- 21 mar 2008Comité de ContingenciaUrb. Los NaranjosCCUNCaracas, Marzo de 2008SERMÓN DE LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZPRIMERA PALABRAPADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE
HACEN1.- Consideraciones teológicas previasLa crucifixión era un suplicio muy cruel reservado sólo para los malditos, losCondenados a ejecución pública, los que atentaban contra el Imperio Romano. El Crucificado moría por asfixia lenta. Alguna vez era aliviado por algún apoyo para su Cuerpo que le impedía morir de muerte súbita. El suplicio era inhumano y terrible.Acababan de crucificar a Jesús en una colina, llamada Gólgota en hebreo, fuera de la ciudad de Jerusalén. Trataron y mataron a Jesús como si fuera un proscrito, un criminal
público....Se
cumplía la profecía de Isaías: despreciable y desecho de hombres,
varón de dolores y sabedor de dolencias (Is.53,3). Jesús de Nazaret es
el Señor, el Inocente que sufre por puro amor bajo el peso de la
injusticia del mundo (Bruno Forte).Una pregunta inquietanteSi Jesús es el Hijo de Dios -y lo es- , ¿dónde está su Padre ahora cuando eslevantado en la cruz? Es un misterio verdaderamente insondable.En este varón de dolores (Is.53,3) se revela el mismo Dios. La imagen del Dios cristiano
queda
configurada por la cruz de su Hijo Jesús. La cruz de Cristo nos abre a
una nueva comprensión de Dios, como el Dios sufriente. Dios mismo está
atravesado por el mal en el sufrimiento de su Hijo en la cruz. Dios queda golpeado por el mal en la cruz de
su Hijo Jesús. Dios se revela en la cruz como aquel que no quiere usar
su poder ni siquiera para defenderse. Es un Dios que escoge ser débil, y
no quiere responder a la violencia con la violencia, sino con la
mansedumbre.Al sufrimiento del Hijo que me amó y se entregó por mí (Gál.2,20), corresponde el
sufrimiento del Padre: Dios sufre en la cruz como Padre que entrega,
como Hijo que se entrega, como Espíritu que es el amor que emana del
amor sufriente de ambos. La cruz es la historia del amor trinitario de
Dios al mundo: un amor que no soporta el sufrimiento,
sino que lo elige. La cruz no es sólo un suceso entre el hombre y Dios, sino que en último término es un suceso entre el Padre y el Hijo. Si el Padre y el Hijo son una misma cosa(Jn.10,30),
si están uno en el otro (Jn.14,10-11) , el sufrimiento, abandono y
muerte que tienen lugar en Jesús, se verifican, de un modo para nosotros
incomprensible, en el mismo Dios. Por eso, el fundamento propio y
verdadero del dolor de Dios lo debemos encontrar en el
interior del misterio trinitario. Dios es capaz de ser golpeado por el
mal, no sólo en la naturaleza humana de su Hijo, sino en lo más íntimo
de su divinidad (A.Galindo).En este sufrimiento de Dios en su Hijo alcanzado por el mal, se halla la únicarespuesta
a la grave pregunta de la humanidad sobre la compatibilidad de la
existencia de Dios y de un Dios misericordioso, con la realidad del
mal...Dios ha querido compartir el dolor del mundo. No estamos solos en
medio de nuestro dolor, pues nuestro Padre comparte todo el dolor del
mundo en ese Hijo total, abandonado, que lo constituimos todos (J.M.
Imizcoz).2.- Significado de estas palabras de Jesús: Padre, perdónalos...En
medio de este suplicio y dolor, Jesús dice unas palabras impresionantes
que sorprenden a todos, ya que nadie las esperaba: Padre, perdónalos
porque no saben lo que hacen (Lc.23,33-34) .Jesús podría haberlos aniquilado y destruido, ya que tenía poder y fuerza paraello. Pero no lo hace porque ha venido no para destruir sino para salvar a todos.Jesús
podría haberlos confundido con un prodigio o un portento. Pero no lo
hace porque no quiere ser aceptado por la fuerza y el dominio, sino por
el amor y la entrega.Jesús invoca la misericordia de su Padre para aquellos que lo acababan decrucificar.. ..El Nuevo Testamento representa la culminación del perdón de Dios.
Jesucristolibrará
al pueblo de sus pecados (Mt.1,21). Esa era la misión del Mesías
(Sal.130,8). Y a eso vino, a llamar a los pecadores (Mc.2,17).
Jesucristo es el Siervo doliente de Yahvé, traspasado por nuestros
pecados, machacado por nuestras iniquidades, herido de muerte por
nuestros delitos (Is.53,1-11) . Fue clavado en la cruz y murió por
nuestros pecados (ICort.15,13) . Por eso, no es de
extrañar que el Señor Jesús invoque la misericordia del Padre para que
perdone a los que acaban de crucificarlo.Nos quedamos sobrecogidos cuando volvemos a escuchar las palabras que Jesús dirige
al Padre a favor de los que le acaban de crucificar. Nos quedamos
desbordados por este gesto de Jesús. ¡Cuánto tenemos que aprender
nosotros a quienes nos cuesta tanto
perdonar, comprender, disculpar, olvidar...!Todo ser humano necesita el perdón; necesita ser perdonado. Tú y yo tambiénnecesitamos ser perdonados profundamente. Necesitamos el perdón de Dios; ese perdón que
llega y alcanza lo más hondo de nuestra conciencia. Necesitamos ese
perdón que nos da alegría y gozo, esperanza y paz. Necesitamos escuchar
la voz de Dios que nos dice:vete en paz; tus pecados son perdonados (Jn.8,11). Necesitamos el perdón de Dios que nos llega a través del sacramento de la Penitencia.Al pedir perdón para nosotros, Cristo nos invita y nos urge a perdonar a quien
nos haya ofendido. Como Cristo perdona a los que lo han crucificado, nosotros debemos perdonar.
No se trata de que nosotros perdonemos para que Él nos perdone; es al
revés: puesto que Dios nos ha perdonado, nosotros debemos perdonar; del
mismo modo que el Señor os perdona, así también vosotros debéis perdonaros (Col.3,13).Dios perdona para que nosotros perdonemos. La regla es que imitemos nosotros a Dios y no Dios a nosotros, cuando perdonamos (J.Maldonado) . La medida del perdón es también Diosque perdona todo y siempre, pecados graves y pecados leves, y lo hace hasta setenta veces siete (Martín Nieto).Por todo ello, hemos de recordar siempre que: Somos llamados a perdonar en las
familias Sois llamados a perdonaros en el matrimonio Somos llamados a perdonar en las relaciones sociales Somos llamados a perdonar en el día a día, en todo momento.Con frecuencia reclamamos para nosotros el perdón de aquellos a quienes hemos ofendido por nuestra debilidad, por nuestras culpa....A veces incluso exigimos una reparación pública...¿Estamos dispuestos a perdonar a los demás?¿Estamos dispuestos a perdonar sin ser perdonados?Que
la puesta del sol no caiga sobre vuestro enojo. Que podamos rezar con
verdad : perdona nuestros pecados como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.SEGUNDA PALABRAHOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO1.- Consideraciones teológicas previasJesús fue crucificado: sus manos y sus pies fueron taladrados con grandes clavos y
fijados a la cruz. Ya está cosido a la cruz. Jesús
forma como un todo con ella. Jesús y la Cruz , la Cruz y Jesús. El dolor
que recorre su cuerpo entero es tremendo y asombroso. El dolor se ha
metido hasta las entrañas más íntimas de su ser.Los
soldados se esfuerzan para colocar el palo transversal de la cruz y
encajarlo en el palo vertical. Lo han conseguido. Los sufrimientos eran
atroces. Cada movimiento de la cruz era una sacudida dolorosísima que
recorría todo el organismo debilitado, deshidratado. ..de Jesús. Cristo
crucificado fue colocado en medio de dos malhechores, uno a su derecha y
otro a su izquierda.Una pregunta inquietante:¿Tiene sentido el sufrimiento de Jesús que es inocente y santo?¿Tiene sentido el sufrimiento del ser humano?¿Por qué sufrimos?¿Por qué Dios no suprime el sufrimiento?Queremos ofrecer unas respuestas acudiendo a la reflexión teológica actual sobre este mismo tema.Unos textos para la reflexión:J.Moltmann: No sabemos por qué Dios permite el sufrimiento; y si losupiéramos, no nos ayudaría para vivir. Pero si descubrimos dónde
está Dios y lo sentimos presente en nuestro sufrimiento, habremos dado con la fuente de la que renace la vida.P. Claudel: Dios no ha venido a suprimir el sufrimiento, tampoco ha venido aexplicarlo; ha venido a llenarlo con su presencia.J. Maritain: Si los hombres supiesen...que Dios sufre con nosotros y muchomás que nosotros por el mal que aflige a la tierra, cambiarían sin duda muchas cosas, y se liberarían muchas almas.J.R.Busto:
Dios puede y quiere acabar con el sufrimiento, pero no de cualquier
manera. Dios lo hace sólo de una forma: compadeciéndolo, es decir,
dejándose afectar por el dolor. La imagen de Dios revelada en Jesucristo
muestra el compromiso de Dios para acabar con el sufrimiento; peor
muestra también el modo utilizado por Dios para acabar con él: superarlo
desde dentro; redimirlo. El discurso de la cruz pone de manifiesto la
estrategia de la actuación divina....Dios asume el sufrimiento porque es
la única forma en que puede superarlo. Porque salvador sólo es el amor.
No el poder.Bruno Forte: Dios da sentido al sufrimiento del mundo ya que lo ha asumidohasta hacerlo su propio sufrimiento: este
sentido es el amor.. La Cruz es historia del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo; es historia trinitaria de Dios: la Trinidad
hace suyo el exilio del mundo sometido al pecado para que este exilio
entre en Pascua en la patria de la comunión trinitaria.. ..En la cruz la
patria entra en el exilio, para que el exilio entre en
la patria. En ella está la clave de la historia...La muerte en Dios por
el mundo del viernes santo se transforma en pascua en la vida en Dios
del mundo.El Dios cristiano no es ajeno al sufrimiento del mundo, no es espectadorimpasible
de éste desde lo alto de su perfección inmutable, sino que lo asume y
vive con la máxima intensidad, como sufrimiento activo, como don y
ofrenda de donde surge la vida nueva del mundo. Desde aquel viernes
santo, sabemos que la historia del sufrimiento humano es también la
historia del Dios cristiano. Dios está presente en la historia para
sufrir con el hombre y para hacerle ver el valor inmenso del sufrimiento
por amor.J.M.Imizcoz: En este sufrimiento de Dios en su Hijo alcanzado por el mal, sehalla
la única respuesta a la grave pregunta de la humanidad sobre la
compatibilidad de la existencia de Dios y de un Dios misericordioso, con
la realidad del mal. Su amor de misericordia es lo que le ha llevado a
unir su destino al destino del hombre a quien ha creado a su imagen y
semejanza. Dios ha querido compartir el dolor del mundo.No estamos solos en medio de nuestro
dolor, pues nuestro Padre comparte eldolor
del mundo en ese Hijo total, abandonado, que lo constituimos todos.
Nadie está abandonado en su sufrimiento, en su soledad, ni siquiera en
su muerte. Porque la muerte de Jesús no sólo fue partida hacia su Padre,
sino también llegada con el Padre para hacer mansión en el hombre,
acompañando y sufriendo su dolor El dolor de Dios acompaña el
sufrimiento de sus hijos. El Dios que sufrió en la cruz por el hombre,
ahora sufre en el hombre que sufre y sufre con él. Nuestro dolor, al
igual que el dolor de Jesús, es el dolor de Dios.A modo de síntesisDios puede y quiere acabar con el dolor y el sufrimiento. Pero lo hace a sumanera: compadeciéndolo , dejándose afectar por el dolor. En Jesucristo, Diosmanifiesta su compromiso para terminar con el sufrimiento superándolo desde dentro, redimiéndolo.En Jesucristo Dios se revela y se manifiesta como Padre liberador delsufrimiento.
Esta liberación o salvación no acontece negándolo o evitándolo desde
fuera, sino asumiéndolo desde abajo y dejándose afectar de alguna manera
por él.Tener siempre en el horizonte la resurrecciónPero hay que decir
una palabra más. Estas teologías del dolor de Dios comorespuestas al problema del mal, serían dèbiles, se quedarían cortas, si no proyectasen su reflexión
sobre el horizonte último de la resurrección. La fe en la resurrección
es la respuesta que judíos creyentes y cristianos vienen dando al gran
interrogante suscitado por el mal, el sufrimiento humano y la muerte.
Para los creyentes en Jesús, su resurrección es la
primacía que nos abre a la esperanza de la definitiva victoria de la
salvación de Dios Padre sobre la dramática realidad del mal
(J.M.Imizcoz) .2.- Significado de estas palabras de Jesús: Hoy estarás conmigo....Uno de los que habían sido
crucificados con Cristo, falto de arrepentimiento porsus
crímenes, se suma a la burla y a la blasfemia de unos y de otros que
están allí, e insulta a Jesús: ¿no eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a
ti y a nosotros! Haz el milagro si eres Dios. Este hombre se ha quedado con su oscuridad y con sus tiniebla. Con todo, dejemos el juicio en manos de Dios.En
cambio, el otro le respondió diciendo: ¿Es que no temes a Dios tú que
sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos
merecido con nuestros hechos; en cambio éste nada malo ha hecho
(Lc.23,39-43) . Este hombre no mide a Jesús según sus criterios. No le
dice cómo tiene que actuar. Sólo confía en Jesucristo. Por eso le dirige
una petición: acuérdate de mí, cuando vayas a tu Reino. Este hombre
aún conserva su dignidad y es capaz de escuchar el grito insobornable de
su conciencia que pone ante sí sus pecados. Se confiesa pecador y
necesitado de perdón y de misericordia.La
respuesta de Jesús no se hace esperar. Aquel hombre crucificado escucha
las palabras más importantes de su vida. Jesús le dice: hoy estarás
conmigo en el paraíso.Jesús
se muestra compasivo, rico en piedad, misericordioso. Jesús se deja
ganar por un corazón pobre y humilde. Desde la cruz, Jesús abre el
camino al cielo a este hombre pecador arrepentido, que muere en paz pues
sabe que Jesús le ha perdonado.Un día nos encontraremos cada uno de nosotros al borde de la muerte. En esemomento
tan importante y tan decisivo para nuestra vida presente y venidera no
hemos de replegarnos sobre nosotros mismos. Es el momento de la verdad
profunda de nosotros mismos y de nuestras existencias. Es el momento en
el que tenemos que presentarnos ante Jesucristo, juez de la humanidad.Supliquemos
al Señor que no nos trate como merecen nuestros pecados, sino que nos
acoja en su infinita misericordia y nos conduzca a su Reino. Pongamos
nuestra entera confianza en la misericordia infinita y entrañable del
Señor.Sabemos
que quien se fía del Señor nunca será confundido. Quien espera en el
Señor nunca se perderá. Sabemos que quien vive y muere a la sombra de la
Cruz de Jesucristo, despertará en el regazo del Padre para toda la
eternidad. Dios escucha, acoge y
perdona a todo aquel que lo invoca con humilde y sincero corazón.Sabemos que hay perdón para nuestros pecados, para todos nuestros pecadosporque
la misericordia de Dios es infinita. Abramos nuestra alma a la gracia
salvadora de Dios que todo lo redime y todo lo perdona.Sabemos
que no tenemos ciudad permanente aquí, sino que buscamos otra, la del
cielo. Con la Iglesia confesamos: creo en la resurrección de los
muertos y en la Vida eterna. Señor, tómanos y llévanos contigo a la Casa del Padre.TERCERA PALABRAMUJER, HE AHÍ A TU HIJO. JUAN, HE AHÍ A TU MADRE1.- Consideraciones teológicas previasJesús
lleva ya un rato largo clavado en la cruz. Le quedan pocas fuerzas. Se
siente débil, abrasado por una sed muy intensa, respira con mucha
dificultad. La sangre le va faltando. Le cuesta ya hablar.En
la Cruz de Jesús aparece una vez más el realismo de la encarnación: El
Verbo se hizo carne (Jn.1,14). Dios no juega con la
naturaleza humana. La ha asumido y la respeta: tuvo que hacerse
semejante a nosotros, excepto en el pecado, para llegar a ser sumo
sacerdote compasivo y fiel (Heb.2, 17). Dios no hace trampas con la
naturaleza humana.Dios se revela en la Cruz de Jesús como aquel que salva no al estilo delbenefactor,
sino como solidario. El benefactor salva desde fuera y desde arriba. El
solidario salva desde dentro (haciéndose realmente hombre) y desde
abajo (bajando hasta la muerte de Cruz). Realmente la Cruz es un
misterio insondable.Dios mío, ¡cómo se nos caen ante Ti nuestros esquemas!. ¡Cómo nos sorprendes y desconciertas!2.-
Significado de estas palabras de Jesús: Mujer, he ahí a tu hijo...Junto
a la cruz de Jesús estaba su Madre María que mantuvo fielmente la
unión con su Hijo hasta la cruz, en donde, no sin designio divino, se
mantuvo de pie, se condolió vehementemente con su
Unigénito y se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo
con amor en la inmolación de la víctima engendrada por Ella misma (LG
58).María estaba de pie, junto a la cruz de su amado Hijo Jesús, inocente y santo.Sostenida
y ayudada por Juan, el discípulo amado de su Hijo, soporta el dolor de
la madre herida por su Hijo que está al borde de la muerte en la cruz.
María llora en silencio.María
medita en su corazón las palabras que un día, ya lejano, le dijera
Simeón en el Templo cuando ofrecía al Padre a su propio Hijo: una
espada atravesará tu alma.María recuerda también aquellas palabras que un día, ya lejano, ella misma había dicho
al Ángel en la Anunciación : He aquí la esclava del Señor, hágase en
mí según tu palabra. En estos momentos se está cumpliendo el designio
de Dios sobre su Hijo y sobre ella misma. María consiente con fe y amor.
Ella es la celebrante misteriosa de un misterio que Ella vive en el silencio y adoración.Jesús está llegando a su fin. Se mantiene en obediencia perfecta al Padre y enservicio sacrificial a favor de la humanidad. Antes de morir, Jesús nos quiere hacer un regalo inesperado.Pero ¿ le queda algo todavía a Jesús ?Nos
había regalado su palabra y su perdón; nos había regalado la Eucaristía
; nos estaba entregando su vida...Parecí a que ya no le quedaba
nada....Pero sí; le quedaba algo. Mejor dicho, le quedaba alguien a quien Jesús amabaprofundamente:
su bendita Madre; y quería darnos también a su Madre. Nos amaba con un
amor desmedido, sin medida....que le llevó hasta regalarnos a su propia
Madre para que fuera nuestra Madre. En el momento de su muerte, que es
también la
hora de la salvación, Jesús propone al discípulo Juan considerar a
María, la mujer, símbolo de la Iglesia , como su madre, como uno de
sus bienes espirituales: la madre de Jesús es acogida por el Discípulo
en un espacio interior que estaba constituido para él por su relación
con Jesús; Juan la acoge como su madre, en la fe (I.de la Potterie ).Jesús nos confió al cuidado y solicitud maternales de su Madre. Juan Pablo IIafirma que la Madre de Cristo...es entregada al hombre -a cada uno y a todos- como madre.
Este hombre junto a la cruz es Juan, el discípulo que Él amaba. Pero
no está él solo. Siguiendo la tradición, el Concilio (LG 48 y 53) no
duda en llamar a María Madre de Cristo, madre de los hombres. Pues
está unida en la estirpe de Adán con todos los hombres...; más
aún es verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber
cooperando con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles (RM 23).María
vela por nosotros; con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo
que todavía peregrinamos por este mundo hacia la Casa del Padre y nos
encontramos tantas veces en peligros y ansiedades hasta que lleguemos por la misericordia de Dios a la patria bienaventurada.María es Madre de la Iglesia , y por eso la Iglesia entera acude con confianza aMaría y le pide su ayuda para realizar la misión que su Hijo le ha confiado. Ruega por nosotros, amorosa Madre.Permítenos, santa María, unir a tu dolor de madre el dolor de tantas madres delmundo que lloran desconsoladas la muerte de sus hijos víctimas de la droga, del hambre, de la guerra, de la violencia..Permítenos,
santa María, unir a tu dolor de madre el dolor de tantas madres que
lloran apenadas la muerte de sus hijos víctimas de accidentes, de
maldades....Permítenos, santa María, acompañarte para aliviar tu dolor, para secar tuslágrimas, para estar a tu lado en esa tarde del primer Viernes Santo de la historia...Acojamos
a María en nosotros, en nuestro corazón, en nuestra vida....como hizo
Juan. De este modo, se hará realidad en nosotros la exhortación de Juan
Pablo II: en la vida de todo cristiano debe haber una dimensión
mariana.María recorre con nosotros el camino de nuestra vida.¡Santa María!, ven con nosotros a caminar.....CUARTA PALABRADIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿ POR QUÉ ME HAS ABANDONADO ?1.- Consideraciones teológicas previasNos encontramos con unas palabras de Jesús (cf.Lc.27,45- 47) que han hechocorrer
ríos de tinta para intentar explicar el significado profundo que
contienen. En efecto cualquier persona que las lee o las escucha se
siente inquietado por estos interrogantes:¿Cómo es posible que Jesús haya dicho estas palabras?¿Realmente abandonó Dios a su propio Hijo?¿Se derrumbó Jesús al final?Para responder a estas preguntas, queremos hacer unas consideraciones:A) Jesús es consciente de que Dios es su Padre y de que Él es su HijoSabemos que Jesús había manifestado que tenía una relación con Dios tanespecial que lo llamaba Abba, Padre. Jesús tiene conciencia de que Dios es su Padre y de
que Él es Hijo único. Jesús es consciente de que su persona no termina
en la creaturalidad sino en el mismo misterio de Dios. Jesús pertenece a
la esencia, a la naturaleza, a la misma definición de Dios.Sabemos que Jesús no sólo se sabe
sino que se siente, se vive y actúa como Hijo de Dios. Su oración así lo
pone de relieve. La vida de Jesús testifica la conciencia de su relación
filial al Padre. Su comportamiento y sus palabras, que son las del
servidor perfecto, implican una autoridad que supera la de los
antiguos profetas y que corresponde sólo a Dios. Jesús tomaba esta
autoridad incomparable de su relación singular a Dios, a quien
él llama mi Padre. Tenía conciencia de ser el Hijo único de Dios y,
en este sentido, de ser, Él mismo, Dios (Cong. para la Doctrina de la
fe: El Misterio del Hijo de Dios).B) Jesús se sabía enviado por el Padre para dar la vida por todosJesús
conocía el fin de su misión: anunciar el Reino de
Dios y hacerlo presente en su persona, sus actos y sus palabras, para
que el mundo sea reconciliado con Dios y renovado. Ha aceptado
libremente la voluntad del Padre: dar su vida para la salvación de todos
los hombres; se sabía enviado por el Padre para servir y para dar su
vida por la muchedumbre (Mc.,14,24) (Cong. para la doctrina de la fe,
ibd.).La
conciencia que tiene Cristo de ser enviado por el Padre para la
salvación del mundo y para la convocatoria de todos los hombres en el
pueblo de Dios implica, misteriosamente, el amor de todos
los hombres de manera que todos podemos decir que el Hijo de Dios me ha
amado y se ha entregado por mí (Gál.2,20) (Cong.para la Doctrina de la
fe, ibd.).Jesús sabe muy bien que su vida, su historia y su ministerio manifiestan en
este mundo el designio amoroso y salvador de Dios. Jesús jamás rompió su unión con Dios.C) Jesús fue obediente a su PadreEl mismo Jesús manifestó al entrar en este mundo: heme aquí para hacer tuvoluntad;
y más tarde dirá a sus discípulos que su vida está puesta bajo el signo
de la obediencia al Padre: mi comida es hacer la voluntad de mi
Padre. Y otro día, en el inicio de su pasión, en el huerto de
Getsemaní, suplicó a su Padre que pasara de Él el cáliz de la pasión,
pero acto seguido afirmó: no se haga mi voluntad sino la tuya. San
Pablo años más tarde dirá: Jesucristo se hizo obediente hasta la muerte
y una muerte de cruz. A la luz de toda la vida y ministerio de Jesús
podemos
afirmar que Jesús se mantuvo fiel y obediente a su Padre. Por su
obediencia justifica a la humanidad.Para poder realizar la obediencia perfecta, Jesús renuncia libremente (Fil.2,6-9) a todo
lo que podía entorpecer esta actitud. No quiere, por ejemplo, servirse
de las legiones de ángeles que podría tener (Mt.26,53); quiere crecer,
como un hombre,en sabiduría, en edad y en gracia (Lc.2,52); aprender
la obediencia (Act.5,8); afrontar las tentaciones (Mt.4,1-11); sufrir.
Esto no es incompatible con las afirmaciones de que Jesús sabe todo
(Jn.16,30), que el Padre le ha mostrado todo lo que hace (Jn.16,30),
si estas afirmaciones se comprenden en el sentido de que Jesús recibe de
su Padre todo lo que le permite cumplir su obra de revelación y de
redención universal (cf. Jn.3,11.32; 8,38.40; 15,15; 17,8). (Cong.para
la Doctrina de la fe, ibd.).D) Jesús fue abandonado de todos, excepto de su Madre, de Juan y unospocos.Las
palabras, los gestos, el ministerio de Jesús había desconcertado a
muchos. Los Jefes del Pueblo lo habían rechazado; las gentes sencillas
habían pedido su condena. Un discípulo lo traiciona, otro lo niega y
casi todos huyen y lo dejan solo ante el suplicio de la Cruz. Se cumple
así la profecía: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. Al
final Jesús se queda solo en soledad.¿También lo abandona Dios, su Padre?De ningún modo, como ya lo hemos afirmado.2.- Sentido de las palabras de Jesús: Padre ¿por qué me has abandonado?Hemos de excluir cualquier interpretació n que afirmara que el Padre desamparó y abandonó
a su propio Hijo en la cruz. Jesús nunca dejó de existir en el Padre,
ni el Padre en Él. Su voz y su grito, por tanto, no son una protesta,
una queja, una rebelión.Las palabras de Jesús son las primeras palabras de un salmo-lamentació n queconcluye
con una acción de gracias a Dios. Por eso es necesaria interpretarlas
en el conjunto de este salmo que, en última instancia, es un canto de esperanza dentro del dolor
y la persecución.Las
palabras de Jesús no eran blasfemas, sino expresión del sufrimiento del
justo como experiencia de abandono de Dios. Las palabras de Jesús
manifiestan su angustia profunda pero reflejan también su oración
confiada. El que ora no rechaza a Dios, sino que deja que Dios sea Dios
en él; él ora, cumple la voluntad de Dios. Jesús se pone en las manos de
Dios, su Padre, y acepta sus designios para Él. Su muerte no era un
fracaso. Jesús era el siervo que carga con los pecados y los crímenes de
los pecadores y da su vida en rescate por al multitud. Su muerte tuvo
sentido ya que era la entrega amorosa y total de sí mismo por la
multitud como bien lo exponen los relatos de la instituciòn de la
Eucaristía.Ni la desesperación, ni la rebelión contra Dios, ni la protesta airada hacen
mellaen
la conciencia de Jesús. En efecto, Jesús sigue dialogando con Dios su
Padre; sigue hablando a Dios su Padre; sigue dirigiéndose a Él; sigue
confiándose a Él. Jesús sabe que su Padre le responderá a su tiempo y en
su momento. Por eso, Jesucristo no fue derrotado, ni acabó en un
fracaso total, ni sucumbió a la desesperación. En medio del dolor, Jesús
espera en el Padre.Es
verdad que Cristo pasó por la cruz y por la muerte. Pero no terminó
todo ahí. Hubo para Jesús una mañana de luz y de vida: la resurrección. A
Jesús le esperaba la vida divina que sólo Dios conoce. El Padre
acreditó a Jesús.También nosotros hemos de pasar algún día por el sufrimiento y la muerte.Hagamos
nuestra la experiencia de Jesús. Pongámonos en las manos de Dios y no
nos apartemos jamás de él. Aunque no veamos con claridad todas las
cosas; aunque no dominemos nuestro futuro...confiemos en Dios que no
abandona nunca y siempre llega a punto.....Con el salmo oremos: el
Señor es mi Pastor, nada me falta....Aunque pase por cañadas oscuras,
nada temo, porque Tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.QUINTA PALABRA TENGO SED
1.- Consideraciones teológicas previasHabía pasado ya más de un día desde la agonía de Getsemaní en la que Cristosudó
sangre y quedó profundamente debilitado; habían transcurrido varias
horas desde la flagelación de Jesús con la pérdida de sangre abundante;
había pasado ya tiempo desde que Cristo llevará la cruz por las calles
de Jerusalén: desde la Torre Antonia hasta el Calvario.... con los
destrozos que causo a Jesús este caminar doloroso...A
Jesús lo acaban de crucificar. Colgado del madero, la asfixia va
agotando sus fuerzas y la deshidratació n de su cuerpo maltrecho por la
tortura que ha sufrido le ha
debilitado por completo. Jesús está extenuado.2.- Significado de estas palabras de Jesús: Tengo sed.A) Jesús está sedientoNo es extraño que Jesús sienta sed; tenga una sed inmensa que abrasaría susentrañas...
(Jn.19,28-29) San Marcos (15,23) nos informa de la costumbre
humanitaria de los soldados de dar a los que han sido crucificados vino
mezclado con mirra, para aliviarles el dolor. A Jesús se lo
ofrecieron, pero no lo aceptó, ya que quería conservar la plena lucidez
en la hora oscura y dolorosa que está viviendo.San Mateo (27,34) recuerda el salmo 69: veneno me han dado por comida, enmi
sed me han abrevado con vinagre (v.22) y ve cumplida la Escritura en
el gesto de los soldados que mezclan el vino con hiel. Jesús ya no puede
rechazar el vinagre y deja que el hisopo enjugue su boca lastimada y
sus labios resecos. Pero hay más, toda la amargura del mundo toca los
labios de Jesús.Mas la sed de Cristo no la puede ni apagar ni colmar más que su Padre ya quesolamente
Él puede reconocer su obediencia sacrificial y acoger su muerte como
pacificación del mundo. Jesús tiene sed de Dios y de la fe de los hijos
de Dios. La fe de aquellos que le miran y la fe de aquellos que un día
creerán
en Él por la palabra de sus discípulos (cf. Jn.20,29).B) La sed de Jesús es más profunda que la sed física.Jesús
tiene sed, como tierra reseca, de la fe y del amor de la humanidad por
la que está entregando su vida hasta el final. Jesús tiene sed de ti y
de mí.Jesús tiene sed de tantos jóvenes que con tanto afán e ilusión se abren a la vida.Buscad a Cristo. Dirigid vuestros pasos a Cristo y saciaréis para siempre vuestra sed de verdad y de amor, de esperanza y de vida, de paz y felicidad.C) Jesús es la fuente de agua vivaJesús
ha venido a este mundo para que nadie perezca de sed. Él es la fuente
de agua viva que salta hasta la vida eterna. Si alguno tiene sed, venga
a mí y beba el que cree en mí; como dice la Escritura : de su seno
correrán ríos de agua viva (Jn.7,37).¿En qué consiste esta agua?, nos preguntamos.La
respuesta nos la da el propio evangelista Juan: Jesús hablaba del
Espíritu que iban a recibir los que creyeran en Él (Jn.7,39).Acerquémonos a esta fuente y bebamos de balde.Jesús quiere que no
seamos tierra árida que no da frutos de vida y de santidad, de paz y de amor, de justicia y de libertad...Jesús
quiere saciar la sed de tantos seres humanos. A todos nos llama y nos
invita a que busquemos las corrientes de agua viva y a que no acudamos a
cisternas de aguas corrompidas. ...Recordemos las palabras de Jesús a la mujer samaritana: Si conocieras el don de Dios,
me pedirías que te diese de beber de esa fuente que salta hasta la vida
eterna. Esa fuente es el costado abierto por la lanza del soldado. De
esa fuente mana y brota el agua viva.Quien tenga sed de amor, que venga a esta fuente y beba.Quien tenga sed de sabiduría, que venga a esta fuente y bebaQuien tenga sed de santidad, que venga a esta fuente y beba.Quien tenga sed de felicidad, que venga a esta fuente y beba.Quien tenga sed de alegría, que venga a esta fuente y beba.Jesús
es el Buen Pastor que conduce y guía a sus ovejas hacia fuentes de agua
viva. Dejémonos guiar por Cristo a las fuentes de agua viva.SEXTA PALABRA TODO ESTÁ CUMPLIDO1.- Consideraciones teológicas previasRefiere
San Juan, testigo de los padecimientos y de la muerte de Jesús en la
cruz, que Jesús tomó el vinagre. Lo necesitaba. Su boca y sus entrañas
ya no aguantaban la sed abrasadora.Llegaba el momento de la entrega suprema y definitiva de Jesús. Toda su vidaestaba puesta bajo el signo de
la obediencia al Padre y de la entrega por la humanidad.Han pasado muchos años desde el instante de la Encarnación , puesta bajo el signo de la obediencia al Padre y de la entrega, hasta el momento de su muerte en la Cruz que corona la obediencia y la entrega de Jesús.El
camino de Jesús fue un continuo descenso: había comenzado en las
entrañas del Padre y llegaba a la agonía de Getsemaní, a la cima del
Gólgota, a las entrañas de la tierra... Se había vaciado de sí mismo, se
había hecho esclavo pasando por la vida como uno de tantos....Habí a
cargado con el pecado del mundo... Más aún había sido hecho pecado por
nosotros para que nosotros nos salváramos en Él y por Él. El camino de
Jesús había comenzado en lo más alto, en el corazón del Padre, y había
llegado a lo más bajo,
ala
muerte. Siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría de
Dios...Se hizo obediente hasta la muerte y una muerte de Cruz...(Fil.
2,6-11).El camino de Jesús fue también un camino de gracia y de perdón, de amor y demisericordia
para la humanidad. Ungido por el Espíritu, pasó por la vida haciendo el
bien y curando a los enfermos. Comió con los pecadores a quienes
ofreció y regaló el perdón de Dios para sus pecados. Acogió a los pobres
a quienes anunció la buena noticia del Reino de Dios. Se acercó a los
oprimidos a quienes liberó de la esclavitud del pecado,de la injusticia y de la iniquidad. Jesús trajo un
año de gracia del Señor. Manifestó el nombre de Dios a quien glorificó con su vida y con su muerte.2.- Significado de las palabras de Jesús: Todo está cumplidoTodo se ha consumado. Jesús ha corrido su carrera; ha cumplido su misión; haguardado todo lo que el Padre le había encomendado. Ha realizado fielmente el designio y la obra del Padre.Ahora
llegó el momento final. Ahora tendrá lugar su Pascua, es decir, su
vuelta a la casa del Padre de donde salió para conducir a los hombres
hasta ella. Es verdad que esta vuelta a la Casa de donde salió tiene
un camino peculiar. Cristo ha de
adentrarse por los caminos de la pasión y de la cruz; Cristo ha de pasar
por el desfiladero angosto y doloroso de la Pasión para llegar a la
Casa del Padre, en la que nos preparará un sitio, porque quiere que
donde está Él, estemos también nosotros un día. Por eso, te pedimos,Señor,
que no te vayas sin nosotros; que no nos dejes abandonados en la cuneta
de la historia. Queremos estar contigo siempre y para toda la
eternidad. No te olvides de nosotros, Señor. Te queremos mucho, con todo
nuestro corazón. Tú lo sabes, Señor Todo está cumplido, dice Jesús
suspendido de la cruz.Quedaba aún una cosa. Escuchemos este relato de Juan: como era el día de la Preparación para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado -porque aquel sábado era muy solemne-, los
judíos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran.
Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del
otro crucificado con Él. Pero al llegar a Jesús, como le hallaron ya
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le
atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua...y
él sabe que dice verdad (Jn.19,31-35) .Esto es lo que faltaba. Del costado de Cristo, nuevo Adán, dormido en el árbol de la cruz nació la Iglesia y,
con ella los sacramentos de la vida: la Eucaristía y el Bautismo.
Muerto Cristo, nacen la Iglesia y los sacramentos. Cristo muerto en la
cruz dejó abierto el camino al Espíritu Santo.Se ha cumplido la profecía de Ezequiel: el agua bajaba del lado derecho de
laCasa, al sur del altar...Por donde quiera que pase el torrente, todo ser viviente que en él se mueva, vivirá (47,1.9).Ahora
ya tiene todo sentido. Por todos los caminos Cristo ha pasado. Ya no
hay callejones sin salida. Ya no hay rutas oscuras y sin sentido. Los
caminos del hombre, si coinciden con los caminos de Cristo, desembocarán
en el corazón de Dios. Hemos de mirar y entender las cosas desde el
designio de Dios que se hizo realidad en Jesucristo.Todo queda iluminado por el Señor.San Pablo lo decía con palabras muy claras:Todo
es vuestro, vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios.Para los que aman a Dios todo coopera para su bien.Nada podrá apartarnos del amor de Dios revelado en Cristo; ni la vida ni lamuerte, ni el dolor ni el sufrimiento, ni la persecución ni las enfermedades. ..(Rm.8, 31-39).SÉPTIMA PALABRAPADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU1.- Consideraciones teológicas previasNadie me quita la vida; soy Yo quien la doy, había dicho Jesús en su vida..Podemos
decir que toda la vida de Jesús estuvo puesta bajo el dinamismo de una
palabra: entrega. Vale la pena que digamos unas palabras sobre el
misterio de esta entrega de Jesús.El
Padre entregó a su Hijo por nuestra salvación: Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en Él no
perezca, sino que tenga vida eterna (Jn.3,16). San Pablo afirmará: El
que no perdonó a su propio Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por
todos nosotros (Rm.8,32).Judas Iscariote entregó a Jesús a los judíos (Mc.14,10); éstos lo entregaron aPilato
(Mc.15,1); el pueblo pide a Pilato que crucifique a Jesús (Mc.15,11).
Pilato entrega a Jesús a los soldados para que lo azotaran y
crucificaran (Mc.15,15).Jesús mismo se entrega a la muerte: nadie me quita la vida, soy Yo quien laentrega.
San Pablo dirá: Ahora, en mi vida mortal, vivo creyendo en el
Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí (Gál.2,20). Haced del amor
la norma de vuestra vida, a imitación de Cristo que nos amó y se
entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de suave olor a
Dios (Ef.5,2).Con
esta entrega, escribe B.Forte, el Crucificado carga sobre sus hombros
todo el dolor y el pecado del pasado, del presente y del futuro del
mundo; lleva hasta el final su exilio de Dios para asumir el exilio de
los pecadores en el ofrecimiento y en la reconciliació n pascual: Pero Cristo nos ha liberado de la maldición de la ley haciéndose por nosotros maldición (Gál.3,13).De todos modos, hemos de afirmar que quien entrega a Jesús no son los hombres, ya
que a estos será entregado; ni será Él sólo quien se entregue, ya que
el verbo
está en pasiva (cf. Mc.9,31). Quien lo entrega es Dios, su Padre. En
esta entrega que el Padre hace de su propio Hijo por nosotros es
precisamente donde se revela la profundidad de su amor a los hombres:
El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que Él
nos amó primero y envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados
(IJn.4,10).Llega el momento prefijado por el Padre para su Hijo Jesús. Es el momentodecisivo: pasar de este mundo al Padre. Jesús muere siempre unido con su Padre.Posiblemente
era el día 7 de Abril del año 30. Para la Ley judía es el día en que
muere el blasfemo; para el Poder romano es el día en que muere el
subversivo; para la Fe cristiana es
el día en que, en ese Inocente que muere, Dios ha muerto por nosotros .2.- Significado de estas palabras de Jesús: Padre, en tus manos...A) Jesús no muere negando a Dios, ni renegando de sí mismoJesús no muere desesperado ni alejado de Dios.Jesús no muere ni rebelándose contra Dios ni blasfemando contra Él.
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jueves, 5 de febrero de 2015
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