejado por la aplastante carga del pecado,
pero entonces “tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios”,
libertad del pecado y la muerte. Por lo tanto, tenga la certeza de que
usted puede obtener mediante la amorosa disposición del nuevo pacto
abundantes bendiciones presentes y futuras. Gracias al “brote” de David,
podrá disfrutar de “justicia en la tierra” (Jer. 33:15).
promesa de Jehová de perdonar los pecados mediante el nuevo pacto se
habrá cumplido en toda su extensión al fin del Reinado Milenario de
Cristo. Jesucristo y los 144.000 subsacerdotes habrán restaurado a la
perfección a los seres humanos fieles. Quienes superen la prueba final
llegarán a ser miembros de pleno derecho de la familia universal de
Jehová (léase Romanos 8:19-22). Por
siglos, la humanidad se ha quejado por la aplastante carga del pecado,
pero entonces “tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios”,
libertad del pecado y la muerte. Por lo tanto, tenga la certeza de que
usted puede obtener mediante la amorosa disposición del nuevo pacto
abundantes bendiciones presentes y futuras. Gracias al “brote” de David,
podrá disfrutar de “justicia en la tierra” (Jer. 33:15).
¿Cómo nos beneficia el nuevo pacto ahora y en el futuro?
La disposición de Dios a perdonar se ejemplificó en el trato que le dio Oseas a Gómer. Véanse los comentarios sobre Oseas 2:14-16 que aparecen en Vivamos muy pendientes del día de Jehová, páginas 128 a 130.
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