martes, 3 de marzo de 2015

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La intercesión espiritual
Enviado por Agustin Fabra

Introducción a la oración
Oración de intercesión
Recursos espirituales para la intercesión
Cómo interceder
Estorbos a una eficaz intercesión
Intercediendo con la oración del Señor
Intercediendo por el renacer espiritual
Empezar y mantenerse

Introducción a la oración

"Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire al Espíritu. Velen en común y prosigan sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo a favor de todos los hermanos" (Efesios 6:18).

La oración

Oración es la comunicación con Dios. Toma formas diferentes, pero básicamente ocurre cuando el hombre habla con Dios y Dios le habla al hombre. La oración no es simplemente hablar con Dios, sino que involucra también el escucharle.

Oración es comunicación, por lo cual una conversación unilateral jamás es una comunicación. Cuando oras siempre esperas que Dios te hable y a menudo Él lo hace a través de Su Palabra o por una pequeña voz silenciosa que parece hablar a tu corazón. A veces Él te dará una visión o interpretará a tu espíritu lo que tu has orado.

Solamente descarga todas tus preocupaciones en Dios en la oración y entonces dale tiempo a Dios para responderte. Él siempre lo hace y además te ayuda a poner en orden tus prioridades. A veces Él te dará un mensaje especial de estímulo para compartir con alguien por quien tú estás intercediendo. Dios no solo te responderá con mensajes personales para ti.

Debes tener presente que Dios no siempre responderá de inmediato a tu oración, sino que a veces tarda, otras veces su respuesta no será la que nosotros esperamos y, en cambio, en ocasiones es superior a nuestras expectativas.

Niveles de oración

"Pedid y se os dará. Buscad y hallareis. Llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide

recibe, el que busca halla, y al que llama se le abrirá" (Mateo 7:7-8).

Hay tres niveles de intensidad en la oración: Pedir, buscar, y llamar.

Pedir es el primer nivel de la oración. Es simplemente presentar una petición a Dios y recibir su respuesta, muchas veces inmediata. Para recibir, la condición es pedir:

"Cuando se les niega lo que codician, ustedes matan. Cuando no consiguen lo que codician, ustedes discuten y pelean. En realidad ustedes no tienen porque no piden" (Santiago 4:2).

Buscar es un nivel más profundo de oración. Éste es el nivel dónde las respuestas no son tan inmediatas como al nivel de pedir. Los que se encontraban reunidos en el aposento alto, a quienes se les apareció Jesús resucitado, son un ejemplo de buscar. Estos hombres y mujeres en oración

buscaron el cumplimiento de la promesa que habían recibido por medio del Espíritu Santo y continuaron buscando en oración hasta que la respuesta llegó en el propio Jesús (Hechos

1-3).

Llamar es un nivel más profundo. Es la oración que se convierte en persistente cuando las respuestas se demoran en venir. Se ilustra por la parábola que Jesús dijo en Lucas: "Supongan que uno de ustedes va a medianoche donde un amigo para decirle: préstame tres panes, por favor, porque me llegó un amigo de viaje y no tengo nada que ofrecerle. Pero el otro responde desde dentro: No me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos. Yo les digo que si el de afuera sigue golpeando, por fin se levantará a dártelos. Si no lo hace por ser amigo suyo, lo hará para que no le siga molestando, y le dará todo lo que necesita" (Lucas11:5-10).

Tipos de oración

Como dijo San Pablo a los efesios, deben orar siempre y en todo lugar. Sin embargo el estado anímico de la persona influirá en el momento de la oración: unos pedirán por sus necesidades propias y otros por las ajenas, unos para la sanación de enfermedades y otros por el arrepentimiento sincero de sus actos. Por ello debemos diferenciar cada tipo de oración en base a su modalidad.

Adoración y alabanza

Adorar es dar honor y devoción. La alabanza no solo es la acción de gracias y una expresión de gratitud por lo que Dios ha hecho sino también por quién Él es. Debemos rendir culto a Dios en espíritu y en verdad:

Adorar a Dios en verdad significa que le rendimos culto basándose en lo que se revela en la Palabra de Dios. Adorar en Espíritu es hacerlo con toda sinceramente en el poder del Espíritu Santo, desde nuestro más profundo ser, poniéndolo primero sobre todos los otros.

Cuando adoramos en Espíritu estamos permitiendo al Espíritu Santo dirigir nuestra adoración y para ello no necesitamos usar fórmulas artificiales o rituales de adoración.

En cambio, abrimos lo más profundo de nuestro corazón, y alzamos nuestra alabanza a Él en nuestras propias palabras. Otras veces el Espíritu Santo nos tomará completamente y empezaremos a adorar en otras lenguas desconocidas para nosotros. Y eso será un don recibido de Dios por medio del Espíritu Santo.

Compromiso

Ésta es la oración por la que entregamos nuestra vida y nuestra voluntad a Dios y le prometemos nuestra consagración y dedicación a Dios, a su obra y a sus propósitos.

Petición

Las oraciones de petición son conocidas también como súplicas y son para pedir, buscar o llamar. La palabra súplica significa "pedir a Dios o suplicar a Dios fuertemente en nombre de una necesidad".

Confesión y arrepentimiento

La oración de confesión es aquella por la cual confesamos nuestro pecado, mostramos nuestro arrepentimiento y pedimos el perdón del Señor por el pecado cometido.

Contemplación

Es la comunicación íntima y personal con el Señor. Es estar frente a frente con El. Orar nos servirá para prepararnos debidamente para que la intercesión que hagamos por otra persona sea totalmente eficaz.

Cantad y danzad juntos y sed felices, pero que cada uno pueda estar solo, tal como las cuerdas de una guitarra que, aunque separadas, todas vibran con la misma música. Yalil Gibran Yalil (autor místico, Líbano, principios siglo XX)

Intercesión

La intercesión es la oración por otros. Un intercesor es uno que toma el lugar o suplica por el caso de otro. Es en este tipo de oración en el que enfocaremos el resto de este curso.
Oración de intercesión

"No impongas las manos a nadie a la ligera, no sea que te hagas cómplice de los

pecados del otro" (1 Timoteo 5:22).

El intercesor

Un intercesor es una persona que toma el lugar de otra o que suplica en el caso de otra persona. Cuando oramos de esta manera, estamos intercediendo. La intercesión puede definirse como la oración santa, llena de fe y de perseverancia, con que alguien suplica a Dios en nombre de otros que desesperadamente tienen necesidad de la intervención divina.

Jesús es el intercesor modelo. Ya lo fue mientras Él estaba aquí en la tierra: oró por aquellos que estaban enfermos y poseídos por los demonios, también oró por sus discípulos e incluso oró por todos cuando Él intercedió por aquellos que creían y que creerían en Él. Jesús continuó su ministerio de intercesión después de su muerte y resurrección cuando Él volvió al cielo y allí sigue siendo nuestro intercesor ante Dios.

La importancia de la intercesión

La intercesión evidentemente es importante debido al énfasis que Jesús colocó en ella en su propio ministerio terrenal. Su importancia también se revela en diferentes partes de la Biblia, llenas de historias de hombres y mujeres que experimentaron resultados poderosos a través de una eficaz intercesión.

A través de una intercesión eficaz, se puede entrar en el mundo espiritual desde cualquier parte. Las oraciones de intercesión no tienen limitación de distancia pues pueden penetrar lugares humanamente inalcanzables e incluso pueden cruzar barreras geográficas, culturales y políticas. Incluso puede afectar el destino de individuos y ayudar a salvar las vidas y almas de hombres y mujeres, y puede extender el Evangelio del Señor alrededor del mundo mientras se intercede en oración.

Cómo interceder

El intercesor está ante Dios mediando por el hombre pecador o por un hermano necesitado. Para ser eficaz, la persona que intercede por otra debe estar primero ante Dios, en soledad, para desarrollar la intimidad necesaria para cumplir este papel.

Es sobre la base de esta relación íntima con Dios que nosotros podemos permanecer entonces entre Él y otros, sirviendo como un abogado e intercesor en su nombre.

A veces esta intercesión se hace con entendimiento. Esto ocurre cuando se intercede por otros en su propio idioma materno y se entiende lo que se está diciendo.

En otras ocasiones es el Espíritu Santo quien habla a través de la persona que intercede, orando directamente a Dios según Su voluntad:

"Además el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad porque no sabemos pedir de la manera que se debe, pero el propio Espíritu intercede por nosotros con gemidos que no se pueden expresar" (Romanos 8:26)

También puede ocurrir que la intercesión sea en una lengua desconocida; a lo que se le llama orar en lenguas.

"El que habla en lenguas extrañas no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie le entiende; su espíritu le hace decir cosas incomprensibles" (1 Corintios 14:2)

Es difícil entender este tipo de intercesión con nuestra mente, pero es el nivel más profundo de oración de intercesión y el más eficaz porque es hecho según la voluntad de Dios. La mente y la voluntad de la persona que intercede no afectará las oraciones transmitidas por el Espíritu Santo a través del intercesor en una lengua desconocida.
Recursos espirituales para la intercesión

Los recursos

Dios ha proporcionado grandes recursos espirituales a este ministerio de intercesión al que

Él llama a algunas personas.

Cuando se intercede en oración realmente se lucha con el enemigo por las almas de nuestros hermanos. El intercesor no hace esto por su propia habilidad o fuerza, sino sobre la base del poder espiritual y de la autoridad delegada en nosotros por Jesús:

Hay una gran diferencia entre autoridad y poder. Si consideramos el ejemplo de un policía, él lleva una insignia y un uniforme que son símbolos de su autoridad, la cual le ha

sido dada debido a su posición. Debido a que no todas las personas respetan esa autoridad, el policía también lleva un arma y esa arma es su poder.

En cambio la autoridad del intercesor sobre el enemigo viene dada por Jesucristo y el poder sobre el enemigo viene dado por el Espíritu Santo.

Como el policía, la persona que intercede debe tener la autoridad y el poder para ser eficaz en la intercesión, pues está haciendo realmente una batalla espiritual con el enemigo. Los creyentes reciben la autoridad por su comunión con Cristo, pero algunos nunca siguen para recibir el poder del Espíritu Santo que debe combinarse con la autoridad para interceder eficazmente.

El poder que Jesús dio por medio del Espíritu Santo es para ser usado para propósitos específicos en la intercesión. La persona que intercede tiene autoridad para:

Interceder en oración por aquellos que necesitan de sanidad y liberación

Interceder por aquellos que necesitan de la salvación

Interceder por otros servidores para extender el Evangelio

Atar y desatar

Jesús enseñó la importancia de atar los espíritus malos antes de expulsarlos, pero el principio de atar y desatar se extiende más allá de echar fuera los demonios. La persona que intercede puede atar el poder del enemigo para que él no trabaje en su vida, casa o en su comunidad. Pero también puede desatar a los hombres y mujeres de la esclavitud del pecado, de la depresión, y ante el desaliento del enemigo. En cada situación, en cada problema y en cada desafío hay una llave espiritual. Esa llave es atar y desatar soltando a través de la oración de intercesión.

En el nombre de Jesús

El Nombre de Jesús es la autoridad bajo la cual nosotros intercedemos, basándonos en su promesa:

"Estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán a los malos espíritus, hablarán en lenguas nuevas, tomarán serpientes en las manos y, si llegan a beber algún veneno, no les dañará. Pondrán sus manos sobre los enfermos y estos sanarán" (Marcos

16:17-18)

La Sangre de Jesús

El hecho de cubrirnos con la Sangre de Jesús antes de iniciar la intercesión es otro recurso espiritual. Es a través de Su sangre que nosotros tenemos acceso a Dios Padre:

Dios envió a Jesús en el Nuevo Testamento para que vertiera su Sangre por el. Su Sangre se describe como el nuevo pacto: "Esto es mi Sangre, sangre de la alianza, sangre que será derramada por una muchedumbre". (Marcos 14:24) .

Y Jesús es el mediador de este nuevo pacto: "En cambio ahora Jesús fue designado para un culto superior, en cuanto que es mediador de una alianza mejor y que promete mejores beneficios" (Hebreos 8:6).

Esto convirtió al viejo pacto en obsoleto, significando que no hay ninguna necesidad de seguir ofreciendo la sangre de animales como un sacrificio para la purificación del pecado.

Ayuno

Otro recurso espiritual para la intercesión eficaz es el ayuno. Ayunar, en la definición más simple, es no comer. La oración con ayuno era practicada en la Iglesia Primitiva: "En cada Iglesia designaron presbíteros y, después de orar y de ayunar, les encomendaron al Señor, en quien habían creído" (Hechos 14:23). El ayuno es un sacrificio personal encaminado a apoyar nuestra petición.

Tipos de ayuno

Según la Biblia hay dos tipos de ayuno: total y parcial.

El ayuno total es cuando no se come ni bebe en absoluto. El ayuno parcial es cuando la dieta se restringe.

Los propósitos de ayunar

El ayuno no cambia a Dios; te cambia a tí. Dios se relaciona contigo basándose en tu relación con Él. Cuando tú cambias, entonces la forma en que Dios trata contigo se modifica. Tú no ayunas para cambiar Dios porque Dios no cambia. El ayuno cambia la manera cómo Él se relaciona contigo.

Hay propósitos espirituales definidos para ayunar. Es importante que se comprendan cuáles son esos propósitos, porque si el ayuno se realiza por razones equivocadas o sin propósito específico, entonces el ayuno será ineficaz.

Y una de las principales razones que debe tener el intercesor es el de ayunar para que su oración sea más efectiva.

La duración del ayuno

Cuánto tiempo debe ayunarse depende de lo que Dios hable a tu espíritu. Él puede llevarte a ayunar un tiempo corto o largo.

Si tú nunca has ayunado, empieza a ayunar una comida. Luego podrías querer ayunar del ocaso en un día hasta el ocaso en el próximo día. Entonces podrías aumentar tu ayuno a períodos más largos de tiempo. Pero siempre debes beber agua en los ayunos largos; el agua se necesita para mantener las funciones corporales básicas.

Pero nunca te olvides que debe existir un buen motivo para el ayuno. En el caso de la persona que intercede por otra, la oración de intercesión será el motivo.

Hay que saber adecuar el tipo de ayuno que ejerzamos con nuestro esfuerzo físico regular (trabajo, etc). Y procurar que nunca nos enfermemos por el bien de nuestro propio ministerio. Si estamos enfermos no podremos ejercerlo.

Ayuno público y ayuno privado

Ayunar es algo personal entre una persona y Dios. Se realizará en privado y no se alardeará jamás sobre él:

"Cuando ayunen no pongan la cara triste, como hacen los hipócritas, que se desfiguran la cara para mostrar a todos que ayunan. Les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando ayunes, perfúmate el cabello y no dejes de lavarte la cara porque no son los hombres quienes deben darse cuenta de que tú ayunas, sino tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará" (Mateo 6:16-18).

Sin embargo, y previo acuerdo unánime, es ayuno puede ejercerse en grupo cuando es voluntario y para un fin espiritual común, como sería el caso de un Ministerio de Intercesión.
Cómo interceder

Intercesión

El elemento importante en la oración de intercesión no es cuán fuerte o enérgicamente nosotros oramos, sino cuán sinceras son nuestras demandas al presentárselas a Dios.

Es indispensable que la gloria de Dios sea el propósito de nuestra intercesión porque la meta principal del enemigo es impedir la glorificación de Dios. Por consiguiente, si esa es nuestro objetivo principal, y además comprometemos nuestro espíritu y nuestro ser a la efectividad de la oración de intercesión, Dios se manifestará.

La oración debe ser ofrecida en base a nuestra fe y según la voluntad de Dios.

"Por El estamos plenamente seguros que si le pedimos algo conforme a su voluntad, El nos escuchará. Sabemos que El nos atiende en cualquier cosa que le pidamos; por lo tanto sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido" (1 Juan 5:14-15)

Principios para una intercesión eficaz

Alaba a Dios por el privilegio de cooperar con Él en los asuntos de los hombres a través de la oración.

Asegúrate que tu corazón está limpio ante Dios ante cualquier pecado no confesado. Reconoce que realmente no puedes orar sin la dirección y la energía del Espíritu Santo. Deja de lado tus propias imaginaciones, deseos, y cargas, y concéntrate en aquello por lo

que realmente debes orar.

Ponte ante la presencia de Dios en una silenciosa esperanza

En obediencia y fe, expresa lo que Dios trae a tu mente. No pases a un nuevo asunto hasta que Dios se haya manifestado en tu oración.

Finaliza la oración de intercesión alabando a Dios y agradeciéndole su ayuda.

Interceder correctamente

Dios contesta la oración según su voluntad y su voluntad se revela en su Palabra.

"En realidad ustedes no tienen porque no piden. Y si piden algo no lo consiguen porque piden con la mala intención de derrocharlo después en sus placeres" (Santiago 4:2-3)

Es similar a cómo un padre se relaciona con sus hijos. Ningún padre se compromete a dar algo a sus hijos que ellos no le pidan o que no deseen. Igual es con Dios, que e nuestro Padre.

"Y lo que ustedes pidan en mi nombre, lo haré yo, para que el Padre sea glorificado en su

Hijo. Y también si me piden algo en mi Nombre, yo lo haré" (Juan 14:13-14)
Estorbos a una eficaz intercesión

Estorbos

Un estorbo es algo que se posiciona en camino, impidiéndole interceder. Si se quiere interceder debidamente hay que identificar los estorbos a la intercesión eficaz y eliminarlos. Hay que recordar que identificar los estorbos a la intercesión no es suficiente; también hay debe pedirle a Dios que le ayude a eliminarlos de su vida.

Actuar en lugar de orar

Es importante aprender cómo esperar ante el Señor en oración por su guía y dirección antes de actuar. Es igualmente importante saber cuando detener la oración. A veces la respuesta de Dios a la oración de intercesión resultará en que El desea más la acción que oración, como en el ejemplo de las aguas amargas de Mará, dónde los judíos necesitaban agua desesperadamente, pero no podrían beber de este arroyo ya que sus aguas estaban envenenadas. Cuando Moisés clamó hacia el Señor en intercesión, Dios le mostró exactamente qué hacer para endulzar las aguas. No había ninguna necesidad de pedirle más allá al Señor en oración. Moisés debería actuar como Dios le había revelado.

"Llegaron a Mará pero no pudieron beber de sus aguas porque eran amargas. Por esto se llamó a aquel lugar Mará, esto es, Amargura. El pueblo murmuró contra Moisés diciendo:

¿Qué beberemos?. Entonces Moisés invoco a Yavé, el cual le mostró un madero, y cuando lo echó en las aguas, se endulzaron" (Éxodo 15:23-25).

Aquel no era momento para orar, sino para actuar en la dirección mostrada en la oración. Dios no iba a tirar el madero al agua; debía hacerlo Moisés. Algunas personas usan la intercesión como una excusa para evitar hacer lo que Dios les ha dicho que hagan. La

intercesión a veces lleva a la acción dinámica y eficaz. Algunas personas continúan intercediendo cuando Dios ya ha contestado, pero no les gustó la respuesta.
Intercediendo con la oración del Señor

La oración del Señor

Hay dos versiones de lo que se llama la Oración del Señor. Una está en Mateo 6:9-13 y otra en Lucas 11:2-4. Las similitudes entre ellas justifican las dos versiones como formas de la misma oración en lugar de oraciones diferentes.

La versión de Mateo fue dada cuando Jesús dio el Sermón Del Monte. El pasaje en el libro de Lucas se dio aproximadamente dos años y medio después, y se refiere al momento en que los discípulos vinieron a Jesús pidiéndole que Él les enseñara a orar. Durante este período, los discípulos observaban a Jesús orando y pudieron dar testimonio del poder que emanaba de sus experiencias de oración. Esto creó en los Discípulos el deseo de aprender a orar, por eso ellos le pidieron: "Señor, enséñanos a orar".

Jesús respondió con las palabras de lo que ha llegado a ser llamado el Padre Nuestro.

Es oración de intercesión

Cuando los discípulos vinieron a Jesús y le dijeron: Enséñanos a orar, Jesús respondió a su petición usando un método empleado por los rabinos judíos. Los rabinos listaban a menudo ciertos temas de la verdad, entonces bajo cada punto proporcionaba un esbozo completo.

En esta oración, Jesús usó este mismo modelo de instrucción. Él dio los temas e instruyó: vosotros, pues, orad así, que significa orad a lo largo de estas líneas. Jesús no les ordenó a Sus seguidores que repitieran la oración palabra a palabra, sino orad de esta manera.

La oración empezó con el adjetivo posesivo plural Nuestro. Más adelante en la oración vemos peticiones tales como Dánoslo, Perdónanos, y Líbranos. En sus distintos aspectos, el Padre Nuestro es una oración de intercesión porque la persona ora por otros, así como por sí misma.
Intercediendo por el renacer espiritual

Definición del renacer

Renacer es volver a nacer. Volver a tomar fuerzas o energía; reavivar. Renacer no es básicamente una sensación emocional. Las personas responden emocionalmente al llamado de Dios, pero las emociones son simplemente una parte de ese renacer espiritual. El verdadero renacer a ese llamado afectará a la persona entera, incluso a sus emociones. La estadística sobre el número de muertes causadas por la bebida alcohólica nunca convirtió a un borracho. Las figuras sobre el aumento del crimen no cambian a los delincuentes. El poder de convicción del Espíritu Santo debe tocar a un hombre espiritualmente y emocionalmente para efectuar el cambio.

Renacer no es ninguna evangelización. La evangelización es proclamar las buenas noticias del Evangelio. El reavivamiento no es sólo una serie de reuniones extraordinarias, a menos que esas reuniones extraordinarias sean tocadas por el Espíritu Santo.

Por consiguiente, renacer es un trabajo extraordinario de Dios a través de y en favor de un pueblo que ha aprendido y que ha aplicado los principios revelados en la Palabra y que ha aceptado al Señor y su llamado a través de su Santo Espíritu.

El renacimiento es soberano porque el hombre no puede producirlo. Es extraordinario porque es un trabajo especial de Dios. Es un nuevo llamado que trabaja dentro de un grupo de personas y en favor de ellas. Es un despertar, un revivir, restaurando el pueblo de Dios. Un retorno a la conciencia o vida espiritual. Lo que se reaviva o renace se pone activo y floreciente de nuevo. El influjo del Espíritu entra en el cuerpo que ha amenazado volverse un cadáver y hace que renazca de nuevo.

Preparando el renacer

Podemos comparar el renacer con la tarea de cultivar. Un granjero puede sentarse en su campo y orar para una tener una buena cosecha, pero si él no prepara el campo, planta la semilla y la riega, la cosecha no germinará.

La misma analogía puede usarse para el renacer espiritual. Renacer es el movimiento colectivo del Espíritu de Dios y de la respuesta del pueblo de Dios. Es nuestra obligación evangelizar y así atraer a más personas al servicio de Dios, trabajando para que su Palabra llegue a todas las latitudes. Y uno de los medios para esa atracción es la

intercesión, ya que por medio de ella Dios, a través del Espíritu Santo, llegara al corazón de la persona necesitada y le abrirá sus ojos espirituales.

Dios y su plan para renacer

La persona ora específicamente para buscar a Dios y convertirse a El. Debemos pedirle a Dios por nuestro renacer espiritual y arrepentirnos específicamente para que sea El quien prepare nuestros corazones para la acción de Su Espíritu.

Para ello debemos:

Volvernos voluntaria y sinceramente a Dios y mostrarle arrepentimiento. Tener una actitud interna de compromiso para servirlo y cumplir Su voluntad. Hacer el compromiso de llevar a la práctica una oración ferviente y continua.

Sin embargo orar y buscar a Dios no es suficiente sino que ello debe ser acompañado por un verdadero arrepentimiento. El arrepentimiento es un don de Dios que le permite cambiar la dirección de su vida. No solo la voluntad de Dios es que todos se arrepientan, sino que Dios mismo trabaja para atraernos al arrepentimiento.

El arrepentimiento incluye arrepentirse de los pecados de omisión (cosas que uno no hace, pero debería hacer); de obra (las cosas equivocadas que uno hace); y de presunción (no buscar el consejo de Dios y creernos autosuficientes).

Constantemente debemos examinar nuestro estado espiritual y hacer un sincero examen de conciencia ante Dios, buscando Su rostro, orando y humillándonos ante El y arrepintiéndonos de nuestras malas acciones.
Empezar y mantenerse

Durante este estudio de oración de intercesión hemos aprendido lo que es la intercesión, cuáles son los recursos espirituales proporcionados para permitirnos hacerla y específicamente cómo hacer este tipo de oración. También hemos considerado al intercesor modelo, el Señor Jesús, y hemos aprendido a identificar y a tratar con los estorbos a una oración eficaz.

Las siguientes son sugerencias adicionales sobre cómo empezar y permanecer en este ministerio de oración de intercesión.

Organizándonos para interceder

Si se desea que nuestra oración sea eficaz debemos tener el tiempo suficiente para orar, planificando el tiempo de oración regular individualmente o acompañado.

Oración personal

Es cuando la oración es hecha en privado. Para ello se establecerá un tiempo diario para la oración, preferentemente temprano por la mañana antes de de empezar su día, o bien en otro horario que le sea más conveniente. Éste es el tiempo en que deberá estar ante Dios orando en privado, y entre Dios y el hombre con peticiones e intercesión. Pero antes de que empezar a interceder hay que tener un tiempo para el arrepentimiento personal y pedirle a Dios que lo limpie de todo el pecado. El arrepentimiento es fundamental para una intercesión eficaz.

Oración en grupo

"Asimismo si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pedir cualquier cosa, estén seguros de que mi Padre Celestial se la dará. Pues donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, ahí estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:19-20).

Encuentre a un hermano o hermana que desee unírsele en oración de intercesión y empiecen a orar juntos regularmente. Puede incluso formar un grupo pequeño. No sólo le ayudará en la oración, sino que Si alguien del grupo tiene momentos de decaimiento personal, las otras personas serán su apoyo espiritual para salir de esos momentos difíciles. Ayúdense el uno al otro y apóyense mutuamente. Reúnanse con regularidad a orar; no esperen que se lo pidan.

Problemas a superarse

Todas persona que ora tiene que enfrentarse a problemas que deben ser superados. Ese esfuerzo de superación forma parte intrínseca de la intercesión.

Esforzarse en oración significa hacerlo a través de estorbos que frenarían o incluso impedirían completamente el continuar en una oración perseverante. Significa que debemos estar tan atentos en todo tiempo que nosotros podamos notar cuando nos

volvemos perezosos en la oración y, por consiguiente, que podamos acudir al Espíritu

Santo, Espíritu de oración, para remediarlo.

Aquí están algunos de los problemas más comunes a enfrentar: Falta de tiempo

Nosotros siempre encontramos tiempo para lo que nosotros realmente queremos hacer. "Falta de tiempo" no es una excusa. Más ocupado aún puede estar la persona por quien se va a interceder. Establezca un tiempo para la oración y no permita que nada más ocupe ese tiempo.

Nunca fije un tiempo determinado para orar, ni la duración de la oración, porque puede ser necesario más o menos tiempo dependiendo de la materia y necesidad de su oración. La intercesión no tiene que ser larga para ser eficaz.

Distracciones

Intente minimizar las interrupciones durante la intercesión. Deje instrucciones para no ser interrumpido ni molestado durante ese tiempo en que esté orando. Busque la soledad y el silencio para una más efectiva oración. La música suave de fondo a veces cubre los otros ruidos que distraen, como el tráfico cercano o la conversación de otros, pero la mejor forma de orar es en la total intimidad.

Cansancio

Si se nota cansado o soñoliento durante el tiempo de oración, intente caminar mientras usted ora u ore en voz alta, aunque intentando no perder nunca la concentración.

Falta de deseo

El deseo de orar en intercesión puede desarrollarse sistemáticamente. Empiece con la disciplina de hacerlo regularmente tanto si se siente deseo como si no. La experiencia cristiana está basada en la fe, no en el sentir. Cuando se empiezan a ver los resultados de la intercesión, tanto en la vida del que ora como en las vidas de por quien se está intercediendo, el tiempo dedicado a la oración se transformará de disciplina en deleite.

El principio del fin

La intercesión en realidad no es un fin, sino un principio. El fin será la sanación para la salvación espiritual; el fin sin fin (san Agustín). La persona que ora por los demás ha recibido del Señor el recurso espiritual más poderoso: la intercesión.

La oración de intercesión puede cruzar a través de barreras geográficas, culturales y políticas y puede afectar el destino de individuos y de naciones enteras. A través de la intercesión pueden llegarse a salvar las vidas y almas de muchas personas.

El Señor Jesús tiene un propósito, y ninguna fuerza del mundo, ni de la carne ni el propio enemigo, podrán impedir el éxito de la oración. Los únicos que podemos hacerla fracasar somos nosotros mismos.

Una última advertencia

No impongas las manos a nadie a la ligera, no sea que te hagas cómplice de los pecados del otro. (1 Timoteo 5:22).





Autor:

Agustín Fabra

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