lunes, 13 de julio de 2015

¿Por qué eligió DIOS a Israel para ser su pueblo elegido? | El Regresa

¿Por qué eligió DIOS a Israel para ser su pueblo elegido? | El Regresa























Nov 17, 2012

¿Por qué eligió DIOS a Israel para ser su pueblo elegido?



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“La niña del ojo de Jehová” (Zac. 2:8)

—<<<O>>>—

Pregunta: “¿Por qué eligió Dios a Israel para ser su pueblo elegido?”

Respuesta: Hablando de la nación de Israel, Deuteronomio 7:7-9 nos dice, “No
por ser vosotros más que todos los pueblos, os ha querido Jehová y os
ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los
pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que
juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha
rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce,
pues, que Jehová tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos hasta mil
generaciones.”


Dios
eligió a la nación de Israel para ser el pueblo a través del cual
Jesucristo nacería – el Salvador del pecado y la muerte (Juan 3:16).
Dios primeramente prometió el Mesías después de que Adán y Eva cayeron
en pecado (Génesis capítulo 3). Más tarde Dios confirmó que el Mesías
vendría del linaje de Abraham, Isaac y Jacob (Génesis 12:1-3).
Jesucristo es la razón fundamental por la que Dios eligió a Israel para
ser Su pueblo elegido. Dios no tenía por qué tener un “pueblo elegido”,
pero Él decidió hacerlo de esa manera. Jesús habría de venir de alguna
nación o pueblo, y Dios eligió a Israel.


Sin
embargo, la razón por la que Dios eligió a la nación de Israel no fue
solamente por el propósito de producir al Mesías. El deseo de Dios para
Israel era que ellos irían y enseñarían a otros acerca de Él. Israel fue
destinado para ser nación de sacerdotes, profetas y misioneros para el
mundo. La intención de Dios fue que Israel fuera un pueblo diferente,
una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios y Su
prometida provisión de un Redentor, Mesías y Salvador. En su mayor
parte, Israel falló en esta tarea. Sin embargo, el fin principal para
Israel, que era el de traer mediante su linaje al Mesías y Salvador, fue
plenamente cumplido – en la persona de Jesucristo.


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ISRAEL: ¿PIEDRA PESADA A LAS NACIONES?

El plan de Dios sigue cumpliéndose, no hay duda ya que Israel
se está convirtiendo en la piedra pesada, el problema supuestamente a
la paz  en la región del Medio Oriente, los canales de noticias
como CNN, donde los analistas opinan que es casi imposible que haya paz
en medio oriente ya que los países musulmanes de alrededor son enemigos declarados de Israel, cada día esto cobrará más fuerza, y se sumarán más adversarios en contra de Israel.


Israel ya es un protagonista mundial y será como la biblia lo dice en Zacarías 12: 2,5y
en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a las naciones;
todos los que se la cargaren serán despedazados, bien todas las naciones
se juntarán contra ella….
vemos como Israel está siendo odiada ya por muchas naciones, y muchos serán convencidos que mientras exista la nación de Israel
no habrá paz en el mundo, como cristianos solo nos queda orar por
Israel la nación del verdadero Dios para que no caigamos en el engaño y
el miedo de que sin la nación de Israel habrá supuesta paz
en el mundo es como si dijéramos: “Sin JEHOHA y su hijo JESUCRISTO el
mundo estará mejor”. No olvidemos que Israel es la nación de Dios y de
donde vino Jesucristo, y si bien es cierto ellos rechazaron a Jesucristo
eso no anula el PACTO de Dios con Abraham, Dios no se retracta en sus
pactos, Él es un Dios de principios y defenderá esta nación por amor a
sus siervos Abraham quien le llamo amigo, Isaac, Jacob, David.


También es cierto que como ellos crucificaron a Jesús y dijeron estas palabras: “sea su sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mt. 27:25) si retrocedemos en la historia vemos que a partir de la muerte de Jesús el antisemitismo creció en gran manera,
por esta maldición que ellos mismos declararon sobre ellos fueron
perseguidos  y los distintos imperios en adelante trataron de
desaparecer la raza judía, como por ejemplo Hitler que mató a millones
de ellos.  Estas cosas tendrán que suceder como Dios en su justicia
soberana lo ha trasmitido a través de sus profetas en la biblia. Compara
las religiones con la palabra de Dios, no hay una que se compare al
amor, la misericordia, la mansedumbre, y sobre todo ninguna puede
demostrar históricamente, geográficamente, etimológicamente y
cronológicamente las profecías como la biblia y también compara la
justicia de Dios con la justicia del ser humano un claro ejemplo
es lo que actualmente está sucediendo crisis política, económica,
desestabilización, calentamiento global, etc., todo esto por la lucha
del poder y el dinero, el poder por el predominio de sus países como
potencias mundiales, el poder por el predominio de sus religiones, y el
poder por que el ser humano sea reconocido y alabado como un dios.

Nuestro Señor Jesucristo no es religión el vino humildemente y entró en
un pollino a Jerusalén a sanar, bendecir, a enseñarnos a amar a
nuestros enemigos, a mostrarnos el camino hacia la vida eterna si todos
aplicáramos sus principios el mundo sería distinto, pero el no vino por
todos, el vino por los que le aman y le aceptan voluntariamente y se
apartan del sistema maligno de pecado de este mundo gobernado por
satanás ahora la pregunta es ¿ya aceptaste a Jesucristo? ¿Conoces su
plan para estos tiempos?


Dios les bendiga


J. Glenni


—-<<<O>>>—
¿ES EL ISRAEL DE LA BIBLIA, LA IGLESIA DE JESUCRISTO? 
Acerca del reemplacismoteología del reemplazo
“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respetoal que honra, honra” (Romanos 13: 7)
“porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén…” (2 Corintios 1: 20)
Soldados israelíes en el momento de la toma de la Jerusalén vieja, en aquella mañana del 7 de Junio del 1967”


Al
disponerme a escribir este estudio, hace pocos días que se cumplían, por
parte de los judíos justo cuarenta años de la reconquista de Jerusalén,
su amada y anhelada capital, en aquella que se vino a llamar la “Guerra
de los Seis Días”, porque sólo duró ese corto tiempo.
Después
de casi dos mil años de ocupación gentil, la mañana del 7 de Junio de
1967, fue recuperada por un comando especial de Israel la parte vieja de
Jerusalén.
La Biblia proféticamente recoge ese evento:
“En
aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre
leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a
siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez
habitada en su lugar, en Jerusalén” (Zacarías 12: 6)
Eso es
literalmente lo que ocurrió. Egipcios, jordanos, sirios. Todos los
fieros enemigos de Israel que lo rodean, se pusieron de acuerdo para
destruirlo y echarlo al mar. No obstante, tal y como la historia nos lo
relata, Israel tomando sabiamente la iniciativa, destruyó a sus
adversarios, y de nuevo Jerusalén es la capital de los judíos, tal y
como hemos leído en Zacarías.


“Durante la Guerra de los Seis Días”
Una capital específica para los judíos


Desde aquellos gloriosos
días de junio de 1967, la Jerusalén vieja está en manos de los judíos,
sus legítimos poseedores; y desde el principio, este no fue asunto de
hombres, de razones o alegaciones en ningún sentido, ni tampoco asunto
de controversias, disputas o fuerza impositiva humanas. Ha sido este, un
asunto proveniente del Trono de los Cielos, y dictado desde allí.


Después
de primeramente ser asignada a la tribu de Benjamín (Jos. 18: 28), Dios
dispuso que Jerusalén, la ciudad del gran Rey (Mt. 5: 35; S. 48: 2),
fuera para siempre la capital de Israel (2 Cr. 6: 6; S. 135: 21), así
como será la capital en el Reino Milenial, y todas la naciones que
sobrevivirán, y las familias de la tierra, deberán subir de año en año a
Jerusalén a adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos (Zac. 14: 16, 17)


“La vieja Jerusalén”


Un territorio específico para Israel


De la misma manera que Dios quiso que
Jerusalén fuera la capital de Israel, y que sea la capital del mundo en
el Milenio, también Dios prometió un territorio específico a los judíos,
que no está en la
Patagonia Argentina,
ni en ningún otro lugar del planeta, sino que es la misma tierra que
ocupó Israel, el Eretz Israel, desde el principio. Así pues, la tierra
de Canaán iba a ser la herencia de Israel por siempre, y de parte de
Dios. Veámoslo:


Génesis
13: 14-17 “Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza
ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el
sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré
a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el
polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra,
también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo
largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré”


(Salmo
105: 7-11) “El es Jehová nuestro Dios; en toda la tierra están sus
juicios. Se acordó para siempre de Su pacto; de la palabra que mandó
para mil generaciones, la cual concertó con Abraham, y de su juramento a
Isaac. La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto
sempiterno, diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de
vuestra heredad”


La
tierra que Dios le ha dado a Israel, la llamada Tierra Prometida, es un 
territorio muy específico. Encontramos lo siguiente en la Escritura:
“En
aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia
daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río
Eufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los
heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los
gergeseos y los jebuseos” (Génesis 15:18-21)


El río
de Egipto, es muy probablemente lo que hoy se conoce como Wadi El Arish,
el límite meridional de Judá. También se le conoce como Torrente de
Egipto, el cual va a desembocar al Mar Grande (Mar Mediterráneo). En los
días del rey David y su hijo el rey Salomón, Israel ocupó toda esa zona
geográfica, hasta el Río Eufrates, ocupando por tanto, mucho del
territorio de lo que es la actual Siria.


Como vemos es un territorio específico que el Dios Creador del universo dio a Israel.


“El río Eufrates es el límite de la Tierra Prometida”


1. ¿El Israel de la Biblia, es ahora la Iglesia?


Decimos todo lo que decimos, y más que
diremos, porque nos parecen inverosímiles las aspiraciones y
expectativas, fruto de una evidente errada doctrina, que tienen muchos
dentro del seno eclesial. Han llegado a confundir la Iglesia de nuestro
Señor Jesucristo, con Israel, como si la Iglesia reemplazara a Israel en
todo (en todo lo bueno, claro), y de hecho de esto mismo trata el
asunto.


La llamada teología del Reemplazo,
cuya definición veremos en un momento, fuertemente basada en la
posición posmilenarista, y por tanto dominionista y reconstruccionista, y
muy emplazada en el sector neopentecostal, así como en sectores
conservadores dentro del ecumenismo, por tanto bajo fuerte influencia
del catolicismo romano, entre otros, está trayendo tal confusión a
tantos, que es preciso abordar el asunto con rigor y amplia exposición.


Así pues, definiendo los términos, la llamada teología del Reemplazo
es la que enseña que todas las profecías, promesas, bendiciones y
beneficios de Dios concernientes a Israel pasaron a la Iglesia cuando
Israel rechazó al Mesías (Mt. 23: 37-39), y que por tanto, Israel como
tal, es cosa del pasado y es actualmente como cualquier otra nación
secular sobre la tierra, en adición, arrastrando y sufriendo todas las
maldiciones que se encuentran en la Biblia.


En otras palabras, todo lo bueno lo tiene ahora la Iglesia; y todo lo malo es para Israel.


Pero ese
sentir y forma de pensar y creer no es nueva. Empezó en los albores de
la iglesia de origen gentil. A partir de la segunda revuelta judía
(133-135 d. C.), la cual fue frenada y masacrada por el emperador romano
de origen hispano Adriano, la influencia teológica y espiritual judeo
cristiana de Jerusalén, se mudó a diversos centros del cristianismo de
origen gentil como Alejandría, Roma o Antioquía. Ese cambio radical fue
extremadamente importante para entender la influencia que recibieron los
llamados padres de la Iglesia, para en su día realizar declaraciones
absolutamente antijudías, al tiempo que el cristianismo lamentablemente
se iba desligando de sus raíces hebreas.


“Busto del cruel y despiadado emperador Adriano”


Ya en el
siglo IV, Eusebio de Cesarea escribió acerca de que las promesas de las
escrituras hebreas eran para los cristianos y ya no para los judíos,
aunque sí las maldiciones. Ese varón argumentó que la Iglesia era la
continuación del Antiguo Testamento, y así sustituía al judaísmo. La
Iglesia de origen gentil en ese tiempo declaraba ser el verdadero
Israel, o el “Israel espiritual”, heredero de las promesas divinas.
Ya en
ese tiempo, y aún antes, declararon esencial el desacreditar al “Israel
conforme a la carne”, para probar que Dios había definitivamente
rechazado a Su pueblo y había transferido Su amor a los cristianos que
ahora serían Su único pueblo.
Por tanto, los seguidores de la teología del Reemplazo, creen lo siguiente:
  • Que el Israel de la Biblia es la Iglesia, y no los judíos.
  • Que
    el Reino profetizado en el Antiguo Testamento, vino a ser cuando Jesús
    murió, y que no habrá por tanto, ningún Reino literal para los judíos.
  • Que
    el Reino está representado por la Iglesia sobre la tierra;
    consecuentemente, todo dominio sobre la creación y la humanidad está
    siendo, o ha de ser ejercido aquí y ahora por la Iglesia. Por eso dicen
    que Dios está levantando a sus “muy ungidos apóstoles y profetas”.
  • Que
    la Iglesia, por tanto, tiene la tarea encomendada de establecer el
    Reino, hasta que toda la creación doble su rodilla ante Él. Sólo siendo
    así, Jesús podrá volver… [así que, siendo así, ¡depende de nuestro
    esfuerzo Su venida!]
Veremos
la falta de rigor escritural que tienen estas dogmáticas declaraciones
que tantos que se dicen cristianos, y muchos más que lo son pero que
ignoran la verdad, lo creen a pie juntillas, poniendo toda su fe en
ello, así como sus nefastas consecuencias.


Los
seguidores de esa espuria teología, creen que la Iglesia REEMPLAZA al
Israel histórico y bíblico. Por tanto, la Biblia ya no es un libro para
los judíos, sino exclusivamente para los cristianos.


No
obstante veremos que las promesas específicas y concretas que Dios hizo a
Israel, principiando por Abraham, siguen absolutamente en pie, y
son sólo para el Israel natural, bíblico e histórico, y no redirigidas a
la Iglesia.


Veremos
también que, como dice la Escritura (Ro. 11: 26) todo Israel será salvo,
y lo será a través del Mesías, Jesús de Nazaret, y entrará en el
Milenio, siendo la principal nación; la nación reinante de Dios sobre la
tierra, y por mil años.


Por lo
tanto, podemos decir sin vacilación, que el problema principal que tiene
dentro de la posición posmilenarista la llamada, teología del Dominio, que enseña que el Reino es ahora en este tiempo,es el mismo Israel.


Podemos decir también que el problema principal que tiene el diablo al respecto, es el mismo Israel, por eso lo odia tanto y va contra esa nación con uñas y dientes, porque Dios ¡no ha terminado con Israel, ni mucho menos!


A pesar
de la formación de la Iglesia, Satanás ha concentrado su odio hacia
Israel, y sigue haciéndolo, ¿por qué si Dios no estuviera más interesado
en Israel?


“Mapa del Israel actual, cuyo territorio es ostensiblemente menor que el que llegará a tener”
2. Dios hizo pacto perpetuo con Israel


“…porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén…” (2 Corintios 1: 20)

La Iglesia jamás podrá reemplazar lo irreemplazable, y esto es: el pacto perpetuo que Dios hizo con el Israel natural o nacional:
(Salmo 94: 14) “Porque no abandonará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad”
(Jeremías
31: 36) “Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la
descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí
eternamente”


(Isaías
49: 14-16) “Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse
del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí
están siempre tus muros”


(Isaías
66: 22) “Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago
permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra
descendencia y vuestro nombre.”


Un ateo una vez le preguntó a un creyente: “Dame una prueba de que Dios existe” – y le contestó el creyente: “Los judíos”.


Es un
verdadero milagro que la nación judía siga existiendo después de todo lo
que ha padecido; después de estar sin territorio propio por casi dos
mil años. Ningún pueblo en la historia ha permanecido como tal por mucho
tiempo sin tierra en donde asentarse, excepto los judíos, el Israel de
la Biblia, el pueblo escogido por Dios desde Abraham, y esto por la
misericordia de Dios.


Lo que
Dios le prometió específicamente a Israel, es para Israel, y  la Iglesia
nada tiene que ver con ello, y lo cumplirá en Su tiempo, y todo a pesar
de la extrema infidelidad de Israel a lo largo de su historia.


El
apóstol Pablo se pregunta refiriéndose a Israel: “¿Ha desechado Dios a
su pueblo?”, y él mismo se responde que en ninguna manera, y sigue
diciendo: “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes
conoció” (Ro. 11: 1, 2). Pablo agrega diciendo que siempre Dios se
guardó un remanente por gracia, y aún en este tiempo (Ro. 11: 4-6).


A pesar
de haber adulterado y pecado tantas veces, Dios no iba a destruir a su
pueblo Israel, ni tampoco lo iba a “reemplazar” o “traspasar” para ser
la Iglesia.


Sólo hay
que prestar un poco de atención a la Escritura, siguiendo en el libro
de Romanos, donde Pablo, como venimos diciendo, identifica al original
pueblo de Dios, al remante santo de Israel principiando con Abraham (Gl.
3: 29; Ro. 9: 7, 8) con el buen olivo, del cual diversas ramas fueron
desgajadas (Ro. 11: 24, 17), es decir, los judíos que desecharon al
Mesías y su salvación (11: 7-10).


Aunque
hubo muchas ramas del olivo natural que fueron desgajadas por su
incredulidad, eso no significa que se hayan dejado de cumplir las mismas
palabras de Cristo: “La salvación viene de los judíos” (Juan 4: 22). Es
decir, la revelación de Dios que es Su Palabra vino a través de Israel,
para bendecir a todas las naciones e individuos. Como dice Pablo
también:


“…
los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los
cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley,
el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales,
según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas,
bendito por los siglos. Amén”
(Romanos 9: 3-5)


Ese es el canal que Dios escogió desde Abraham, y no lo va a cambiar.


Estamos injertados en el buen olivo


Ese buen olivo permanece perfectamente
enraizado en buena tierra, y a modo de ramas de olivo silvestre
previamente injertadas en él, nosotros, la iglesia de origen gentil,
hemos sido hechos “participantes de la raíz y de la rica savia del
olivo” que es el Israel santo (Ro. 11: 17). No olvidemos que Pablo se
está dirigiendo a los creyentes de Roma, los cuales en ese momento eran
todos de origen gentil, como la muy inmensa cantidad de cristianos
nacidos de nuevo hoy en día por todo el mundo.


“El olivo es un símbolo clásico de Israel”


Consecuentemente,
y como sigue diciendo la Escritura, no nos jactemos contra las ramas
del olivo natural, es decir, los judíos, porque no sustentamos nosotros a
la raíz, sino la raíz a nosotros. Eso dice la Escritura (Ro. 11: 18); y
lo triste es que lo contrario está ocurriendo a través de esa falsateología del Reemplazo,
la cual enseña en definitiva que las ramas injertadas, ahora son las
que mantienen y sustentan la raíz del buen olivo, hasta el punto de
quitarle el honor, la tierra y el reino.


No podemos ver en todo esto sino un motivo más hacia la apostasía,
ya que la palabra es muy clara en cuanto a que nosotros, hablando en
concreto de los cristianos de origen gentil, como ramas de olivo
silvestre, injertados en el buen olivo, sólo nos mantendremos en pie por la fe, permaneciendo en la bondad de Dios,
todo lo cual implica la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo.
Recordando que las ramas naturales, por no creer, fueron desgajadas, así
pues, con mayor motivo nosotros lo seremos (Ro. 11: 20-22). Vemos aquí
que el problema subyacente es el pecado de soberbia, acerca de lo cual
nos advierte el apóstol Pablo con severidad:


“Por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme” (Romanos 11: 20)


Insistimos
pues, diciendo que en el reemplacismo subyace mucha jactancia, es
decir, orgullo. Clarence H. Wagner, Jr. en su excelente artículo “El
error de la Teología del Reemplazo”, escribe:


“Si la
Iglesia desde el principio hubiera entendido el claro mensaje de estar
injertada en el Olivo, entonces el triste legado de odio antisemita que
ha estado en ella, hubiera sido evitado. El error de la Teología del
Reemplazo es como un cáncer en la Iglesia que no sólo ha impulsado a
violar la Palabra de Dios en cuanto a los judíos y a Israel, sino que
nos ha constituido instrumentos de odio, y no de amor, en el nombre de
Dios” (1)
La
Palabra de Dios enseña que el Señor resiste a los soberbios, y la
soberbia es puerta abierta a laapostasía en la que lamentablemente
muchos están o van de camino, y también razón para que los ojos del
Señor se vuelvan en su momento de nuevo hacia su pueblo Israel, tal y
como está profetizado:


Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y
contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos,
que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte,hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo…” Romanos 11: 23-26)
“¡Cuán extremadamente cerca estamos de que se cumpla esto!”


3. Dios iba a perdonar a su amado pueblo


“Así que en cuanto al evangelio, son enemigos [los judíos] por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11: 28, 29)


El
tiempo de ceguera y desolación como juicio sobre el Israel incrédulo ha
sido temporal, no definitivo (Ro. 11: 25; Lc. 21: 24; Lc. 13: 35)
Con
claridad la Biblia nos enseña ya desde el Antiguo Testamento, que Dios
iba a perdonar a su pueblo Israel, a pesar de su maldad e infidelidad,
aunque sin quitarle su merecido castigo:


(Jeremías
30: 11)  “Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y
destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no
te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te
dejaré sin castigo”


(Amós 9:
8, 9) “He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino
pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del
todo la casa de Jacob, dice Jehová. Porque he aquí yo mandaré y haré que
la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se
zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra”


Ver
estas citas bíblicas acerca del perdón de Dios a Israel: (Isaías 44: 21,
22; Miqueas 7: 18-20; 1 Samuel 12: 22; Romanos 11: 25-27)


“Orando ante el Muro de los Lamentos”


En Oseas 14, vemos acerca de las intenciones de bien de Dios hacia su pueblo Israel:


“Yo
sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de
ellos. Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y
extenderá sus raíces como el Líbano. Se extenderán sus ramas, y será su
gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano. Volverán y se
sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como
la vid; su olor será como de vino del Líbano”(4-7)


Como
vemos, el perdón de parte de Dios hacia Israel fue algo ya profetizado y
establecido desde el Antiguo Testamento, y nada hay que se pueda
objetar en contra en cuanto a ello; y con el perdón, su restauración.


4. Las profecías bíblicas que son sólo para Israel


Partiendo de la base, por tanto, de que
Dios tiene que obrar en cuanto a Israel principiando por su
restauración, como así está ocurriendo (ver Ezequiel 37), veamos en la
Palabra algunos eventos que todavía han de ocurrir, y que sólo los
podrán llevar a cabo Israel, y en ninguna manera la Iglesia, porque nada
tienen que ver con ella; a saber:
  • La reinstauración de la fiesta de los Tabernáculos – Zac. 14: 16; 8: 19
  • La reunión en la tierra dada a Israel – Is. 11: 11, 12; Am. 9: 14, 15; Jer. 32: 37-44; Zac. 8: 7, 8
  • La destrucción de los enemigos naturales de Israel – Is. 11: 14; S. 83; Ez. 38, 39.
  • La recepción de riquezas y servicio por parte de los gentiles – Is. 60; Is. 49: 22, 23
  • La cabeza de los montes, de donde saldrá la ley y la Palabra de Dios (Is. 2: 1-4)
  • Jerusalén como capital del Reino Milenial (Is. 1: 26, 27; Zac. 14: 16, 17, 21)
Todas
estas cosas, y otras, están en la Biblia, y son exclusivas para el
Israel nacional que ha de presidir el Milenio sobre la tierra. Si
estudiamos bien el asunto, todos estos eventos todavía están por
producirse sobre el planeta, y no en el contexto de la Iglesia.


“Celebrando la Fiesta de los Tabernáculos”
5. La tierra de Israel


“Y pasó Abram por aquella tierra hasta el
lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces
en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido” (Génesis 12: 6, 7).


Una de
las maravillas que no sólo la Iglesia, sino el mundo entero está
contemplando, es el retorno de los judíos a su tierra. Ante nuestros
propios ojos se están a cabalidad cumpliendo las promesas concernientes a
este hecho (Is. 11: 11, 12; Am. 9: 14, 15; Jer. 32: 37-44; Zac. 8: 7, 8
etc.)


Evidentemente,
esa promesa que Dios hizo a Su pueblo, la de ser sacado de entre las
diferentes naciones y ser reestablecido en su tierra de origen, no es
redirigible o extrapolable a la Iglesia como tal, sino sólo al
israelita.


La
pregunta que uno se tiene que hacer, por tanto, es ¿Por qué tiene
interés el Cielo en que los israelitas, descendientes de Abraham, Isaac y
Jacob salgan de donde están, en cualquier lugar del mundo?


La
respuesta es diáfana, porque Dios continua observando a Israel, al
Israel histórico, todavía queriendo cumplir Su promesa de darle su
tierra. Primero su tierra, luego el reino. Porque no hay que olvidar el
asunto del reino que Dios le prometió a Israel, y ¿cómo podemos hablar
de un reino sobre la Tierra si antes no hablamos de la tierra y de una
capital?


Dios le
prometió a Israel un territorio y un reino. Ambas cosas nada tienen que
ver con la Iglesia, aunque muchos se empecinen en lo contrario.
Israel
posee y debe poseer su tierra por parte de Dios, mientras que la Iglesia
no posee tierra alguna, y menos todavía el mundo.


No
olvidemos que la Iglesia de Jesucristo no tiene un pie sobre este mundo,
ya que su ciudadanía es celestial (Fil. 3: 20; 1 Pedro 2: 11; He. 11:
8-10; 1 Jn. 5: 19, etc.). En cambio, le dio a Israel un territorio
específico, y  prometió que la nación judía jamás iba a cesar de ser una
nación precisa y concisa. Veámoslo:


(Isaías
65: 8, 9) “Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en un
racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así
haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo.Sacaré
descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos
poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí


(Ezequiel
11: 16, 17) “Por tanto, di: Así ha dicho Jehová el Señor: Aunque les he
arrojado lejos entre las naciones, y les he esparcido por las tierras,
con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras adonde
lleguen. Di, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os
recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales
estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel”


Dios hizo a Israel una serie de promesas que jamás se pueden cumplir en la Iglesia, ni para la Iglesia.


Si la
Iglesia hubiera reemplazado a Israel en cuanto a su territorialidad y
nacionalidad, ello supondría que las promesas de Dios a los judíos no
han sido, ni serán cumplidas, y por tanto, Dios habría fallado, porque
Dios prometió la tierra a Israel, y sólo a Israel.


Gracias a
Dios, eso no es así en absoluto, porque Dios no es hombre para que
mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta (Nm. 23: 19). Aunque el
Señor de antemano ha sabido que la nación judía iba a pecar, aun y así,
Él juró preservar la tierra y nación de Israel para siempre, para
Israel. Veamos algunas escrituras:


(Jeremías
31: 35-37) “Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las
leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el
mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si
faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia
de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente”


(Jeremías
33: 19-22) “Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Así ha dicho
Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la
noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, podrá también
invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo
que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis
ministros. Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena
del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi
siervo, y los levitas que me sirven”


Siempre
un remanente de judíos permanecieron en su propia tierra hasta Mayo de
1948, cuando el estado de Israel fue refundado en un solo día, y de
hecho esa fue una profecía cumplida:


“¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez?… (Isaías 66: 8)


Todas
las profecías del Antiguo Testamento pertinentes a Israel y a los judíos
siguen su curso de cumplimiento preciso y literal, tal y como fueron
dadas por el Espíritu de Dios.


“Israel 1948”
6. El reino a Israel


Lo primerito que los discípulos le
preguntaron al Maestro antes de ser ascendido a los cielos fue acerca
del reino prometido a Israel, y no algo así como que iban ellos, como
Iglesia a establecer el reino, de hecho eso ni se les pasó por la
cabeza. Veámoslo:


“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hchs. 1: 6)


Ellos
partían de la certeza de que la Iglesia NO iba a establecer el reino que
sólo por Dios fue prometido a Israel; y así fue a lo largo de los
primeros siglos del cristianismo.


El Señor
Jesús de una manera muy específica aclaró que el Reino Mesiánico, es
decir, el Reino prometido a Israel, tomaría lugar, pero no de inmediato,
es decir, estando todavía Él en la tierra en su primera venida, sino en
el contexto de su segunda venida en gloria (ver Hchs. 1: 6, 7;  Lc. 19:
11-13; Ap. 20). En ese sentido, Tricia Tillin, escribe lo siguiente:


“Jesús,
cuando fue preguntado acerca del reestablecimiento del reino a Israel,
confirmó que tomaría lugar, pero no de forma inmediata. Lo ilustró con
la parábola del hombre noble que se fue lejos a un lejano país, mientras
que sus siervos se quedaban para negociar hasta su retorno (Hchs. 1: 6,
7; Lc. 19: 11-13). Jesús claramente les estaba diciendo que
establecería Su reino en Su segunda venida (v. 15), y no en Pentecostés
(Hchs. 2), como enseñan los restauracionistas (dominionistas)” (2)


Hay
promesas y profecías en la Biblia que todavía no se han cumplido, y no
se pueden cumplir en relación a la Iglesia, sino en relación a Israel,
por el texto y por el contexto.


Del ministerio Let Us Reason, leemos así en el artículo: “Replacing what God has NOT!”:


“Las
promesas que se hicieron tanto a Abraham como a su descendencia, nos
muestran que hay bendiciones que todavía no han recibido cumplimiento
completo, sino en el futuro reino mesiánico” (3)


Entendiendo acerca de los acontecimientos venideros
Si
pretendemos entender desde la Biblia lo que debe acontecer en los
últimos días, nos es imprescindible entender a cabalidad el papel del
Israel nacional e histórico, por tanto, no sólo el Israel que fue, sino
el que es ahora, y el que será… Sin lugar a dudas Israel es el reloj de
Dios.


Así como
se cumplieron muchas profecías referentes a Israel en el pasado, se
cumplirán en el futuro. Sabemos que TODAS y CADA una de las promesas
específicas dadas por Dios en el Antiguo Testamento a Israel, tendrán su
final y apoteósico cumplimiento en el Reino Mesiánico; ahora bien, de
acorde a lo que leemos en la Palabra, ¿Cuáles serían los eventos que
Israel va a tener que experimentar? Interesante cuestión.


Primeramente
el hecho de su retorno al Eretz Israel (la tierra de Israel), lo cual
ya hace algunas décadas se está inexorablemente produciendo (¡vivimos en
tiempos históricos, hermanos!) (Is. 11: 11, 12; Jer. 30: 3; Ez. 20:
33-44; 22: 17-22; Sof. 2: 1-3; etc.) Este evento deberá producirse antes
de que comience la Tribulación, como así está siendo.


Antes de
que Israel entre en su bendición, deberá primeramente pasar por el
fuego de la tribulación y la Angustia para Jacob (Deut. 4: 30; Jer. 30:
5-9; Dn. 12: 1; Sof. 1: 14-18; Hab. 3: 16-19; Zac. 13: 8, 9).


Y sólo
después de esa Tribulación, cuando finalice, podrá el Israel nacional
obtener de facto bendición total, lo cual incluye, la tierra en su
totalidad, y el Reino. Todo ello coincidirá con la venida gloriosa de
Cristo y de la Iglesia triunfante sobre Jerusalén (Ap. 19: 11ss), la
cual previamente habrá sido Arrebatada  y glorificada (1 Ts. 4: 13-17)


Por lo
tanto, Dios literalmente cumplirá sus numerosas promesas hechas en el
Antiguo Testamento a Israel, el cual esperará la salvación al ver venir a
su amado y encontrado Mesías:


“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zac. 12: 10)
¡Todavía
ha de ser confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los
montes, y ser exaltado sobre los collados, y corriendo a él todas las
naciones (Is. 2: 2)!


¡Todavía
Jesucristo, el León de la tribu de Judá ha de volver en gloria y reinar
desde Jerusalén sobre el Israel nacional e histórico, y sobre el resto
de las naciones que queden después del Armagedón!


El Reino
universal sobre la tierra, el visible, tangible, establecido; la
verdadera Teocracia sobre este mundo, todavía no ha llegado. Todavía
debemos orar: “Venga a nosotros tu Reino”. Esta bendición fue prometida a
Israel, al Israel nacional. Las promesas de dominio y paz sobre esta
tierra pertenecen a los judíos, lo cual nos lleva a la fácil conclusión
de que no son para la Iglesia ni para este tiempo.
Concluyendo


La Escritura es muy clara en cuanto a la
distinción que hay entre los creyentes en Cristo e Israel, el cual
todavía sigue con los ojos velados a la verdad, pero que al final será
salvo (Ro. 11: 25, 26; Is. 6: 10-13; Is. 29: 9-24; Zac. 12: 10, etc.)


La Iglesia está muy relacionada con
Israel, y es participante de los pactos, promesas y esperanzas, pero no
ha sido llamada a usurparlos. Y sin embargo, esto es lo que pretende el
reemplacismo; tomar para sí lo que sólo le pertenece a Israel, y
obtendrá, porque otra vez insistimos: Dios no es hombre para que mienta
ni hijo de hombre para que se arrepienta, El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y
no lo ejecutará? (Nm. 23: 19)


Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.

Junio 2007
Notas:

1. Clarence H. Wagner, Jr. su artículo “El error de la Teología del Reemplazo”,

2. Tricia Tillin; su artículo “The Restoration Movement”

3. Let Us Reason; el artículo: “Replacing what God has NOT!”


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  1. Lisbeth Jaimes Andrade says:
    Dios Bendiga por siempre a su pueblo
    escogido Israel. Nosotros la Iglesia de Jesucristo somos Olivo
    injertado, en el Olivo natural que es Israel, somos salvos por fe.
    Recordemos que la salvación viene a través de los judíos, como fue
    profetizado, que el Rey de Reyes y Señor de Señores vendría de la raíz
    de Judá y que nacería en Belén de Judea. Dios cumplirá su palabra y su
    propósito con Israel, porque ellos de arrepentirán en la gran
    tribulación, antes de ser destruidos por todas las naciones del mundo en
    la guerra final de Armagedón, aparecerá Jesucristo el Mesías, Salvará a
    Israel y destruirá a las naciones, entonces ellos verán al Mesías y se
    arrepentirán, DIOS los perdonará y será Salvo todo Israel y reinarán
    sobre las todas las naciones en el Milenio, mil años reinando con Cristo
    como Rey de Reyes y Señor de Señores. Gloria a Dios. Bendiciones para
    todos, sigamos orando por Israel. Amén.








    • Fanny Rivera says:
      Que belleza de menzaje! Nada como
      poseer sabiduria del cielo! Al q tenga ojos que Vea, oidosdos q escuche,
      el regresa! El pueblo de Israel vencer a donde quiera que este, y la
      Tierra q Dios les Dios la recuperaran u esta vez sera para siempre, y
      todos Los que estan espacidos en el planeta tambien poseeran la Tierra,
      esa que mana leche y mil!!!Glorificado, honra do y venerado sea nuestro
      Dios Jehovah! El Dios de Abraham, Moises, Jacob, Elias, Josue, David,
      Jose x siempre y para siempre! El unico perfecto y el unico capaz de
      cumplir! El que cuando creo el universo y el sistema planeta rio no
      habia un solo humano alli con mente para preguntar Los comos, y Los por
      que ni de donde..







  2. DIOS CUIDA A ISRAEL







  3. he leido tanto y e visto tanto,,,,,,y
    no quiero comentar,,,,,JUAN 14;6 ,,,,SOY CRISTIANO Y A MI NADIE MAS
    QUE JESUS SALVARA MI ALMA………..QUE SE MATEN LOS JUDIOS ,,,,LOS PALESTINOS
    COMO HERMANOS QUE SON,,,,,SE QUE TODOS PAGAREMOS INDIVIDUALMENTE
    NUESTROS PECADOS…….YO YA NO QUIERO JUZGAR,,,,PARA MI EL PUEBLO DE
    ISRAE…SOMOS TODOS LOS APARTADOS DE ESTE MUNDO Y NUESTRA CAPITAL ES
    JERUSALEM…..PERO ESTO NO ME DA DRECHO A ASESINAR A MIS HERMANOS….QUE
    DIOS BENDIGA A ISRAEL,,,,SER JUDIO ES UNA RELIGION SER JUDIO ES
    APARTARSE Y SEGUIR A JESUS ASI ES COMO LO VEO,,,Y YO NO ME PASARE LA
    VIDA PERDIENDO MI TIEMPO , CON EL PROBLEMA DE ISRAEL, YA QUE ISRAEL NO
    ES MI DIOS ,,YO SOY ISRAEL…..YO SOY EL ELEGIDO…..HABLANDO
    INDIVIDUALMENTE……TODOS LOS QUE ACEPTAMOS A JESUS COMO UNICO
    SALVADOR…..SOMOS LLAMADOS JUDIOS,,,,,








  4. Gladys Taipe says:
    BENDITO SEA EL PUEBLO AMADO DEL DIOS DEL ALTISIMO.







  5. Porque, todavia los israelitas no creen en jesus, no lo entiendo y sin embargo son el pueblo bendito de Dios.







    • Los Israelitas asi como todos los
      serhumanos tienen el libre albedrio para buscar a Dios en Espiritu y
      verdad ,pero satanas siempre y cuando tenga la oportunidad de enfermar a
      Su pueblo ,la cual es principalmente Israel.Y cuando el diablo nos
      enferme tratara de sepultar a nuestra generacion,y tendra a casi el
      mundo entero comiendo de la palma de sus manos pudridas,y que solo
      infectan el corazon y alma de cada cual.







  6. Buen día, te felicito por tu estudio
    acerca de Israel pero te exhorto a que no pases por alto muchos
    versículos que son de enorme importancia.

    Aclaro: Dios no ha rechazado de ninguna forma al pueblo Israelita sin
    embargo ellos ya no son el pueblo “escogido” o el único pueblo del
    Señor: Romanos 3:29, 10:12-15. Galatas 3:28-29.

    Nuestro Señor lo enseño muy bien en la siguiente parábola: LOS LABRADORES MALVADOS (Mateo 21:33-46).

    El Pueblo escogido por El Señor es aquel que se encarga de anunciar a
    las naciones las virtudes y bondades de Dios y ser un ejemplo para
    todos, Nación Santa, pueblo escogido!! Comparar (Deuteronomio 7:6-8; 1
    Pedro 2:9) tu crees que en la actualidad Israel es un ejemplo? sin
    embargo Dios en su gran misericordia se ha guardado un remanente de
    Judios que creyeron como en los tiempos de Elias (1 Reyes 19:18) porque
    no todo el que es descendiente de Abraham es Israelita (Romanos 9:6-7).

    A lo suyos vino, y los suyos no le recibieron, Pero a todos los que le
    recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a
    los que creen en su nombre. (Juan 1:11-12).

    Y por ultimo hermano le aclaro que estoy totalmente de acuerdo que
    DEBEMOS ORAR POR ISRAEL especialmente porque la mayoría de sus
    habitantes viven en incredulidad y hasta este día han rechazado al Señor
    cumpliendo así la palabra: La piedra que desecharon los edificadores ha
    venido a ser la piedra principal del ángulo (Salmos 118:22; Mateo
    21:43).







  7. Hermanos

    de este mundo y creacion unica,ya que somos unicos, pero hay
    diferencia ante nuestro creador,de cada uno de su crecion, existen
    pueblos ho paises, deferentes,porque el hombre imbento la
    diferencia,nosotros no somos un imbento ,somos una creacion, la
    diferencia,es que somos parte de la material,de la cual somos parte,y
    esa materia es DIOS,LA OTRA PARTE ES QUE EL MUNDO NO ENTIENDE, ES QUE
    SOMOS LA CARNE,HO MATERIA DIFERRENTE QUE DIOS USO PARA CREARNOS,YA QUE
    EL UN SER SUPREMO,COMO DICE SU PALABRA ,OPNIPRESENTE,OPNICIENTE,Y ES UN
    SER ESPIRITUAL,COMO CRISTO JESUS,CREADO PORMEDIO DE LA OBRA DEL
    ESPIRITUD SANTO,EN SU CREACION NO HUBO PARTE CARNAL,ISRAEL NO ES UN
    PUEBLO DIFERENTE EN LO HUMANO,SINO QUE FUE USADO POR SU CREADOR,PARA EL
    COMIENZO DE SUS PLANES,LOS QUE VIVEN EN OTRO PAIS,NO DIFERENTES A
    NOSOTROS,PERO VIVEN EN DIFERENTES HORARIO,Y SON USADOS POR DIOS PARA
    MOSTRARNOS, LA DIFERENCIA DE TIEMPO Y VIDA, Y QUE TODO ESTA BAJOS SU
    MANOS Y PLANES,ISRAEL NO ES UN PUBLO DIFERENTE O ELEGIDO SINO QUE ES UNO
    DE LAS TRIBUS ANTIGUAS,ESNPOR ESO QUE RECIBIERON INFORMACION DE LA
    TIERRA ANTE QUE LO DEMAS, HABITANTES DE LA TIERRA,? PERO NO TIENE NADA
    EN SU CUERPO QUE SEA DIFERENTES A NOSOTROS, SUS HERMANOS DE LA
    CREACION.AMEN








  8. Daniel Negron says:
    Para entender el porque de Dios en su
    trato con Israel, hay que ir al comienzo, al llamado de Dios al
    patriarca Abraham, y la promesa que Dios le dio de que de su
    descendencia saldría un pueblo numeroso. Por tanto la verdad es que
    Dios no escogió a un pueblo, el escogió a un hombre y de la descendencia
    de ese hombre surge el pueblo de Dios..,







  9. esactamente,de la desendencia de ese
    hombre Abraham saldria el pueblo de Dios y que dise la biblia de que
    son descendiente de abraham los espirituale y no los fisicos.No es judio
    el que es por naturaleza,sino por la fe y una cosa muy importante No
    esisten dos pueblos par con Dios,es decir israel o la iglesia,sino todo
    lo contrario que de los dos izo solo uno,como es posible que no se pueda
    entender esto,de lo contrario pablo estaria mintiendo y el fue el que
    mas cartas escribio.El herror viene de la doctrina de la
    dispensacion.Jesus viene por su pueblo,que pueblo,pues la iglesia
    compueta de judiso y gentiles.


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