miércoles, 25 de noviembre de 2015

Antiguo Egipto - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Antiguo Egipto




Historia de Egipto
All Gizah Pyramids.jpg
Prehistoria de Egipto pre–3100 a. C.
Antiguo Egipto
Periodo arcaico 3100–2686 a. C.
Imperio Antiguo 2686–2181 a. C.
Primer periodo intermedio 2181–2055 a. C.
Imperio Medio 2055–1650 a. C.
Segundo periodo intermedio 1650–1550 a. C.
Imperio Nuevo 1550–1069 a. C.
Tercer periodo intermedio 1069–664 a. C.
Periodo tardío 664–332 a. C.
Antigüedad clásica
Egipto aqueménida 525–332 a. C.
Período helenístico 332–30 a. C.
Egipto romano y bizantino 30 a. C.–641 d. C.
Egipto sasánida 621–629
Edad Media
Egipto árabe 641–969
Egipto fatimí 969–1171
Egipto ayubí 1171–1250
Egipto mameluco 1250–1517
Edad Moderna
Egipto otomano 1517–1867
Ocupación francesa 1798–1801
Egipto bajo Mehmet Alí 1805–1882
Khedivato de Egipto 1867–1914
Egipto contemporáneo
Ocupación británica 1882–1953
Sultanato de Egipto 1914–1922
Reino de Egipto 1922–1953
República 1953–presente
Bandera de Egipto Portal de Egipto
El Antiguo Egipto fue una civilización que surgió al agruparse los asentamientos situados en las riberas del cauce medio y bajo del río Nilo. Tuvo tres épocas de esplendor en los periodos denominados por los historiadores Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo. Alcanzaba desde el delta del Nilo, en el norte, hasta la isla Elefantina (la actual Asuán, junto a la primera catarata del Nilo, en el sur), llegando a tener influencia desde el Éufrates hasta Gebel Barkal,
en la cuarta catarata del Nilo, en épocas de máxima expansión. Su
territorio también abarcó, en distintos periodos, el desierto oriental y
la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí y un gran territorio occidental que dominaba los dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo Egipto, al sur y al norte, respectivamente (véase: Kemet).


La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años.
Comenzó con la unificación de varias ciudades del valle del Nilo,1 alrededor del 3150 a. C.,2 y se da convencionalmente por terminado en el 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, que desaparece como Estado.3
Este acontecimiento no representó el primer período de dominación
extranjera, pero fue el que condujo a una transformación gradual en la
vida política y religiosa del valle del Nilo, marcando el final del
desarrollo independiente de su cultura. Su identidad cultural había comenzado a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los reyes de Babilonia (siglo VI a. C.) y Macedonia (siglo IV a. C.), desapareciendo su religión con la llegada del cristianismo, en la época de Justiniano I, cuando en 535 fue prohibido el culto a la diosa Isis, en el templo de File.


Egipto tiene una combinación única de características geográficas, situada en el África nororiental y confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el mar Mediterráneo.
El Nilo fue la clave para el éxito de la civilización egipcia, ya que
éste permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una
significativa ventaja sobre otros oponentes: el légamo
fértil depositado a lo largo de los bancos del Nilo tras las
inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma
de agricultura menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la
población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural,
tecnológico y artístico.


La vida se ordenaba en torno al desarrollo de un sistema de escritura y de una literatura
independientes, así como en un cuidadoso control estatal sobre los
recursos naturales y humanos, caracterizado sobre todo por la irrigación de la fértil cuenca del Nilo y la explotación minera
del valle y de las regiones desérticas circundantes, la organización de
proyectos colectivos como las grandes obras públicas, el comercio con las regiones vecinas de África del este y central y con las del Mediterráneo
oriental y, finalmente, por un poderío militar capaz de derrotar a
cualquier enemigo, y que mantuvieron una hegemonía imperial y la
dominación territorial de civilizaciones vecinas en diversos períodos.
La motivación y la organización de estas actividades estaba encomendada a
una burocracia de élite sociopolítica y económica, los escribas, bajo el control del Faraón,
un personaje semidivino, perteneciente a una sucesión de dinastías, que
garantizaba la cooperación y la unidad del pueblo egipcio en el
contexto de un elaborado sistema de creencias religiosas.4 5


Los muchos logros de los egipcios incluyen la extracción minera, la
topografía y las técnicas de construcción que facilitaron el
levantamiento de monumentales pirámides, templos y obeliscos, unos procedimientos matemáticos, una práctica médica eficaz, métodos de riego y técnicas de producción agrícola, la primera naves conocidas,6 la tecnología del vidrio y de la fayenza, las nuevas formas de la literatura y el tratado de paz más antiguo conocido, firmado con los hititas.7
Egipto dejó un legado duradero, su arte y arquitectura fueron
ampliamente copiados, y sus antigüedades se llevaron a los rincones más
lejanos del mundo. Sus ruinas monumentales han inspirado la imaginación
de los viajeros y escritores desde hace siglos. Un nuevo respeto por las
antigüedades y excavaciones en la época moderna han llevado a la investigación científica de la civilización egipcia y a una mayor apreciación de su legado cultural.8



Valle del Nilo.

Ubicación geográfica

El territorio que ocupaba Egipto en la antigüedad estaba constituido por una estrecha y larga franja correspondiente al valle del río Nilo, en el noreste de África. Este río nace en los lagos Victoria y Alberto y desemboca en forma de delta en el mar Mediterráneo.
Tan solo 60 kilómetros de ancho y 1200 kilómetros de largo constituían
este valle de tierras fértiles rodeado en gran parte por el desierto del Sáhara.


Cronología

Antiguo Egipto

Dinastías y faraones
Periodo predinástico
Periodo protodinástico
Periodo arcaico: - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
Imperio Medio: XI XII
II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
Macedónico. Ptolemaico
Periodo Romano
La obtención de una cronología exacta del Antiguo Egipto es una tarea compleja. Existen diversos criterios de datación entre egiptólogos,
con divergencias de algunos años en los últimos períodos, de décadas al
principio del Imperio Nuevo y de casi un siglo durante el Imperio
Antiguo (véase: Cronología del Antiguo Egipto).


El primer problema surge por el hecho de que los egipcios no
utilizaron un sistema de datación homogéneo: no tenían un concepto de
una era similar al Anno Domini, o la costumbre de nombrar los años, como en Mesopotamia (véase Limmu). Databan con referencia a los reinados de los diversos faraones, solapando posiblemente los interregnos y las épocas de corregencia. Un problema añadido surge al comparar las distintas Listas Reales de faraones, pues están incompletas o con datos contradictorios, incluso en el mismo texto. Las obras del mejor historiador sobre Egipto, Manetón, se perdieron y solo las conocemos a través de epítomes de escritores posteriores como Flavio Josefo, Eusebio de Cesarea, Sexto Julio Africano o el monje Jorge Sincelo. Desafortunadamente las fechas de algunos reinados varían de uno a otro autor.


Los inicios de la civilización egipcia

Las evidencias arqueológicas indican que la civilización egipcia comenzó alrededor del VI milenio a. C., durante el Neolítico, cuando se asentaron los primeros pobladores (véase el periodo predinástico). El río Nilo, en torno al cual se asienta la población, ha sido la línea de referencia para la cultura egipcia desde que los nómadas cazadores-recolectores comenzaron a vivir en sus riberas durante el pleistoceno.
Los rastros de estos primeros pobladores quedaron en los objetos y
signos grabados en las rocas a lo largo del valle del Nilo y en los oasis.


A lo largo del Nilo, en el XI milenio a. C., una cultura de recolectores de grano había sido substituida por otra de cazadores, pescadores y recolectores que usaban herramientas de piedra. Los estudios también indican asentamientos humanos en el sudoeste de Egipto, cerca de la frontera con Sudán, antes del 8000 a. C. La evidencia geológica y estudios climatológicos sugieren que los cambios del clima, alrededor del 8000 a. C., comenzaron a desecar las tierras de caza y pastoreo de Egipto, conformándose paulatinamente el desierto del Sáhara.
Las tribus de la región tendieron a agruparse cerca del río, en donde
surgieron pequeños poblados que desarrollaron una economía agrícola. Hay
evidencias de pastoreo y del cultivo de cereales en el este del Sáhara en el VII milenio a. C.


Alrededor del 6000 a. C., ya había aparecido en el valle del Nilo la agricultura
organizada y la construcción de grandes poblados. Al mismo tiempo, en
el sudoeste se dedicaban a la ganadería y también construían. El mortero de cal se usaba en el 4000 a. C. Es el denominado periodo predinástico, que empieza con la cultura de Naqada.


Entre el 5500 y el 3100 a. C., durante el Predinástico, los
asentamientos pequeños prosperaron a lo largo del Nilo. En el
3300 a. C., momentos antes de la primera dinastía, Egipto estaba dividido en dos reinos, conocidos como Alto Egipto Ta Shemau y Bajo Egipto Ta Mehu.9 La frontera entre ambos se situaba en la actual zona de El Cairo, al sur del delta del Nilo.


La historia de Egipto, como Estado unificado, comienza alrededor del 3050 a. C. Menes (Narmer), que unificó el Alto y el Bajo Egipto, fue su primer rey. La cultura y costumbres egipcias fueron notablemente estables y apenas variaron en casi 3000 años, incluyendo religión, expresión artística, arquitectura y estructura social.


La cronología de los reyes egipcios da comienzo en esa época. La cronología convencional es la aceptada durante el siglo XX,
sin incluir cualquiera de las revisiones que se han hecho en ese
tiempo. Incluso en un mismo trabajo, los arqueólogos ofrecen a menudo,
como posibles, varias fechas e incluso varias cronologías, y por ello
puede haber discrepancias entre las fechas mostradas en las distintas
fuentes. También se dan varias posibles transcripciones de los nombres.
Tradicionalmente la egiptología clasifica la historia de la civilización faraónica dividida en dinastías, siguiendo la estructura narrativa de los epítomes de la Aigyptiaká (Historia de Egipto), del sacerdote egipcio Manetón.


Periodos de la historia de Egipto

Periodo predinástico (c. 5500 a. C.-3300 a. C.)


Perro amratiense de piedra. Louvre.
Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del río Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, en su huida de la creciente desertización del Sáhara.



Un típico Naqada II jarra decorada con gacelas. (Periodo predinástico)
Se sabe por los restos arqueológicos que antiguamente el Sáhara tenía un clima mediterráneo, más húmedo que el actual. En los macizos del Ahagar y el Tibesti
había abundante vegetación. Para aquellos pobladores, el Sáhara sería
una extensa estepa con grandes herbívoros que cazar. Las culturas
saharianas son, en gran medida, desconocidas, pero no por ello
inexistentes.


Las sucesivas fases del neolítico están representadas por las culturas de El Fayum, hacia el 5000 a. C., la cultura tasiense, hacia el 4500 a. C. y la cultura de Merimde,
hacia el 4000 a. C. Todas ellas conocen la piedra pulimentada, la
cerámica, la agricultura y la ganadería. La base de la economía era la
agricultura que se realizaba aprovechando el limo, fertilizante natural que aportaban las anuales inundaciones del río Nilo.



Vasija de terracota con forma de ave (Naqada II).

Louvre.
Tras estas culturas aparecieron la badariense y la amratiense o Naqada I, entre 4000 y 3800 a. C.


Hacia el año 3600 a. C. surge la gerzeense o Naqada II,
que se difunde por todo Egipto, unificándolo culturalmente. Esta
consonancia cultural llevará a la unidad política, que surgirá tras un
periodo de luchas y alianzas entre clanes para imponer su supremacía.


Para lograr mayor eficacia y producción, hacia 3500 a. C., comenzaron a realizarse las primeras obras de canalización y surge la escritura con jeroglíficos en Abidos. En esta época comenzaron los proto-estados:

Las primeras comunidades hicieron habitable el país y se organizaron en regiones llamadas nomos.
Los habitantes del Delta tenían una organización feudal y llegaron a
establecer dos reinos con dos jefes o monarcas respectivamente. Un reino
estaba asentado en un lugar pantanoso, que se llamaba reino del Junco y tenía como símbolo un tallo de junco. Su capital era Buto; tenían a una cobra como tótem. El otro reino tenía como capital a Busiris y como tótem un buitre pero su símbolo era una abeja y llegó a conocerse como reino de la Abeja. Ambos reinos estaban separados por un brazo del río Nilo.


El reino de la Abeja conquistó al reino del Junco de manera que el Delta quedó unificado. Pero algunos de los vencidos huyeron a establecerse en la zona del Alto Egipto
donde fundaron ciudades dándoles el mismo nombre que aquellas que
habían dejado en el Delta. Por eso muchas ciudades de esta época tienen
nombres semejantes en el Alto y Bajo Egipto. Estas gentes fueron
prosperando considerablemente hasta llegar a organizarse en un Estado.


Periodo protodinástico (c. 3200-3100 a. C.)


Paleta ceremonial de época protodinástica. Louvre.
Considerado la fase final del periodo predinástico, también conocido como dinastía 0, predinástico tardío, o periodo Naqada III. Está regido por gobernantes del Alto Egipto que residirán en Tinis, se hacen representar con un serej y adoran a Horus. El nombre de estos reyes figura en la Piedra de Palermo, grabada 700 años después. En este periodo surgen las primeras auténticas ciudades, tales como Tinis, Nubet, Nejeb, Nejen,
etc. Son típicos de esta época los magníficos vasos tallados en piedra,
cuchillos y paletas ceremoniales, o las cabezas de mazas votivas. Narmer pudo ser el último rey de esta época, y el fundador de la dinastía I.


Periodo Arcaico (c. 3100-2700 a. C.)


Cuchillo ceremonial de época arcaica. Royal Ontario Museum.
A finales del periodo predinástico, Egipto se encontraba dividido en pequeños reinos; los principales eran: el de Hieracómpolis (Nejen) en el Alto Egipto y el de Buto (Pe) en el Bajo Egipto. El proceso de unificación fue llevado a cabo por los reyes de Hieracómpolis.


La tradición egipcia atribuyó la unificación a Menes, quedando esto reflejado en las Listas Reales. Este personaje es, según Alan Gardiner, el rey Narmer, el primer faraón del cual se tiene constancia que reinó sobre todo Egipto, tras una serie de luchas, tal como quedó atestiguado en la paleta de Narmer. Este periodo lo conforman las dinastías I y II.



Egipto durante los imperios antiguo y nuevo.

Imperio Antiguo (c. 2700-2250 a. C.)


Estatua de Kefrén.

Las Pirámides de Giza.
Bajo la dinastía III la capital se estableció definitivamente en Menfis, de donde procede la denominación del país, ya que el nombre del principal templo, Hat Ka Ptah "casa del espíritu de Ptah", que pasó al griego como Aegyptos, con el tiempo designó primero al barrio en el que se encontraba, luego a toda la ciudad y más tarde al reino.


En la época de la tercera dinastía comenzó la costumbre de erigir grandes pirámides y monumentales conjuntos en piedra, gracias al faraón Dyeser. También las grandes pirámides de Guiza, atribuidas a los faraones Keops, Kefrén y Micerino se datan en este periodo.


La dinastía V marca el ascenso del alto clero y los influyentes gobernadores locales (nomarcas), y durante el largo reinando de Pepy II se acentuará una época de fuerte descentralización, denominada primer periodo intermedio de Egipto. El Imperio Antiguo comprende las dinastías III a VI.


Primer Periodo Intermedio (c. 2250-2050 a. C.)

Fue una época donde el poder estaba descentralizado y transcurre
entre el Imperio Antiguo y el Imperio Medio. Comprende desde la Dinastía
VII hasta mediados de la Dinastía XI, cuando Mentuhotep II reunificó el
país bajo su mando. A pesar de la decadencia, esta época destacó por un
gran florecimiento literario, con textos doctrinales o didácticos, que
muestran el gran cambio social. El importante cambio de mentalidad, así
como del crecimiento de las clases medias en las ciudades originó una
nueva concepción de las creencias, reflejándose en la aparición de los
denominados Textos de los Sarcófagos. Osiris se convirtió en la divinidad más popular, con Montu y Amón. Los nomos de Heracleópolis y Tebas se constituyeron como hegemónicos, imponiéndose finalmente este último. Son las dinastías VII a XI.



Mentuhotep II. MMNY.

Imperio Medio (c. 2050-1800 a. C.)


Amenemhat III, el último monarca grande del Imperio Medio
Se considera que se inicia con la reunificación de Egipto bajo Mentuhotep II.
Es un periodo de gran prosperidad económica y expansión exterior, con
faraones pragmáticos y emprendedores. Este periodo lo conforma el final
de la dinastía XI y la XII.


Se realizaron ambiciosos proyectos de irrigación en El Fayum, para regular las grandes inundaciones del Nilo, desviándolo hacia el lago Moeris
(El Fayum). También se potenciaron las relaciones comerciales con las
regiones circundantes: africanas, asiáticas y mediterráneas. Las
representaciones artísticas se humanizaron, y se impuso el culto al dios
Amón. A mediados de 1800 a. C., los dirigentes hicsos
vencieron a los faraones egipcios; lo que comenzó como una migración
paulatina de libios y cananeos hacia el delta del Nilo, se transformó
con el tiempo en conquista militar de casi todo el territorio egipcio,
originando la caída del Imperio Medio. Los hicsos vencieron porque
poseían mejores armas, y supieron utilizar el factor sorpresa.


Segundo Periodo Intermedio (c. 1800-1550 a. C.)

Durante gran parte de este periodo dominaron Egipto los gobernantes hicsos,
jefes de pueblos nómadas de la periferia, especialmente libios y
asiáticos, que se establecieron en el delta, y tuvieron como capital la
ciudad de Avaris.
Finalmente, los dirigentes egipcios de Tebas declararon la
independencia, siendo denominados la dinastía XVII. Proclamaron la
"salvación de Egipto" y dirigieron una "guerra de liberación" contra los
hicsos. Fueron las dinastías XIII a XVII, parcialmente coetáneas.



Ramsés II. Imperio Nuevo. Luxor.

Imperio Nuevo (c. 1550-1070 a. C.)

Es un periodo de gran expansión exterior, tanto en Asia —donde llegan al Éufrates— como en Kush (Nubia). La dinastía XVIII comenzó con una serie de faraones guerreros, desde Amosis I hasta Tutmosis III y Tutmosis IV. Bajo Amenofis III se detuvo la expansión y se inició un período de paz interna y externa.


Después de un período de debilidad monárquica, llegaron al poder las castas militares, la dinastía XIX o Ramésida que, fundamentalmente bajo Seti I y Ramsés II, se mostró enérgica contra los expansionistas reyes hititas.


Durante los reinados de Merenptah, sucesor de Ramsés II, y Ramsés III, de la dinastía XX, Egipto tuvo que enfrentarse a las invasiones de los Pueblos del Mar, originarios de diversas áreas del Mediterráneo oriental (Egeo, Anatolia), y de los libios.



Dyeser-Dyeseru (el sublime de los sublimes) de Hatshepsut es el edificio principal del complejo de templos funerarios en Deir el-Bahari.
Los faraones del Imperio Nuevo iniciaron una campaña de construcción a gran escala para promover al dios Amón, cuyo creciente culto se asentaba en Karnak.
También construyeron monumentos para glorificar a sus propios logros,
tanto reales como imaginarios. Hatshepsut utilizará tal hipérbole
durante su reinado de casi veintidós años que fue muy exitoso, marcado
por y largo período de paz y prosperidad, con expediciones comerciales a
Punt, la restauración de las redes de comercio exterior, grandes
proyectos de construcción, incluyendo un elegante templo funerario que
rivaliza con la arquitectura griega de mil años más tarde, obeliscos
colosales y una capilla en Karnak.


A pesar de sus logros, el heredero de Hatshepsut, su hijastro Tutmosis III,
trató de borrar toda huella de su legado hacia el final del reinado,
apropiándose de muchos de sus logros. Él también intentó cambiar muchas
tradiciones establecidas que se habían desarrollado a lo largo de
siglos. Posiblemente fue un intento inútil de evitar que otras mujeres
se convertirsen en faraón y frenar así su influencia en el reino.


Alrededor de 1350 a. C., la estabilidad del Imperio parecía amenazada, aún más cuando Amenhotep IV
ascendió al trono e instituyó una serie de reformas radicales, que
tuvieron un resultado caótico. Cambiando su nombre por el de Ajenatón, promovió como deidad suprema la hasta entonces oscura deidad solar Atón, iniciando una reforma religiosa tendente al monoteísmo.
En parte, el monoteísmo de Ajenatón fue un producto del absolutismo
real; los viejos dioses habían desaparecido, pero el rey mantenía —para
su propio beneficio político— su papel tradicional como mediador entre
los hombres y los deseos del nuevo dios. El faraón suprimió el culto a
la mayoría de las demás deidades y, sobre todo, trató de anular el poder
de los influyentes sacerdotes de Amón en Tebas,
a quienes veía como corruptos. Al trasladar la capital a la nueva
ciudad de Ajet-Atón (actual Amarna), Ajenatón hizo oídos sordos a los
acontecimientos del Cercano Oriente (donde los hititas, Mitanni y los
asirios se disputaban el control) y se concentró únicamente en la nueva
religión. La nueva filosofía religiosa conllevó un nuevo estilo
artístico, que resaltaba la humanidad del rey por encima de la
monumentalidad.


Después de su muerte, el culto de Atón fue abandonado rápidamente,
los sacerdotes de Amón recuperaron el poder y devolvieron la capital a
Tebas. Bajo su influencia los faraones posteriores —Tutankamon, Ay y Horemheb— intentaron borrar toda mención de Akenatón y su «herejía», ahora conocida como el Período de Amarna.



Cuatro estatuas colosales de Ramsés II flanquean la entrada de su templo de Abu Simbel.
Alrededor de 1279 a. C. ascendió al trono Ramsés II, también conocido como el Grande.
El suyo sería uno de los reinados más largos de la historia egipcia.
Mandó construir más templos, más estatuas y obeliscos, y engendrar más
hijos que cualquier otro faraón. Audaz líder militar, Ramsés II condujo
su ejército contra los hititas en la batalla de Kadesh
(en la actual Siria); después de llegar a un punto muerto, finalmente
aceptó un tratado de paz con el reino hitita. Es el tratado de paz más
antiguo registrado, en torno a 1258 antes de Cristo. Egipto se retiró de
la mayor parte de sus posesiones asiáticas dejando a los hititas
competir, sin éxito, con el creciente poder emergente de Asiria y los
recién llegados frigios.


La riqueza de Egipto, sin embargo, se había convertido en un objetivo
tentador para la invasión; en particular, para los libios beduinos del
oeste y los Pueblos de Mar, que formaban parte de la poderosa confederación de piratas griegos del mar Egeo.
Inicialmente, el ejército fue capaz de repeler las invasiones, pero
Egipto terminó por perder el control de sus territorios en el sur de
Siria y Palestina, que en gran parte cayeron en poder de los asirios e
hititas. El impacto de las amenazas externas se vio agravado por
problemas internos como la corrupción, el robo de las tumbas reales y
los disturbios populares. Después de recuperar su poder, los sumos
sacerdotes del templo de Amón
en Tebas habían acumulado vastas extensiones de tierra y mucha riqueza,
debilitando al Estado. El país terminó dividido, dando inicio al Tercer Periodo Intermedio.


Tercer Periodo Intermedio (c. 1070-656 a. C.)

Comienza con la instauración de dos dinastías de origen libio que se repartieron Egipto: una, desde Tanis, la bíblica Zoán, en el Bajo Egipto, y otra, cuyos reyes tomaron el título de Sumos sacerdotes de Amón, desde Tebas. El periodo termina con la dominación de los reyes Cushitas. Son las dinastías, parcialmente coetáneas, XXI a XXV.



Apries. Periodo Tardío.

Periodo Tardío (c. 656-332 a. C.)

Comienza con la dinastía Saíta, con dos periodos de dominación persa, así como con varias dinastías coetáneas de gobernantes egipcios independientes. Egipto se convirtió finalmente en una satrapía. Son las dinastías XXVI a XXXI.


Periodo Helenístico (332-30 a. C.)


Alejandro Magno.
Se inicia con la conquista de Egipto por Alejandro Magno de Macedonia en 332 a. C., y la llegada al poder en 305 a. C. de la dinastía ptolemaica, de origen macedonio. Finaliza con la incorporación de Egipto al Imperio romano tras la batalla de Actium, en el año 31 a. C. En el año 30 a. C. muere Cleopatra y Egipto se convierte en una provincia del Imperio romano.


Periodo Romano (30 a. C.-640 d. C.)

El 30 de julio del año 30 a. C., Octavio entró en Alejandría, liquidando definitivamente la independencia política de Egipto y convirtiéndolo en provincia romana.


Pasó a sus sucesores el Imperio bizantino
después que el Imperio romano fuera repartido el año 395 en Occidente y
Oriente, y permaneció en sus manos hasta la conquista por el pueblo árabe del año 640. Los últimos vestigios de la tradicional cultura del Antiguo Egipto finalizan definitivamente a comienzos del siglo VI, con los últimos sacerdotes de Isis, que oficiaban el templo de la isla de File, al proscribirse el culto a los "dioses paganos".


Economía egipcia


Cosecha.
La economía de Egipto se basaba en la agricultura. La vida dependía de los cultivos de las tierras inundadas por el río Nilo. Tenían un sistema de diques, estanques y canales de riego que se extendían por todas las tierras de cultivo. En las riberas del Nilo los campesinos egipcios cultivaban muchas clases de cereales. El grano cosechado se guardaba en graneros y luego se usaba para elaborar pan y cerveza. Las cosechas principales eran de trigo, cebada y lino.


La agricultura
estaba centrada en el ciclo del Nilo. Había tres estaciones: Akhet,
Peret, y Shemu. Akhet, la estación de la inundación, duraba de junio a
septiembre. Después de la inundación quedaba una capa de limo
en los bancos, enriqueciendo la tierra para la cosecha siguiente. En
Peret, la estación de la siembra entre octubre y febrero, los granjeros
esperaban hasta que se drenaba el agua, y araban y sembraban el rico
suelo. Acabada la labor, irrigaban usando diques y canales. Seguía
Shemu, la estación de la cosecha de marzo a mayo, cuando se recolectaba con hoces de madera.


En los huertos se cultivaban guisantes (arveja), lentejas, cebolla, puerros, pepinos y lechugas, además de uvas, dátiles, higos y granadas. Entre los animales que criaban por su carne, se encuentran los cerdos, ovejas, cabras, gansos y patos.


Los egipcios cultivaban más alimentos de los que necesitaban, y
hacían intercambio de sus productos. Algunas de las materias que ellos
importaban de territorios extranjeros eran el incienso, la plata, y madera fina de cedro. Gran parte del los productos del comercio egipcio se transportaba en barcos, por el Nilo y el Mediterráneo.


Durante la mayor parte de su existencia, unos tres milenios, el Antiguo Egipto fue el país más rico del mundo.


Comercio, rutas y expediciones comerciales

Las transacciones comerciales de los antiguos egipcios no se limitaban al intercambio de productos agrícolas o de materias primas, sino que también hay constancia de expediciones para nutrir de bienes ornamentales y joyas el tesoro real de los faraones, y de actividades de venta de esclavos, e incluso de los propios cargos administrativos o de servicio en los templos.


En el Antiguo Egipto existía la figura de los shutiu, una especie de agentes comerciales que efectuaban actividades de compraventa
al servicio de las grandes instituciones faraónicas (templos, palacio
real, grandes explotaciones de la corona, etcétera). Pero también podían
vender esclavos a simples particulares, o podían realizar transacciones
comerciales al margen de las instituciones en provecho propio.


Las casi 200 tablillas de arcilla y las numerosas inscripciones descubiertas por los arqueólogos en la antigua ciudad de Balat demuestran que esta localidad, situada en pleno Sahara
egipcio, fue utilizada como base de operaciones y punto de
abastecimiento a las expediciones comerciales enviadas por los faraones
hacia el corazón de África a finales del tercer milenio a.  C. Desde este enclave en el oasis de Dajla partirían expediciones, compuestas por unos 400 hombres, cuyo objeto era buscar un pigmento que una vez obtenido se enviaba mediante caravanas al valle del Nilo.


La ruta estaría marcada desde épocas antiquísimas como prueba la
presencia de depósitos de jarras situados a intervalos de 30 kilómetros
en el desierto, que llegan hasta Gilf el-Kebir en el extremo
sudoccidental de Egipto. Se desconoce hasta dónde llegaba la ruta,
aunque los especialistas aceptan como hipótesis más probable que llegase
hasta la zona del lago Chad.10


Administración y hacienda


Lista de Sesostris I, nomos del 5.º al 7.º del Alto Egipto.
Egipto estaba dividido en varios sepats (provincias, o nomos
en griego) con fines administrativos. Esta división se puede remontar
de nuevo al período predinástico (antes de 3100 a. C.), cuando los nomos
eran ciudades-estados autónomas, y permanecieron por más de tres
milenios, manteniendo sus costumbres. Bajo este sistema, el país fue
dividido en 42 nomos: 20 del Bajo Egipto, mientras que el Alto Egipto
abarcaba 22 nomos. Cada nomo estaba gobernado por un nomarca, gobernador
provincial que ostentaba la autoridad regional.


El gobierno impuso diversos impuestos, que al no existir moneda eran pagados en especie, con trabajo o mercancías. El Tyaty (visir)
era el responsable de controlar el sistema impositivo en nombre del
faraón, a través de su departamento. Sus subordinados debían tener al
día las reservas almacenadas y sus previsiones. Los impuestos se pagaban
según el trabajo o las rentas de cada uno, los campesinos (o los
terratenientes en periodos posteriores) en productos agrícolas, los
artesanos con parte de su producción, y de forma similar los pescadores,
cazadores, etc.


El estado requería una persona de cada casa para realizar trabajos
públicos algunas semanas al año, haciendo o limpiando canales, en la
construcción de templos o tumbas e incluso en la minería (esto último,
solo si no había prisioneros de guerra). Los cazadores y pescadores
pagaban sus impuestos con capturas del río, de los canales, y del
desierto. Las familias acomodadas podían contratar sustitutos para
satisfacer este derecho.


Idioma

El egipcio antiguo constituye una parte independiente de la lengua de la (macro) familia afro-asiática. Sus parientes más cercanos son los grupos bereber, semítico y Beja.
Los documentos escritos más antiguos en lengua egipcia se han fechado
en el 3200 a. C., haciéndola una de las más antiguas y documentadas. Los
eruditos agrupan al egipcio en siete divisiones cronológicas
importantes:



Nombre de Narmer, en egipcio arcaico.
  • Egipcio arcaico (antes de 3000 a. C.)
Recogido en las inscripciones del último predinástico y del arcaico. La evidencia más temprana de escritura jeroglífica egipcia aparece en los recipientes de cerámica de Naqada II.


  • Egipcio antiguo (3000-2000 a. C.)
Es la lengua del Imperio Antiguo y del primer período intermedio. Los textos de las pirámides
son el cuerpo mayor de la literatura de esta fase, escritos en las
paredes de las tumbas de la aristocracia, que a partir de este período
también muestran escrituras autobiográficas. Una de las características
que lo distinguen es la triple mezcla de ideogramas, fonogramas, y de determinativos para indicar el plural. No tiene grandes diferencias con la etapa siguiente.


  • Egipcio clásico (2000-1300 a. C.)
Esta etapa, llamada también media, se conoce por una variedad de textos en escritura jeroglífica y hierática, datadas en el Imperio Medio. Incluyen los textos funerarios inscritos en los ataúdes tales como los Textos de los Sarcófagos; textos que explican cómo conducirse en la otra vida, y que ejemplifican el punto de vista filosófico egipcio (véase el papiro de Ipuur); cuentos que detallan las aventuras de ciertos individuos, por ejemplo la historia de Sinuhe; textos médicos y científicos tales como el papiro Edwin Smith y el de Ebers; y textos poéticos que elogian a un dios o a un faraón, tal como el himno al Nilo. El idioma vernáculo
comenzó a diferenciarse de la lengua escrita tal como evidencian
algunos textos hieráticos del Imperio medio, pero el egipcio clásico
continuó siendo usado en los escritos formales hasta el último período
dinástico.



Fragmento de escritura jeroglífica en egipcio tardío. Tumba de Seti I.
  • Egipcio tardío (1300-700 a. C.)
Aparecen documentos de esta etapa en la segunda parte del Imperio Nuevo. Forman un amplio conjunto de textos de literatura religiosa y secular, abarcando ejemplos famosos tales como la historia de Unamón (Wenamun) y las instrucciones del Ani. Era la lengua de la administración ramésida.
No es totalmente distinto del egipcio medio, ya que aparecen muchos
clasicismos en los documentos históricos y literarios de esta fase, sin
embargo, la diferencia entre el clásico y el tardío es mayor que entre
aquél y el antiguo. También representa mejor la lengua hablada desde el
Imperio Nuevo. La ortografía jeroglífica consiguió una gran expansión de
su inventario gráfico entre el periodo Tardío y el Ptolemaico.



Texto en escritura demótica: réplica de la Piedra Rosetta.
  • Egipcio demótico (siglo VII-siglo IV a. C.)
La lengua demótica es cronológicamente la última, se comenzó a usar
alrededor del 660 a. C. y se convirtió en la escritura dominante cerca
del 600 a. C., usándose con fines económicos y literarios. En contraste
con el hierático, que solía escribirse en papiros u ostracas, el
demótico se grababa además en piedra y madera.


En los textos escritos en etapas anteriores, probablemente representó
el idioma hablado de la época. Pero al ser utilizada cada vez más
solamente con propósitos literarios y religiosos, la lengua escrita
divergió cada vez más de la forma hablada, dando a los últimos textos
demóticos un carácter artificial, similar al uso del egipcio medio
clásico durante el período Ptolemaico. A inicios del siglo IV comenzó a
ser reemplazado por el idioma griego en los textos oficiales: el último uso que se conoce es en el año 452 d. C., sobre los muros del templo dedicado a Isis, en File. Comparte mucho con la lengua copta posterior.



Inscripción copta.
  • Griego (305-30 a. C.)
Fue el idioma de la corte tras la conquista de Alejandro, el dialecto koiné, "lengua común", que era una variante del ático utilizada en el mundo helenístico, y que en Egipto convivió con el copto.


  • Copto (siglo III-siglo VII d. C.)
Está testimoniado alrededor del siglo III, y aparece escrita con
signos jeroglíficos, o en los alfabetos hierático y demótico. El
alfabeto copto es una versión ligeramente modificada del alfabeto
griego, con algunas letras propias demóticas utilizadas para representar
varios sonidos no existentes en el griego. Como lengua cotidiana tuvo
su apogeo desde el siglo III hasta el siglo VI, y perdura solo como
lengua litúrgica de la Iglesia Ortodoxa Copta.


Escritura


Los escribas eran elite y bien educados. Evaluaron los impuestos,
mantener registros, y fueron responsables de la administración.
Durante años, la inscripción conocida más antigua era la Paleta de Narmer, encontrada durante excavaciones en Hieracómpolis
(nombre actual, Kom el-Ahmar) en 1890, datada en el 3150 a. C.
Hallazgos arqueológicos recientes revelan que los símbolos grabados en
la cerámica de Gerzeh, del año 3250 a. C., se asemejan al jeroglífico
tradicional. En 1998 un equipo arqueológico alemán bajo el mando de
Günter Dreyer, que excavaba la tumba U-j en la necrópolis de Umm el-Qaab de Abidos, que perteneció a un rey del predinástico, recuperó trescientos rótulos de arcilla inscritos con jeroglíficos y fechados en el período de Naqada III-a, en el siglo XXXIII a. C.11


Según investigaciones, la escritura egipcia apareció hacia el
3000 a. C. con la unificación del Reino del Alto y Bajo Egipto y el
advenimiento del Estado. Durante largo tiempo solo estuvo compuesta por
unos mil signos, los jeroglíficos, que representaban personas, animales,
plantas, objetos estilizados etc. Su número no llegó a alcanzar varios
miles hasta el periodo tardío.12


Los egiptólogos definen al sistema egipcio como jeroglífico, y se
considera como la escritura más antigua del mundo. La denominación
proviene del griego "hieros" (sagrado) y "glypho" (esculpir, grabar).
Era en parte silábica, en parte ideográfica. La hierática fue una forma
cursiva de los jeroglíficos y comenzó a utilizarse durante la primera
dinastía (c. 2925-2775 a. C.). El término demótico, en el contexto
egipcio, se refiere a la escritura y a la lengua que evolucionó durante
el periodo tardío, es decir desde la 25.ª dinastía
Nubia, hasta que fue desplazada en la corte por el Koiné griego en las
últimas centurias a. C. Después de la conquista por Amr ibn al-As en el año 640, el idioma egipcio perduró en la lengua copta durante la Edad Media.


Alrededor del 2700 a. C., se comenzaron a usar pictogramas
para representar sonidos consonantes. Sobre el 2000 a. C., se usaban 26
para representar los 24 sonidos consonantes principales. El más antiguo
alfabeto conocido (c. 1800 a. C.) es un sistema abyad derivado de esos signos unilíteros, igual que otros jeroglíficos egipcios.



Papiro Westcar: tres historias mágicas en la corte del rey Jufu..
La escritura jeroglífica finalmente cayó en desuso como escritura de
los cortesanos alrededor del siglo IV a. C, bajo los ptolomeos,
sustituida por el griego, aunque perduró en los templos del Alto Egipto, custodiados por el clero egipcio. Cleopatra VII
fue la única gobernante ptolemaica que dominó el idioma egipcio
antiguo. Las tentativas de los europeos para descifrarla comenzaron en
el siglo XV, aunque hubo tentativas anteriores por parte de eruditos árabes.


Literatura

Cultura


Obelisco de Tutmosis III (Thutmose III) erigido en el templo de Karnak. (s. XV a. C.)
La religión egipcia,
plasmada en la mitología, es un conjunto de creencias que impregnaban
toda la vida egipcia, desde la época predinástica hasta la llegada del Cristianismo y del Islam en las etapas greco-romanas y árabe. Eran dirigidos por sacerdotes, y el uso de la magia y los hechizos son dudosos.


El templo era un lugar sagrado en donde solamente se admitía a los
sacerdotes y sacerdotisas, aunque en las celebraciones importantes el
pueblo era admitido en el patio.


La existencia de momias y pirámides fuera de Egipto, indica que las
creencias y los valores de las culturas prehistóricas se transmitieron
de una u otra forma por el camino de la seda. Los contactos de Egipto
con extranjeros incluyeron Nubia y Punt al sur, el Egeo y Grecia al norte, el Líbano y otras regiones del Cercano Oriente y Libia al oeste.


La naturaleza religiosa de la civilización egipcia influenció su
contribución a las artes. Muchas de las grandes obras del Egipto antiguo
representan dioses, diosas, y faraones, considerados divinos. El arte
está caracterizado por la idea del orden y la simetría.


Durante los 3000 años de cultura independiente, cada animal retratado
o adorado en el arte, la escritura o la religión es indígena de África.
El dromedario, domesticado en Arabia, apareció en Egipto al comienzo del 2.º milenio a. C.


Aunque el análisis del cabello de momias del Imperio Medio
ha revelado evidencias de una dieta estable, las momias de circa
3200 a. C. muestran señales de anemia y desórdenes hemolíticos, síntomas
del envenenamiento por metales pesados. Los compuestos de cobre, plomo,
mercurio, y arsénico que fueron utilizados en pigmentos, tintes y
maquillaje de la época pudieron haber causado el envenenamiento,
especialmente entre la clase acomodada.13 14


Vida después de la muerte

Creían en una vida de ultratumba, y se preparaban para ella, tanto siguiendo unas normas determinadas (Libro de los muertos) como preparando la tumba.


Creian que después de la muerte el ka (doble en forma de espíritu) se
dividía en ba (alma) y akh (espíritu). El ba vivía en la tumba del
difunto y era libre de ir y venir a voluntad. El akh se dirigía
directamente al inframundo. Luego seguía su juicio. El gran dios del
inframundo Osiris se encargaba de juzgar el espíritu del difunto. Anubis colocaba el corazón del difunto en un lado de su balanza y Ma'at,
la diosa de la verdad y la justicia, ponía su pluma de la verdad en el
otro lado. Si el corazón y la pluma pesaban lo mismo, el akh (espíritu)
se iba al gran reino en donde los buenos espíritus se mezclaban con los
dioses en una vida de paz y armonía. Si no era así el difunto sufriría
una eternidad de castigo. Además los egipcios creían que todo difunto
debía tener una casa en su otra vida, era por esto que les construían
pirámides a los cadáveres. También como creian que la segunda vida era
casi igual a la primera y uno seguía haciendo lo mismo que en la
primera, a las pirámides les llevaban grandes joyas y alajas, alimentos y
juegos. El otro temor de los egipcios (además de el juicio de sus
almas) era que alguien saqueara la casa de su espíritu. Si su tumba era
saqueada o su cadáver destruido, el ba se quedaba sin hogar y tanto éste
como el akh experimentaban una segunda muerte mucho peor. A veces se
colocaban estatuas del difunto en las pirámides por si el ba se quedaba
sin hogar, permaneciera en la estatua y evitara la segunda muerte.15


Antiguamente sólo los faraones tenían derecho a participar en la vida futura, pero al llegar el nuevo imperio todos los egipcios esperaban vivir en el más allá,
y se preparaban, de acuerdo a sus posibilidades económicas, su tumba y
su cuerpo; a los cadáveres se le extraían los órganos, que eran
depositados en los vasos canopos,
y después cubrían el cuerpo con resinas para preservarlo, envolviéndolo
con lino. En la cámara funeraria se depositaban alimentos y
pertenencias del fallecido, para su uso en la otra vida.


Logros

Los logros del Antiguo Egipto están bien estudiados, así como su
civilización que alcanzó un nivel muy alto de productividad y
complejidad.


  • El arte y la ingeniería estaban presentes en las construcciones para
    determinar exactamente la posición de cada punto y las distancias entre
    ellos (Topografía). El mortero
    fue inventado por los egipcios. Estos conocimientos fueron utilizados
    para orientar exactamente las bases de las pirámides, así como para
    otras obras:
  • Los canales para riego construidos para el aprovechamiento del lago de El-Fayum, que convirtieron la zona en el principal productor de grano del mundo antiguo. Hay evidencias de que faraones de la duodécima dinastía
    usaron el lago natural de El Fayum como depósito para regular y
    almacenar el exceso de agua, para su uso durante las estaciones secas.
  • A partir de la primera dinastía, o antes, los egipcios explotaron las minas de turquesas de la península del Sinaí.
  • La evidencia más temprana (circa 1600 a. C.) del empirismo tradicional se acredita a Egipto, según lo evidenciado por los papiros de Edwin Smith y de Ebers, así como el sistema decimal y las fórmulas matemáticas complejas, usadas en el Papiro de Moscú y el Ahmes. Los orígenes del método científico también se remontan a los egipcios. Conocían el número áureo, reflejado en numerosas construcciones,16 aunque puede ser la consecuencia de un sentido intuitivo de la proporción y la armonía.17
  • Crearon su propia escritura: los jeroglíficos, hacia finales del cuarto milenio a. C.
  • La fabricación del vidrio
    se desarrolló extraordinariamente, como evidencian los numerosos
    objetos de uso cotidiano y de adorno descubiertos en las tumbas.18 19 Recientemente se han descubierto los restos de una fábrica de cristal.20
  • Sobre el 3500 a. C. inventaron la navegación a vela, primera
    aplicación de una energía no animal, (o humana), a la locomoción.
    Invento que utilizaron en exclusividad durante unos 2100 años ya que no
    existe evidencia documental de su uso por los fenicios hasta el 1400
    a.C.21

Hitos históricos

Predinásticos

Dinásticos


La gran pirámide.

Los egipcios fueron los primeros en fabricar vidrio y cerámicas con acabados vítreos como la fayenza.

Otros temas del Antiguo Egipto

Véase también

Referencias


  • Dodson (2004) pág. 46.

    1. Richard J. Gillings (1972). Mathematics in the Time of the Pharaohs. Dover (Nueva York). ISBN 0-486-24315-X.

    Bibliografía

    Enlaces externos


    Otros proyectos


  • «Chronology». Digital Egypt for Universities, University College London. Archivado desde el original el 16 de marzo de 2008. Consultado el 25 de marzo de 2008.


  • Clayton (1994) pág. 217.


  • James (2005) pág. 8.


  • Manuelian (1998) pp. 6–7.


  • Ward, Cheryl. "World's Oldest Planked Boats", en Archaeology (vol. 54, nº 3, mayo/junio 2001). Archaeological Institute of America.


  • Clayton (1994) pág. 153.


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  • Adkins, L. and Adkins, R. (2001). The Little Book of Egyptian Hieroglyphics. Londres: Hodder and Stoughton. ISBN 0-340-79485-2.


  • Moreno García, Juan Carlos (2007). «Los vendedores en el Antiguo Egipto». En Felip Masó Ferrer. Los vendedores y las civilizaciones. Würth España, S.A. pp. 11–36. ISBN 84-611-6707-4.


  • Discovery Channel, diciembre de 2005.


  • "Egipto", Rose-Marie & Rainer Hagen


  • Macko S, Engel M, Andrusevich V, Lubec G, O'Connell T, Hedges R (1999). Documenting the diet in ancient human populations through stable isotope analysis of hair. Philos Trans R Soc Lond B Biol Sci.


  • Marin A, Cerutti N, Massa E. Use of the amplification refractory mutation system (ARMS) in the study of HbS in predynastic Egyptian remains. Boll Soc Ital Biol Sper.


  • Sarah Bartlett (2009). The Mythology Bible. Octopus Publishing Group/Gaia Ediciones.


  • Overview of Egyptian Mathematics.


  • The Egyptian Pyramids - Mathematics and the Liberal Arts. Truman State University.


  • *Fruen, Lois. Ancient Glass.


  • Kemp, Barry (1989). Ancient Egypt. Routledge. ISBN 0-415-01281-3.


  • Shortland, A.J (2007). Ancient Egyptian Glass. Cranfield University.


  • Gorostiza Dapena, Leopoldo (2006). Los Primeros Buques del Mediterráneo. Cajasol Obra Social - Fundación. ISBN 978-84-8455261-1.


  • Matemáticas egipcias, en inglés.


  • Artículo en inglés de Richard Pierce


  • Classic encyclopedia.


  • Encyclopedia of de Orient.


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