Siguiendo sus Pisadas
ESTUDIO 2:
EL CARÁCTER DEL CREYENTE
Pasaje: Mateo 5:1-12.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
1. Conocer las características personales que deben manifestarse en los creyentes,
expresadas en las ocho bienaventuranzas.
2. Entender que el concepto espiritual difiere absolutamente del concepto general del
mundo sobre la verdadera felicidad.
3. Conocer el significado de cada una de las ocho condiciones para ser bienaventurado.
4. Contrastar esas demandas con la vida personal y actuar en consecuencia.
TAREAS
1. Dedicar tiempo a la oración antes y después del estudio, pidiendo la ayuda y
dirección del Señor sobre el mismo y su posterior aplicación.
2. Leer varias veces el pasaje que se estudia y, si es posible, en versiones distintas.
3. Sin ningún tipo de ayuda, estudiar el pasaje y anotar las conclusiones que se
alcancen en el estudio.
4. Volver a estudiarlo con ayuda de las notas y contrastar los resultados.
5. Responder a las preguntas de repaso.
INTRODUCCIÓN
Dentro de las "enseñanzas de Jesús" merecen atención especial las destinadas a la formación
de sus discípulos, y en ellas las comprendidas en lo que suele llamarse "El sermón del monte".
En esa enseñanza, el Señor hizo énfasis en las diferencias que hay entre el creyente nominal y el
verdadero. Este pertenece al "Reino de los cielos" y es hijo de Dios. Los otros, pretenden serlo,
pero son desconocidos en ese sentido por el Señor. Quien está en el reino -espiritualmente en
este tiempo- ha de manifestar las condiciones personales que acrediten esa realidad espiritual.
El Señor señala esas condiciones diciendo que además de manifestar la condición de los
creyentes como tales, son la razón de la felicidad íntima de cada uno de ellos. Todas las
condiciones para ser bienaventurado, son diametralmente opuestas al concepto de felicidad que
hay en el mundo. Nadie diría que es feliz la persona que llora, ni el que es pobre en espíritu y,
mucho menos, los que están sufriendo. Sin embargo la realidad de los tales es contraria al
pensamiento del mundo, porque esencialmente no son del mundo.
Los creyentes marcan una diferencia notoria con los religiosos en su intimidad espiritual. Los
religiosos de los tiempos de Cristo se esforzaban por un cumplimiento externo de la Ley y
aparentaban con sus vidas la aprobación de Dios sobre ellos. Todo su sistema religioso se hacía
para "ser vistos de las gentes". Los hombres consideraban sus actos y los tenían por piadosos.
Sin embargo, la verdadera piedad no consiste en apariencias externas, sino en realidades
internas, que conducen a una determinada manera de ver, entender y actuar en la vida. El
mensaje de Cristo en la proclamación del evangelio, conducía a las gentes a un arrepentimiento
que se manifestaba en frutos, esto es, en una conducta concreta como resultado y expresión de la
fe. Esos son los principios del "Reino de los cielos" o "Reino de Dios", que han de ser vistos
en los que son sus súbditos. En ese contexto deben entenderse las enseñanzas del "Sermón del
Monte". La justicia de los escribas y fariseos no era suficiente para entrar al reino (5:20). Jesús
enseña cuales son las características personales y el modo de vida de aquellos que han sido
justificados por fe y están en el reino.
I. INTRODUCCIÓN AL SERMÓN DEL MONTE (Mt. 5:1-2; Lc. 6:20-23).
1. El entorno del Sermón del Monte.
1.1. Retirándose de la multitud (Mt. 5:1).
1.1.1. "Viendo la multitud, subió el monte"
1.1.2. Las multitudes entorno a Cristo (4:25).
(1) Había pasado los primeros meses de ministerio recorriendo Galilea,
enseñando en las sinagogas (4:23).
(2) Durante ese tiempo sanó a muchos enfermos (4:23b).
(3) Su fama saltó las fronteras de Israel (4:24a).
(4) Las multitudes le buscaban trayendo a los necesitados a Él (4:24b).
a) Los que tenían dolencias, enfermedades mas leves.
b) Los enfermos más graves o crónicos.
c) Los endemoniados.
d) Los epilépticos, "lunáticos".
(5) Jesús sanó a todos los que le fueron traídos.
(6) El Maestro rodeado constantemente por multitudes (4:25).
a) Del Norte: Galilea.
b) De Decápolis: área de las diez ciudades al sur del Mar de Galilea.
c) De Jerusalén.
d) Del Sur: Judea.
e) De trasjordania: al éste del Jordán.
1.1.3. El Señor se retiró al monte para estar solo, para poder orar y para instruir
a sus discípulos.
1.2. El Maestro y los discípulos.
1.2.1. "Y sentándose vinieron a Él sus discípulos"
1.2.2. Tal vez el Señor estuvo solo en el monte y luego descendió a un lugar
llano en la montaña (Lc. 6:17).
(1) Estuvo solo orando toda la noche (Lc. 6:12).
(2) Escogió al grupo de los doce (Lc. 6:13).
(3) Descendió con ellos a un lugar llano, una meseta en el monte.
1.2.3. Una multitud se unió a Él y a sus discípulos (Lc. 6:17).
1.2.4. El Señor sentado adoptó el modo habitual de los maestros de su tiempo.
2. El Maestro enseñando (5:2).
2.1. La razón del sermón.
2.1.1. "Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo"
2.1.2. Los primeros destinatarios de la enseñanza eran los discípulos.
2.1.3. En segundo lugar la misma enseñanza era para las gentes.
3. Identidad del relato de Mateo y Lucas.
3.1. El detalle del sermón en el evangelio según Lucas (Lc. 6:17-49).
3.2. Aparente diferencias entre los dos relatos
3.2.1. El sermón de Mateo tuvo lugar en el monte, el de Lucas en el llano (Mt. 5:1; Lc.
6:17).
(1) La solución a la aparente diferencia está apuntada antes (ver notas en el
párrafo 1.2.2.).
(2) No hay discrepancia en esto entre los dos relatos.
3.2.2. El texto de Mateo es más extenso que el de Lucas.
(1) 107 versículos en Mateo y 30 versículos en Lucas.
(2) Hay diferentes materiales entre un texto y otro.
(3) Tampoco justifica que sean relatos distintos, puesto que cualquier narración
paralela presenta diferencias en detalles que están en una y faltan en otra.
3.3. Elementos de identidad entre ambos relatos.
3.3.1. Los dos comienza con las "bienaventuranzas" (Mt. 5:3-12; Lc. 6:20-23).
(1) Las bienaventuranzas comienzan y terminan de la misma forma (Mt. 5:3; Lc.
6:20; Mt. 5:10-12; Lc. 6:22-23).
3.3.2. La parábola de los dos cimientos es la misma forma de conclusión del sermón,
tanto en Mateo como en Lucas (Mt. 7:24-27; Lc. 6:47-49).
3.3.3. Otras coincidencias en los dos relatos.
(1) El amor a todos como regla de vida (Mt. 5:43-48; Lc. 6:27-28).
(2) La no resistencia (Mt. 5:38-42; Lc. 6:29-31).
(3) No juzgar (Mt. 7:1-5; Lc. 6:37).
(4) La ley de la recompensa (Mt. 7:2; Lc. 6:38).
(5) La ilustración de la viga y la paja en el ojo (Mt. 7:3; Lc. 6:41-42).
(6) La ilustración del árbol y del fruto (Mt. 7:16, 20; Lc. 6:43-44).
(7) La exhortación sobre una piedad aparente (Mt. 7:24-27; Lc. 6:46).
3.4. Los elementos comunes junto con la identidad del inicio y fin del sermón, sugieren que
es el mismo en dos relatos diferentes.
4. El sermón como unidad o recopilación.
4.1. Posición que apoya la recopilación.
4.1.1. El sermón sería la recopilación por Mateo y Lucas de dichos y enseñanzas de
Cristo, unidas unas a otras para darle forma de enseñanza continuada.
4.1.2. Mateo se caracteriza por agrupar enseñanzas del Señor, más en el orden lógico
que en el cronológico.
(1) Los milagros de los capítulos 8 y 9, aparecen en otros evangelios en diversas
ocasiones.
(2) Otro ejemplo son las siete parábolas del reino (Mt. 13).
4.1.3. Algunos sugieren que el "Sermón del Monte" es una unidad temática más que
histórica-temporal
4.1.4. Para la crítica liberal el "Sermón del Monte" es simplemente una colección
inconexa de sentencias de Jesús.
4.2. El "sermón" como una unidad.
4.2.1. Hay una progresión temática que es evidente en la lectura del mismo.
4.2.2. Las palabras del evangelista en la conclusión del sermón y en el relato
siguiente, parecen indicar claramente que Cristo pronunció todo aquel sermón de una
sola vez (cf. Mt. 7:28; 8:1).
4.2.3. Esto no quiere decir que los dos evangelistas nos entreguen la "ipsíssima
verba" de todo el sermón.
(1) Cristo habló en arameo y el texto entregado está en griego.
(2) Sin haber diferencias entre ambos en cuanto a contenido, la hay en cuanto a
expresiones.
4.2.4. El sermón puede subdividirse de acuerdo con el tema general.
4.2.5. Dice John Stott: "En cuanto a mí, prefiero la sugerencia que el profesor A. B.
Bruce hizo en su comentario de 1897. Él creía que el material contenido en Mateo
5-7 representa la instrucción ‘no de una sola hora o día, sino de un período de
retiro’. Conjeturaba que Jesús pudo haber tenido a sus discípulos con Él en el
monte para una especie de escuela bíblica de vacaciones. Por tanto, se refería a
estos capítulos no como ‘el Sermón de nuestro Señor en el Monte’ (una expresión
usada por primera vez por Agustín) sino como ‘la enseñanza en la Montaña’.
Además, el Sermón tal como está registrado en Mateo, hubiese durado solamente
alrededor de diez minutos, de modo que lo que probablemente nos ofrecen los
evangelistas son sus propios resúmenes condensados".
5. El tema del Sermón.
5.1. El Sermón está dispuesto de forma que las multitudes comprendan cual es el concepto
bíblico de justicia y ley.
5.2. Esa comprensión les llevaría a separarse de la justicia ritual y legalista de los
fariseos.
5.3. El texto clave para establecer el tema (5:20).
5.4. El Sermón desarrolla la ética del "reino de los Cielos".
5.5. Quienes entran al reino deben establecer su vida en base a las demandas del Sermón.
6. División del Sermón.
A) El carácter del creyente (5:3-12).
B) La influencia del creyente (5:13-16).
C) La conducta del creyente (5:17-48).
a) La ley (5:17-20).
b) La vida (5:21-22).
c) La reconciliación (5:23-26).
d) El adulterio (5:27-30).
e) El divorcio (5: 31-32).
f) Los juramentos (5:33-37).
g) La injusticia (5:38-42).
h) El amor (5:43-48).
D) La piedad del creyente (6:1-18).
a) La limosna (6:1-4).
b) La oración (6:5-15).
a1) El modo de orar (6:5-8).
b1) El ejemplo de oración (6:9-13).
c1) La disposición para la oración (6:14-15).
c) El ayuno (6:16-18).
E) La ambición del creyente (6:19-34).
a) El tesoro (6:19-24).
b) La ansiedad (6:24-25).
F) Las relaciones del creyente (7:1-20).
a) El juzgar a otros (7:1-5).
b) La prudencia (7:6).
c) La confianza en Dios (7:7-11).
d) El comportamiento (7:12).
G) La evidencia del creyente (7:13-27).
a) El camino (7:13-14).
b) La vigilancia (7:15-20).
c) La realidad (7:21-23).
d) La estabilidad (7:24-27).
H) La conclusión del sermón (7:28-29).
6. Modos de interpretación del Sermón.
6.1. Interpretación dispensacional enfática.
6.1.1. Entiende que el "Sermón del Monte" tiene que ver y se refiere al "reino de los
Cielos", por tanto al reino milenial futuro sobre la tierra.
6.1.2. Son normas que regirá el gobierno justo de Dios sobre el mundo.
6.1.3. Ese es el término usado por los profetas en la descripción del reino mesiánico
(Is. 11:4, 5; 32:1; Dn. 9:24).
6.1.4. Entienden que en ese sentido, el Sermón es pura ley, y en él la ofensa se
transfiere del acto externo al móvil que la produce (5:21, 22, 27, 28).
6.1.5. Por esas razones el Sermón no presenta una aplicación primaria, ni el
privilegio, ni el deber para la iglesia.
6.1.6. Bajo la ley del reino ninguno puede esperar perdón si primero no ha perdonado
(6:12, 14, 15).
6.1.7. El "Sermón del Monte" sólo tiene una aplicación para la iglesia.
6.2. Interpretación dispensacional moderada .
6.2.1. El Señor establece los principios del reino que han de servir de guía a los que
son Sus discípulos.
6.2.2. Los que le siguen deben tener la misma humildad, amor, capacidad de perdón,
obediencia y santidad de su Señor.
6.2.3. Tales principios no son operativos en los que no han sido regenerados
espiritualmente, porque son contrarios e imposibles para el hombre natural (Jn. 3:6).
6.2.4. Al "reino de los cielos" se accede por el nuevo nacimiento (Jn. 3:3 5).
6.2.5. El regenerado no busca santificarse por el cumplimiento de la Ley, pero tiene la
ley moral como expresión del deseo de Dios para su vida.
(1) De ese modo se utiliza la ley "legítimamente" (1 Ti. 1:8).
(2) Donde haya un creyente, en esta dispensación o en las venideras, los
principios del "Sermón del Monte" son el modo natural de su nueva vida.
6.2.6. El creyente es trasladado al "reino" y está en él, en su dimensión espiritual
presente (Col. 1:13).
(1) El reino está "dentro de vosotros" (Lc. 17:20, 21).
6.2.7. El "reino de los cielos" o "reino de Dios", tendrá expresiones futuras en el
reino mesiánico, donde regirán los principios del "Sermón del Monte", ya que a él
entrarán sólo quienes hayan sido salvos.
6.2.8. Todos los principios del "Sermón del Monte" se consideran en las epístolas y
son para la iglesia como cuerpo de salvos y regenerados.
(1) Las demandas santas de la Ley se cumplen en los que "andan conforme al
Espíritu " (Ro. 8:4).
(2) "Los principios que se exponen en este sermón sólo pueden encontrar su
aplicación práctica en las vidas de aquellos que desean andar como Él
anduvo".
6.2.9. Pablo exhorta a la obediencia, conformándose a las palabras del Señor
Jesucristo (1 Ti. 6:4).
(1) "Debemos recordar que, aunque seamos un pueblo escogido y nacido de
nuevo, tenemos responsabilidades durante nuestra vida en este mundo y éstas
están definidas en el precioso pasaje del Sermón del Monte, constituyéndose
en las más elevadas normas de conducta".
6.2.0. El cristiano no vive así para ser cristiano, pero vive así porque lo es.
6.3. Teología del pacto.
6.3.1. Limitan el sermón a la iglesia desconociendo cualquier otra relación con Israel
y el reino mesiánico en el futuro.
II. INTERPRETACIÓN.
A) El carácter del creyente (5:3-12).
1. La pobreza que satisface (5:3).
1.1. La primera condición para ser feliz.
1.1.1. "Bienaventurados los pobres en espíritu.
1.1.2. En las bienaventuranzas hay una secuencia natural o lógica.
(1) No fueron pronunciadas al azar.
1.1.3. "Bienaventurado" (gr. "makarios") equivale a "feliz", o "dichoso".
(1) Palabra usada para describir la condición de quienes son bendecidos por
Dios.
(2) La palabra se traduce como "dichosos" en otro lugar (Jn. 13:17).
(3) La felicidad del creyente no consiste sólo en conocer la verdad, sino también
en creerla y obedecerla.
(4) El que cree es verdaderamente feliz (Jn. 20:29).
(5) Dios es "bendito" o "bienaventurado" (1 Ti. 1:11).
(6) Su felicidad es comunicada a los que creen en Él.
1.1.4. La condición del creyente feliz: "pobre en espíritu" (gr. "hoi ptöchoi töi
pneumati").
(1) "Pobre" (gr. "ptöchoi") equivale a quien no tiene absolutamente nada.
a) Es la palabra usada para "mendigo", en el relato de Lázaro (Lc.
16:19-22).
b) Pobre en el Antiguo Testamento es el que no tiene nada y confía sólo en
Dios para liberación y provisión (Sal. 34:6).
(2) No son pobres "de" espíritu, que equivale a apocados o pusilánimes, sino
pobres "en" espíritu.
a) Son pobres "respecto" a sus espíritus.
(3) Pobre en espíritu es aquel que ha perdido toda confianza en su justicia y
descansa sólo en la de Dios.
(4) Es el que dejó su orgullo para clamar a Dios: "Se propicio a mí que soy un
pecador" (Lc. 18:13).
(5) Comprende su completa miseria y no esperan nada de sí mismos (Ro. 7:24).
(6) Confiesan su miseria y descansan sólo en la gracia de Dios.
1.1.5. El espíritu humillado, "pobreza en espíritu", es lo único que Dios acepta (Sal.
51:17).
1.1.6. La salvación se otorga sólo en esa condición (Sal. 34:18).
(1) El ejemplo en la parábola del publicano (Lc. 18:9-14).
(2) El profundo contraste con la arrogancia del fariseo que se consideraba mejor
que los demás hombres y que no alcanzó justificación (Lc. 18:14).
1.1.7. La condición para justificación se extiende a la santificación.
(1) La enseñanza de Pablo (Ro. 8:4-5).
1.1.8. El pobre en espíritu es aquel que experimenta la libertad del "yo" crucificado
(Gá. 2:20).
(1) Nada tiene que ver con la humildad fingida que es el mayor pecado de
orgullo.
(2) Es el que se considera a sí mismo insuficiente y descansa en la gracia
reconociendo que el poder viene del Señor (Fil. 4:13).
1.1.9. El pobre en espíritu tiene un corazón contrito que tiembla a la Palabra de Dios
(Is. 66:2).
1.2. La razón de la felicidad.
1.2.1 "Porque de ellos es el reino de los cielos"
o{ti aujtw``n ejstin hJ basileiva tw``n oujranw``n.
Pues de ellos es el reino de los cielos.
1.2.2. El pobre en espíritu porque clama a Dios y confía en Dios, está en el "reino de
os cielos".
1.2.3. Sólo de ese modo se accede al reino (Jn. 3:3, 5).
1.2.4. Los fariseos querían entrar al reino por su propia justicia, pero sólo podrán
hacerlo en la justicia suprema de Dios que se otorga por fe (Ro. 4:5).
(1) La advertencia solemne del Señor (5:20).
1.2.5. El que está en el reino goza de la compañía y bendiciones de Dios y nada la
falta (Sal. 23:1).
1.2.6. Es la bendición también para la iglesia (Ap. 2:9).
(1) El contraste con la que está llena de sí mismo (Ap. 3:16-17).
1.2.7. El pobre en espíritu goza del cuidado y comunión con Dios (Sof. 3:11, 12, 17).
1.2.8. Son felices porque todas las cosas les ayudan a bien (Ro. 8:28).
1.2.9. El reino es de ellos ahora, y después en los cielos (1 P. 1:4).
2. El consuelo en el llanto (5:4).
2.1. La segunda condición par ser feliz.
2.1.1. "Bienaventurados los que lloran"
(1) Literalmente "los afligidos".
2.1.2. Las lágrimas forman parte de la experiencia de vida del salvo.
(1) Jesús mismo lloró por el duelo de sus amigos (Jn. 11:35).
(2) El creyente llora en la soledad de su abandono buscando a Dios (Sal.
42:1-3).
(3) El creyente llora por la aflicción de sus hermanos (2 Ti. 1:3-4).
2.1.3. Que quiere decir esta afirmación de Jesús.
(1) El que llora es aquel que es afligido en su corazón en relación con su amor a
Dios, a Su obra y a Su pueblo.
(2) El que llora expresa su incapacidad total y su absoluta dependencia de Dios.
2.1.4. Algunos ejemplos.
(1) Las lágrimas del profeta por el juicio de Dios sobre Su pueblo (Jer. 9:1).
(2) Las lágrimas del pastor ante la situación de peligro espiritual del rebaño
(Hch. 20:31).
(3) Las lágrimas de incapacidad frente a un problema familiar (Mr. 9:14-24).
a) El padre clamó pidiendo ayuda para su débil fe.
b) En algunos MSS. se lee: "con lágrimas" (gr. "meta dakruön").
(4) Lágrimas ante los que se pierden que riega el ministerio del evangelista (Sal.
126:5-6).
2.1.5. Lágrimas de afecto al Señor (Lc. 7:37-39).
(1) Lágrimas de gratitud por el perdón recibido.
2.1.6. Lágrimas de tristeza (Lc. 19:41).
(1) El Señor llorando sobre la ciudad de Jerusalén.
(2) Contempló los acontecimientos que ocurrirían sobre ella por su rebeldía.
2.1.7. Lágrimas de tristeza según Dios (2 Co. 7:10).
(1) Cuando el Espíritu por la Palabra produce el dolor que conduce al
arrepentimiento.
(2) Era la situación de David por su pecado (Sal. 32:3-5).
(3) Fueron las lágrimas de Pedro después de negar al Señor (Lc. 22:61-62).
2.2. La razón de la felicidad.
2.2.1. "Porque ellos recibirán consolación"
2.2.2. La tristeza según Dios vuelve al alma hacia Él, que le perdona, libra y
fortalece, devolviéndole el gozo y la calma (Sal. 30:5; 50:15; Is. 55:6. 7; Miq.
7:10-20; Mt. 11:28-30).
2.2.3. Esa fue la experiencia de los mencionados ejemplos anteriores.
(1) El profeta que llora por el juicio que viene sobre su pueblo recibe palabras
de consuelo (Is. 40:1).
(2) El padre que llora recibe el consuelo de la sanidad de su hijo (Mr. 9:25).
(3) El consuelo de quien llora antes de sembrar la Palabra y regresa gozoso con
sus gavillas (Sal. 126:6).
(4) Las mismas lágrimas del Señor sobre Jerusalén, traerán el gozo del reino
futuro de paz.
(5) Las lágrimas en la confesión del pecado personal, con el perdón generoso
(Sal. 32:1-2).
2.2.4. Una experiencia definitiva del cumplimiento de la promesa (Ap. 21:3-4).
2.2.5. La promesa no es para el que se queja, sino para el que llora.
3. El gozo de la vida apacible (5:5).
3.1. La tercera condición para ser feliz.
3.1.1. "Bienaventurados los mansos".
3.1.2. Contrasta profundamente con la idea general del mundo, que considera feliz al
que es superior y lo demuestra.
(1) "Manso" para el mundo equivale a fracaso, y llamar "manso" a una persona
es tratarla con desprecio.
3.1.3. Manso es el complemento a "pobre en espíritu".
(1) "Pobreza en espíritu" expresa la intimidad del creyente.
(2) "Mansedumbre" expresa la relación del creyente con Dios y con los
hombres.
3.1.4. "Estos son los que se someten resignada y alegremente a los designios de
Dios, y los que muestran toda mansedumbre para con todos los hombres (Tit. 3:2);
los que pueden aguantar una provocación sin encenderse en ira, sino
permaneciendo en silencio o dando una respuesta suave; los que permanecen
serenos mientras otros cometen grandes desatinos; cuando, en admirable
paciencia, se mantienen dueños de sí mismos al mismo tiempo que son desposeídos
de todo lo demás; los que prefieren sufrir y perdonar veinte injurias antes de
vengarse de una".
3.1.5. Manso es el que encomienda su causa al Señor y espera que Él actúe (Sal.
37:3-6).
(1) El favor de Dios es todo en su vida y aprendió a soportar con gozo el
despojo de sus bienes (He. 10:34).
3.1.6. Manso es el calificativo que da la Biblia a Moisés y a Jesús (Nm. 12:3; Mt.
11:29).
3.1.7. El ejemplo de Moisés.
(1) El carácter de Moisés no era temeroso, sino todo lo contario, como lo
muestra ante Faraón, que no fue a él con un ruego, sino con un mandamiento (Ex.
5:1).
(2) Era considerado como un "grande" por los siervos del Faraón, por su
autoridad en los juicios sobre Egipto (Ex. 11:3).
(3) Su carácter enérgico mostrado en la rotura de las tablas de la Ley (Ex.
32:19-20).
(4) Nadie hubiera llamado "apacible" a Moisés, pero Dios le da ese
calificativo.
(5) Era manso porque se reconocía incapaz para hacer la obra de Dios por sí
mismo (Ex. 3:9).
(6) Era manso porque se doblega a la voluntad de Dios asumiendo su
responsabilidad obedientemente (Ex. 4:20).
(7) Era manso porque descasaba en el poder de Dios que transformaba la vara de
su debilidad (Ex. 4:20b).
(8) Era manso porque se presentó a su pueblo como un instrumento en las manos
de Dios para su liberación, conduciendo a todos a adorar a Dios (Ex. 4:29-31).
3.1.8. El ejemplo de Cristo.
(1) Nadie puede imaginar falta de carácter y autoridad en el Hijo de Dios.
a) Baste el ejemplo del látigo en sus manos en la limpieza del templo (Jn.
2:15).
(2) Pablo habla de Su clemencia y mansedumbre (2 Co. 10:1).
(3) La mansedumbre evidenciada (1 P. 2:21-23).
(4) La mansedumbre se manifestó en la sumisión total a la voluntad de Dios (He.
10:7).
(5) La manifestación suprema de la mansedumbre en Getsemaní (Lc. 22:42).
(6) La sujeción en obediencia absoluta hasta dar la vida (Fil. 2:6-8).
3.1.9. En base a la identificación con Cristo, ese debe ser el carácter que ha de
manifestarse en cada creyente.
(1) La demanda en relación con las autoridades (1 P. 2:13-15).
(2) La demanda en relación con el trabajo (1 P. 2:18-19).
(3) La demanda en relación con la familia (Ef. 5:21).
(4) La demanda a los jóvenes en la iglesia (1 P. 5:5).
(5) La demanda a la congregación en relación con los ancianos (He. 13:17).
3.1.0. La demanda suprema (Ro. 12:1).
3.2. La razón de la felicidad.
3.2.1. "Porque ellos recibirá la tierra por heredad".
3.2.2. El eco del Salmo (Sal. 37:1, 29, 34).
3.2.2. Los impíos pueden jactarse de poseer la tierra, pero ella es para los justos en
unidad con Dios (Ap. 21:1ss).
3.2.3. Tal vez el manso no tenga ninguna propiedad en esta tierra durante su vida, pero
es heredero de Dios y coheredero con Cristo (Ro. 8:17).
3.2.4. Tal vez no poseen nada, pero son dueños de todo (2 Co. 6:10).
(1) Abraham esperaba el cumplimiento de la promesa y no poseyó nada en la
tierra sino la parcela en donde Sara fue enterrada.
3.2.5. Pueden saber que todo es de ellos (1 Co. 3:21b-23).
3.2.6. En el presente están bajo la protección y provisión de Dios (Ro. 8:28, 32).
3.2.7. En el futuro los mansos juzgarán al mundo y a los ángeles (1 Co. 6:2, 3).
3.2.8. El sufrimiento ahora abre perspectivas de reino en el futuro (2 Ti. 2:12).
4. Hambre y sed saciados (5:6).
4.1. La cuarta condición para ser feliz.
4.1.1. "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia".
4.1.2. El "hambre" y la "sed" están en relación con la justicia.
4.1.3. Justicia imputada.
(1) Es la justicia de Dios otorgada al que cree (Gn. 15:6).
(2) El hombre es incapaz de alcanzar la justicia que justifica (Is. 64:6).
(3) Ningún tipo de purificación humana es suficiente en relación con el pecado
(Jer. 2:22).
(4) La justicia para salvación procede de Dios por medio de Cristo y su obra
(Sal. 40:7, 8; Is. 53:5, 6).
(5) Se otorga por gracia mediante la fe a quien tiene "hambre y sed" de ella,
despertada por el Espíritu Santo (Ef. 2:8, 9).
4.1.4. Justicia experimental o moral.
(1) Es la consecuencia de la justicia imputada.
(2) Es el deseo genuino de una vida que se ajusta a las demandas que Dios
establece en su Palabra.
(3) Esto incluye también la "justicia social".
4.1.5. "Hambre y sed"
(1) Sentir en la intimidad del corazón una profunda necesidad.
(2) No es algo pasajero, sino intenso y continuo.
(3) El salmista lo expresa con claridad (Sal. 42:1-2).
(4) De otro modo (Sal. 63:1-2).
(5) Es algo intenso y permanente que podría expresarse con la expresión: "morir
de hambre y sed".
(6) Cuando el hijo pródigo tuvo hambre corrió a satisfacerla deseando las
algarrobas que comían los cerdos, sólo cuando sintió que "perecía de hambre"
corrió a casa del padre (Lc. 15:17-18).
4.1.6. Esta hambre y sed conduce a ocuparse de la santificación con temor y temblor
(Fil. 2:12).
4.1.7. Esta hambre y sed de justicia conducen a una experiencia de santidad continua
(1 P. 1:14-16).
4.1.8. Junto con esto el ansia del alimento y la bebida espirituales de la Palabra (1 P.
2:2).
(1) Deseo y atención a la Escritura.
(2) Deseo por asistir al culto para aprender la Palabra.
4.2. La razón de la felicidad.
4.2.1. "Porque ellos serán saciados.
4.2.2. La acción de Dios que "sació" el hambre espiritual en el nuevo nacimiento, lo
hace también en la santificación (Fil. 2:12, 13).
4.2.3. La fuente en Cristo es inagotable (Col. 2:9).
4.2.4. De Su plenitud puede tomarse cuanto se necesite (Jn. 1:16).
4.2.5. La transformación y el triunfo en Cristo es seguridad para cada creyente (2 Co.
3:18).
4.2.6. Dios colma de bienes a los hambrientos (Lc. 1:53).
5. La dicha de la compasión (5:7).
5.1. La quinta condición para ser feliz.
5.1.1. "Bienaventurados los misericordiosos"
5.1.2. "Misericordia" es la compasión por el miserable.
(1) Es la capacidad de perdonar al pecador.
(2) Abarca tanto el sentimiento de bondad como el acto bondadoso.
5.1.3. Al Señor se le llama "misericordioso sumo sacerdote" (He. 2:17).
5.1.4. El Señor vino a salvar por la "entrañable misericordia de nuestro Dios" (Lc.
1:78).
5.1.5. Jesús como ejemplo de misericordia.
(1) Con los enfermos (Lc. 4:40).
(2) Con quienes perdían a sus seres queridos.
a) La viuda de Naín (Lc. 7:11ss).
b) La hija de Jairo (Mr. 5:33ss).
c) La familia de Lázaro (Jn. 11:1ss).
(3) Con la mujer pecadora (Jn. 8:7, 11).
(4) Con los marginados (Mr. 2:16-17).
(5) Con los verdugos en la cruz (Lc. 23:34).
5.1.6. La misericordia es una perfección de Dios (Sal. 62:12).
(1) Dios la manifiesta (Sal. 103:11, 13).
5.1.7. Misericordioso, en el pensamiento del Señor, es aquel que está lleno de
misericordia.
(1) Lo ilustró con la parábola del "buen samaritano" (Lc. 10:33).
(2) El prójimo no era solo el próximo, sino cualquiera que estuviese en
necesidad, incluso los mismos enemigos.
(3) Cristo estableció esa demanda (Lc. 10:37).
5.1.8. La identificación con Cristo, hace misericordioso al creyente (Lc. 6:36).
5.1.9. De ahí la demanda para cada cristiano (Col. 3:12).
(1) El ilustrativo ejemplo de Esteban que lleno del Espíritu, perdonaba como
había hecho el Señor (Hch. 7:60).
5.1.0. Ser misericordioso es el resultado de vivir a Cristo (Fil. 1:21).
5.2. La razón de la felicidad.
5.2.1. "Porque ellos alcanzarán misericordia"
(1) Serán tratados con misericordia.
5.2.2. Para algunos esta es una evidencia de que el "Sermón del Monte" es pura ley y,
por tanto, no es para la iglesia.
(1) Hay quienes interpretan que aquí se enseña que si uno perdona será
perdonado, si no, no lo será.
5.2.3. Alcanzar misericordia por esfuerzo humano contradice abiertamente toda la
Escritura (Ef. 2:8, 6).
5.2.4. Son misericordiosos porque alcanzaron misericordia y perdonan como fueron
perdonados (Col. 3:12-13).
5.2.5. La confesión del pecado personal procura una correcta relación con Dios para
ser bendecidos (1 Jn. 1:9).
5.2.6. El que entiende hasta donde ha sido perdonado, práctica la misericordia con los
demás.
5.2.7. Quien no perdona no está en correcta relación con Dios y no puede restaurar la
comunión que se interrumpe por el pecado.
5.2.8. El pasaje establece la llamada "ley de la siembra y la siega" (Gá. 6:7-9).
5.2.9. Quien no actúa con misericordia es posible que no haya sido recibido a
misericordia que salva y transforma.
6. El gozo de la santidad (5:8).
6.1. La sexta condición para ser feliz.
6.1.1. "Bienaventurados los de limpio corazón".
6.1.2. La bienaventuranza está ligada con la bendición de "ver" a Dios.
6.1.3. La limpieza de corazón está estrechamente relacionada con la comunión que
permite "ver" a Dios (Sal. 24:3-4).
6.1.4. Corazón limpio o puro para Dios es aquel que no se ha contaminado con el
pecado y no actúa bajo su control.
(1) Esta característica no existe en ninguna persona no regenerada (Jer. 17:9).
(2) A causa del pecado el corazón está orientado al mal (Gn. 6:5).
6.1.5. En el contexto del sermón se trata también de un corazón en donde no hay
hipocresía.
(1) Los fariseos confiaban en aspectos externos de santidad aparente, pero eran
hipócritas (Lc. 11:39; Mt. 23:25-28).
6.1.6. La preocupación de Nicodemo tenía que ver con esto (Jn. 3).
(1) Hasta donde era limpio para entrar en el reino.
(2) La respuesta de Cristo (Jn. 3:3, 5).
6.1.7. La limpieza de corazón sólo es posible por la regeneración del Espíritu.
(1) Dotación de un corazón nuevo (Ez. 36:26, 27).
6.1.8. David pide a Dios ese tipo de corazón que actúa en sintonía con Él y hace Su
voluntad (Sal. 51:10).
6.1.9. Limpio de corazón es aquel que es guiado conforme al consejo de Dios (Sal.
73:1, 24).
(1) Viven en el Espíritu y manifiestan su fruto (Gá. 5:22-23).
(2) El corazón de ellos está en sintonía con Dios.
6.2. La razón de la felicidad.
6.2.1. "Porque ellos verán a Dios"
6.2.2. Nada hay aquí que sostenga la idea de la "visión beatífica", ya que a Dios
Padre, nadie lo vio ni lo verá jamás (Jn. 1:18; 14:9; 1 Ti. 6:16).
(1) A Dios se le "ve" en el Hijo.
6.2.3. En el tiempo presente equivale a disfrutar de la comunión íntima con Dios.
6.2.4. Esta visión espiritual cotidiana es transformadora (2 Co. 3:18).
6.2.5. Esta visión será plena en el disfrute eterno con el Señor (Ap. 22:4).
6.2.6. Será un definitivo "ver cara a cara" (1 Co. 13:12).
6.2.7. La misma enseñanza de Juan (1 Jn. 3:2).
7. La bendición de la paz (5:9).
7.1. La séptima condición para ser feliz.
7.1.1. "Bienaventurados los pacificadores"
7.1.2. En el mundo podrían encontrarse excepcionalmente personas pacíficas, que
huyen de los conflictos.
(1) El texto va más alla de ese simple concepto de pacificador.
7.1.3. "Pacificador" es aquel que vive la paz y busca la paz activamente.
(1) El que procura y promueve la paz.
7.1.4. Paz en el concepto bíblico tiene que ver con una armoniosa relación con Dios.
7.1.5. Es la consecuencia de la relación establecida con Dios en Cristo.
(1) La obtención y disfrute de la reconciliación y justificación (2 Co. 5:18-19;
Ro. 5:1).
7.1.6. El Señor vino con el propósito de "matar las enemistades" y anunciar las
"buenas nuevas de paz" (Ef. 2:16-17).
7.1.7. La demanda para el creyente (Fil. 2:5).
(1) La identificación con Cristo lo convierte en pacificador.
(2) Siguen y viven la vida que procede del Dios de paz (1 Co. 14:33; Ef. 6:15; 1
Ts. 5:23).
7.1.8. Evidencias de esa condición.
(1) Anhelan la paz con todos los hombres (Ro. 12:18; He. 12:14).
(2) Anhelan proclamar el evangelio de la paz (Ef. 6:15; 2 Co. 5:20).
(3) Modelan sus vidas conforme al Príncipe de paz (Lc. 19:10; Jn. 13:12-15).
7.2. La razón de la felicidad.
7.2.1. "Porque ellos serán llamados hijos de Dios".
7.2.2. Un título de honor superior a cualquier otro.
7.2.3. Dios los reconoce como sus hijos (Jn. 1:12).
7.2.4. El mundo debe reconocerlos como tales por su conducta que expresa la
participación en la divina naturaleza (2 P. 1:4).
7.2.5. El mudo debe ver en ellos el carácter del Dios de paz (1 Jn. 4:17b).
7.2.6. Los tales buscan lo que Dios hizo.
7.2.7. "Pero si tal es la bendición para los que procuran la paz, ¡ay de aquellos que
procuran la guerra!".
8. Felicidad y persecución (5:10-12).
8.1. La octava condición para ser feliz (v. 10).
8.1.1. "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia"
8.1.2. Para los judíos la persecución y el sufrimiento eran indicativos del desagrado
de Dios.
(1) Así pensaban los mismos discípulos del ciego de nacimiento (Jn. 9:2).
8.1.3. Los malos no pueden tolerar a los justos (Sal. 37 y 73).
8.1.4. La condición espiritual del creyente es contraria al mundo (Jn. 15:19).
(1) El creyente no es del mundo (Jn. 17:16).
8.1.5. El Señor advirtió del rechazo y aborrecimiento por parte del mundo como
consecuencia de ser hijos de Dios (Mt. 10:22; 24:9; Jn. 15:19; 1 Jn. 3:12, 13).
8.1.6. La identificación con Cristo producirá el rechazo y la persecución (Jn. 15:20).
(1) Toda la persecución sería por causa de esa identificación (Jn. 15:21).
8.2. La razón de la felicidad (v. 10b).
8.2.1. "Porque de ellos es el reino de los cielos"
8.2.2. La evidencia de que son del reino se manifestó en la persecución por parte del
mundo.
8.2.3. Estos serán recompensados por su fidelidad.
8.2.4. En el presente tienen el título de la herencia que corresponde a quienes son
hijos de Dios.
8.2.5. El reino de los cielos ahora ya es suyo (Col. 1:13).
8.2.6. Lo será también en el disfrute futuro de la herencia de los santos en luz (Col.
1:12).
8.2.7. Los sufrimientos del presente producen un cada vez más excelente y eterno peso
de gloria (2 Co. 4:17).
8.3. La causa de la aflicción (v. 11).
8.3.1. "Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y
digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo"
8.3.2. La persecución no es por causa de sus maldades, sino de su justicia.
8.3.3. Pedro tiene una enseñanza semejante (1 P. 2:19-20; 4:12-16).
(1) El cristiano sufre molestias a causa de su conciencia delante de Dios, como
consecuencia de su limpieza de corazón.
(2) El sufrimiento por el pecado personal no es ninguna gloria, sino todo lo
contrario.
(3) El sufrimiento injusto por hacer el bien, es una evidencia de la aprobación de
Dios sobre la vida del creyente.
(4) La prueba puede ser muy intensa: "el fuego de prueba que os ha
sobrevenido".
(5) Ese sufrimiento hace al creyente partícipe en los padecimientos de Cristo.
a) Como enseña también Pablo (Fil. 3:10).
(6) El cristiano no sufre sólo, el Señor está a su lado (Sal. 91:15).
(7) Los sufrimientos por Cristo son una concesión de la gracia (Fil. 1:29).
8.3.4. Las acusaciones contra el creyente para ser consideradas como un sufrimiento
por Cristo, han de ser falsas y no verdaderas.
8.4. El gozo de la esperanza (v. 12a).
8.4.1. "Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos".
8.4.2. El galardón en modo de coronas de victoria para el vencedor (Stg. 1:12).
8.4.3. El galardón será en el día del Señor Jesús, en la revelación de Su gloria (1 P.
4:13).
8.4.4. Las lágrimas de las pruebas serán enjugadas para siempre en los cielos (Ap.
21:4).
8.4.5. Esto ha mantenido firmes a los creyentes en todos los tiempos (He. 12:2).
8.5. La compañía en el sufrimiento (v. 12b).
8.5.1. "Porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros"
8.5.2. Es suficiente con la lectura de los ejemplos de fe que se relacionan en Hebreos
(He. 11:35, 37).
8.5.3. El mundo no era digno de tales personas (He. 11:38).
8.5.4. Otros compañeros de la fe como Pablo y sus colaboradores también sufrieron
por esta misma causa (2 Co. 6:4-10).
8.5.5. El ejemplo supremo de Cristo (1 P. 2:21-24).
PREGUNTAS DE REPASO
1. ¿En qué lugar se pronunció el "Sermón del Monte"?.
2. ¿Por qué estaban las multitudes cerca de Jesús y le buscaban?
3. ¿Qué posición adoptó Jesús para pronunciar el Sermón?
4. ¿Son los mismos relatos el de Mateo y el de Lucas?
5. ¿Qué argumentos favorecen la identidad de los mismos?
6. ¿El Sermón es una unidad o una recopilación de dichos de Cristo?
7. ¿Cuál es el tema del Sermón?
8. Haz un bosquejo para el estudio del Sermón.
9. ¿Cuáles son las principales maneras de interpretar el Sermón?
10. Haz un resumen de la interpretación dispensacional moderada.
11. ¿Qué quiere decir "pobreza en espíritu"?
12. ¿Por qué es feliz el que llora?
13. ¿Qué es un "manso" según la Escritura?
14. ¿Cómo se debe entender el tener "hambre y sed" de justicia?
15. ¿Qué es un misericordioso?
16. ¿Por qué es precisa la santidad para la dicha del creyente?
17. ¿En qué medida el ser pacificador es evidencia de ser cristiano?
18. ¿Por qué puede el creyente gozarse en las aflicciones?
19. ¿Debe buscarse el sufrimiento?
APLICACIÓN PERSONAL
1. La vida de fe se muestra en acciones que corresponden a esa condición.
1.1. Una completa falta de confianza en las propias fuerzas para descansar sólo en las de
Dios.
1.2. Un deseo profundo e íntimo de hacer la voluntad de Dios.
1.3. Una vida que se sujeta a Dios y sus deseos.
1.4. Un ansia profunda por el alimento espiritual de la Palabra.
1.5. La disposición natural para el perdón y la ayuda al prójimo.
1.6. La santidad cotidiana en todos los aspectos de la vida.
1.7. El deseo de vivir la paz y extenderla.
1.8. La disposición al sufrimiento por Cristo.
2. Todo ello se condensa en la expresión de Pablo: "Para mí el vivir es Cristo" (Fil. 1:21).
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